JUEVES 10 DE MARZO DEL 2016.-
Diez estrenos se incorporan a la cartelera
de cine del país. Entre ellos, producciones nacionales interesantes, con escasa
difusión entre los críticos de cine, tales como “Parabellum”, film del
austríaco-argentino Lukas Valenta Rinner, dentro del género semiapocalíptico.
Un pueblo de Córdoba está amenazado por algo, y empieza a tratar de armarse
contra un enemigo que desconoce. Además “Subte Polska”, de Antonio
Magnone, con Héctor Bidonde y Miguel Angel Solá, pasado y presente de dos
ancianos que lucharon en la guerra civil española, buena ficción nacional, así
como “No estás sola en esto”, de Milagros Amondaray, quien publica un
blog (“Cinescalas”) donde ha logrado reunir cientos de personas de todo el país
y, a partir de sus historias, generar este docu-ficción. Es, además, una clara
aceptación de la influencia que internet o el mundo virtual tiene hoy en el
arte y sus diferentes disciplinas (Antonio Gasalla armó su más exitosa obra
teatral a partir de un blog, “Más respeto que soy tu madre). Finalmente “El
robo”, entre las nacionales, de Carlos Asseph, es un documental sobre la
vida de María Victoria Moyano Artigas, la nieta número 53 recuperada en el
Uruguay; tiene imágenes inéditas de lo ocurrido durante la última dictadura
militar del país así como su propio testimonio en juicios contra la junta
militar de entonces. Entre los films extranjeros están “La acusación”,
película india de Chaitanya Tamhane, que denuncia la crítica situación judicial
que se vive en Bombay, India, a raíz de la historia de Narayan Kamble,
personaje que encarna el músico y poeta Vira Sathidar. Kamble fue acusado
como agitador del pueblo a raíz del
contenido de sus letras. La raigrambre británica de tantos años de dominación
se desnuda en esta “corte” (título original del inglés, Court), en lucha
abierta con los principios éticos y sociopolíticos de la India. Y agregamos “La
jugada maestra” , clásica biopic sobre la preparación de la gran tenida de
ajedrez entre el genio norteamericano Bobby Fisher y el genio ruso Boris
Spassky, ocurrida en 1972 en plena Guerra Fría. En aquella década, lejos de
internet, fue un hecho de enorme repercusión mundial en diarios y televisión.
Hoy llega al cine de la mano de Edward Zwick, con la interpretación de Tobey
Maguire, entre otros. Atrapante.
DIVERGENTE: LEAL, PARTE I
De Robert Schwentke. Con Shailene Woodley,
Theo James, Zoe Kravitz, Miles Teller, Naomí Watts, Jeff Daniels, Maggie O,
Ansel Elgort, Jonny Weston, entre otros. Basada en
la trilogía escrita por Verónica Roth. Música de Joseph Trapanese. Duración:121
minutos.
BUENA. TECNOLOGÍA
AL SERVICIO DEL APOCALIPSIS
“Leal” es
la tercera película de la serie basándose en la primera parte del tercer libro
de Verónica Roth. El criterio que se observa es el de clarificar la guerra
declarada que amenaza a toda la humanidad. La historia se sitúa en Chicago que
está al borde de la guerra civil, y cinco jóvenes escapan de la ciudad
amurallada, en la que vivir es más que ingrato. Al mismo tiempo, son los
opositores de la ultra alta tecnología que ostenta la Oficina de Bienestar
Genético, donde se somete a los habitantes de manera inhumana, donde se les
hace perder la memoria y, por consiguiente, la identidad.
La
película hace un buen aporte de escenas panorámicas, como el abordaje de la
sofisticada muralla por los cinco jprotagonistas, con enormes dificultades y
suspenso debido a que está electrificada. Además, al estar ubicada en una
montaña, permite otro tipo de efectos especiales como el escalamiento y los
peligros de una ascensión en condiciones de extrema dificultad. Drones
circulares, vehículos alados como “escarabajos”, armas de última generación, y
una música incidental entre minimalista y machacona del compositor Joseph
Trapanese, que aporta intensidad con eficiencia.
Tris
(Shailene Woodley), Four (Theo James), Christina (Zoe Kravitz), Peter (Miles
Teller) y Tori (Maggie O) son los cuatro “divergentes”, leales a la
autoproclamada líder de la ciudad amurallada, o sea “Evelyn” (Naomí Watts). El
“malo” de la historia es David (Jeff Daniels), omnipotente, despiadado, además
de “Edgar” (Jonny Weston), quien los persigue para matarlos. El bien y el mal,
como siempre, ejes de una historia que no difiere de otras similares,
distópicas, alejadas de ambientes agradables y vivibles, que ya se han visto y
mucho.
A esta
película de Robert Schwentke le falta el factor
sorpresa en el guión, habida cuenta que tomó tan solo una parte de la
trilogía, con lo que la habría alejado de la monotonía que provocan escenas ya
vistas en una historia que no logra ser diferente en su esencia. Desde lo
visual, con paisajes desolados, rojizos por la persistente lluvia tóxica, un
temible gas también rojizo que borra la memoria de los pobladores, son algunos
de los elementos “nuevos” que se utilizan en este futuro apocalíptico
presentado, hasta la presencia de jóvenes elevados a la categoría de héroes del
siglo XXI. Y, como siempre, con un dejo a los horrores del Holocausto que no
deja de sorprendernos en este tipo de películas destinadas a los más jóvenes.
Desde “Gran Hermano” a la fecha, pocas son las películas de ciencia ficción o
de catástrofes y apocalipsis que logran una pizca de diferencia, con el riesgo
de que el público no logre identificarse con alguno de los personajes, por la
coralidad y porque responden a parámetros acotados de cómo deben ser.
Entretenimiento
puro para los seguidores de la saga.
Carlos
Pierre
MAGALLANES
De
Salvador del Solar. Con Damián Alcázar, Federico Luppi y Magaly Solier. Música
de Federico Jusic. Duración: 109 minutos.
BUENA. EL
PASADO QUE NO PERDONA
La
cruenta lucha del gobierno peruano contra Sendero Luminoso trajo consecuencias,
tan pesadas como las de cualquier dictadura. Mujeres-niñas violadas por
combatientes gubernamentales, hijos no reconocidos, misoginia, y una gran
disparidad social que, en muchos aspectos, esta primera película de Salvador
del Solar muestra.
Lima es
una ciudad colonial, con zonas montañosas donde se construyen casitas y
habitaciones, algunas de material, similares a las “favelas” de Río de Janeiro.
Este impensado paisaje se mantiene aún hoy, en medio de avenidas modernas y de
una ciudad pujante. “Magallanes” sigue siendo el subalterno de un coronel que
encarna Federico Luppi, en silla de ruedas y perteneciente a la clase alta.”
Magallanes”, además de servir a su ex jefe en su traslado diario, es taxista y
a su automóvil sube una joven mujer que él reconoce como haber sido violada
durante muchos meses por su superior cuando combatían en la localidad de
Ayacucho.
Es en
estos recuerdos donde comienzan los altibajos del guión que, no obstante, sale
airoso por la buena actuación de Damián Alcázar, el personaje más logrado de
los tres principales. Luppi compone a un coronel entrado en años que ha perdido
mucha memoria, mientras que Magaly Solier es “Celina”, la abusada por el
Coronel, tiene buenos momentos. El chantaje de “Magallanes” es el “quid” de
este guión que intenta meterse en muchos temas a la vez: desde la necesidad de
perdón de “Magallanes” hasta la apenas esbozada clase alta en la que se mueve
“El coronel” junto a su hijo, quien sufrirá un brutal secuestro. La acción se
hace intensa cuando se recurre a escenas de violencia explícita, desde una
pelea sangrienta hasta una tortura, se ingresa en el thriller denso y negro,
pero no pasa de allí.
Hay
aspectos técnicos para destacar como la buena fotografía, los encuadres, las
tomas diferentes que engarzan los diferentes estados de ánimo de “Magallanes”,
ambientes urbanos muy bien mostrados. No ocurre lo mismo, en esta oportunidad,
con la banda sonora del siempre excelente Federico Jusid: el recurrir a
instrumentos electrónicos le quitó grandiosidad a armonías cálidas.
Siendo el
primer intento de Salvador del Solar, solo cabe decir que tiene todo para
lucirse de aquí en más cuidando los aspectos del guión, evitando tantos
vericuetos y la solución rápida y melodramática. De todas maneras, es una película
atractiva.
Elsa
Bragato
EXORCISMO
(EXETER)
De Marcus
Nispel. Con Stephen Lang, Kelly Blatz, Michael Ormsbly, Gage Golightly, entre
otros. Música de Eric Allaman. Duración: 91 minutos.
BUENA. LA
FUERZA DEL “GORE”
Marcus
Nispel es de origen alemán y ciudadano norteamericano, muy reconocido por la
realización de “Viernes 13” y “La masacre de Texas”, remakes que chorrearon
sangre espantando al espectador no avezado en el género “gore”. En el caso de
“Exorcismo”, se animó a un guión casi propio, al menos en sus lineamientos
generales, y al subgénero “slasher”, donde la sangre y los jóvenes imprudentes
son ejes fundamentales de la historia.
El título
en inglés, “Exeter”, alude a un centro donde se recluían, a comienzos del siglo
XX, a los chicos con problemas mentales, sometiéndolos a cruentos tratamientos,
como los electroshock. Existió algo parecido en verdad pero el documental que
presenta la película da la impresión de haber sido “avejentado” técnicamente
con una historia que contiene datos no correspondientes a la realidad. Sin
embargo, sirve como base del film. Es en ese olvidado edificio donde los chicos
de reúnen convocados por el sacerdote Conway para ayudarlo en su
reconstrucción. Pero se les ocurre hacer una fiesta con muchas drogas y pesado
rock and roll, supuestamente con mensajes satánicos en recuperados vinilos, que
los lleva directamente al encuentro de espíritus demoníacos.
De a uno
son tomados por el “Diablo”, uno de ellos es “Rory”, el hermano del
protagonista “Patrick”, se intenta un exorcismo, con relativa suerte. El
espíritu no se detiene. Y el thriller sangriento va atrapando, deja de lado la
fiesta sinfín de los jóvenes, y aporta los efectos del gore, desde
destripamientos hasta mordidas salvajes, gritos aterradores, en medio de un
lugar sucio y venido a menos.
Para
quienes aman el “gore”, ésta es la película si bien Marcus Nispel no dio rienda
suelta a su manifiesto gusto por lo sangriento como en “La masacre de Texas”.
Hay intensidad dramática con algunos altibajos, y algunas secuencias que
pudieron mal resueltas, hay intriga, y es entretenida. No es recomendable para
personas sensibles.
Elsa
Bragato
LA OTRA
GUERRA
Guión y
Dirección de Tobías Lindholm. Con Pilou Asback, Tuv Novotny, Soren Malling,
Charlotte Munck, Dar Salim, entre otros. Música de Sune Rose Wagner. Duración:
115 minutos.
MUY
BUENA. MEMORIAS DE GUERRAS INDESEADAS
“La otra
guerra” o bien su título en inglés “A war” nos habla de las indeseables
consecuencias que los conflictos bélicos generan en cada combatiente, en sus
familias, y en todos los niveles de su vida. Por eso “A war”, “Una guerra”,
porque cada soldado vive la guerra a la que es enviado desde sí mismo con
consecuencias personales intransferibles. Tobías Lindholm es reconocido por su
detallismo a la hora de narrar, por su dirección actoral, por esa calma
narrativa que precede al drama sin caer en lo ostentoso o bien en el melodrama.
Este
manejo del guión y del elenco hacen que el film sea profundo, que toque el
corazón, sin ser diferente ni ofrecer nada que no se conozca. Tampoco es la
primera vez que el cine danés encara este tema, diciéndole al mundo que desde
tierras tan heladas muchos soldados fueron enviados a Afganistán sin mayor
difusión y que esa sociedad sigue pagando los costos legales, éticos y
psíquicos de tamaña decisión política.
“Claus”
(Piloy Asback) es oficial al mando de un grupo de hombres, luchan en tierras
muy inhóspitas, a veces desérticas, rodeados de población civil, el enemigo son
los talibanes que nunca muestran el rostro. Hasta que se matan a 11 civiles y
es enviado de regreso a Copenhague donde es enjuiciado. Allí lo espera su mujer
y tres hijos. El tratamiento que da Lindholm a la vida de “Claus” tanto en
plena guerra como en su hogar es calmo, detallista, escrupuloso, con morosidad
que, no obstante, es explicativa de lo que sucede: ese hombre libra su propia
guerra en medio de una matanza de civiles y talibanes que le son ajenos hasta
en el mismo móvil que ha generado la lucha. Este es un gran logro del
realizador danés, comparable a “Hermanos” de Susanne Bier, otra realizadora
danesa que trató el tema de las consecuencias psíquicas y sociales de sus
compatriotas enviados a luchas en tierras extrañas. Muy buen retrato de un
soldado dividido entre el deber y sus derechos civiles.
Elsa
Bragato