JUEVES 6 DE ABRIL DEL
2017.-
Varios films renuevan
la cartelera de los cines nacionales. Entre ellos, documentales nacionales de
interés como “Ataque de pánico”, documental de Ernesto Ardido, quien lo padeció
y quiso justamente documentar la opinión destacados neurólogos y estudiosos como
el doctor Facundo Manes, entre otros, y de personas que sufren el mal del
siglo, que sufre el 30 por ciento de la población. A su vez, Gustavo Fuentes
nos regala un paseo por España con “Diario de viaje por España”, recorriendo
Madrid, Segovia, El Escorial, la Alhambra de Granada, la Mezquita Catedral de
Córdoba y las callecitas antiguas de un bello país europeo. Y se anuncia como
grata novedad “David Lynch, the art life”, documental sobre el polémico
realizador, explorando su actividad como artista plástico. Fue dirigido por
tres realizadores: Jon Nguyen, Rick Barnes y Olivia NeergarrdHolm. Es
interesante porque las entrevistas son al propio realizador.
“Soldado argentino solo conocido por Dios”, largometraje de Rodrigo Fernández
Engler, que transcurre antes, durante y luego de la Guerra de Malvinas de 1982
cuando el realizador tenía tan solo 1 año. Está enfocada en las vivencias del
soldado argentino, en este caso, “Juan” y “Ramón”, amigos de la infancia.
“Juan” se enamora de la hermana de Ana y, tras algunas vicisitudes, se
encuentran en plena guerra en las islas. Está basada en hechos reales, y retoma
–de alguna manera- la leyenda de “Pedro”, el soldado argentino que luchó en el
último combate que se produjo en el monte de Tumbledown. Su cuerpo fue el
último rescatado, ya sin vida, y los ingleses lo sepultaron dándole el nombre
de “Pedro” por carecerse de identificación alguna.
El film contrasta la
visión diferente de dos amigos, que vienen de un pueblo de Traslasierra,
Córdoba, y la lucha que entablan como soldados en un lugar invivible. El film
contó con el apoyo de las Fuerzas Armadas del país y logró el beneplácito de
los veteranos de guerra así como varios premios. Sin posición ideológica
alguna, Rodrigo Fernández Engles logra el objetivo de poner sobre el tapete la
guerra de Malvinas y sus consecuencias en quienes lucharon, desde una
perspectiva diferente: la individual, la de cada soldado. Además de contribuir
a la “no desmalvinización” que todavía está instalada en las autoridades
nacionales a 35 años de la guerra. Con Hugo Arana, Fabio Di Tomaso, Ezequiel
Tronconi, Sergio Surraco, Mariano Bertolini y Florencia Torrente.
MARACAIBO
De Miguel Ángel Rocca.
Con Jorge Marrale, Mercedes Morán, Nicolás Francella, Alejandro Paker, Matías
Mayer, entre otros. Música de Olegario Díaz- Duración: 95 minutos.
XXXXX- LA
VENGANZA, EJE DE INTERESANTE THRILLER
La inseguridad que
vivimos y sus consecuencias son el punto de partida de esta película de Miguel
Ángel Rocca. La venganza surge como sentimiento universal, quiebra un núcleo
familiar, donde hay otros conflictos. Es muy interesante el planteo del
realizador Rocca al partir, como dijimos, de un hecho policial y adentrarse en
la psiquis de quienes lo sufren y cargan sobre sí diferentes experiencias sin
resolver. Desde la muerte de un inocente en una “entradera” hasta la búsqueda
personal del asesino, ejerciendo justicia por mano propia, se van hilvanando en
un thriller bien compuesto.
“Gustavo” (Jorge
Marrale) descubre a su hijo “Ricky” (Nicolás Francella) con un joven, se da
cuenta de su homosexualidad, mientras que la madre, “Cristina” (Mercedes Morán)
estaba al tanto de la elección sexual de su hijo.
Cuando “Ricky” es
asesinado en una “entradera”, el conflicto abate al matrimonio. Afloran
reproches, incomprensión, asombro, dolor profundo en uno y otro porque la
tragedia devela, además, existencia de una profunda desavenencia conyugal.
Rocca apunta a la psiquis de “Gustavo” (Marrale) quien busca al asesino de su
hijo, mientras se debate en el dolor y la culpa íntima de no haberlo
comprendido a tiempo, en vida. La venganza se yergue de manera ciega, brutal,
creciente. Para este padre, la culpa y
la redención, el castigo y el dolor, conforman un dilema que no lo deja en paz.
El film tiene momentos
muy logrados, una muy buena dirección actoral en la que Jorge Marrale puede
demostrar cabalmente la tozudez demencial de un hombre desesperado y presa de
la ira, incapacitado para ver qué pasa a su alrededor o tan siquiera plantearse
en algo su conducta.
La venganza es el motor
de todos los sentimientos, y su más grande devoto fue William Shakespeare,
manifestándola a través de su vastísima obra. Es la que impulsa el amor y el
odio, la culpa, el resentimiento, la felicidad, con todos los matices. El clima
del film es estupendo. Rocca alcanza a transmitirnos con su narración el drama
social y el drama personal de un hombre y una mujer sometidos al máximo dolor
para los padres. Es aquí donde el film gana en valor substancial y donde Jorge
Marrale y Mercedes Morán logran transmitir un conflicto humano común y, al
mismo tiempo, producto de la conflictividad social. ¿Qué hubiese pasado en ese
matrimonio de no morir “Ricky”? ¿Su elección sexual habría sido más o menos
aceptada por su rígido padre?
Frente a estos logros,
hay dos secuencias muy poco logradas, una de ellas es fundamental dentro de la narración: el
encuentro entre “Gustavo” y el padre del asesino que se toman a golpes de puño
dentro de un auto. Risible, infantil. En este caso, aún a riesgo de no seguir a
rajatabla el guion, bien se pudo suprimir y recurrir a un momento de mayor
tensión desde otro lugar físico y espiritual de los personajes. No obstante, el
film construye un ámbito familiar y social que sirve de retrato de muchas
circunstancias que hoy vive nuestra sociedad. Bien filmado, bien actuado, la
película de Rocca conmueve y nos obliga a la reflexión.
Nota de Redacción:
“Maracaibo” es el nombre de un pequeño barco cuya estructura diseña uno de los personajes.
Carlos Pierre
NO DIGAS NUNCA SU
NOMBRE
De Stacy Title. Con
Douglas Smith, Lucien Laviscount, Cressida Bonas, Doug Jones, Faye Dunaway,
entre otros. Duración 90 minutos. Música de The Newton Brothers.
XXXXX- EL NOMBRE QUE MATA…
Pasable… La película de
Stacy Title se inscribe en el género del terror sobrenatural, con un creciente
horror, sangre y la furtiva aparición de un ente. La dosificación es la clave
de esta narración que abunda en clishés del género, en sustos consabidos y en
excesivas explicaciones. Basada en un capítulo del libro ‘The President´s
Vampire’ de Robert Damon Schneck, va desgranando un collar de muerte en el frío
reinante de Wisconsin, a fines de l969.
Cuando tres estudiantes
universitarios se mudan a una vieja casa fuera del campus, se libera
fortuitamente un ente sobrenatural que persigue a quien descubre su nombre para
matarlo. De allí el título de la película. Los jóvenes ya a sabiendas de lo que
ocurrirá, intentan esconcerlo (por las dudas, estamos haciendo lo mismo…). “No
lo digas” es la recurrente frase del guion.
Elliot (Douglas Smith),
John (Lucien Laviscount) y Sasha (Cressida Bonas) padecen el acoso del ente, a
quien se le da participación especial en el desenlace. Faye Dunaway compone a
la esposa de ese ser (un humano transfigurado) no escucha los reclamos de los
adolescentes en un principio. Lo novedoso es la incógnita de una moneda antigua
de oro, un tren en movimiento y un dogo fantasmal, cuyo significado debe
encontrarse.
La pregunta clave es
qué sería del género si no existieran adolescentes prestos para ser
protagonistas de estas historias, si los clishés de las puertas que se golpean
no se hubiese descubierto y si las sombras no se pudiesen fotografiar. De allí
que la generación de un clima crecientemente denso es uno de los logros de
Title, aunque eche mano a cuanto recurso existió y existe. De novedoso, poco y
nada. De generación de un ambiente adecuado y de efectos pasables, bastante.
De alguna manera, hay monotonía narrativa por
recurrir a lo consabido, sin desarrollo de personajes y sí de secuencias. Es
decir, Tyler atiende más el “story-board” trabajado que la dirección actoral: el
elenco se mueve con piloto automático. Para fans del género, que siempre
encuentran elementos que los gratifican, aunque sean reiterativos.
Carlos Pierre
UN GOLPE CON ESTILO
De Zach Braff. Con
Michael Caine, Morgan Freeman, Alan Arkin, Matt Dillon Ann-Margret, María
Dizzia, entre otros. Música de Rob Simonsen. Duración: 96 minutos. Renake de
“Going in Style” de Martin Brest, 1979.-
XXXXX- ABUELOS AL ATAQUE!
Si hay una película
para adultos mayores, es ésta. Una comedia agradable, simpática, que refleja la
problemática del abuelo, con sus más y sus menos porque depende del nivel
económico de cada sociedad, a través de tres personajes absolutamente
queribles: Joe, Willie y Albert, encarnados por Michael Caine, notable a los
ochenta y pico de años, Morgan Freeman y Alan Arkin, dos grandes actores. La
bella en questión es la inalterable Ann-Margret, con mucha cirugía pero un encanto
incuestionable.
La suspensión de las
jubilaciones y el cierre de la fábrica donde aún trabajan, obligan a Joe,
Willie y Albert a buscar una salida para no perder casa ni asistencia médica.
Y, a partir de una singular experiencia que tiene Joe (Michael Caine), deciden
robar un banco.
Las vivencias de cada
uno salpican el relato de manera inteligente: se sabe que “Joe” vive con su
hija y su nieta y que su ex yerno “conoce muchachos malos”, mientras que
“Willie” (Morgan Freeman) vive junto a Albert (Alan Arkin), un pesimista que solo
piensa en la muerte.
El film tiene una gran
dosis de afabilidad, de gratitud hacia la tercera edad, con diálogos
inteligentes, pícaros, que solo tres grandes actores pueden resolver de manera
tan creíble por la frescura y fluidez que tienen. Actúan de la misma forma en
la que respiran. Tienen la esencia de lo actoral.
Zach Braff no
desacomoda el relato original de Martin Brest sino que lo actualiza con
pequeños detalles como los enumeración de los 10 días previos al atraco, y dota
a su narración de espontaneidad absoluta. Filmada en New York, específicamente
en el barrio de Brooklyn, no utiliza ni el famoso puente que lo caracteriza ni
ninguna de sus avenidas para enriquecer el guion sino que éste lo basa
íntegramente en las actuaciones del portentoso trío protagonista. A ellos tres
(como el famoso “ratpack” que conformaron Frank Sinatra, Dean Martin y Sammy
Davis Jr, que “mucho” tienen que ver con el film) les agrega la belleza de
Ann-Margret y un romance insospechado.
La película no tiene
otro fin que hacernos pasar un momento muy grato. Claro está que le llegará más
a los adultos que a los adolescentes. La problemática socioeconómico de la
Tercera Edad está expuesta sin extralimitarse mientras se le da importancia vital
a la familia del abuelo. Para ver!
Elsa Bragato
LOS PITUFOS.LA ALDEA
ESCONDIDA
De Kelly Asbury, basado en el cómic del
dibujante belga Pierre Culliford (Peyo), fallecido en 1992.- Música de Christopher
Lennertz. Animación 3D
XXXXX- LOS BAJITOS AZULES SE DEFIENDEN
En esta tercera entrega
de la saga “Los Pitufos” (Los Pitufos, 2011 y Los Pitufos 2, 2013), el nuevo
director Asbury trata a los pequeños azules con riqueza visual fantástica. El
film se transforma en una aventura colorida, simpática, que va a agradar a
chicos y adultos. La inteligencia no está aquí sometida a ningún vapuleo!
Comienza con la
Pitufina, donde la segunda película terminó, creación del villano Gargamel a
partir de un montón de arcilla. Papa Pitufo le extrajo la maldad y la convirtió
en una aliada de la aldea de los “smurfs”, que viven en un lugar oculto. En un
camino por los bosques que rodean la villa de los pitufos, Pitufina y Tontín,
junto a otros dos hermanos de sangre, encuentran a otros pitufos. Y van en su
busca para que Gargamel y su inteligente gato Azrael, al que nunca se le hace
caso y siempre tiene la verdad, no los encuentre. Es que Gargamel los necesita
para diluirlos y extraerles la energía!
En medio de este
salvataje, hay efectos visuales fantásticos, ríos que salen de sus cursos y vuelan,
coloridas flores enormes, rosas que boxean, especie de caléndulas que abducen a
los pitufos y los lanzan al aire como pelotas de fútbol, entre sustos y risas.
Y una excelente banda sonora que nada tiene que envidiar a las
superproducciones, con gran orquesta y arreglos espectaculares de Christopher
Lennertz.
El villano Gargamel no
es tan malo, Azrael es muy inteligente y siempre sale desairado, Pitufina logra
recuperarse luego de una lucha entre sus poderes y los de su creador malvado, y
el mundo vuelve a ser color azul, con felicidad para todos, incluyendo a las
nuevas Pitufinas… Papá Pitufo tiene un mundo de pitufos varones, mientras que
la aldea escondida tiene solo Pitufinas. Se avecinan más películas de los “smurfs”
con novedosas propuestas. Esta animación da placer, sin complejidades
narrativas y con espectacularidad en colores y dibujos. A disfrutarla!
Elsa Bragato
EJERCICIOS DE MEMORIA
De Paz Encina.
Documental sobre el doctor Agustín Goiburú, miembro del MOPOCO, desaparecido
durante la tiranía de Stroessner, la más extensa de Latinoamérica: desde 1954 a
1989. Música de Ramón Ayala. Testimonios de la viuda y sus tres hijos. Duración: 71 minutos.
XXXXX-LA TIRANÍA DE STROESSNER Y SUS DESAPARECIDOS
La dictadura de Alfredo
Stroessner desde que asumiera la presidencia del Paraguay fue una de las más
sangrientas de Latinoamérica y la más extensa. En este documental, Paz Encina
cuenta el caso del médico paraguayo Agustín Goiburú que integraba el partido
Colorado de su país, apoyando la presidencia de Stroessner hasta que éste, en
tan solo un año, se transformó en un feroz asesino. Goiburú es retratado por su
viuda y sus tres hijos: doña Elín, y los hijos Rogelio, Jazmín y Rolando.
La narración es
impactante: desde los cinco minutos iniciales, donde un niño se lanza a un río
observando cómo se arroja un enorme envoltorio blanco donde todo hace suponer
que se trata de un cadáver, hasta las voces en off de los familiares del
desaparecido médico, sus hijos, su viuda, que aún hoy no saben dónde están los
restos del jefe de familia. El doctor Goiburú fue secuestrado dos veces por su
militancia política y su férrea oposición a la dictadura que su ex
correligionario impuso en el Paraguay. Denunció la aparición de cadáveres flotando
en el río Íguazú, con faltas de miembros, evidentemente torturados. La primera
vez fue secuestrado estando con su hijo mayor. Hoy lo recuerda con voz en off
y, en especial, aquella dramática situación: “De pronto a papá no lo vi más”
sumándose las charlas con el padre sobre la escuela, la política, si bien las
hijas afirman que “no sabíamos que vivíamos en una dictadura”. Algo, por otra
parte, común en los pueblos de este continente que fueron asolados por bárbaros
seudopresidentes, portavoces de corporaciones internacionales.
El tratamiento
cinematográfico de Paz Encina no es empático: mientras las voces en off se
superponen, se fusionan, va mostrando a manera de naturalezas muertas distintos
ambientes de una humilde casa de Asunción. El patio con alero, la mesa tendida,
la cama en un rincón del dormitorio con más que sencillas sábanas. Close-up y
tomas largas y cortas van contando una historia que se nutre esencialmente de
la imagen. Los niños que juegan, silentes, la selva que los rodea, los arroyos
donde pescan. Hay placidez y notable plasticidad en los encuadres de Paz Encina
mientras los relatos en off son conmovedores. De allí la no empatía, muy bien
lograda oponiendo la bonhomía de un pueblo a la ferocidad de un tirano.
El caso de este médico,
que vivió en Paraná y también en Posadas, siendo secuestrado por agentes del
Operativo Cóndor en 1977 para desaparecer, fue condenado internacionalmente por
los organismos de derechos humanos. Hasta el día de hoy, sus seres queridos
siguen buscando, pidiendo, el lugar donde descansan sus restos. La memoria es
el mejor recurso de los pueblos y no se puede borrar. Si no queda en la mente,
está en el alma de quienes sufrieron la locura de estos feroces asesinos
devenidos en presidentes.
Elsa Bragato