JUEVES 25
DE SETIEMBRE DEL 2014.-
Hay ocho
estrenos en soporte fílmico. “Ricardo Bär”, de Gerardo Naumann y N,
Wohlatz, es un documental sobre un joven descendiente de alemanes que vive en
Misiones e intenta convertirse en pastor. La
historia del personaje y de su entorno no logra empatía con el
espectador por diversos motivos, entre ellos, la indulgencia para tratar el tema.
Por su parte, “Los caballeros del zodíaco”, de Kei’ichi Sato, recupera a
los personajes de la década del 90 del famoso “animé” japonés, éxito
televisivo, e incluye las voces de los actores de entonces. Es solo para fans
de este tipo de cómics y de historias.
EL
CERRAJERO
De
Natalia Smirnoff. Con Esteban Lamothe, Erica Rivas. Luis Ziembrowski, María
Onetto, entre otros. Música de Alejandro Franov. Duración: 77 minutos.
BUENA.
CERRADURAS QUE PROVOCAN PREMONICIONES
Natalia
Smirnoff regresa al cine, luego de “Rompecabezas”, con un planteo original, “El
cerrajero”, que fue presentado en el Sundance Festival con buena repercusión.
Esteban Lamothe, uno de los actores del momento, compone a este singular
cerrajero “de apuro”, a los que se llama a la medianoche y cobran pequeñas
fortunas por su trabajo; frente a cada cerradura rota, siente una premonición
sobre los vecinos que lo necesitan. Y las consecuencias no suelen ser fáciles.
Las
actuaciones de Erica Rivas así como la de Esteban Lamothe, secundados por los
más que eficientes Luis Ziembrowski y María Onetto, entre otros, le otorgan
gran solidez a la narración que incluye una fotografía excelente, trabajada con
mayoría de medios planos, que nos acerca aún más a cada historia.
Un aspecto
del guión nos dejó muchas preguntas: la premonición fue un valioso recurso para
enfrentarnos a un personaje diferente y atractivo. Sin embargo, no tiene una
mayor resolución narrativa. Es decir, tiene consecuencias pero no las que se
esperan y tampoco un cierre que conforme. ¿Es premonición porque sí, o sea una
serie de cerraduras a componer como secuencias diacrónicas, o hace a la
existencia del personaje, como parece ser? La sensación es que pudo ahondarse en
este aspecto. La propuesta es interesante.
Elsa
Bragato
EN EL
TORNADO
De Steve
Quale. Con Richard Armitage, Sarah Wayne, Callies, Matt Walsh, entre otros.
Música de Brian Tyler. Duración: 89 minutos.
REGULAR. ENTRE
EL DOCUMENTAL Y LA FICCIÓN SIN GARRA
“En el
tornado” nos permite conocer estos fenómenos de la naturaleza desde adentro
gracias a la tarea de los “cazatornados”. El tema ha sido visto en documentales
hasta el hartazgo y, desde este punto de vista, el film es regular porque no
tiene un aporte de ningún tipo para atraernos más allá del fenómeno en sí. La
historia familiar que lo rodea es un mero relleno que encuentra soluciones más
que previsibles.
La
narración se inicia con estudiantes secundarios en Silverton, en Oklahoma. Uno
de los dos hijos del matrimonio eje del film debe filmar todo lo que ocurre
para que se traduzca en una suerte de “historia de vida” en 25 años. Con
tornado o sin él, la cuestión es filmar aún en los momentos más peligrosos, una
tarea que lo llevará a seguir con su actividad aún en plena tormenta que, en
realidad, serán varias al mismo tiempo conformando un fenómeno de
características inusuales.
Los temas
“sensibles” están: la fiesta de graduación, los hijos del director, el
cazatornado avezado y su fantástico “carro especial”
llamado “Titus”, los expertos en otro coche con antenas y pantallas que
capturan los más mínimos movimientos de los tornados, y la fuerza brutal de los
mismos cuando tocan tierra. Los sustos son varios, el film es un documental que
atrapa. Esto no se puede negar. Pero, si estamos en el cine, es dable esperar
mucho más, tanto desde el punto de vista científico como el de la ficción.
Los
efectos especiales son muy buenos. Digamos que el “plato está servido” para
tener una hora y media de emociones fuertes y redescubrir la fuerza de la
naturaleza que el hombre no puede dominar. No hay nada más, ni siquiera
actuaciones que nos permitan distinguir a los actores de manera especial,
sometidos como están a generadores de vientos infernales. Que entretiene, sí,
es la cualidad del film.
Elsa
Bragato
YO, MI
MAMÁ Y YO
Guión y
dirección de Guillaume Gallienne. Con Guillaume Gallienne, Diane Kruger, Andre
Marcon, Francoise Fabián, entre otros. Música de Marle-Jeanne Serero. Duración:
85 minutos.
BUENA.
“BIOPIC” ADULTA EN TONO DE COMEDIA
“Yo, mi
mamá y yo” es un soliloquio del actor Guillaume Gallienne quien no solo mostró
su drama disfrazado de comedia en una celebrada obra de teatro sino que
traspasó los medios y llegó a este film, su ópera prima, con los buenos
recursos visuales.
Con fuerte
acento autobiográfico, Galliene –afamado actor de la Comedie Francaise- muestra
con dolor y humor su personal investigación sobre la identidad sexual. En la
película tiene una inclinación marcada por el sexo femenino, por ser una “niña
grande”, como lo llamaba su madre, diferenciado de sus otros dos hermanos
varones. De ahí el título original en francés cuya traducción es “Los chicos y
Guillermo, a cenar!”.
El film
es rico en su fotografía dados los viajes que realizó Gallienne gracias a la
buena posición económica de su familia. Estas salidas de su país le permitieron
probarse y definir su identidad sexual con resultados diversos, no siempre
satisfactorios. Y si bien la fotografía se enriqueció, es cierto que la
reiteración de situaciones hace más lenta la narración.
Una de
las curiosidades del film es la composición de Guillaume Gallienne del papel de
su madre, mostrando su capacidad histriónica. Es tan efectivo que no cae en la
caricatura sino que resuelve la dificultad actoral con realismo y ternura.
El film
despierta gran interés en el comienzo, si bien decae a partir de la mitad de la
narración. Es una temática muy interesante, que no tiene clishés
hollywoodenses, con buena dosis de humor aún cuando se reitera. Hay una
interesante madurez en un tema que aún hoy, según las sociedades, suele
discutirse.
Carlos
Pierre
DOS VIDAS
De Georg
Maas. Con Juliane Köhler, Sven Nordin, Ken Duken, Liv Ullman, entre otros.
Música de Christoph Kaiser y Julian Maas. Duración: 97 minutos.
REGULAR.
“CULEBRÓN” SOBRE ROBO DE IDENTIDADES
Tener a
Liv Ullman en un elenco es un plus que debiera utilizarse no solo por el
prestigio sino por la calidad de la propuesta. Es lo que no ocurre con este
film de Georg Maas, titulado “Dos vidas”, que Alemania seleccionó para los
últimos premios Oscars. La historia se situa en 1990 cuando se derriba el muro
de Berlín y aún subsisten, y lo harán por un buen tiempo, los servicios de
inteligencia rusos, infiltrados en los países que la Alemania Nazi ocupó
durante la Segunda Guerra Mundial. De este intercambio forzado de personas,
nacieron muchos chicos. Katrine, que hoy vive en Noruega, es “hija de la
guerra”, y su madre es Liv Ulman, quien tuvo relaciones con un soldado alemán
cuyo fruto fue una hija. Katrine…
Katrine
tiene una hermosa familia e hija. Viaja a Alemania algunas tardes donde tiene
contacto con personas aún ligadas a los servicios de inteligencia. ¿Es quien
dice ser? Casi como una “Belle de Jour” devaluada en todos los aspectos,
interpretativos y narrativos. Los crímenes de guerra siguen siendo
investigados, hay juicios en muchos países de Europa por casos de violación,
por identidades fraguadas. ¿Qué esconde Katrine?
El drama
que se desarrolla es más que previsible. Se asiste a una “soapopera” con
diálogos que podemos recitar antes de escucharlos. Explicar lo que ya estamos
viendo es un grave error narrativo. A diferencia de “Ida” y de “Lore”, este
film sobre las consecuencias de la conflagración mundial que terminó en 1945 es
un culebrón que no vale la pena no por el tema, que debe estar presente
siempre, sino por cómo la película fue encarada.
Elsa
Bragato
COMANDO
ESPECIAL 2
De Chris
Miller y Phil Lord. Con Jonah Hill, Channing Tatum, entre otros. Música de Mark
Mothersbaugh. Duración: 112 minutos.
MUY
BUENA. DIVERSIÓN CON BUEN SUSTENTO
Frente a
la pobreza de contenidos de esta semana, no hay duda alguna que “Comando
Especial 2” es una muy buena comedia protagonizada por el siempre eficaz Jonah
Hill y el más que ascendente Channing Tatum. La pareja de policías vuelve a
enfrentar a narcotraficantes en otro divertido e inteligente planteo. No solo
hay conflicto entre ambos, como debe ser, sino que se plantean otros con la
policía misma, con compañeros de la universidad donde están infiltrados, y hasta
con el nombre de la nueva droga cuyo dealer deben ubicar, “juayfai”, clara
fonética de “wifi” con los problemas que tamaña similitud sonora puede traer.
A
diferencia de otros films, no hay escatología y es algo para rescatar. Hay una
referencia constante, con picardía y burla a la vez, al cine norteamericano de
acción y a muchas celebridades. Las situaciones que viven son desopilantes,
cuanto menos nos mueven a la sonrisa, y los efectos especiales son excelentes.
Lo más novedoso está en el final, sobre los créditos, cuando Hill y Tatum en
sus respectivos personajes son enviados a diferentes investigaciones
transformados en infiltrados de las Fuerzas Navales, Aéreas, y en distintos
lugares del planeta por lo que sus vestuarios y maquillajes resultan divertidísimos.
Para pasarla bien en medio de ingenio y explosiones en esta segunda entrega que
resulta atractiva.
Elsa
Bragato
EL MANTO
DE HIEL
Guion y
dirección de Gustavo Corrado. Con William Prociuk, Margarita Molfino, entre
otros. Duración: 91 minutos.
REGULAR.
INVEROSÍMIL RELATO
Luego de “Garúa”
y “El armario”, Gustavo Corrado regresa con “El manto de hiel”, un film de
excelente fotografía virada al sepia (Corrado es fotógrafo) y una historia que
no cierra. Un joven vestido de traje clásico negro se queda sin nafta en las
sedientas tierras sanjuaninas. Ve unas casas apiñadas, a medio construir, pide
combustible, un cuarto y algo de comer y beber. Las caras de los habitantes de
ese lugar no son amigables. Muchos hombres, pocas mujeres, historias de amor
del pasado, una joven que se confunde con el recién llegado, una niña,
terremotos raros que ponen a la luz extraños objetos al estilo de los “zombies”,
y la maleta del joven recién llegado, se unen en una narración que va fluyendo
sin aportarnos nada.
Uno
intenta que esos extraños habitantes terminen por atraparnos con algo, pero
resulta imposible. El “loco” del piano es patético, el taxidermista solo da
lugar a sustitos imaginarios, y los mecánicos del automóvil son previsibles.
Tampoco el amor que estalla entre el pasado y el presente conmueve, es
teatralidad inverosímil.
Hay una
búsqueda de un “lejano oeste” que no resulta y no es la primera vez que se intenta
en nuestro cine. Tampoco hay profundidad psicológica en los personajes y las
actuaciones no son convincentes, no hay “pathos”, aunque presumiblemente se
jugó con los opuestos, por ejemplo, el traje negro en medio de un ambiente casi
rojizo por el polvo y las montañas. En esos opuestos hay una excesiva
pulcritud, es decir, un escenario armado para el film, un “set”.
Como
contrapartida, está la fotografía que es excelente. Pero resulta muy poco para
construir una historia que cabalga entre lo onírico o la locura y la realidad
sin una dirección actoral sólida. Evidentemente, no nos convenció.
Elsa
Bragato