JUEVES 22 DE JUNIO DEL
2017.-
Seis estrenos llegan a
las salas de cine del país. Desde la excepcional “Yo, Daniel Blake”, del
maestro Ken Loach, hasta la muy buena nacional “Alta Cumbia”. Hoy vamos a
detenernos en forma especial en la obra de Ken Loach que acaba de ganar la
Palma de Oro en el último festival de Cannes.
1.- La muerte de
Marga Maier, de Camila Toker. Con Luis Machín, Mirta Busnelli, Ivo Muller,
entre otros. Se trata de una coproducción de Argentina y Brasil y narra el
macabro hallazgo que hace un brasileño en las costas de Punta Indio en nuestro
país: el cuerpo sin vida de Marga Maier. El policial negro, el thriller,
apuntalan con sus elementos narrativos la idea del guión. Destacamos que la
fotografía es excelente, así como las actuaciones, y que Camila Toker tiene,
tras de sí, un film novedoso y atractivo presentado hace 10 años: “Upa, una
película argentina”. Buen trabajo. XXXXX.-
EB
2.- El corral,
de Sebastián Coulier. Es el segundo largometraje de Coulier quien regresa a su
provincia, Formosa, para retratar con sinceridad el bullying en las escuelas y
entre alumnos. La historia se centra en 1988 cuando la palabra en inglés no
existía en nuestro vocabulario. Era el hostigamiento de alumnos contra alguno
en especial. El vector del film es la venganza que une a dos alumnos, uno de
ellos el hostigado y discriminado, organizando las secuencias, los hechos, a
manera de puzzle, por lo que nada queda suelto. En este sentido, Coulier
demuestra un honesto ejercicio narrativo con la utilización de diversos
elementos que, combinados, dan una historia sólida, basada en dos adolescentes.
La venganza, decíamos antes, es el vector, un sentimiento que, oculto o no, es
el generador de los dramas del ser humano. Es una buena película nacional,
recomendable. XXXXX.-EB
3.- No golpees dos
veces, de Caradog W. James. Es el film de terror semanal, plagado de
clishés, sustos espantosos y nada más. Esto significa que el lúcido James no
trabajó la narración de manera sólida, a pesar de ser uno de los buenos
directores independientes de cine fantástico y de terror que tiene Inglaterra.
Desde el punto de vista de la cinematografía, la película adolece de sutileza,
y para el público fan del género, es un film más que tiene lo suyo para
entretenerse pegando saltos en la butaca. Regular. XXXXX-EB
4.- Alta cumbia,
de Cristian Jure, con Martín Roise en calidad de investigador y de
interlocutor. La investigación realizada por Jure y Roise nos lleva al mundo de
la cumbia villera, surgida a fines de los 90, con eclosión en el 2001. Meta
Guacha, Los Pibes chorros, Pepo, entre otros consagrados intérpretes y
creadores de este género tan vapuleado, dan vida a este docuficción. Recorrer
la vida de quienes son marginales por exclusión es un estudio antropológico de
Roise que muestra las deficiencias de nuestra sociedad. En las letras y el
ritmo de este ritmo tan peculiar, sucedáneo de la cumbia latinoamericana y del
cuartetazo cordobés, está el retrato perfecto del dolor, de la desesperanza,
del hambre, de la persecución, de los más pobres, de los que no tienen techo y
buscan trabajo, de quienes merecen una vida digna pero las políticas económicas
están pensadas para los “otros”. Es la vida de “los negros”, de ésos que la
sociedad supuestamente “blanca” rechaza. El documental es excelente como espejo
de lo que se necesita, como crítica social al resto de la sociedad que mira
hacia el costado, responsabilizando de esto a quienes tienen el poder de subsanar
tanta discriminación. Muy buena. XXXXX.-EB
5.- Un don
excepcional, de Marc Webb. Con Chris Evans (el Capitán América) y la
pequeña gran actriz Mckenna Grace, junto a gran elenco. Música de Rob Simonsen.
Duración: 101 minutos. Los relatos simples sobre hechos cotidianos o bien
situaciones de la vida que aquejan o pueden aquejar a cualquiera de nosotros
suelen tener mala prensa. Es el caso de “Un don excepcional”, donde se narra
las vicisitudes de un tío que se ve obligado por las circunstancias a criar a
su sobrina, una pequeña genio, dado que la madre falleció. El planteo es humano
y sencillo, no pretende más que mostrar una situación de la vida y la posible
resolución que puede tener. Surge también el problema de la adopción, los
familiares que aparecen en reclamo de alguien al que tal vez no le dieron tanta
importancia durante la vida de la madre. La película no pretende más. Es una
buena realización, emotiva, basada en un hecho que sucede en la vida diaria. XXXXX.- EB
YO, DANIEL BLAKE
De Ken Loach. Con Dave Johns, Hayley Squires, Briana Shann, Dylan
Mckieman, Kate Rutter, Sharon Percy, entre otros. Música de George Fenton. Duración: 100 minutos. Reino Unido.
XXXXX- IMPLACABLE REALISMO DEL MAESTRO LOACH
Imposible sustraerse de
la vida del personaje Daniel Blake, carpintero de casi 60 años que, por primera
vez en su vida, se ve obligado a acudir a los servicios sociales, al caer
enfermo por problemas cardíacos. Si bien la política social es proverbial por
su calidad en el Reino Unido, Ken Loach, adalid de los obreros, clava su
bisturí en las incongruencias del sistema para con los que más necesitan. Aún
en una sociedad que tiene altos estándares de vida, la burocracia resulta
impiadosa con los ciudadanos desprotegidos y sin conocimientos necesarios de
tecnología para estar en el “mundo de hoy”. Como recuerdo luctuoso, baste el incendio
del edificio que ocurrió hace pocos días, dejando casi un centenar de muertos
en pleno corazón de Londres, edificio estatal para colaborar con inmigrantes y familias
pobres.
De la mano de Ken Loach
es el espectador quien se conmueve por hechos que son comunes a todas las
sociedades occidentales. El compromiso emocional con el personaje protagónico es
profundo: un luchador que no quiere bajar los brazos, a pesar de que sus
fuerzas físicas vayan menguando. Heroicidad en la lucha cotidiana, retrato del
trabajador global.
En su ocio obligado y
desesperanzado, Daniel Blake (un notable Dave Johns) se cruzar con Katie
(Hayley Squieres), madre soltera de dos niñas, llena de carencias básicas, migrando
desde New Castle a Londres. La marginalidad social los une espiritualmente,
siendo ayuda mutua en la desprotección estatal que padecen. Sin quedarse en una
narración que sobrevuele los problemas, Loach hace hincapié en
personas-personajes que complican la vida innecesariamente: desde el médico que
prohíbe el trabajo, hasta la obligación de la Administración estatal a
conseguir un empleo o ser sancionado. La paradoja está, la rebeldía del humilde
también. La solución de la problemática se vislumbra muy lejos. Es un laberinto
impío que transforma al que necesita en un paria, aún dentro de un sistema que
tiene varios puntos de calidad por arriba de las nuestras. Es que, aún en la
pobreza, la del Hemisferio Norte es diferente a la del Hemisferio Sur. Se
sufre, se padece, pero hay un piso más alto a partir del cual el padecimiento
se hace palpable.
Esta película es una
certera flecha de excelencia, perturbadora, conmovedora, frente a este Daniel
Blake que no desfallece nunca. Ken Loach
no escatima detalles que transforman su narración en un espejo social de la
crueldad que existe, de la inmisericordia flagrante aún en las sociedades que
se ufanan de excelencias varias. Sensible, polémico, Ken Loach llega a los 80
años regalándonos una historia actual, sin dobleces ni suturas narrativas, con
su indeclinable realismo social basado en su declarado trockismo.
Carlos Pierre