JUEVES 9 DE JUNIO DEL 2016.-
Se suman varios estrenos
nacionales independientes a los estrenos internacionales: “La cuenta”,
de Gastón Bernstein con Tomás Rodríguez y Sofía Almuina se transforma en la
primera película quilmeña, siendo así el resultado de un nuevo polo de
producción cinematográfica nacional. Doce personas que no se conocen se reúnen
en un bar para el juego de los roles, con consecuencias psicofísicas que
desconocen.
“Pibe chorro”,
de Andrea Testa, es un documental de excelente fotografía, por momentos fuerte,
que trata sobre los niños y adolescentes que incurren en la delincuencia,
analiza la problemática social que los rodea que atañe a todos los sectores
sociales, así como el “que los maten a todos” o “mano dura” que algunos
ciudadanos piden ante la ausencia del Estado a través de sus diferentes órganos
relacionados con estos temas.
EL PODER DE LA MODA
Guión y dirección de Jocelyn
Moorhouse, basado en la novela de Rosalie Ham. Con Kate Winslet, Judy Davis,
Liam Hemsworth, entre otros. Música de David Hirschfelder. Duración: 118 minutos.
MUY
BUENA. EL SABOR DE LA VENGANZA
Jocelyn
Moorhouse regresa al cine con un
extraño, empático y diferente film, mix de géneros que van desde el western
hasta la sátira, desde el drama hasta el slapstick, desde el odio hasta la
venganza más cruel, en un ambiente teatral, una aldea de pocos habitantes
llamada Dungatar, en Australia.
Kate
Winslet compone a la modista (en inglés el film se llama “The dressmaker”)
“Tilly” Dunnage quien regresa a su pueblo en 1951 luego de ser forzada en su
niñez a abandonar el lugar por una falsa condena. Tiene sed de venganza y,
además, está preocupada por su anciana madre, “Molly”, encarnada por la notable
Judy Davis. Será ella, “Tilly”, la piedra del escándalo en ese pueblo chismoso
e hipócrita, que esconde la verdad en beneficio de un abusador al que temen.
Romance, muerte, gags, locura, fatalidad, sobrevuelan la historia con una dosis
del teatro de Shakespeare para quien la venganza fue y será el origen del mal entre
los seres humanos.
En
una mezcla vertiginosa de slapsticks, drama, comedia, entre otros géneros, la
realizadora Moorhouse impone al espectador un viaje a través de diferentes
climas y situaciones con un intenso
sentido de tragedia que se intuye aunque tarde en aparecer. La tensión es
constante y atrapa desde el primer momento.
En
este subliminal tono trágico reside el hallazgo del film: todo es previsible
pero, al mismo tiempo, nada lo es. Es un novedoso e inteligente juego de
contrastes. Desconcierta aunque se logra fundir todos los géneros en una
propuesta muy atractiva.
La
recomendamos, especialmente para aquellos cinéfilos que aman el cine con
diferente concepción narrativa.
Carlos
Pierre
IL
NOME DEL FIGLIO
De
Francesca Archibugi. Con Alessandro Gassman, Valeria Golino, Luigi Lo Cascio,
Rocco Papaleo, Michaela Ramazzotti. Basada en la obra francesa “Le prenom” y en
el film del mismo nombre.
MUY
BUENA. ESTALLIDO EN LA NOCHE
Antes
fue el nombre “Adolf”. Ahora es “Benito”. Conservadores y comunistas italianos
se reúnen en una mesa familiar en la que no faltará nada: la discusión del
nombre los arrastrará al enfrentamiento por secretos sentimientos frustrados o
frustrantes.
“Paolo
Pontecorvo”, compuesto por Alessandro Gassman (uno de los cuatro hijos de
Vittorio Gassman y el único que el gran actor tuvo con su primera mujer, la
francesa Juliette Maynel), es heredero de un apellido que fue insigne y visita
a su hermana “Betta” (Valeria Golino) casada con un profesor universitario y
madre de dos hijos pequeños. Pronto llega la esposa de “Paolo”, la embarazada
“Simona” (Micaela Ramazzotti), escritora de un best-seller que nadie leyó, y un
amigo de la familia, “Claudio”. El nombre del futuro sobrino de “Betta” genera
el primer escándalo: “Benito”, los remite a Mussolini y una etapa trágica de la
Italia del siglo XIX. Será el primer encontronazo familiar, detonante de muchos
otros, desde la sexualidad de “Claudio” que dará una sorpresa, hasta los
secretos pequeños o grandes que cada uno va sacando a la luz para asombro y
estallido del resto.
La
ambientación es fantástica: un comedor rodeado por una amplísima biblioteca, un
piano, y un desorden generalizado pero, al mismo tiempo, cálido. Los efectos de
la iluminación y la fotografía son los otros dos protagonistas. La realizadora
Archibugi tiene un manejo muy ágil de la cámara al punto que puede hacer tomas
de manera virtuosa desde cualquier lugar de la mesa redonda que reúne a los
Pontecorvo y familiares. El turno les va llegando de a uno de manera simple y
directa. Los estallidos de furia y llanto también. Es el amor el que podrá
salvarlos de la ruptura.
¿Sabemos
comprender realmente al otro, al semejante, al marido, la esposa, los hijos?
Resulta muy interesante este “Nombre del hijo” a la italiana, con un humor
ácido y cálido a la vez muy al “uso nostro”.
Elsa
Bragato
EL
CONJURO 2
De
James Wan. Con Patrick Wilson, Vera Farmiga, Frances O’Connor, Madison Wolfe,
Lauren Esposito, Patrick McAuley, Benjamín Haigh, entre otros. Música de Joseph
Bishara. Fotografía de Don Gurgess. Duración; 133 minutos.
EXCELENTE.
¡PARA CORTAR EL ALIENTO!
James
Wan sorprendió hace tres años con “El conjuro”, tomando uno de los casos analizados
por el matrimonio compuesto por Ed y Lorraine Warren, demonólogos y psíquicos, quienes
dejaron abundante información en libros en los Estados Unidos e Inglaterra;
fundaron también en 1952 el único museo de ocultismo que existe en el mundo (www.warrens.net). Sobrevive Lorraine Warren.
El
matrimonio atiende en esta secuela de “El conjuro” un caso de captación
demoníaca que ocurrió en Enfield, Inglaterra, en el seno del hogar de los
Hodgson, una mujer divorciada con cuatro hijos pequeños, dos nenas y dos
varones. A través de un juego, las chicas abren el campo de lo paranormal.
Sin
necesidad de recurrir a lo “gore”, a ese regodeo sangriento tan desagradable,
Wan logra aplicar todos los clishés del género con maestría, con tomas
secuencias que siguen a los personajes en sus tribulaciones cortando
literalmente el aliento a la platea, ruidos exactos y atemorizantes, y apariciones
fantasmagóricas logradas.
Transitar
por clishés y salir perturbado, con un film muy extenso que mantiene la
atención de principio a fin, es otro logro de James Wan, quien es hoy por hoy
un maestro del terror inteligente. La cámara en movimiento y la inquietante
música incidental de Joseph Bishara son complementos perfectos mientras la
fotografía de Don Burgess logra movilizar más allá de la previsibilidad de
algunas secuencias. Lo más curioso, que habla del manejo narrativo de
excelencia de Wan, es la inserción de dos escenas románticas: Ed Warren toma la
guitarra y canta para los hijos de Peggy imitando a Elvis Presley, así como se
da el lujo de iniciar un baile con su esposa Lorraine. ¡Inmejorable!
Más
que recomendable para los amantes del cine de terror y un i planteo sobre la
paranormalidad para pensar, en un combo de perfecta narración, fotografía y
música.
Elsa
Bragato