JUEVES
3 DE OCTUBRE DEL 2017.-
JOKER-GUASÓN
De Todd
Phillips. Con Joa1uín Phoenix, Robert de Niro, Frances Conroy, Zazie Beetz,
Grett Cullen, Brian Tyree Henry, Marc Maron, Sharon Whasington, Dante Pereira
Olson, Douglas Hodge. Guion de Todd Phillips y Scott Silver. Fotografía de
Lawrence Sher. Edición de Jeff Groth. Música de Hildur Gudmadottir. Duración;
122 minutos.
XXXXX- PHOENIX, EN LA
CUMBRE DE UNA GENIAL LOCURA
Si
el Guasón de Heith Ledger rompió todos los moldes aventurándose a una creación
personal, el Guasón de Joaquín Phoenix ingresa en una categoría aún superior,
virtual, ¿un don del cielo acaso?
Fuera
de todos los cánones de los cómics, dándole absoluto protagonismo a Phoenix y
su trabajosa composición (le significó 23 kilos menos) de Joker, Todd Phillips
se lanzó a la construcción de una historia profundamente conmovedora que no
buscó lo fácil sino la complejidad existencial. El secreto radicó en el
protagonista, en darle algunas pautas y dejarlo ser. Desde lo más profundo de
su sensibilidad, Joaquín Phoenix consiguió darle vida a un Joker-Guasón
lastimado por la sociedad, bullying físico, espiritual, cuidando de una madre
enloquecida y mentirosa, bajo las órdenes de un infame patrón de variedades
“Carnival”, y la ayuda circunstancial de una psiquiatra afroamericana: siete
medicinas diarias, órdenes de compra que van mermando, y la enfermedad de la
risa que lo va carcomiendo.
No
es política la propuesta. El Guasón se encarga de repetir la frase. Pero sí es
profundamente social. A Guasón no solo lo mortifican el hambre y la miseria, la
falta de trabajo y el abrupto corte de la ayuda estatal en su tratamiento, sino
la angustia social colectiva, la ofensa de los candidatos políticos, sino también
su propia angustia existencial, la que reconoce falta de identidad, una madre
que le miente, un patrón que lo culpa sin preguntar. Le duele su propia destino
que se suma a aquélla calificación dada por los candidatos políticos de Ciudad
Gótica: ciudadanos “payasos”. Guasones multitudinarios que replican una y mil
veces la pintarrajeada cara de Joker-Guasón, enfermo de carcajadas que lo atacan
cuando sufre. Y que desencadenan una tragedia si enfrente está la burla.
Cabe
la pregunta: ¿es la configuración de un psicópata? ¿Nació así o la sociedad de
los poderosos determinó su irracionalidad momentánea? Si se defiende de quienes
lo patean en el piso hasta darlo por muerto, ¿es por ser un psicópata asesino o
porque enfrenta la violencia de un “afuera” que
vive a costa de la mayoría?
Cuando
Joker asume su accionar, su brutalidad puntual con quienes se burlan de él,
Joaquín Phoenix viste su propio clown o ensaya una danza clásica bajando
escaleras. Algo le quebró el alma: no siente compasión por los que pisotean a
los débiles. Tiene piedad con los buenos, asesina a los petulantes con poder.
Se
dijo que, por la violencia de la película, debía prohibirse en algunos países.
Hubiese sido un manotazo a la libertad inaceptable. Si es por la violencia hay
que descartar primero los videojuegos, artífices de matanzas fundamentalistas,
o las sagas con adolescentes que se pierden en un bosque para ser asesinados a
machazos, mientras que en “Joker” la violencia es la respuesta a una agresión
exterior. O, como lo sentimos, una obra maestra de la desesperación y del
abandono, de la angustia existencial de “ser” en sociedades de “otros”.
Por
suerte, en el cine universal hay algunos ejemplos notables como “Ultimo tango
en París”, canto a la desesperación existencial resumida cínicamente en una
escena de sexo, o en el tercer “Batman” de la trilogía extraordinaria de
Christopher Nolan, alegoría del dolor de las sociedades masacradas por bombas
del primer mundo. “Joker-Guasón” no tiene raigrambre DC, nadie puede pensar que
es un personaje de un “cómic”. Es la representación más clara de los marginales
y de la locura a la que lleva la expulsión de las sociedades como las nuestras.
Obra maestra del director Todd Phillips y de Joaquín Phoenix, en la cumbre de
su performance artística.
Elsa
Bragato
PUNTO
MUERTO
Guion
y dirección: Daniel de la Vega. Con Osmar Núñez, Luciano Cáceres, Rodrigo
Guirao Díaz, Natalia Lobo, Daniel Miglioranza, Enrique Liporace, entre otros.
Fotografía: Alejandro Giuliani. Música: Luciano Onetti. Vestuario: La Polilla.
Duración: 77 minutos.
XXXXX- TERROR
DIABÓLICO CON BUENA DIRECCIÓN Y BUEN ELENCO
Daniel
de la Vega es uno de los más importantes referentes del cine de género
argentino. Su producción es considerada de “culto” en el país y en el exterior,
cosechando premios y elogios de la crítica. Cine fantástico, de terror y de
horror lo caracterizan, con gran repercusión en San Francisco, México, Chile,
Rumania, Grecia, y Rosario, Mar del Plata, Mendoza y Buenos Aires, en nuestro
país.
Inquieto,
en Punto Muerto le da un giro a las temáticas habituales narrando un thriller
diabólico que filmó en blanco y negro, donde se destacan la ambientación, el
espacio cuasi teatral y el planteo discursivo.
El
elenco está formado por notables actores como Osmar Núñez y Luciano Cáceres,
junto a Natalia Lobo -por demás convincente-, y Rodrigo Guirao Díaz, en
ascendente carrera. El diseño de arte es diferente con un buen ensemble de
fotografía y vestuario dentro de un cuarto poblado de enigmas en un viejo
hotel.
Luis
Peñafiel (Osmar Núñez) es escritor y acaba de finalizar una novela donde
plantea el crimen perfecto en una habitación cerrada. Un asesinato siguiendo el
mismo patrón de su historia pone a Peñafiel en el centro de la pesquisa
policial, además de sufrir el cuestionamiento de un colega (Luciano Cáceres).
A
tan prolija realización se le objeta la música incidental demasiado estentórea
así como la inclusión del frente de la casona del hotel en varias secuencias
con tomas de excesiva quietud, muy artificiales. Estos detalles que se apuntan
no menoscaban el siempre firme pulso de Daniel de La Vega para contar historias
de terror con un sesgo nacional distintivo.
Carlos
Pierre
EL
REINO DE LA CORRUPCIÓN
De
Rodrigo Sorogoyen. Guión de Sorogoyen e Isabel Peña. Fotografía de Alex de
Pablo. Música de Olivier Arson. Duración: 131 minutos.
XXXXX-CORRUPCION Y
CONSECUENCIAS
La
corrupción endémica de la política corrompe tanto en nuestro país como en todo
el mundo. En Europa, un caso muy emblemático, entre otros países, es el de
España. El film de Rodrigo Sorogoyen retrata el caso de un encumbrado
vicesecretario de un partido político al que la prensa le descubre ciertos
manejos espúreos y su vida empieza a derrumbarse en un mar de sospechas,
investigaciones, acusaciones en la justicia y despidos del partido, que
mantiene la estructura corrupta pero se deshace de los que cobraron notoriedad
por ese motivo. La cuestión es que nada cambie.
Nada
que desconozcamos. El valor de este film está en el manejo narrativo de Rodrigo
Sorogoyen, una cámara inquieta que busca las reacciones físicas y psicológicas
de “Manuel” (Antonio de la Torre) más que centrar la acción en los eventos que
comienzan a ocurrir y que sirven de gran tejido contenedor de esta historia
personal. Las tomas secuencias son varias y de excelente factura.
El
ritmo es ágil aunque cae en lo discursivo con acción gestual, va creciendo
hasta llegar a la conducción alocada –climax de thriller sorpresivo- de
“Manuel” por una ruta de madrugada, donde la magia de la noche y la cámara de
Sorogoyen se unen en magníficas secuencias. Aunque inquieto, rabioso y sin
cortapisas, el retrato propuesto de “Manuel” y su corruptela es eso, un retrato
que no modifica la realidad ni de allá ni de acá. Vale como espejo de lo que no
hay que ser ni hacer.
Elsa
Bragato
MURALLA
De
Gory Patiño. Guion de Rodrigo Patiño, Fernanda Rossi y Camila Urioste. Con
Fernando Arze, Pablo Echarri, Juan Carlos Aduviri, Luis Aduviri, Freddy Chipana.
Fotografía de Gustavo Soto. Música de Juan Carlos Auza. Duración: 110 minutos.
Bolivia.
XXXXX-CUANDO LA VIDA
ES SOLO PENDIENTE
Notable
actuación despliega el actor boliviano Fernando Arze como “Coco Muralla Rivera”,
ex arquero que tuvo una actuación destacada en los 90. En esta ópera prima de
Gory Patiño hay mucho profesionalismo y un manejo narrativo fuera de lo común
para quien recién se pone los “largos” en el cine mayor. No es algo que veamos
nosotros solamente sino que el film fue elegido para representar a Bolivia en
los próximos premios Oscar.
Surge
de una miniserie de televisión de diez capítulos que dirigió el mismo Patiño,
que se llamó “La entrega”. Este “spin-off” valió la pena por la historia y
porque Patiño logró una realización de altísimo vuelo y actuaciones
superlativas. Gran logro es la performance de Fernando Arze como el “Muralla”,
que cae en la indigencia y, para salvar a su pequeño hijo internado, se vale de
la más atroz delincuencia. Separado de su esposa, su vida es una real cuesta
abajo.
El
trabajo de la cámara durante la noche es muy interesante: Patiño se aventuró a
secuencias de difícil resolución, incluyendo las que filmó nuestro Pablo
Echarri en el rol del poderoso narcotraficante que apela a cualquier recurso
bajo para enviar drogas, incluyendo las más inhumanas y abyectas.
En
la vida estos personajes existen, van en pendientes sin posibilidad de freno
para dejar de caer. Fuerte, sombrío, alegoría cruda de una realidad que existe
a la sombra de los que dicen “eliminarlas”.
Elsa
Bragato
Otros
estrenos previstos:
1.-
Terror a 47 metros, el segundo ataque, de Johannes Roberts. Estados Unidos.
2.-
Por no para principiantes, de Carlos Ameglio, Argentina.
3.-
Dolce Fine Giornata, de jace Borcuch. Polonia,Italia.