JUEVES 6 DE JULIO DEL
2017.-
Seis estrenos llegan a
las pantallas nacionales de cine. Entre ellos, cuatro nacionales como “Los
globos”, de Mariano González, director, autor del guión y protagonista, quien
encara el tema de la paternidad, la relación de padre-hijo y la decisión de dar
en adopción a un niño que necesita de su padre. También se estrena “Alptraum”,
de Ana Piterberg, quien debutara con “Todos tenemos un plan”, con Viggo Mortensen,
una película muy bien fotografiada y narrada que no tuvo mayor suerte en
taquilla. Aborda en este film el caso de un actor, Andreas, quien tiene
pesadillas recurrentes. Ambas películas tienen identidad y fuerza narrativa.
MAMÁ SE FUE DE VIAJE
De Ariel Winograd. Con
Diego Peretti, Carla Peterson, Martín Piroyansky, Muriel Santa Ana, Guillermo
Arengo, Mario Alarcón, Pilar Gamboa, entre otros. Duración: 99 minutos.
XXXXX- CONCIERTO FAMILIAR ACTUAL
Ariel Winograd, a lo
largo de 11 años, ha realizado cinco películas mirando a Hollywood, con
indeclinable dedicación. El género es la comedia ligera y de buen gusto, sin
chabacanerías ni exabruptos. Desde aquella “Cara de queso” de 2006, “Mi primera
boda” de 2011, entre otras, hasta “Mamá se fue de Viaje”, eligió convencido este tipo de narración que,
por los resultados obtenidos, divierte sanamente, con elegancia, lejos del
costumbrismo clásico nacional, basándose en la familia de hoy.
También mantiene a sus
principales actores, como Diego Peretti, protagonista “fetiche” para Winograd, como
también Martín Piroyanski y Guillermo Arengo. La figura femenina elegida es Carla
Peterson.
El tema es recurrente:
relaciones de pareja, el rol de padre, los vínculos familiares, tratados de
manera simpática a partir de historias simples, cotidianas, con gags coloridos,
dentro de ambientes de cierto buen pasar económico.
“Mamá se fue de viaje”
tiene tres movimientos, a modo de concierto familiar, disfuncional y actual. En
el primero, “Vera” (Carla Peterson) es un ama de casa con cuatro hijos, que lleva
20 años de casada con entera dedicación al hogar, a veces díscola, quien se
llega a sentir desatendida por su esfuerzo diario. Su esposo, “Víctor” (Diego
Peretti), vive absorbido por el trabajo, vive en su mundo y no valoriza el
sacrificio de su mujer. “Vera” se harta y se va de viaje, dejando la casa y los
hijos al cuidado de su “descolgado” marido.
El segundo movimiento
es el más jugoso e hilarante: “Víctor” debe hacerse cargo de todo, empezando a
descubrir las necesidades de los hijos, la cotidianeidad del hogar, las
comidas, la ropa, la escuela. Aquí Winograd apunta a una serie de enredos muy
atractivos que ponen en jaque al padre de familia, requerido tanto física como emocionalmente
por su familia en ausencia de la mamá. Y, en el tercer movimiento, ocurre lo
esperado, el regreso de “Vera” y todo lo que esto conlleva tanto en su marido
como en sus hijos.
La moraleja es sencilla
y llega rápidamente al espectador de manera graciosa y, por momentos, como
retrato de muchos hogares donde el amor logra salvar relaciones complejas o
bien asimétricas. Sin la efectividad de “Sin hijos”, esta nueva producción de
Ariel Winograd resulta una disfrutable comedia nacional, protagonizada por
excelentes actores. El guion es previsible pero no le quita mérito a una buena
comedia. Solo destacamos que es una lástima que el cine nacional no tenga
bandas sonoras propias para conformar una industria con todas sus patas, caso
de este film como de tantos otros.
Carlos Pierre
SPIDER MAN: REGRESO A CASA
De Jon Watts. Con Tom Holland, Michael Keaton, Donald Glover, Zendaya,
Marisa Tomei, Robert Downey Jr., entre otros. Música de Michael
Giacchino. Duración: 133 minutos. Marvel Studios, Sony Pictures, Columbia
Pictures.
XXXXX- REINICIO DE UNA SIMPÁTICA SAGA
La multimillonaria
fusión de Walt Disney Company con Marvel Studios ocurrió en el 2010: la primera
adquirió a la segunda y comenzaron a fusionarse los superhéroes. Esto no impide
que Marvel, la tradicional “casa de los cómics” (DC Comics pertenece a la
Warner-Turner mientras que Disney tiene “Star Wars”, piratas y animaciones), realice
contratos con otras empresas por lo que, en el caso de Spider-Man, se asoció
con Sony (dueña de la propiedad intelectual del personaje), logrando la
distribución de Columbia Pictures. De esta manera, reaparece Spider-Man en el
tercer inicio de la saga del Hombre Araña, un estudiante secundario del barrio
de Queens, New York, que descubre fantásticos poderes, vive con su tía (Marisa
Tomei), y tuvo su experiencia como héroe en “Capitán América, Civil War”. Ahora,
bajo la tutela de “Iron man” (Robert Downey Jr.), espera acción salvando al
prójimo de todo tipo de villanías. Tiene que cumplir con una exigencia:
terminar el secundario. Su mejor amigo es el simpático hawaiano Jacob Batalon
como “Ned Leeds”.
Recordamos que estamos
ante el tercer reboot de la saga de Spider Man y ante un tercer Hombre Araña:
la primera saga la digirió Sam Raimi con Tobey Maguire como protagonista,
fueron tres films. La segunda solo tuvo dos películas dirigidas por Marc Webb y
su protagonista fue Andrew Garfield. Y ahora este reinicio con Tom Holland.
El malvado está a cargo
de Michael Keaton, en su también renacer cinematográfico luego de “Birdman”,
componiendo a “El Buitre”. Éste y Spider-man tienen luchas resueltas de manera
fantástica con coreografías contundentes, quedando rezagados personajes como
Iron Man, mentor de “Spider-man”. Se comprende dado que el Hombre Araña debía
tener un relanzamiento absoluto. En este sentido, Tom Holland, desde su
juventud, dota al personaje de ingenuidad y fuerza ilimitada. Sus viajes por la
ciudad de New York saltando techos resultan fantásticos, Manhattan reluce desde
la Staten Island con sus clásicos y antiguos catamaranes. Computación y
realidad se unen logrando atrapante esplendor visual.
La duración del film es
exagerada. La historia pudo ser más punzante con media hora menos. Como estila
Marvel, luego de los créditos, también extensos, hay una sorpresa, así que hay
que esperar hasta después del “The end”. Simpática, atractiva, poco profunda,
“Spider Man: Regreso a casa” es un muy buen pasatiempo con un superhéroe
“teenager” que tiene público cautivo. Para chicos y grandes.
Elsa Bragato
CASA CORAGGIO
De Baltazar Tokman. Con
Sofía Urosevich, Alejandro Urosevich, Cristian Vega, Miel Bargman, entre otros.
Fotografía de Connie Martín, Música original de Alejo Vintrob, Arte de Paula
Repetto. Duración: 89 minutos.
XXXXX- NEGOCIOS FÚNEBRES EN FAMILIA
“Casa Coraggio” es una
empresa fúnebre que maneja una familia desde hace más de 120 años. Cuatro
generaciones han estado a cargo de velatorios, de la muerte misma, sin dejar de
vivir sus vidas. En esta oposición reside el generoso clima cotidiano que logra
Baltazar Tokman, reconocido publicista. Los protagonistas son reales, Sofía y
su padre Alejandro manejan la empresa fúnebre. Y, a sugerencia de Tokman,
aceptaron ser protagonistas de su propia historia. Entonces, la ficción es
“real” y no documental.
La cámara de Baltazar
Tokman refleja la vida de esta familia que es atravesada por la muerte como
negocio. Pero, al margen de los ataúdes y de los cadáveres que preparan, y que
se ven, tienen sus vidas diarias con todo lo que ello implica, desde preparar
el almuerzo hasta charlar con la abuela que tiene cientos de anécdotas. Cómo
fue creciendo la empresa, por qué antes carruajes con caballos y de pronto
coches fúnebres, sin olvidar a la madre –los padres de Sofía están separados-
que se mantiene al margen pero con un interés genuino en la empresa.
Detrás de una ventana,
con sutileza y sin invadir, aparecen la abuela, la madre de Sofía, poniendo
especial cuidado en la preparación de los cadáveres. Se ve pero se evita el
rostro por obvias razones, dado que todo es “de verdad”.
Este merodeo diario con
la muerte pertenece a la familia pero, al mismo tiempo, les es ajeno: la fiesta
de 15 se hace, los almuerzos en familia no se modifican ni aún cuando hay que
cubrir un servicio. En esta oposición vida-muerte reside el subjetivo encanto
del film, con buen ritmo, sin decaer en los diálogos. Simple, directa, bien
narrada, “Casa Coraggio” es un buen retrato de un tema que no se toca en
nuestro cine al menos con esta solidez y veracidad.
Elsa Bragato
UNA SERENA PASIÓN
De Terence Davies. Con
Cynthia Nixon, Jennifer Ehle, Duncan Duff, Keith Carradine Jodhi May, Joanna
Bacon, entre otros. Fotografía de Florian Hoffmeister. Duración: 125 minutos.
XXXXX- REFINADA BIOGRAFÍA DE UNA GRAN POETISA
Filigrana delicada es
esta película de Terence Davies, realizador inglés de reconocida trayectoria:
encara la biografía de Emily Dickinson, considerada la poetisa más importante y
notable de los Estados Unidos. Nacida en Amherst, Massachusetts, vivió en la
casa paterna hasta morir a los 56 años. Tuvo a su hermana menor como compañera
inseparable, y una familia encabezada por padres que, aún con el rigor del
antiguo catolicismo, le dieron la libertad intelectual suficiente para su
desarrollo como escritora.
Terence Davies se vale
de una fotografía estupenda, con secuencias muy definidas nocturnas con luz de
velas, en un cuidado equilibrio de puesta en escena. Son momentos cruciales de
la vida de la gran Emily Dickinson, que muestran la revolución interior a pesar
de una estricta educación en un internado. Su rebeldía fue incurable hasta en
los amores.
El género de las
comedias dramáticas inglesas tiene gran tradición y, en este caso, se enaltece
una vez más con el realizador Davies y la actuación de Cynthia Nixon en el papel de
la poetisa, dominando su pasión hasta el éxtasis, condenándose a sí misma por
sus pecados y virtudes. En esta comprensión de época están los diálogos
escritos por el director Terence Davies donde la independencia de la mujer y la
lucha por ocupar un lugar similar al del hombre en la sociedad están elaborados
con rigor y elegancia a la vez. La quietud, la calma, es tan solo aparente. Por
debajo de cada personaje estalla la pasión por la vida y el miedo a la muerte,
la religiosidad exacerbada y la influencia de los cánones familiares.
Además de Cyinthia
Nixon, está Keith Carradine, quien continúa la estirpe actoral familiar, en el
rol del padre estricto pero contemplativo a la vez. Es una pintura de época
elaborada con pasión y delicadeza, basada en un diseño de rodaje donde nada ha
quedado al azar. La pasión de Emily Dickinson solo es aparente, hay en su
corazón un voraz fuego por la vida. Memorable biografía en la que hay que
aplaudir la cinematografía y el encomiable diseño de arte, los diálogos y la
dirección actoral.
Elsa Bragato