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lunes, 20 de septiembre de 2021

CRY MACHO, DE CLINT EASTWOOD, LA NOBLEZA DE UN GRANDE DEL CINE

 

CRY MACHO

De Clint Eastwood. Con Clint Eastwood, Dwight Yoakam, Natalia Traven, Eduardo Minett, entre otros. Fotografía de Ben Davis. Edición de Joel y David Coz. Música de Mark Mancina y Clint Eastwood. Duración: 104 minutos.

XXXX-CONMOVEDOR CLINT EASTWOOD

La vida tiene momentos simples en su forma pero complejas en su esencia. De esto se nutre este último film del gran Clint Eastwood quien, a sus 91 años, nos demuestra que con jerarquía espiritual y elegancia formal se puede trabajar y lograr un producto noble y sensible a la vez. “Cry macho” es simplemento eso: un film honesto, noble y sensible, sin más complicaciones que las que la vida da.

Basado en la novela homónima del escritor norteamericano N.Richard Nash, publicada en la década del 70, nos narra un hecho en la vida de “Mike” Milo (Eastwood en el film), ex cowboy, artista del rodeo, en Texas, anciano y con achaques por alcohol y las pastillas. Su jefe, Howard Polk (a cargo de Dwight Yoakam), le pide un favor como pago de otro que le hiciera: que le traiga a su hijo Rafo (Eduardo Minett) a quien no ve desde hace años y que vive con su madre en México. Hay un gran problema que Milo deberá sortear: no pasar por raptor del joven que tiene ya 13 años.

Milo lo encontrará lejos de extravagante madre, quien lleva una vida de excesos, mientras el jovencito vive de la riña de gallos y cuida del suyo, llamado Cry Macho.

La road movie por esa zona desértica que une México con los Estados Unidos surge, poblada de diálogos sobre la vida y la experiencia entre el anciano Milo y el jovencito Rafo, acompañados por el gallo que tendrá una participación muy especial justificando el título del film. En medio de esa casi nada por donde transitan, el bar de una buena mujer, Marta (exquisita Natalia Traven) dará lugar a algunas secuencias de pura ternura con Milo y a una esperanza porque ambos comprenden que la soledad no es buena.

La banda sonora es ecléctica, se escucha el piano tan característico de Clint Eastwood, si bien “Sabor a mí”, tradicional bolero, en la voz de Eddie Gormé será la romántica melodía que acompañe varias secuencias. En verdad, Clint Eastwood logró, desde el film Gran Torino, un personaje acorde a sus muchos y frutíferos años de vida, al que ubica en distintos escenarios y les pone diferentes nombres, pero es el mismo, es el viejo y querido Clint de “La mula”, recordando que los errores merecen disculpas y que el amor es el único remedio para la soledad. Hermoso, tierno film de un notable director y protagonista, escritor y músico, que merece ser visto y disfrutado.

Elsa Bragato