JUEVES 23 DE JULIO DEL 2015.-
Siete películas
ingresan al circuito comercial cinematográfico del país. En líneas generales,
buenas realizaciones con temáticas diversas para todos los gustos, desde los
chicos hasta los adultos. Entre estos films está el documental “La lluvia es
también no verte”, de Mayra Bottero, sobre Cromañón, que indaga también las
secuelas. Un documental duro y veraz. Por su parte, resulta muy interesante el
docu-ficción “Aguas abiertas” sobre la amistad de cuatro adolescentes con
discapacidades que encuentran en el deporte una forma de realización y se
proponen cruzar a nado el río Paraná. Fue realizado por Marcia Paradiso,
directora también de “Lunas cautivas”. En ambos films indaga la capacidad de
superación a través de medios diferentes. En el caso de “aguas…”, es justamente
el agua el medio de socialización y de superación. Emotivo y didáctico film. Destacamos
también el estreno de “El tiempo encontrado”, de Eva Poncet y Marcelo Burd,
sobre la inserción de tres bolivianos como integrantes de la nueva inmigración nacional.
La fotografía detallista de Poncet-Burd, los silencios que hablan, hacen de
este docu-ficción un film muy interesante. Finalmente, “El gran pequeño”, de
Alejandro Monteverde, nos narra la vida de Pepper Busbee, interpretado por el
pequeño Jakob Salvati, quien vive en un pueblo norteamericano en plena Segunda
Guerra Mundial. El film plantea interesantes subtemas como la discriminación
entre los chicos, le da potencia a la figura paterna como eje del hogar, nos
habla del desastre que significa toda guerra y nos regala la potencia del amor
de un niño que ama a su padre y que empleará todos los métodos posibles para
traerlo al hogar nuevamente. Una bella historia bien contada.
“DÓLARES DE ARENA”
De Laura Amelia Guzmán e Israel Cárdenas. Con Geraldine Chaplin, Yanet
Mojica y Ricardo Ariel Toribio. Música de bachata, oriunda de la R. Dominicana.
Duración: 80 minutos. Coproducción de México, R. Dominicana y Argentina
(Reicine).
BUENA. AMORES QUE NO LO SON
Laura Amelia Guzmán es una joven realizadora dominicana casada con el
director mexicano Israel Cárdenas. Entre ambos dirigieron este film que rescata
a Geraldine Chaplin en uno de sus mejores roles de los últimos tiempos. Guzmán
se basó en la historia autobiográfica del francés Jean-Noel Pancrazi, quien viajó
al Caribe enamorándose de un joven nativo. En este caso, Guzmán y Cárdenas
invirtieron la situación: es una adulta francesa, “Anne”, que encarna Geraldine
Chaplin (más parecida a su genial padre que nunca), quien se siente atraída por
“Noelí” (Yanet Mojica) cuando la ve en las playas de las Terrenas. Es común que
los ricos europeos busquen aventuras rejuvenecedoras en estas idílicas playas a
cambio de euros o dólares. El caso de “Anne” y “Noelí” no es diferente en el
comienzo pero, entre ambas mujeres, comienza a surgir una delicada relación que
así es retratada por las cámaras de Guzmán y Cárdenas. El rostro arrugado de
Geraldine Chaplin contrasta con la piel tersa y morena de Yanet Mojica,
mientras su novio en la ficción (Toribio) se encarga de armar un plan para
conseguir dinero.
Más allá de la anécdota, que está basada en hechos reales por ser
parte de una autobiografía ( podría quedar en la mera denuncia), está la fineza
con que los directores encaran el tema del lesbianismo, el retrato de las dos
mujeres en notable contraste de edades, rodeadas por la música autóctona
dominicana que es la bachata. En este rubro, la directora Guzmán se encargó de
buscar las raíces mismas del ritmo nacional, alejado del que se conoce
comercialmente.
En un tono menor, con una fotografía excelente, y muy buenas actuaciones,
“Dólares de arena” nos acerca una historia que conmueve desde la contundencia
narrativa y desde la acertada dirección actoral.
Elsa Bragato
PIXELES 3D
De Chris Columbus. Con Adam Sandler, Kevin James, Michelle Monaghan,
Peter Dinklage, entre otros. Música de Henry Jackman. Duración: 105 minutos.
BUENA. PAC-MAN AHORA ES GODZILLA
Es raro, cuanto menos, ver a Adam Sandler en una película donde la
escatología esté ausente. Hay algunas, es cierto, pero son las menos. En este
caso, forma una excelente dupla con su amigo Kevin James, simpático actor que
tiene la particularidad de bailar muy bien y de poseer una gestualidad
singular. La historia del film está basada en el cortometraje del mismo nombre,
“Pixels”, de Patrick Jean, que se encuentra en Youtube y que dura poco más de
dos minutos. En pantalla grande y con 3D se nos presenta la guerra de los
personajes de los videojuegos contra el mundo.
Todo comienza en 1982 cuando la NASA lanza una cápsula del tiempo al
cosmos con secuencias de la cultura de la Tierra. En ese “más allá” virtual,
todo se confunde y los personajes con los que se jugaba en la compu se
transforman en monstruos devoradores de la Humanidad. New York es la ciudad
elegida para que Pac-man, a la manera de un Godzilla digital, recorra sus
calles provocando catástrofes. Kevin James encarna al presidente de los Estados
Unidos, posterior a Obama, quien le pide ayuda a su mejor amigo, “Sam Brenner”
(Adam Sandler) que lo ayude en esta guerra. Ambos han sido fuertes jugadores en
los 80 de videojuegos, participando de varios torneos donde solía brillar
“Eddie Plant”, encarnado por ese pequeño gran actor que es Peter Dinklage.
Ciertamente, esta película no va a ganar ningún Oscar pero en cambio
va a lograr la empatía de los espectadores a través de secuencias que son
guiños de superproducciones taquilleras junto a otras de gran ternura como el
amor entre “Lamonsoff” (Josh Gad) y la bella “Barbie” virtual, por ejemplo. Por
su parte, Sandler tiene momentos románticos que ponen dosis de calma en la
guerra que ha comenzado y que tendrá sus picos hacia el desenlace del film. Las
interrelaciones de los personajes fluyen cómodamente, y, si bien la historia es
previsible porque la lucha contra el mal tiene clishés hollywoodenses
archiconocidos, la propuesta transita por situaciones personales de los
personajes que morigeran lo que ya conocemos al aportar una cuota de renovación
beneficiosa y mucha calidez y simpatía.
Elsa Bragato
FELIX Y MEIRA
De Maxime Giroux. Con Martin Dubreuil, Hadas Yaron, Luzer Twersky,
entre otros. Música de Olivier Alary. Duración: 106 minutos.
BUENA. LA ACEPTACIÓN DEL DEVENIR
Este film canadiense, “Felix y Meira”, hablado en tres idiomas,
muestra las diferencias culturales y
religiosas y cómo, cuando se produce un flechazo, los fundamentos mas rígidos
caen destruidos. “Felix” (Martin Dubreuil) es un agnóstico cuyo padre fallece enamorándose
de “Meira” (la bella Hadas Yaron, protagonista del excelente film “La esposa
prometida”), joven esposa de religión
judía jasídica, madre de una niña. Cada personaje tiene un por qué para que los
encuentros casuales conlleven a algo más, al amor y la vida en común. “Félix”
busca una razón religiosa que le permita comprender la muerte de su padre,
mientras se plantea qué hacer con la herencia, mientras que “Meira” no soporta
más la vida que su esposo (Luzer Twersky) lleva, basándose en el rigor del
judaísmo jasídico. No fluye el amor en la pareja sino la observancia de los
preceptos religiosos que agobian a Maria.
Hay una narración minuciosa, muy calma, donde el amor no estalla, no
hay pasión sino una entrega al fluir que la vida impone. No obstante esta
lentitud, que atenta contra la historia propuesta, los personajes atrapan por
las convincentes actuaciones. “Meira”-Yarón tiene un rostro expresivo y
sutileza en sus modales, mientras que “Félix”-Dubreuil denota cierto arrebato
ante el descubrimiento de su propio amor. Lo inevitable está. Sin “pathos”, es
una aceptación natural del devenir.
Elsa Bragato