JUEVES 21 DE MAYO DEL 2015.-
Varios estrenos que incluyen un film nacional protagonizado por
Graciela Borges y Luis Brandoni. Entre los estrenos, están “Mientras somos
jóvenes”, de Noah Baumbach, con Ben Stiller y Amanda Seyfried, entre otros.
Y el documental “Damiana Kryygi”, de Alejandro Fernández Mouján, sobre
una niña Aché capturada en 1896.-
TOMORROWLAND
De Brad Brid. Con George Clooney, Britt Robertson, Hugh Laurie, Katie
Cassidy, Thomas Robinson, entre otros. Música de Michael
Giacchino. Duración: 130 minutos.
REGULAR. CLOONEY EN
FUTURISMO DESANGELADO
La factoría Walt Disney
trae a la pantalla otra historia “lavada”, En este caso, un proyecto altruista
a George Clooney, quien puso todo su peso específico (trayectoria y “celebridad”)
al servicio de su rol. Es el caso del niño prodigio de la ciencia que alguna vez
fuera (“Frank Walker) y que se transforma en un ser desilusionado y hastiado
del mundo.
En la realización de
Tomorrowland, se logró una contraposición a este hastío a través del personaje
de la adolescente “Casey Newton” (Britt Robertson), quien es brillante y
optimista, con una curiosidad científica a prueba de todo.
Así surge esta “tierra
del mañana” donde los hombres tienen una sociedad altamente sofisticada y
librada de los desencuentros terrenales en contra el pesimismo social y el
desencanto, el nefasto rigor de la política monetaria y las consecuencias de la
desigualdad.
Están además todos los
recursos técnicos puestos en marcha para que “Tomorrowland” sea un film atrapante.
Sin embargo, falta emoción que queda opacada por discursos pseudofilosóficos,
trabándose la empatía con la narración visual. Hay un transcurrir lineal entre
robots malignos y el viaje que emprenden los protagonistas (Clooney-Robertoson)
hacia ese futuro promisorio perseguidos sin ton ni son.
El mal siempre tiene su
contrapartida en el bien… En este caso, es Athena (Katie Cassidy), robot
“adolescente” que intenta salvar a os viajeros del fracaso. Lo consideramos un
pequeño hallazgo en este “atravesado” guión cuanto menos.
Ayudan en algo las
bellas locaciones elegidas para filmar (Vancouver y Surrey y Valencia en
España), así como la banda sonora del maestro Micahel Giacchino. En síntesis, a
esta “tierra del mañana” le falta pasión, es lineal, tiene un buen comienzo y
se cae en la mitad pasando de una historia futurista a un policial sin
sustento.
Carlos Pierre
TOKIO
De Maximiliano
Gutiérrez. Con Graciela Borges, Luis Brandoni y Guillermina Valdés, entre
otros. Música de Jerónimo Piazza. Duración: 90 minutos.
MUY BUENA. BRANDONI Y
BORGES EN ROMÁNTICO DUELO ACTORAL
Sin llegar a la capital
del Japón, Tokio, hay una relación entre ésta y uno de los protagonistas de
esta comedia romántica cordobesa con dos íconos de nuestro cine: “Gra” Borges y
Luis Brandoni. La historia se centra en Salsipuedes, Córdoba, y en un club
nocturno de jazz llamado “Bourbon”, como ese viejo whiskey norteamericano de la
colorida New Orleans.
Luis Brandoni
interpreta al pianista del club, “Goodman”, quien hizo presentaciones en Tokio
alguna vez. En uno de sus brazos tiene un tatuaje en japonés que recuerda ese
pasado. Hasta allí va “Nina”, encarnada
por Graciela Borges, con un pasado enigmático en su alma.
Hay una excelente
ambientación lograda por la fotografía y la iluminación, velas encendidas que
colaboran con el tono intimista y cálido de la historia, llevándose las palmas
el director de fotografía Horacio Maira quien logró excelencia en su trabajo.
Goodman (que no tiene
que ver con el clarinetista Benny Goodman sino con la traducción literal del
inglés: buen hombre) seduce a Nina, quien se muestra evasiva. Brandoni es un
maestro en este tipo de performances, persuasivo, agradable, con un tono de voz
sugestivo. Borges es, per se, una actriz a quien la cámara ama; su rostro, su
voz, son profundamente seductores. Nina y Goodman mantienen diálogos crecientes
en intensidad, inteligentes, incisivos, tratando de enamorarse pero de no
volver al pasado que cada uno esconde.
Sin lugar a dudas,
Graciela Borges y Luis Brandoni son dos puntales atrapantes, con actuaciones
creíbles que tocan el corazón. Logran un retrato sutil de cualquier relación
entre un hombre y una mujer solos pero aún con esperanzas. La aparición de
Guillermina Valdéz es fugaz pero sugestiva. Compone a la hija de Goodman.
Esta comedia nacional
nos regala la actuación de dos grandes actores, queridos por el público, y,
como dijimos, íconos de nuestra escena. El film se vuelve entrañable,
conmovedor por momentos, muy romántico, basándose en una relación que se intuye
y que no deviene más que en sugestión amorosa. El cine cordobés alcanza una
gran expresión cinematográfica con esta pequeña gran historia de amor encarnada
por dos actores para quienes los elogios resultan pocos. Es un film redondo,
sin pretensiones pero efectivo, uniéndose la excelencia de los protagonistas a
la cuidada realización. Puede resultar muy teatral, es cierto también, pero
estos dos actores nos transportan. Así que le ponemos un “muy bueno”! Con
talento se logra mucho más que con efectos especiales.
Carlos Pierre
POLTERGEIST
De Gil Kenan. Con Sam
Rockwell, Jared Harris, Rosemarie DeVitt, Saxon Sharbino, entre otros. Música
de Mare Stretenfeld. Duración: 93 minutos.
REGULAR. SEGUNDAS
PARTES…
En 1982 asistimos al
estreno de “Poltergeist” (palabra derivada de dos vocablos alemanes) cuya
protagonista era una pequeña abducida por fuerzas sobrenaturales (traducción
del vocablo compuesto del título). La remake dirigida por Gil Kenan se aparta
un tanto del original para ingresar al plano virtual, los seres del más allá
que no abandonan la tierra, empleando una tecnología que le permite jugar con
oscuridades y calaveras con malas intenciones. Pero no consigue el mismo
efecto. Veamos: en la primera película, una familia acomodada compraba una casa
asentada sobre un viejo cementerio, barrio elegante. Los objetos eran movidos
por telekinesis, las fuerzas sobrenaturales se iban manifestando de a poco
hasta abducir a la pequeña en una secuencia aterradora. En esta realización, con
Sam Raimi como uno de sus productores, la familia Browen se muda a un suburbio,
condiciones económicas menores que las de los 80, totalmente asentado sobre un
viejo cementerio.
Los pequeños “Maddy” y
“Griffin” (Kennedy Clements y Kyle Catlett) son los menores de tres hermanos y
los que tienen la capacidad de “ver” a esos espíritus que ahora están en un
clóset, viejo recurso. Y empiezan a surgir, con notable lentitud en la
narración, elementos que son comunes en los últimos 15 años a todos los films
de terror: un payaso de sonrisa maquiavélica, un exorcista que quiere
inmolarse, una insólita historia de amor entre éste y una de las parapsicólogas
que van a socorrer a la familia (como en el primer film), más de lo mismo a
través de un relato maquinal, de “factoría”.
La pequeña es abducida
por estas malignas fuerzas, llamando la atención la pésima actuación de
Rosemarie DeWitt como su madre para quien la desesperación de perder a su hija,
aunque sea en forma momentánea, se resuelve rápidamente con una sonrisa al
escucharla a través de una pantalla “led”. Desde ahí en más, el film transcurre
por sustos crecientes, con ausencia absoluta de compenetración en los roles por
parte de los actores. No falta la apoteosis de gritos, incendios, choques,
derrumbes, que ciertamente nos sobresaltan, agregando una perlita más: los
Browen dejan atrás semejantes desgracias como si nada mientras la policía llega
a un barrio que no se ha conmovido por tanto escándalo viviendo todos sobre el
mismo cementerio. Técnicamente, los recursos utilizados no son novedosos. La
“virtualidad” no compensa el endeble guión. A nivel actoral, solo los pequeños
transmiten convicción. Hay demasiados cabos sueltos como para que esta historia
cierre…
Elsa Bragato
INCOMPRENDIDA
De Asia Argento. Con
Giulia Salerno, Charlotte Gainsbourg, Gabriel Garko, entre otros. Música de
Brian Molko, James Magas, Justin Pearson. Duración: 103 minutos. Coproducción
Italia-Francia.
MUY BUENA. HIJOS DE LA
DISFUNCIONALIDAD
Asia Argento, hija del
afamado director Dario Argento, llega con su cuarta película a nuestra
cartelera, tal vez un trazo grueso dentro de sus realizaciones pero que no la
invalida dada la calidad interpretativa de Giulia Salerno, la protagonista que
encarna a “Aria” siendo el puntal de la historia. “Aria” impacta y sobrecoge
por su actuación como una preadolescente negada afectivamente por su madre,
Charlotte Gaingsbourg, quien compone a un concertista de piano sin mayor
relevancia, y su padre, el actor Gabriel Garko, un actor también en la ficción
con pinta y nada más.
“Aria” ve que sus
padres están más unidos a los hijos de sus anteriores relaciones que a ella. Y,
con valor y desparpajo sublimes, busca llamarles la atención, junto a su amiga
(Alice Pea) y un gato negro, al tomar una difícil decisión. Su maleta y su
mascota son las compañías de “Aria” cuando decide abandonar el hogar y lanzarse
a un itinerario que será doloroso, encontrando personajes desprotegidos, drogándose,
pasando noches a la intemperie. Es aquí donde se aprecia el talento de la joven
actriz por los matices expresivos que alcanza y cómo Aria Argento puede llegar
al alma de la jovencita con su cámara. El ”quid” de este film.
Con “Incomprendida”
respiramos “cine”. La mano “Argento” está presente a través de la actuación de
Giulia Salerno quien obtuvo por este papel una Mención Especial del Sindicato
Nacional de Periodistas y Cine de Italia el año pasado. Más que merecido. Lleva
todo el peso del film, solo tenemos ojos para ella y su historia de abandono
afectivo, acompañada por una realización muy sólida. Esta joven “incompresa” en
italiano o “incomprendida” en castellano nos llega al corazón porque, de este
lado de la pantalla, cada gesto suyo es comprendido, mérito de la actriz y de
la directora. Un muy buen film que muestra las flaquezas de las familias
ensambladas cuando el amor es lo que brilla por su ausencia.
Carlos Pierre
CENIZAS DEL PASADO (BLUE RUIN)
De Jeremy Saulnier. Con
Macon Blair, Devin Ratry, entre otros. Duración: 90 minutos.
BUENA. LINEAL PERO
INTENSO THRILLER
Jeremy Saulnier logra
una sólida aunque lineal realización con “Blue rain” o bien “Cenizas del
pasado”, que resume muy bien el argumento. Centrado en un vagabundo, “Dwight
Evans” (Macon Blair) nos muestra con morosidad detallista tanto en la actuación
como en las secuencias sus esfuerzos para sobrevivir comiendo de la basura,
viviendo en un coche viejo, escondiéndose en algunas playas, robando “un baño”
en el vecindario. El pasado está cuando es llamado por la policía quien le
avisa que los asesinos de su familia han quedado en libertad. Es aquí donde el
film deja la parsimonia, útil en la primera parte, para ingresar en una espiral
creciente de violencia y de venganza.
Uno de los logros en
este film es que nada es explícito. Si bien hay una narración casi
contemplativa al comienzo, no se dan datos que hagan obvia la historia sino que
es el espectador quien va enlazando el presente con el pasado de “Dwight”. De
esta manera, se llega a momentos de una intensidad “gore” inesperada, que
sobresalta, comprendiéndose que de allí no se saldrá más. La venganza es
múltiple, y los hechos se van encadenando de manera tal que un comienzo casi
bucólico termina siendo un estremecedor policial. Nada es nuevo; en este
sentido, el argumento es lineal. La actuación de Macon Blair y la cámara de
Jeremy Saulnier son los secretos de este buen policial.
Elsa Bragato
MOTIVACIÓN CERO
De Talya Lavie. Con
Dana Ivgy, Nelly Tagar, Meytal Gal, entre otros. Música de Ran Bagno. Duración:
97 minutos.
MUY BUENA. PUNZANTE
COMEDIA ISRAELI
Ganadora del Festival
de Cine de Tribecca, New York, 2014, “Motivación Zero” resume las vivencias de
cinco mujeres en la base israelí Shizafon, ubicada en el desierto. Es un
valioso retrato que la joven directora Talya Lavie realizó incluyendo sus
propias vivencias como personal administrativo de las fuerzas armadas de
Israel.
“Zohar”, la
superrebelde, y “Daffi”, la soñadora empedernida, son el centro de esta
historia donde se muestran las falencias de un grupo humano alejado de las
ciudades y dispuesto a entrar en lucha. Las mujeres cumplen un rol de
sometimiento, aún quienes ostentan rangos de oficiales: servir el café, alegrar
a los soldados, realizar esforzados cursos de superación que las devuelven al
mismo cargo, son solo algunos de los subtemas que Lavie desnuda en tres
historias engarzadas que solo cambian por un leve giro hacia una de las dos
protagonistas. En la primera, es “Daffi” quien se cuestiona su aburrido
presente, mientras que en la segunda será “Zohar” quien guía la narración,
siendo la tercera la que une a las dos en una situación buscada por ambas a
nivel personal pero que en nada cambiará la vida que tienen. El destino está echado:
son mujeres.
El film retrata con
fina ironía y mucha agudeza desde el drama más intenso de una joven enamorada
hasta el deseo de mejorar de situación profesional de otras, los celos entre
las mujeres, el poder que marea a algunas y la brutal caída de todas en la
realidad porque las leyes son esencialmente masculinas.
El cine israelí siempre
sorprende con películas sólidas, basadas en historias que reflejan desde las
convicciones religiosas hasta situaciones como las de esta película de Lavie.
Las mujeres pueden verse muy bien retratadas por la mano de la directora
mientras que para los varones hay una serie de situaciones que pueden llamar a
la reflexión. Una comedia muy bien realizada.
Elsa Bragato