JUEVES 25 DE JUNIO DEL 2015.-
Catorce estrenos se anuncian para este
jueves, algunos títulos nacionales sin difusión entre la mayoría de los
críticos de cine. Del exterior llegan “Lugares oscuros”, un potente thriller de
Gilles Paquet.Brenner, protagonizada por Charlize Theron, la sobreviviente de
una matanza y su búsqueda de justicia 30 años después. También la romántica
“Escribiendo de amor”, de Marc Lawrence, con Hugh Grant. Así como la española
“Stockholm”, de Rodrigo Sorogoyen, que obtuvo premios en los Goya y tiene una
particularidad: fue filmada en pocos días a través del “crowd-founding”, es
decir, el dinero vía internet de pequeños inversores hasta que se logró la
cantidad necesaria para llevarla a cabo. Lo curioso es que alcanzó calidad como
para estar nominada a premios e incluso obtener algunos de ellos. Hasta aquí
tenemos muchos estrenos, que correrán suerte diversa, con figuras
internacionales que regresan a la gran pantalla: Theron y Grant, por ejemplo.
Entre los estrenos nacionales, están “Yarará”
(inspirada en el cuento “El camino de la costa” de Saer), de Sebastián Sarquís
y Gabriel Arregui, con Juan Palomino, entre otros quien también protagoniza
“Los dioses del agua”, de Pablo César, primera coproducción nacional con Angola
y Etiopía, con muy buena fotografía y realización. También se estrena “La parte
automática” de Ivo Aichenbaum (presentada en el BAFICI 2012) y “Al oeste del
fin del mundo”, coproducción de Argentina y Brasil, de Paulo Nascimento, con
César Troncoso y Fernanda Moro, entre otros, un drama filmado en el
departamento de Las Heras, Mendoza, a los pies de la Cordillera de Los Andes.
DOS LOCAS EN FUGA
De Anne Fletchner. Con Sofía Vergara, Reese
Witherspoon, entre otros. Música de Christophe Beck. Duración: 87 minutos.
REGULAR. COMEDIA POCO ELABORADA
Reese Witherspoon es ganadora de un Oscar por
“Legalmente rubia” y ha estado nominada otras veces. Por lo que su intervención
en esta pobre y alocada comedia llama la atención. Una policía que, por
errores, ha quedado en el “banco”, tiene la misión de cuidar a la mujer de un
narcotraficante que es un testigo encubierto de una temible red colombiana. Y,
cuando llegan a la mansión del “testigo”, se produce una balacera que termina
con todos, menos con ella y Sofía Vergara. A partir de ese momento, se inicia
la loca carrera que tiene a las dos actrices como esenciales protagonistas de
fugas, corridas, encierros, y gritos histéricos.
El caso es que es una comedia del montón, y
no se justifica pagar una entrada para verla. Si bien “se deja ver”, es muy
poco lo que le ofrece al espectador. Tiene una fotografía elemental, más que
clásica, y su argumento es trillado. Las actuaciones tampoco son deslumbrantes:
Witherspoon es muy solvente y está para otros roles, mientras que Sofía Vergara
posee una gran belleza pero el timbre de su voz es desagradable y la mezcla que
hace de castellano e inglés solo sirve para ridiculizar a los sudamericanos.
Sin expresividad, la bella oriunda de Colombia no hace honor a su porte porque
no tiene ductilidad, al menos en este papel, frente a las cámaras. Está sujeta
a algo que desconocemos. O bien trabajar junto a Witherspoon fue una gran
responsabilidad.
Lo mejor está en los créditos donde hay una
seguidilla de bloopers de ambas actrices que realmente mueven a risa. El resto
es una chiquilinada que, si bien no hiere de muerte el espíritu, mata al
bolsillo.
Elsa Bragato
EL PRISIONERO IRLANDÉS
De Carlos María Jaureguilazo, Marcela Silva y
Nasute. Con Alexia Moyano, Tom Harris, Manuel Vicente, Alberto Benegas, entre
otros. Música de Santiago Adano Rellihan. Duración: 103 minutos.
MUY BUENA. HISTORIA NACIONAL EN PRIMER PLANO
En San Luis se filmó esta película que,
previamente, obtuvo el premio al guión de Marcela Silva y Nasute, en el concurso
de guiones cinematográficos basados en temas de la vida cotidiana durante los
años de la independencia nacional.
La guionista, de ascendencia irlandesa, tomó
el desafío de contarnos la vida de las mujeres que se encargaban de cuidar a
los prisioneros tomados durante las invasiones inglesas de 1806, en su mayoría
de origen irlandés. El pueblo de Irlanda fue la “fuerza de choque” de los
británicos.
La historia abarca desde 1806 hasta la
campaña de San Martín en Los Andes, mostrándonos la vida diaria, azarosa, de
las mujeres “cuidadoras”, al resguardo de malones y del viento Zonda. “Luisa”,
a cargo de Alexia Moyano (santacruceña), debe cuidar al prisionero Conor,
encarnado por el actor británico Tom Harris.
El guión nos ofrece una mirada diferente desde
todo punto de vista sobre lo que ocurría en el interior de las luchas por la
independencia del territorio, que no se muestran pero son el marco histórico
argumental. Las mujeres fueron diezmadas por estos enfrentamientos y, en San
Luis, de una población femenina de 16.000 mujeres quedaron solamente 4.000. Además
estas “avanzadas” de ejércitos europeos provocaron las primeras migraciones,
siendo la irlandesa muy importante en la Argentina. Recordemos al primer
almirante de nuestra Armada, Guillermo Brown, y a John T. O’ Brien, ayudante de
campo de San Martín, así como a cientos de anónimos soldados que pelearon junto
a nuestros soldados.
Buena reconstrucción de época, historia muy
interesante, buenas actuaciones, conforman un “combo” de buen cine nacional dentro
de un género, el histórico, que no es frecuente en los últimos años (más allá
de las versiones recientes de la vida de Manuel Belgrano y del cruce de Los
Andes del general San Martín)- Para ver.
Carlos Pierre
UN CASTILLO EN ITALIA
De Valeria Bruni Tedeschi. Con Louis Garrel,
Marisa Borinni, Xavier Beauvois, Filippo Timi, entre otros. Música de Rita
Pavone. Duración: 104 minutos.
BUENA. UNA BIOPIC DE ALCURNIA
Valeria Bruni Tedeschi es la hermana de Carla
Bruni, esposa del ex presidente francés Sarcozy. Proviene de una familia de
alcurnia italiana, dueña de un castillo en la zona de Turín, venida a menos. La
directora y actriz, muy reconocida en su país, continúa con sus relatos de
fuerte contenido autobiográfico, en este caso en memoria de su hermano
Virginio, a quien dedicó el film, fallecido de SIDA. Su madre en la vida real,
la actriz y pianista Marisa Borini, aceptó ese rol en el film con la convicción
de que “nadie más podía interpretarla porque ése había sido su castillo y ésa
su vida”.
“Louise” tiene 43 años y no formó pareja. Se
debate entre la Fe católica que intenta tener y la Fe practicante de su madre.
Su hermano Virginio es, por momentos, un amor incestuoso sin extremos, quien se
casa a su pesar y muere de SIDA. En ese trajinar que el cine apura en tiempos,
respetando las cuatro estaciones del año (sirven para dividir la película en
capítulos), “Louise” se enamora de un joven actor, “Nathan”, con quien desea
cumplir el sueño de ser madre. Como telón de fondo, está el castillo familiar
que debe ser vendido así como sus obras de arte, entre las que se incluye una
maravillosa pintura del Brueghel. La tala de un frondoso árbol de los jardines
palaciegos es el símbolo de la caída misma de esta familia, la pérdida del
castillo, la muerte del hermano, y la esperanza del hijo para Louise en otro
ámbito.
Hay dislates narrativos que cortan una
incipiente melancolía y un esbozo de afectividad entre los personajes. El
montaje ayuda a cortar abruptamente las relaciones y las subhistorias
planteadas. La mayoría gira en torno a “Louise” que, por momentos, está fuera
de sí y no logra hacer pie en su vida y en su alma. Por momentos también hay
una excesiva languidez narrativa aunque sirve para ubicar a los personajes y
sus propias historias.
Hablada en francés e italiano, dividida entre
Italia y Francia porque así fue la vida de su directora y protagonista, aparece
el idioma inglés en la subasta de los bienes del castillo, donde Omar Shariff
hace una breve incursión por amistad hacia la familia Bruni Tedeschi. El final
está anunciado así como la perturbación de “Louise” por la muerte de su
hermano, por la racionalidad de su madre, por sus altibajos afectivos que
incluyen hasta al padre de su pareja eventual, un director de cine con quien
mantuvo relaciones (una extrapolación narrativa que llama la atención).
Entre comedia “buffa” (cómica) y tragedia,
saltando de emoción en emoción, la película responde a su título y nos sumerge
en un mundo que ya no es con la impronta de la actualidad. Lo que queda del
pasado y el presente, con su carga de dolor y su esperanza también. En
síntesis, es una rara muestra del cine italiano actual, con fuerte raigambre
francesa.
Elsa Bragato
CERCANA OBSESIÓN
De Rob Cohen. Con Jennifer López, Ryan
Gusmán, Ian Nelson, John Corbett, entre otros. Música de Nathan Barr y Randy
Edelman. Duración: 91 minutos.
BUENA. UNA PASIÓN DESENFRENADA
Este thriller psicológico del veterano
realizador Rob Cohen (“Rápido y furioso”) es un atractivo contraste entre un
retrato naif de dos casas contiguas y una cercana obsesión que sobreviene a una
noche apasionada entre una mujer adulta (Jennifer López) y un atractivo
muchacho de 19 años (Ryan Guzmán).
J.Lo, multimillonaria celebrity de Hollywood,
compone a una profesora de literatura que se acaba de separar de su esposo
(John Corbett) y tiene a su cuidado a su hijo adolescente (Ian Nelson). Un
flamante vecino se hace amigo de su hijo y, una noche de soledades, la madre
del adolescente y el jovencito “de al lado” tienen sexo desenfrenado. La
fotografía colabora acertadamente en darnos estampas naif de las dos casas
vecinas, con excelente iluminación y encuadres. Estampa ideal para situar el
desenfreno, los celos y el estallido “gore” por una pasión ilimitada.
El guión tiene guiños literarios para hacer
honor al personaje de López: se hace mención a La Ilíada de Homero, centrada en
la venganza, sentimiento que alberga el joven vecino, desquiciado por sus
celos.
La coproducción de esta película es de la
protagonista, Jennifer López, quien logró un excelente equipo técnico,
regresando a la pantalla con un papel comprometido, alejado de los
tradicionales de heroína romántica. Es un film entretenido, con sobresaltos y
tensión ascendente, y con una protagonista latina que es reina en Hollywood por
su belleza. Vamos a entretenernos sin buscar la esencia de la dramaturgia.
Carlos Pierre
DRAGON BALL Z: LA RESURRECCIÓN DE FREEZER
De Tadayoshi Yamamuro. Duración: 93 minutos.
BUENA. REGRESO DEL ANIMÉ
La saga de Dragon Ball tiene larga historia
entre los “manga” japoneses y el “animé” cinematográfico. En este caso, es la
décimonovena película de la franquicia DragonBall, la décimoquinta de Dragon
Ball Z, y la secuela de “DragonBall Z. La Batalla de los Dioses”. Además, a
casi 20 años de los 10 años de Weekly Shonen Jump, de la serie animada de TV,
los videojuegos, los juegos de cartas y del legendario cómic “Dragon Ball”,
regresa el personaje en un nuevo largometraje, segundo film en dos años
(posterior a La Batalla de los Dioses del 2013), luego de la creación de los
“Destroyers” y los 12 universos.
Freezer va a ser reconstituido, el mundo
estallará y los seres “virtuales” se preparan para apoderarse de la tierra. La
historia, con sus personajes diferentes a las de cualquier animación
occidental, tiene millones de seguidores en todo el mundo por lo que no
agregaremos nada de su argumento. Sí vamos a indicar que este animé mantiene,
en particular, el virtuosismo sorprendente de armar tomas diferentes a partir
del sistema de animación, brindándole a estos cuentos fantasiosos una gran
agilidad narrativa. Técnicamente impecable y sorprendente, la nueva propuesta
de “Dragon Ball” sigue dando batalla a la imaginación.
Elsa Bragato