JUEVES
21 DE OCTUBRE DEL 2021.-
RETRATO
DE UNA MUJER EN LLAMAS
Dirección
y guion: Céline Sciamma. Fotografía: Claire Mathon. Música: Arthur Simonini.
Con: Noémie Merlant, Adéle Haenel, Valeria Golino, Luána Bajrami, entre otros.
Año 2019. Francia. Duración: 120 minutos.
XXXX-
RELATO DE UN AFIEBRADO AMOR PROHIBIDO
En
la Bretaña francesa, en 1770, una pintora recibe el encargo de una condesa para
realizar el retrato de bodas de su hija, una joven que acaba de salir del
convento y tiene dudas sobre su matrimonio. Después de largas sesiones de
estudio, muy meticulosas, en un recinto nocturno matizado con extravagantes
salidas diurnas al mar, surge entre ellas un afiebrado amor prohibido,
imposible y resistido a la vez.
Esta
película llega con múltiples premios a raíz de las destacadísimas actuaciones
de la pintora y la joven, sustentado con una fotografía y un encuadre que
potencian la magistral dirección de la realizadora Céline Sciamma. Es un relato
bello, profundo y certero que bien puede definirse como una verdadera pintura
en llamas, inflamada de pasión dentro del marco de una suprema elegancia.
Noémie
Merlant y Adéle Haenel (Marianne y Heloise respectivamente) son las
protagonistas de esta historia de amor logrando ambas una hipnótica química:
las miradas, la gestualidad, surgen a través de un sutil juego de aceptación y
rechazo, en definitiva, la madurez jaqueada por la juventud. Sin duda, un
retrato elegante de la pasión prohibida, un empoderamiento oculto del amor
lésbico, realizado con pinceladas de buen gusto cinematográfico.
Carlos
Pierre
DUNE
De
Denis Villeneuve. Con Thimothée Chalamet, Rebecca Ferguson, Oscar Isaac, Josh
Brolin, Javier Bardem, entre otros. Fotografía de Greig Fraser. Música de Hans
Zimmer. Duración: 155 minutos.
XX-
“SPACE ÓPERA” PLAGADA DE EXCESOS
Basada
en el éxito de ciencia-ficción “Dune”, de Frank Herber, escrito en 1965, Denis
Villeneuve se atreve a otra difícil adaptación de un texto literario (Herber escribió seis libros en total y su
hijo continuó la saga con dos novelas más, esbozadas por su padre antes de
morir), apoyado en un trípode fantástico: Thimothée Chalamet, Javier Bardem
y el compositor Hans Zimmer. No obstante, el film dista mucho de ser atrapante
porque la sobrecarga de personajes, de locaciones, de sub historias, se
transforman en un puzzle difícil de resolver.
La
familia Atreides, a través del joven heredero Paul (Chamalat), intenta
recuperar el planeta Dune y el renombre de la noble casa, que ha quedado en
manos de terceros y, en especial, de los Fremen (el principal es Stilgar, a
cargo de Javier Bardem), habitantes de esos desiertos. Hay una mezcla de
estilos, desde los hábitos de unos y otros que nos remiten al siglo I D.C, o
bien a los tiempos de Julio César de la Roma antigua. No obstante, imposible
negar la espectacularidad visual pero sobrellevada con parsimonia narrativa y
cierta ritualidad de clishés que llega a exasperar.
Por
cierto, hay quienes defenderán las “space óperas”, y hay quienes exigen algo
más para una película basada en intrigas palaciegas cósmicas, que develan la
fulgurante imaginación de Frank Herber. Es necesario analizar hasta qué punto
un producto cinematográfico debe ser fiel a un producto literario, o si se
puede permitir licencias que aligeren la carta de datos. El tedio está al
acecho.
Elsa
Bragato
CODA
De
Sian Heder Con Emilia Jones, Eugenio Derbes, Marlee Matlin, Troy Kotsur, entre
otros. Fotografía de Paula Huidobro. Música de Marius De Vries. Duración: 111
minutos.
XXXX-
EMOTIVO RETRATO DE UNA FAMILIA ESPECIAL
CODA,
en música, significa repetición del fragmento musical anterior, o el
debidamente señalado en la partitura. CODA en este caso es un volver al
principio, es el cumplimiento de los sueños que, por motivos muy especiales,
debieron dejarse de lado.
Es
lo que le sucede a la protagonista, Ruby (Emilia Jones), descendiente de una
familia de sordomudos, que se dedica a la pesca. Ayudar a su padre y hermano es
el objetivo de Ruby que sueña con ingresar a un importante conservatorio. En
principio, asiste a un coro donde el profesor descubre sus grandes dotes como
cantante.
La
historia transita por diferentes niveles de emoción, de conflictos, dejar o no
a la familia sin alguien que les sea de intérprete. Ninguno escucha, ninguno
habla. Los oídos y voz de Ruby son la única conexión que tienen con la
sociedad.
Algunos
de los actores son sordomudos en la vida real. Es el caso de Marlee Matlin, a
cargo del rol de la mamá, que ganó el Oscar como mejor actriz en 1987. Fue
entonces pareja del consagrado William Hurt, que visitara nuestro país
contratado por Luis Puenzo para el film “El gringo”.
Son
varios los elementos positivos en “CODA”: no cae en el melodrama sino que la
historia está elaborada de manera tal que el proceso de aceptación o de
negación de un futuro diferente es gradual, empático, razonable, emotivo.
Además la narración es clásica, y, si bien representa un conflicto determinado,
es posible que varias secuencias obren como un retrato de cualquier familia. La
originalidad se deja para otra oportunidad: aquí se trata de un retrato de
familia que hace bien, que reconforta a quien va al cine a verla. Se sabe que
el cine clasificado como “reconfortante” no siempre recibe buenas críticas pero
su objetivo es tan noble que esta sección lo aplaude.
Elsa
Bragato
CHERNOBYL,
LA PELÍCULA
De
Danila Kozlovsky. Con Danila Kozlovsky, Oksana Akinshina, Filipp Aydeev, entre
otros. Fotografía de Kseniya Sereda. Duración: 136 minutos.
XXX-
INTERESANTE PRODUCCIÓN SOBRE LA EXPLOSIÓN NUCLEAR DE CHERNOBYL
En
abril del 1986 explotó el reactor nuclear ubicado en Chernobyl (Ucrania),
generando un caos ecológico de enormes dimensiones, tal como la nube tóxica,
entre otros, que inundó toda Europa. Las consecuencias sobre la salud de los
habitantes de la ciudad lindante fueron aún más desastrosos y hasta el día de
hoy hay consecuencias. El mundo entero abrió sus puertas, como Cuba y la
Argentina, para sanar a los niños de Chernobyl de una muerte por exceso de
radiación.
La
película de Danila Kozlovsky, también protagonista, tiene matices muy
Hollywoodenses que surgen de la utilización de clishés romanticones. No
obstante, la realización del desastre nuclear, la fotografía, las locaciones
utilizadas, salvan el film del melodrama narcotizante.
Comienza
con una historia de amor entre un bombero, Alexis, del centro nuclear que
regresa a la ciudad y encuentra que es padre de un niño de 10 años. La historia
de amor con quien fuera su pareja, Olga, no tiene fluidez narrativa, si bien
intenta ser el hilo vertebral de la película. Resulta lineal y convencional. La
historia se salva por la puesta en escena de la explosión en sí del centro
nuclear. Es aquí donde el film gana en potencia, en verosimilitud, en
fuerza dramática, en intensidad. El equipo de técnicos y bomberos del lugar tiene
que bucear debajo del reactor donde las aguas alcanzan más de los 50 grados
para drenarla y evitar un desastre ecológico mayor.
El
film soviético es interesante, atrapante, porque genera un suspenso creciente a
partir de la inesperada explosión, superando el romance que, en principio,
intentó justificar un film cuyo objetivo era otro. Es decir, el romance no
logra suavizar el impacto brutal en el planeta de tamaño infortunio. Aún así,
con los elementos positivos que se destacan, la película oculta las maniobras
del régimen soviético para ocultar las consecuencias sobre lo ocurrido, si hubo
o no fallas humanas, si las fallas técnicas lograron descubrirse y subsanarse
para el futuro, por dar ejemplos. Recordemos que una señal de cable de los
Estados Unidos hace poco puso en el aire una miniserie y que esta película bien
puede ser la respuesta rusa a la visión norteamericana. Los antagonismos
políticos dividen el mundo en todos sus aspectos.
Elsa
Bragato
YO
NENA, YO PRINCESA
De
Federico Palazzo. Con Eleonora Wexler, Juan Palomino, Valentina Bassi, Lidia
Catalano, Paola Barrientos, Mariano Bertolini, Fabián Vena, Héctor Bidonde, Ana
Celentano, Mauricio Dayub, Paula Morales, María Onetto, Esteban Prol, entre
otros, Presentación de los niños Isabella G.C. y Valentino Vena. Fotografía de
Milagros Chain, Edición de Jonathan Smeke, Arte de Mariano Smalvini, Música
original de Martín Bianchedi. Duración: 120 minutos.
XXXX-CONMOVEDORA
BIOPIC DE LA PRIMERA NIÑA TRANS
“Yo
Nena, yo princesa” está basada en hechos reales narrados en el libro que
escribió Gabriela Mansilla, madre de la actual Luanda. A partir de este texto
literario, se generó el guion de Federico Palazzo y José Paquez, contando la
lucha denodada de una madre por el reconocimiento de la sexualidad de su hijo
nacido varón frente a su propio marido y la sociedad.
Gabriela
dio a luz mellizos varones: Manuel y su hermano (desdibujada la figura del
mellizo). Es aquí donde surge el quid de esta historia: Manuel desde sus 4 años
empieza a llamar la atención de sus padres porque elige muñecas en lugar de
pelotas de fútbol y, ya en el colegio, rehusa jugar con el resto de los
varones. Su madre dice a quien quiera escucharla que desea “un hijo feliz”
mientras su marido señala “yo no quiero un hijo maricón”. Dilema profundo para
esta mujer empeñada en que el pequeño fuese a vivir la vida que quería: a sus 4
añitos reconoce su incipiente femineidad. Nada será fácil: el deseo de Manuel
de ser Luana, de ser una niña–trans, provoca la ruptura matrimonial y enfrenta
la ausencia de una ley que apoye a la madre y al pequeño.
Surgen
subtemas inquietantes: los hechos ocurrieron antes de la sanción de la Ley de
Igualdad de Género, observándose la cerrazón espiritual y mental de
funcionarios y de la sociedad en sí. Y, por si fuera poco, el caso no podía
judicializarse por la edad de Manuel. Es que llama la atención justamente la
necesidad del niño de tener un cambio de sexualidad cuando es una etapa en la
que el ser humano recién empieza a reconocerse en ese aspecto. Todos fallaron:
médicos, maestros, psicólogos, autoridades.
Es
decir, la familia, la sociedad, las autoridades, una madre y su hijo, todos
personajes envueltos en un tema que los superó pero que necesitaba una
respuesta y claridad en el manejo al tratarse entonces, y hoy también, de la
vida, de ahí en más, de una mujer en ciernes (o lo mismo, de un hombre en
ciernes).
Bien
podemos definir a esta película de monumental por la calidad de los nombres que
integran el elenco (Wexler, Palomino, Vena, Bassi, Catalano, Barrientos, entre
tantos otros), por la excelencia de sus rubros técnicos, desde la fotografía
hasta la música original, y la indudable maestría en la dirección actoral de
los pequeños Isabella G.C. y Valentino Vena. Le añadimos la valentía para
desarrollar el tema de una criatura trans en el cine, trasponiendo una biopic
literaria real. Es una historia de amor maternal y de coraje individual, de
derogación de prejuicios que subsisten tanto como una hipocresía social que aun
no termina de asimilar que cada ser humano nace con lo que es y con lo que
siente que es. Valiente producción que pone blanco sobre negro.
Carlos
Pierre
LA
CASA DE LOS CONEJOS
De
Valeria Selinger. Con Darío Grandinetti, Miguel Angel Solá, Mora Iramain
García, Guadalupe Docampo, Patricio Aramburu, entre otros. Duración: 94
minutos.
XXXX-
EL PASADO DOLOROSO QUE VUELVE
Valeria
Selinger es una directora argentina radicada desde hace años en París. Hace
unos años leyó la novela “La casa de los conejos” de otra argentina, Laura
Alcoba, también radicada en la capital francesa y revivió su niñez, decidiendo
llevarla al cine. La novelista colaboró en el guion pero no en la realización.
El
film se ubica en la ciudad de La Plata en 1975, plena generación de
enfrentamientos entre el Estado y grupos guerrilleros, que incluye la llegada
en el 76 de la última y feroz dictadura militar. “Laura” tiene ocho años (la
pequeña Mora Iramain García) y es llevada por su madre de casa con la
obligación de no hablar con extraños, no decir nada de lo que ve y escucha y
olvidarse de su apellido. Solo así puede continuar con su actividad en la
célula guerrillera. Su abuelo (Solá) la cuida muchas veces, e incluso la lleva
a la cárcel para que vea a su padre que está preso. Un buen día, Laura debe
vivir en una casa donde un ingeniero (Grandinetti) está levantando una pared
para ocultar una imprenta revolucionaria. Para disimular, se ubican muchas
jaulas con conejos (en este sentido, se simula – suponemos- la matanza de uno
de los animales, hecho que debería suprimirse por cualquier otra escena) que
distraen a Laura. Tanto como la amistad con la dueña de casa, que está por dar
a luz. Los tiempos son muy difíciles, un vecino curioso podría provocar una
masacre por lo que Laura tenía que estar atenta a sus palabras y sus actitudes.
El film es muy interesante desde la mitad
hasta el final. La primera parte es un tanto densa porque no hay agilidad
narrativa ni fotográfica. Pero esto se resuelve a partir de la mitad de la
película donde surgen otros personajes y situaciones inesperadas. En este
sentido, la no previsibilidad es uno de los hallazgos de esta película que nos
recuerda el robo de bebés, aún sin resolver (quedan más de 400 personas robadas
sin su verdadera identidad), el drama que se vivió en el país, y el horror que
las dictaduras producen en las sociedades. El “Nunca más” se hace más fuerte
que nunca (basada en hechos y personajes reales).
Elsa
Bragato
OTROS
ESTRENOS PREVISTOS:
1.-
TUS OJOS DICEN, film de Japón
2.-
Z, film de terror, USA
3.-
RON DA ERROR, animación, USA
ADIÓS
A LA MEMORIA
Documental
de Nicolás Prividera. Fotografía de Héctor y Nicolás Prividera. Duración: 92
minutos.
XXXX-MEMORIA
COMO CAMPO DE BATALLA
A
través de un documental atípico, con su propia voz en off, Nicolás Prividera
realiza un ensayo poético sobre la desmemoria que acucia a su padre, ya mayor,
teniendo inicio en la desaparición de su mujer, la madre de Nicolás, Marta
Sierra, a manos de la última dictadura. Se basa en las películas familiares
para lograr un complejo y único mix narrativo que le permite contextualizar esa
familia que supo tener al presente de su padre, donde el dolor agobió y anuló
hasta el nombre de quien fuera su esposa.
Prividera
recuerda su niñez, las caminatas nostálgicas de su padre ni bien supo que Marta
no volvería, ese andar melancólico alrededor de la Plaza de Mayo, sin ton ni
son, y el olvido creciente como una forma de protección. Un recurso que da la
vida misma para quienes el sufrimiento se transforma en una enfermedad
inmanejable.
Resulta
un trabajo muy profundo, desgarrador, doloroso, con el aporte de la tonalidad
especial de la voz de Prividera, que transcurre con monotonía a través de su
prosa poética. Las imágenes y su familia
quedan ubicadas en el contexto histórico donde nacieron. La realidad,
pasado y presente, son inapelables. El pensamiento y su devenir han sido y son
un campo de batalla demoledor.
Elsa
Bragato