JUEVES 11 DE SETIEMBRE
DEL 2014.-
Hay ochos estrenos de
los cuales cinco son nacionales. Y le sumamos el reestreno de “Tango feroz”,
de Marcelo Piñeiro.
“Sin señal”, docu-ficción de ciencia ficción pertenece a Daniel Sofía y relata las
peripecias paranormales que tuvo un grupo de filmación que se dirigió a la Isla
El Faro Rojo. Se indica que está basada en hechos reales. Dentro del cine
nacional, es una curiosidad y además atrapará al espectador interesado en una
temática poco abordada en nuestro país. Destellos, rayas, abruptos cortes,
ponen una buena cuota de suspenso. Interesante con una novedosa banda sonora de
Luis Ariel Buchhalter.
“Córtenla, una peli
sobre call centers”, de Ale Cohen, es un documental de
narración bastante sólida que investiga la precarización laboral a partir de
los 90, la generación de los call-centers, la explotación laboral en todas sus
dimensiones, el “descarte” humano por razones de salud, de edad, y ofrece
algunas secuencias breves ficcionadas que son lo más flojo del producto. Sin embargo,
el tema es interesante y aporta datos sobre mentiras y verdades a los jóvenes
en busca de trabajo siendo un buen llamado de atención para autoridades y sindicatos.
“Qué ves? Ecos de lo
invisible”, de Sofía Vaccaro, nos habla de
nuestros sentidos cuando falta la visión, y cuenta con el aporte de artistas
plásticos, de artistas ciegos, y una muy interesante narración que hace muy
atractiva a la propuesta. ¿Qué nos permite orientarnos para pintar, por
ejemplo, sin tener visión o bien con apenas borrones de luces y sombras? El
análisis del documental permite que nos acerquemos a una realidad poco
conocida. Muy ilustrativa. Tendrá funciones especiales para personas con
discapacidad auditiva y visual en el Gaumont una vez por semana debido al
formato especial en el que fue realizado.
“Historias breves
9”, presentada por el INCAA, es un
largometraje colectivo que lanza al gran mercado cinematográfico a jóvenes
realizadores nacionales. Tiene sus “más” y sus “menos” y siempre es una
propuesta auspiciosa. Hay que esperar lo que vendrá…
Finalmente, arribamos a
“Sin City 2, una mujer para matar o morir”, del imaginativo Robert
Rodríguez y Frank Miller, con Josh Brolin y una notable Eva Green. En el 2005
se conoció la primera película “Sin City”, que tomó el formato del cómic en
blanco y negro con detalles de color. Este tipo de fotografía resultó un
hallazgo en 1983 cuando Francis Ford Coppola realizó “La ley de la calle” con
un jovencísimo Mickey Rourke. Si bien se destaca Eva Green en su performance y
resulta una película diferente, es cierto también que ingresa en el terreno del
“culto” y es más para fans que para el público en general.
“TANGO FEROZ”
Reestreno del film de Marcelo
Piñeyro, estrenado en 1993. Con Fernán Mirás, Cecilia Dopazo, Antonio
Biranbent, Imanol Arias, Leonardo Sbaraglia y Hector Alterio. Música de
Fernando Ballesteros. Duración: 122 minutos.
EXCELENTE. REGRESO DE
UN FILM ANTOLÓGICO
Si bien no siempre es
bueno mirar el pasado, cuando se rescatan films como “Tango feroz” se siente
que se ha hecho algo útil porque se le está dando oportunidad a las nuevas
generaciones de conocer un período de explosión cultural. Estrenada en 1993,
“Tango feroz” nos relata la vida del cantante José Alberto Iglesias Correa,
apodado Tanguito, que vivió entre 1945 y 1972. Justo es decir que no se
pudieron utilizar muchos temas originales de “Tanguito”. “El amor es más
fuerte”, leit-motiv, lo canta Ulises Butrón y Fernán Mirás, en la piel de
“Tanguito”, lo interpreta mediante doblaje.
Antes del comentario
crítico, hay que destacar el lanzamiento de Fernán Mirás y Cecilia Dopazo en
roles protagónicos, y el debut de Antonio Birabent como actor, ayudado por su papá,
reconocido músico, y encarnándolo. Así como la presencia de un más que juvenil
Leonardo Sbaraglia, Fernando D’ Elía, y esta pertinaz elección de papeles
policiales del gran Héctor Alterio, hecho que no deja de llamar la atención.
El impacto del film es
muy emotivo. La recreación del ambiente de los 60 que hace Piñeyro es perfecta.
Una clase media baja, muchas ilusiones, una bohemia que podía conducir a la
drogadicción (tan en boga el LSD entonces), al virtuosismo o bien mezclar en
extrañas dosis a ambas. No había ni lujos mobiliarios ni ropa de última
tendencia. Y sí utopías que surgían o por el amor o porque la época era
propicia para soñar en dosis altas.
La persecución policial
fue otra constante. El pelo largo era señal de “vandalismo”. Se inventaban
prontuarios, venía la cárcel, la vejación para los jóvenes más rebeldes que
otros. La irrupción de comandos policiales en los boliches fue habitual.
Redadas sin piedad. El delito era ser joven. En todas cayó “Tanguito”. Al rock
se lo relacionaba con la subversión, sin atenuantes. Y la droga, que tenía un
lugar ganado entre los tangueros y no se lo condenó nunca, fue el motivo de
persecución de los roqueros. Prisión, períodos de electroshocks en el Borda,
consumo de cocaína, dejaron a “Tanguito” fuera de la realidad. ¿Robaba,
componía, se drogaba, amaba? Todo eso fue “Tanguito” y más también.
Un dato notable de la
película son los diálogos. Tienen contenido, nos cuentan los sueños de esos
jóvenes y, en especial, de “Tanguito”, enamorado de una joven bella y de clase
alta. No están circunscriptos a la acción elemental. La secuencia tan conocida
por fotografías del amor entre “Tanguito” y su enamorada y el tango que bailan
desnudos son de una belleza y desenfado inusuales en nuestro cine por su
lograda espontaneidad.
Estamos frente a una
ficción. Mucho se dijo sobre la falta de apego a ciertos aspectos de la
realidad de “Tanguito”, que supo estar hasta en “Sábados circulares” de Pipo
Mancera y llegó a componer temas para un único Longplay “Tango”. Pero si empezamos
por no tener las canciones que compuso con otros músicos para el film, mal se
puede criticar el guión. Como ficción, el amor estuvo hasta el final, haya o no
coincidido con la realidad y su triste final (en las vías del ferrocarril,
luego de escapar del Borda). Generar un ídolo en el cine sobre la figura ya
mítica de “Tanguito” fue y es el mérito de Marcelo Piñeyro.
Es una película
diferente, con una fotografía excelente, sólida, con muy buenas actuaciones de
un elenco muy jovencito, con un leit-motiv que se sigue cantando, con
parlamentos verosímiles. Se redondea la historia de un joven artista que se fue
muy pronto. Es también un retrato de época que, si enfervorizó a los jóvenes de
los 90, provocará otro tanto en las nuevas generaciones. Por lo que es bueno
pensar como el título de la canción, “El amor es más fuerte” porque, en
definitiva, “Tanguito” provocó empatía, pasión. El amor por lo que generó fue
más fuerte.
Elsa Bragato
ARREBATO
De Sandra Gugliotta.
Con Pablo Echarri, Mónica Antonópulos, Leticia Bredice, Gustavo Garzón, Marcelo
Melingo, Facundo Giménez, Lawrie, Claudio Tolcachir, entre otros. Música de
Sebastián Escofet. Duración: 91 minutos.
BUENA. COMPLICADA
NARRACIÓN EN FORMATO DE THRILLER
Las líneas de la vida y
de la ficción se cruzan en este largometraje de la muy eficiente realizadora
Sandra Gugliotta (recordar “La toma”, documental) donde un escritor es asediado
por su imaginación y por la realidad. Casado, cela a su esposa (Mónica
Antonópulos) con obcecada paranoia. Se establece una delgada línea entre la
realidad y la ficción, teñida de sangre y de una incontenible pasión. El título
del film, “Arrebato”, seguramente alude a estos sentimientos compulsivos de
“Luis” (Echarri). Surgen entonces coordenadas que se pierden en el infinito: la
propia historia y una novela del protagonista que van coincidiendo con hechos
que él conoce: una viuda (Leticia Bredice) cuyo marido fue asesinado por celos.
De alguna manera, su
propia vida está inmersa en la ficción que se imagina para su novela; ésta verá
la luz dos años más tarde en calidad de “autobiográfica”. Hay un juez (Gustavo
Garzón) que sospecha de la coincidencia entre el libro y la vida de “Luis”. Y
surge así el thriller en el que se mezclan exageradamente la ficción con la
realidad, obligando al espectador a una excesiva atención.
Sandra Gugliotta maneja
con acierto la fotografía, el sonido y la dirección de arte, así como resulta
interesante la banda sonora propuesta por Sebastián Escofet.
Pablo Echarri asume con
vehemencia su rol, el que decae por las complicaciones del guión debido a que
no logra desgranarse con claridad en la narración audiovisual. Mónica
Antonópulos está a la altura del personaje de la esposa celada, mientras que
Leticia Bredice no resulta del todo convincente. El film está en la línea de
“Betibú”, un thriller bien realizado aunque con idas y venidas narrativas pero
sin gran repercusión. Esperemos que, en este caso y aún frente al rompecabezas
propuesto, la suerte sea diversa.
Carlos Pierre
WINTER EL DELFÍN 2
De Charles Martin
Smith. Con Harry Connick Jr, Asley Judd, Nathan Gamble, Morgan Freeman, entre
otros. Música de Mark Isham. Duración: 113 minutos.
BUENOS AIRES. AVENTURAS
DE DELFINES EN FAMOSO ACUARIO
“Winter el delfín” nos
llevó a conocer la actividad social y de recuperación de animales marinos del
llamado Hospital Clear Water en La Florida a partir de Winter, el delfín sin
cola que encontró el jovencito Sawyer Nelson (Nathan Gamble), quien logró
pertenecer al staff del lugar. La historia continúa con Winter y su falta de
cola, suplida por una mecánica que le realizó un reconocido ortopedista, papel
que encarna Morgan Freeman. Es decir, el elenco se repite con nuevos
integrantes en el acuario: otro delfín muere, y Winter entra en depresión. Se
rescata un nuevo delfín pero es capaz de alimentarse solo por lo que es soltado
nuevamente en el mar. Aparece una tortuga marina, es curada y soltada en las
playas de Florida, mientras un pelicano hace de las suyas como amigo de los
animalitos. Swayer ya es un jovencito y se le presenta la oportunidad de un
curso con científicos de tres meses de duración en Boston, a bordo de un
velero. Pero está Winter alicaída, que lo rechaza, y el peligro de cierre del
acuario si no se consigue otro animal que habite la enorme piscina. El mar
ayuda y aparece un bebé delfín que puede remediar la acuciante situación. En el
cierre se muestran a los chicos con piernas ortopédicas que encuentran un
ejemplo de vida en Winter y su cola mecánica. La narración es convencional pero
con tensión, y, si bien todo es previsible, la emoción aflora en muchos
momentos, o en las secuencias de los delfines acompañando a su joven protector
en danzas acuáticas. Una verdadera lección de vida que merece verse con los
chicos.
Elsa Bragato
EL HOMBRE MÁS BUSCADO
De Anton Corbjin. Con
Philip Seymour Hoffman, Rachel McAdams, Robin Wirght, Willem Defoe, Daniel
Brühl, entre otros. Duración: 121 minutos.
MUY BUENA. POLICIAL DE
GRAN FACTURA
El holandés Anton Corbjin llevó a la pantalla
otro relato del exitoso novelista John Le Carré apelando a un gran elenco
encabezado por Philip Symour Hoffman, tan tempranamente desaparecido. Se trata
de uno de sus últimos trabajos y un exponente de su enorme capacidad
interpretativa, que lo llevo a un Oscar por su genial “Capote”. Lo acompaña un
elenco de grandes actrices y actores que logran, con la sabia dirección de
Corbjin, uno de los policiales-thrillers más apasionantes de los últimos años,
alejado de explosiones y efectos especiales. Es decir, se apela a un guión
excelente y a la capacidad actoral del elenco. En síntesis, Cine, con
mayúsculas. Y es para señalar porque se rescata de entre el cine pochoclero que
inunca la cartelera porteña.
Ambientada en Hamburgo,
uno de los puertos más importantes del mundo, apabullante escenario de comercio
mundial y de multiplicidad étnica, comienza la inteligente trama cuando un
inmigrante, mitad checheno y mitad ruso, reclama una herencia familiar al
parecer ilícita. Torturado y con una pesada carga de desgracias sobre sí, su
actitud llama la atención de los servicios secretos norteamericanos y, en
especial, del jefe del equipo antiterrorista que protagoniza Philip Seymour
Hoffman. Pertenece a la comunidad islámica, muy importante en esta ciudad alemana,
que lo ayuda a ocultarse.
Con mucha fotografía nocturna y merodeando con
la cámara los bares típicos de los puertos, sórdidos y oscuros, Anton Corbjin
(consumado fotógrafo y director de arte, música y video de Mile Davis y Frank
Sinatra, entre otros) logra mover su cámara de manera tal que surgen los
perfiles psicológicos de los personajes a través de gestos y palabras con
notable claridad y profundidad. Intriga, rivalidad y política contemporánea,
son subtemas más que interesantes que hacen de este policial un drama profundo
con una narración audiovisual plena de detalles atrapantes.
A esto le añadimos la
coincidencia de ser estrenada este 11 de setiembre, 13º aniversario del ataque
a las Torres Gemelas, desde un puerto donde se planificó el ataque a las mismas.
Y frente al comienzo de otra guerra de los Estados Unidos contra sectores
radicales ubicados en el norte de Irak. De
todo esto, bien podemos decir que a la excelencia de Hoffman, cuya pérdida será
siempre lamentada, el film nos ofrece una historia que nos sujeta a la butaca
con el mejor suspenso. Añadimos que es una pena que se haya omitido la música
de Johannes Brahms, hijo dilecto de Hamburgo, dramática e intensa como la
historia propuesta por Anton Corbjin. Cine, en definitiva. No se la pierda.
Carlos Pierre