PANTALLAZOS (CRÍTICAS DE BRAGATO Y PIERRE)

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jueves, 28 de mayo de 2015

"TERREMOTO LA FALLA DE SAN ANDRÉS", "ZONDA", "PASAJE DE VIDA", ENTRE LO MEJOR DEL JUEVES 28



JUEVES 28 DE MAYO DEL 2015.-
Hay diez estrenos que renuevan la cartelera porteña. Incluyen las dos ficciones argentinas “El incendio”, de Juan Schnitman y “Congreso”, de Luis Fontal, dos directores de cine independiente. En el primer caso, Schnitman centra la historia en un joven matrimonio que debe afrontar la compra de un departamento. Son 90 minutos donde afloran los sentimientos de uno y otro, los encuentros y desencuentros, a través de una sólida narración. En el segundo caso, se trata de un grupo de jóvenes que buscan, a través de una reunión, el ir haciendo la vida, el futuro. Está muy bien filmada, si bien la estructuración de sus personajes resultó un tanto superficial. En el rubro documental, se estrena “Margarita no es una flor”, de Cecilia Fiel, sobre el caso de Ema Cabral, fusilada en la Masacre de Margarita Belén el 13 de diciembre de 1977. Fiel es periodista también e investigó no solo el fusilamiento de Ema sino que, a partir de esta militante, intentó dar un testimonio válido de un crimen de lesa humanidad a manos del “proceso” militar sufrido en el país. Como novedad, está el primer film dirigido, y también protagonizado, por Russel Crowe, “Camino a Estambul”, una historia centrada en la búsqueda de dos hijos que, por la primera guerra mundial, quedaron fuera de la familia. Es una historia conmovedora de amor filial, con muy buena recreación de la contienda bélica. Y sin calificar, indicando que las personas sensibles no concurran a verla, está “Historias de caballos y hombres”, de Benedikt Erlingsson, que muestra la interrelación de la vida y la muerte, y más…, entre el hombre y el caballo. Hay escenas que realmente repugnan y otras que ennoblecen el guión. Es un film que, en nuestro  país, puede generar polémicas y ciertamente herir sensibilidades.
TERREMOTO. LA FALLA DE SAN ANDRÉS 3D
De Brad Peyton. Con Dwayne Johnson, Kylie Minogu, Carla Cugino, Alexandra Daddario y Paul Gimatti, entre otros. Música de Alexandre Desplast. Duración: 114 minutos.
BUENA. ¿EL GUIÓN? BIEN, GRACIAS.
Impresionantes efectos especiales y electrizantes secuencias de rescate nos hacen saltar de la butaca apenas comienza el film. La aparición de Dwayne Johnson, “La Roca”, como rescatista-bombero que es piloto de helicóptero, sonríe a cámara y allí viene una duda: ¿hay un guión sólido o es “otra más” de efectos computarizados? Y, en verdad, sucede esto último a partir de saber que la falla de San Andrés puede provocar uno de los más terribles terremotos de los que se tenga noción para la Humanidad.
Sin embargo, la recreación es alucinante. Cuando vemos al ayudante de Paul Giamatti (un científico experto en sismología) en las entrañas de un gigantesco dique midiendo las “pulsaciones” de la tierra, comprendemos que el desastre telúrico está cerca.
Desde Los Angeles hasta San Francisco, la tierra tiembla de una manera brutal y la película lo muestra a través de efectos notables e impresionantes, como dijimos. El tema pasa por el guión. La historia romántica familiar de Dwayne Johnson hace desvanecer la fuerza de este cataclismo que, en sí mismo, es más contundente que el salvataje inverosímil que emprende “Ray” junto a su ex esposa “Emma”. La búsqueda se centra en “Blake”, la hija de ambos, que ha quedado atrapada en un edificio que se va hundiendo en una ciudad arrasada por un tsunami, posterior al choque de las placas tectónicas. Que en medio de tamaño desastre haya tiempo para que todo se detenga y tenga lugar un beso, nos habla de demasiada tilinguería. Que los únicos sobrevivientes que se ven recorriendo, en un bote con motor fuera de borda, la destruida San Francisco, es muy poco creíble. La puesta en escena es solo para los protagonistas, tan solo dos, en busca de una tercera y un joven junto a su hermano menor que, con alevosía del guionista, se enamoró de la adolescente. Demasiado ramplón y consabido así como es inverosímil el tiempo que la dulce “Blake” pasa sin respirar como para no tener consecuencias neurológicas. Destacamos la banda sonora del último ganador del Oscar, Alexander Desplat, uno de los diez mejores compositores contemporáneos. Las locaciones elegidas son australianas con secuencias en Los Angeles y San Francisco.
La película es atrapante. Descomunales efectos. El guión, lo de menos…
Elsa Bragato
ALUNIZAR
(Land on the moon)
Guión y dirección de Pepa Astelarra y Lucas Larriera. Documental de 100 minutos de duración. Música de Miguel Tennina.
BUENA. TEORÍA ARGENTINA SOBRE LA APOLO XI
El documental de Astelarra y Larriera recrea el primer paso del hombre en la Luna, 40 años después, en nuestro país, concretamente en una desolada salina. Los dos realizadores analizaron el material de archivo que existe sobre el tema y observaron un detalle que los llevó a emprender una investigación inquietante: el disparador de todo fue “un brillo” que observaron al lado de la escalerilla de descenso (Apolo XI) del astronauta Neil Armostrong.
Se preguntan entonces si no fue otro  el astronauta que bajó antes que Armostrong y dio ese famoso primer paso que, desde el 20 de julio de 1969, ha recorrido el mundo en una fotografía icónica. Otros de los interrogantes planteados es por qué la NASA pudo hacer algo así, si fue por seguridad, o bien para que el final de ese alunizaje fuese “como de película” y sin contratiempos. Si los hubo, no se conocieron.
Para poder demostrar estas temerarias inquietudes, los realizadores armaron un símil del descenso en una salina. Se contactaron con la socióloga Mirta Varela, quien escribió un libro sobre la televisión argentina, buscaron los registros de aquella transmisión original, y analizaron el armado televisivo de las imágenes del “Cordobazo” para señalar que, en aquellos años, la carencia de tecnología obligaba a los canales de televisión a pegar, editar, el material que se recibía. Y eso pudo ocurrir con el “alunizaje” y esa “primera pisada del hombre en la Luna”: Armstrong pudo tomar la fotografía de la pisada de un colega que bajó antes que él…
A fin de fortalecer esta teoría, dialogaron con Mónica Cahen D’Anvers, invitada a Cabo Cañaveral para ver el despeque del Apolo XI y la llegada a la Luna, coincidiendo con la socióloga Varela sobre los medios de entonces, muy escasos. Lo cual no quiere decir que Armstrong haya “fraguado” la fotografía de su pisada lunar.
Bien podemos llamar a este documental como “Segunda Teoría de la Conspiración”, sumándose a la ya existente teoría de la conspiración que sostiene que el hombre nunca llegó a nuestro único satélite cósmico. Interesante, inquietante y un buen motivo, en todo caso, para un documental de ciencia ficción nacional.
Carlos Pierre
ZONDA, FOLKLORE ARGENTINO
Documental de Carlos Saura. Director de fotografía: Félix Chango Monti. Coordinación musical: Lito Vitale. Duración: 85 minutos.
BUENA. CÁLIDO VIENTO MUSICAL
Como el viento “zonda”, este documental del maestro Carlos Saura rinde cálido homenaje al folklore argentino. Basándose en su experiencia en este tipo de trabajos, Carlos Saura indaga y recorre el folklore nacional luego de haberlo hecho con “Tango”, nominado al Oscar. Utilizó módulos móviles, de diferentes materiales y formatos, para conformar un espacio escénico elástico, de acuerdo a cada artista, donde la combinación de espejos, grandes y pequeños, pudieran situarse más cómodamente de acuerdo a la luz y al “tiro” de cámara.
Con generosidad, Carlos Saura le da lugar a la música y la danza, desde la zamba pasando por la chacarera, la tonada, la copla, hasta el chamamé y el carnavalito. Hay un desfile de grandes artistas (nos recuerda, con diferencias técnicas y conceptuales, a los filmes nacionales de los 60 y 70) que son la raíz profunda de nuestra música autóctona: Soledad Pastorutti, Jairo, Jaime Torres, Pedro Aznar, Liliana Herrero, Los Carabajal, Horacio Lavandera, entre otros. E incluye, en nostálgicos videotapes en blanco y negro, a Mercedes Sosa y Atahualpa Yupanqui.
De norte a sur, de este a oeste, Carlos Saura muestra nuestra cultura musical, rica, generosa en ritmos y en protagonistas, enmarcándola en una narración atrapante y más que disfrutable. Este documental debe darse en las escuelas de todo el país. Es absolutamente didáctico y necesario. Aún con una visión “turística” del folklore, hace más de 40 años que en nuestro país no se reúne a las voces nacionales para un film de esta naturaleza.
Carlos Pierre
PASAJE DE VIDA
Guión y dirección de Diego Corsini. Con Chino Darín, Miguel Angel Solá, Carla Quevedo, Charo López, Javier Godino, Alejandro Awada, Manuel Callau, Andrea Frigerio, entre otros. Música de David Muñoyerro. Duración: 112 minutos. Coproducción hispanoargentina.
BUENA. EL PASADO QUE AÚN LASTIMA
La vida del realizador Diego Corsini tiene relación con la doble ciudadanía y situación social que viven los protagonistas de “Pasaje de vida”: es  un español, residente en Buenos Aires, hijo de argentinos exiliados por razones políticas en Madrid y, a su vez, sus abuelos de Galicia tuvieron que exiliarse durante la Guerra Civil española. Para Corsini, su corazón está partido en dos nacionalidades y herido por el genocidio de las dictaduras militares y gobiernos de facto que lastimaron a sus seres queridos.
Con esta propia vivencia, Corsini encara un film que está dividido en dos tiempos: el pasado militante, guerrillero de “Miguel”, compuesto por un gran Miguel Angel Solá. El “Miguel” joven está a cargo de un convincente “Chino” Darín que tiene una doble responsabilidad: la de protagonizar y la de encarar la fortaleza temperamental de Miguel Angel Solá. Y el presente de “Miguel”, enajenado, con una enfermedad neuronal, que ha quedado en el pasado. Está junto a su mujer, que encarna Charo López, a quien la argentinidad no le sale por más que quiera, compañera de militancia de “Miguel”. En su juventud está encarnada por la promisoria Carla Quevedo.
El amor, la pasión, los ideales, se entremezclan como el pasado y el presente en la mente de “Miguel”. Dos épocas, dos tiempos, dos realidades que conviven en su confusa memoria, o en su desmemoria aferrada al pasado. El ir y venir en el tiempo están subrayados en la narración, no quedan dudas de que Diego Corsini maneja esta dualidad con seguridad y a sabiendas. También marca el regreso de Miguel Angel Solá al cine nacional con un tema caro a sus sentimientos y sus ideales, que lo obligaron al exilio.
El título del film alude tanto a un momento en la vida de “Miguel”, es evidentemente “un pasaje de vida”, como también podemos encontrar una relación con el “paso” a la clandestinidad del movimiento guerrillero nacional. El film puede resultar polémico pero no hay dudas de que Corsini sabe de lo que habla por su doble ciudadanía, por el sufrimiento familiar de exilios constantes desde sus abuelos. Hay una excelente dirección de arte en la reconstrucción de época, una fotografía lograda, y una narración que, a pesar de cabalgar en dos épocas, no se desmadra. Para ver.
Carlos Pierre
MIL VECES BUENAS NOCHES
De Erik Poppe. Con Juliette Binoche, Nikolaj Coster-Waldau, María Doyle Kennedy, Larry Mullen Jr, Mireille Darc, entre otros. Música de Armand Amar. Duración: 111 minutos. Coproducción de Irlanda, Noruega y Suecia.
MUY BUENA. BINOCHE EN NOTABLE INTERPRETACIÓN
Erik Poppe, noruego, fue corresponsal de guerra en conflictos cruentos. Y considera que esta película, “Mil veces Buenas Noches”, es autobiográfica. Se plantea la profesión en sí y la relación con la familia, hasta dónde ésta queda relegada cuando la pasión por un oficio supera el amor por los seres queridos. Juliette Binoche compone a una madre de dos hijas semi adolescentes siendo reportera gráfica en Medio Oriente y Africa, donde enfrenta situaciones límites. Muchas de las que oculta a su marido, que cumple en el hogar las veces de madre y padre. Decidida a dejar su trabajo, la tientan para viajar al límite de Sudán y lo hace con su hija Steph (Lauryn Canny), quien vivirá con su madre un tremendo momento. Será el desencadenante de una difícil situación conyugal que la pondrá entre la espada y la pared. He aquí donde Binoche se revela como una actriz de matices insospechados, a cara limpia, sin temerle a las incipientes arrugas ni a la falta de “glamour”. Sus miradas, su gestualidad, enriquecen su rol: desde el horror ante una mujer-bomba hasta el dolor profundo del cuestionamiento de sus hijas, y el sufrimiento como mujer ante la rebeldía de su marido ante tanta soledad y responsabilidad. Todo está dicho en el rostro de Binoche. El “corte” que Poppe hace entre el trabajo de la reportera y la vida familiar no produce una ruptura en la tensión narrativa sino que la mantiene desde otro ángulo. Un film para pensar y para emocionarse.
Elsa Bragato