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viernes, 17 de enero de 2020

EL ROBO DEL SIGLO Y LA HORA DE TU MUERTE, ESTRENOS DEL JUEVES 16 DE ENERO DEL 2020


JUEVES 16 DE ENERO DEL 2020.-
EL ROBO DEL SIGLO
Dirección: Ariel Winograd. Guion: Alex Zito, Fernando Araujo. Con Guillermo Francella, Diego Peretti, Luis Luque, Pablo Rago, Rafael Ferro, Mariano Argento, entre otros. Fotografía: Félix Monti. Música: Darío Eskenazi. Duración: 114 minutos.
XXX-EXCESO DE SARCASMO
Ariel Winograd pasó de la comedia exitosa “Mamá se fue de viaje” a un intenso policial basado en los hechos de público conocimiento ocurridos el 13 de enero del 2006,: el robo al Banco Río de Acassuso con el liderazgo del uruguayo Vitette (Guillermo Francella) y el plan pergeñado por Araujo (Diego Peretti), además de la fundamental ayuda material para concretar el túnel y taladrar las cajas fuertes a cargo de Marciano (Pablo Rago), un eficiente mecánico.
El plan fue sincronizado y astuto y milimetrado: la banda mantuvo en vilo a una veintena de rehenes, a centenares de policías y hasta al Grupo Halcón, logrando fugarse a través de un túnel. Fueron muy eficaces al engañar al policía “Sileo” (Luis Luque) y a un representante de la Justicia (Rafael Ferro), llevándose una millonaria suma de dinero y joyas. Con el tiempo, fueron capturados, enjuiciados, condenados y encarcelados. Al cumplirse cierta parte de la condena, fueron liberados y, en el caso de Vitetti, se le concedió la extradición al Uruguay donde hoy dueño de una joyería.
El entorno histórico subyace: el “robo” de los bancos a los clientes al quedarse con sus ahorros (decisión gubernamental) y el robo al Banco Nación de Villa Ramallo ocurrido a fines de los 90 y conocido como la “Masacre de Ramallo”. Es decir, una sociedad convulsionada por políticas de saqueo y los bancos como los “malos” de la situación económica.
El film denota un gran esfuerzo de producción, con una muy buena investigación. Sin embargo, hay luces y sombras en la propuesta, puntos a favor y en contra. El elenco es de consagrados: Diego Peretti, un actor fetiche de Winograd, convence siempre, mientras que Luis Luque, Pablo Rago y Rafael Ferro son efectivos en los roles respectivos poco desarrollados. En el caso de Guillermo Francella, hay que lamentar la gestualidad propia de su comicidad porque confunde: ¿thriller o comedia? Tampoco colabora la banda sonora de Darío Eskenazi, con demasiado resabio hollywoodense. Finalmente, Winograd abusó de la “canchereada” porteña, fuera de época a estas alturas, quitándole veracidad a un hecho dramático.
La película tiene figuras que enganchan. Y apunta más a una buena taquilla que a quedar en la historia como hito policial. Winograd logra tener un cine para todos, atractivo, con buena boletería, perdiendo su marca personal.
Carlos Pierre
XXX-EXCESO DE SARCASMO EN INTENSO THRILLER
Ariel Winograd pasó de la comedia exitosa “Mamá se fue de viaje” a un intenso policial basado en los hechos de público conocimiento ocurridos el 13 de enero del 2006,: el robo al Banco Río de Acassuso con el liderazgo del uruguayo Vitette (Guillermo Francella) y el plan pergeñado por Araujo (Diego Peretti), además de la fundamental ayuda material para concretar el túnel y taladrar las cajas fuertes a cargo de Marciano (Pablo Rago), un eficiente mecánico.
El plan fue sincronizado y astuto y milimetrado: la banda mantuvo en vilo a una veintena de rehenes, a centenares de policías y hasta al Grupo Halcón, logrando fugarse a través de un túnel. Fueron muy eficaces al engañar al policía “Sileo” (Luis Luque) y a un representante de la Justicia (Rafael Ferro), llevándose una millonaria suma de dinero y joyas. Con el tiempo, fueron capturados, enjuiciados, condenados y encarcelados. Al cumplirse cierta parte de la condena, fueron liberados y, en el caso de Vitetti, se le concedió la extradición al Uruguay donde hoy dueño de una joyería.
El entorno histórico subyace: el “robo” de los bancos a los clientes al quedarse con sus ahorros (decisión gubernamental) y el robo al Banco Nación de Villa Ramallo ocurrido a fines de los 90 y conocido como la “Masacre de Ramallo”. Es decir, una sociedad convulsionada por políticas de saqueo y los bancos como los “malos” de la situación económica.
El film denota un gran esfuerzo de producción, con una muy buena investigación. Sin embargo, hay luces y sombras en la propuesta, puntos a favor y en contra. El elenco es de consagrados: Diego Peretti, un actor fetiche de Winograd, convence siempre, mientras que Luis Luque, Pablo Rago y Rafael Ferro son efectivos en los roles respectivos poco desarrollados. En el caso de Guillermo Francella, hay que lamentar la gestualidad  propia de su comicidad porque confunde: ¿thriller o comedia?. Tampoco colabora la banda sonora de Darío Eskenazi, con demasiado resabio hollywoodense,  Finalmente, Winograd abusó de la “canchereada” porteña, fuera de época a estas alturas, quitándole veracidad a un hecho dramático.
La película tiene figuras que enganchan. Y apunta más a una buena taquilla que a quedar en la historia como hito policial. Winograd logra tener un cine para todos, atractivo, con buena boletería, perdiendo su marca personal.

Carlos Pierre
LA HORA DE TU MUERTE
Guion y dirección: Justin Dec. Con Elizabeth Lail, Anne Winters, Charlie McDermott, entre otros. Fotografía: Maxime Alexandre. Música: Danny Bensi, Saunder Jurriaans. Duración: 90 minutos.
XX- ABURRIMIENTO FATAL
El terror tecnológico poco original es lo único rescatable de “La hora de tu muerte”: sucesión de sustos Una joven enfermera, Quinn Harris (Elizabeth Lail), descarga una aplicación – una “app”- para su celular llamada “Countdown” que predice la hora de la muerte. De esta manera, descubre que solo le quedan tres días de vida, una cuenta regresiva, un “countdown” imposible de detener aunque tratará de esquivar con desesperación el inexorable final.
Teniendo a una “app” como protagonista del terror, el guion apabulla por su endeblez. Son solo los minutos de ese reloj los que marcan el mayor suspenso de la historia. Al mismo tiempo, al centrar el “miedo” en un reloj, se agotan los recursos de terror, por lo que el resto lo hacen la actriz y su gestualidad. El colmo del absurdo es la aparición de un personaje caricaturesco, burdo, que inicia una persecución insólita a la atribulada Quinn quien ya tiene bastante con su corto destino.
Exageradamente simple, superficial, esta película aburre y desgasta aún más a los consabidos sustos y trucos del género. En realidad, quien cuenta los minutos es el espectador porque el aburrimiento es peor que aquello que Quinn teme en la ficción. Y se cumple aquello de que con una buena idea solamente no se logra un buen film en este caso. La ausencia de imaginación hizo que esta mezcla de thriller y terror sea una real cuenta regresiva para la mediocridad. Sin duda, Quinn y su historia se derrumban pesadamente.
Carlos Pierre