JUEVES 10 DE SETIEMBRE DEL 2015.-
Nueve estrenos entre films extranjeros y nacionales. Solo durante una
semana se ofrece en IMAX “Totem Lobo 3D” de Jean Jacques Annaud, una
mirada de antropólogo sobre la relación del hombre y el medio ambiente, en este
caso en Mongolia. Le siguen “Guardianes de OZ”, animación mexicana de
Alberto Mar, que continúa, de alguna manera, la historia de “El mago de Oz”,
protagonizada por un simpático mono volador llamado Ozzie y una buena
realización y “El lado peligroso del deseo” del maestro del terror Eli
Roth, con Keanu Reaves y Lorena Izzo entre otros, flojita… La Argentina ofrece “Historias
breves 11”, donde reúne a ocho directores con ocho historias en ocho
cortometrajes, un clásico ya de nuestra producción cinematográfica, y
“Después de Sarmiento”, de Facundo Márzquez, un documental sobre la crítica
educación actual (tercero en la temática luego de “Escuela normal” y “La
toma”).
FRANCISCO, EL PADRE JORGE
Guión y dirección de Beda Docampo Feijoo, con Darío Grandinetti,
Silvia Abascal, Laura Novoa, Leonor Manso, Leticia Bredice, Jorge Marrale,
Carola Reyna, Alejandro Awada, Gabriel Gallicchio, entre otros. Coproducción de
España y Argentina. Música de Federico Jusid. Duración: 100 minutos.
BUENA. BIOPIC SOBRE EL PAPA FRANCISCO
Es la primera ficción sobre la vida de Jorge Bergoglio, hoy el Papa
Francisco y el primer Jesuita que accede al máximo cargo de la grey católica
con sede en Roma, luego del documental “Francisco de Buenos Aires”, de Miguel
Rodríguez Arias. Está protagonizada por Darío Grandinetti y la actriz española
Silvia Abascal, junto a un elenco de primerísimas figuras. El guión se basa en
el libro “Francisco, vida y revolución” de Elisabetta Pique, corresponsal en
Roma, quien es una de las personas más cercanas de Su Santidad desde hace 15
años. Y abarca desde la adolescencia del Padre Jorge, como le gustaba que lo
llamaran, hasta que es elegido Papa en el 2013, adoptando el nombre de
“Francisco” por San Francisco de Asís.
Cuenta con una importante producción: filmaciones en Buenos Aires, en
Roma y Madrid, y se incluye la
restaurada iglesia de San José de Flores, teniendo en cuenta la vasta tarea
pastoral del Padre Jorge desde su atención a los humildes, hasta la lucha
contra la pobreza, la explotación laboral, la prostitución y la droga.
Darío Grandinetti compone una lograda imagen física y espiritual de
Jorge Bergoglio, sus gestos, su andar afectado por una crónica dolencia en la
cintura, mientras que Gabriel Gallicchio encarna al padre Jorge en su juventud.
La madre está a cargo de una solvente Laura Novoa, mientras transcurre la vida
del joven, sus tempranos flirteos y el descubrimiento de su vocación religiosa
ante el disgusto de su madre que piensa en que no habrá nietos en ese hogar y
alentaba el inicial proyecto de la carrera de medicina, el hijo “doctor”. Es
muy interesante la actuación de Darío Grandinetti, consustanciado con la manera
de ser de Bergoglio, su sinceridad, su extrema austeridad, su devoción por San
José y por San Francisco de Asís.
El guión del realizador Beda Docampo Feijoo es abarcativo sin ser
pretencioso: desgrana anécdotas, actitudes valientes de nuestro honroso
compatriota, su integridad y sus gestos muchas veces impredecibles siempre por su
voluntad de acercarse al pueblo.
Un párrafo especial y elogioso merece la partitura musical de Federico
Jusid, con una paleta vasta de armonías ricamente trabajadas, incluyéndose
música de Mozart y de los compositores del Barroco Francés.
Esta semblanza, biopic, de Jorge Bergoglio sale airosa, es prolija,
con una muy buena performance de Darío Grandinetti en un rol muy difícil debido
a la contemporaneidad del Papa Francisco. Recomendable, interesante.
Carlos Pierre
LA CASA DEL DEMONIO
Guión y dirección de Will Canon. Con María Bello, Frank Grillo, Cody
born, Dustin Milligan, entre otros. Música de Dan Marocco. Duración: 83
minutos. Coproducción Estados Unidos y Gran Bretaña.
BUENA. REINVENCIÓN DEL TERROR
Producida por James Wan, el notable realizador de “El conjuro” (y, en
verdad, un real competidor de Eli Roth), nos llega “La casa del demonio” con
solidez e intriga en el guión suficientes para perturbarnos en la esotérica
Louisiana. Entre el thriller y el terror, el quid del guión es una casa
embrujada que 20 años antes fue el escenario de la muerte de un grupo de
personas. Y, como suele suceder, cinco jóvenes van hacia el lugar intentando
descubrir el motivo de esas muertes, comprobar a través de sofisticadas
tecnologías si la casa maldita alberga, entre sus sombras, a una mujer que
nunca apareció pero… puede estar. Mientras intentan comunicarse con los
espíritus de los seres muertos en el lugar, son destinatarios de una fuerza
diabólica que los retiene.
Sin apartarse de los clishés del género, cuadros que se incendian,
bandadas de negros estorninos que presagian muerte y espanto, la trama transita
también el thriller - ese escalofrío sutil que un buen clima fílmico nos
produce -, inquietante e irresuelto, entre la bruma de los pantanos del lugar.
Un detective y una psicóloga centran sus investigaciones en un joven sospechoso
que sobrevivió a la masacre. Un figurado monstruo bicéfalo, un hacha que pudo
llevar el joven investigado, derivan la alucinante historia de terror en un
interesante policial, manteniendo en vilo al espectador.
Aún manteniendo la sustancia del género, Will Canon logra escapaar de
los lugares comunes, y se aparta del “gore” con una acertado cambio de rumbo en
su enfoque, inteligente e innovador.
Carlos Pierre
MAZE RUNNER: PRUEBA DE FUEGO
De Wes Ball. Con Dylan O’Brien, Jaya Scodelario, Thomas
Brodie-Gangster, Dexter Darden, Rosa Salazar, Nathalie Emmanuel, entre otros.
Música de John Paesano. Duración: 131 minutos. Basada en la saga de James
Dashner.
BUENA. CONFUSIONES A GRANEL
Quienes sigan la saga, encontrarán una gran diferencia entre el
“laberinto” de la primera película, que conocimos el año pasado, y ésta, donde
todo se transforma y, en vez de laberintos, encontramos experimentos genéticos
horrorosos, sociedades caóticas, o inexistentes, despojos humanos, humanos
transformados en perros guardianes, desiertos, y barracas estilo nazi aunque de
paredes de grueso metal, como búnker.
Si nos atenemos al guión, hay que calificarla como regular. Es una
mezcla de todo, de terror con zombies y de ciencia-ficción. Los compañeros del
laberinto, “hermanos”, son llevados en helicóptero a un lugar aparentemente
seguros donde descubrirán que son futuros experimentos. La empresa “CRUEL”
necesita de la sangre de los jóvenes de los que extrae una substancia para
tener una raza humana más fuerte, con cerebros más desarrollados.
Las peripecias de los jóvenes son muchas. Sufren persecuciones, tiros,
ataques de todo tipo en el “Desierto”, buscando a un “salvador” que está en
algún lugar de esas tierras, siempre tan lejanas. Deben seguir escapando como
pueden, algunos quedan en el camino, y llegar tampoco les facilitará la
cuestión porque la organización “CRUEL” ha infiltrado a uno de ellos entre los
chicos y cuentan con espantosos helicópteros y gigantescos aviones para
“cazarlos”.
La película en sí es un mix, como dijimos. Y no tiene nada que ver con
el planteo inicial donde se avizoraba el manejo de científicos en medio de un
laberinto armado con paneles de acero. Aquí la cuestión es otro terreno, nada
de laberintos, y nos remite, a los que tenemos canas, al nazismo, a la
experimentación con humanos de manera espantosa, a un “ojo” que nos mira sin
que lo veamos como un Gran Hermano atento a expoliar a la raza humana, a la
eutanasia entre adolescentes, es decir, temas muy fuertes que los jóvenes
protagonistas toman con una sabiduría poco común y algunas lágrimas. Hay una
aceptación de las decisiones más extremas, aunque van a luchar y tienen un
plan, el que conoceremos recién en el 2017 con los que hayan quedado vivos.
Los efectos especiales son siempre efectivos y el Golden Gate sigue
siendo el lugar más filmado de la historia aunque ahora esté en ruinas y en
medio de un desierto.
Apocalíptica, distópica por donde se la mire, entretiene pero sin
rumbo alguno. De pronto está el desierto, de pronto los zombies, la maquinaria
infernal de una doctora malvada, aparece una ametralladora y parece que
ingresamos a un film sobre la segunda guerra mundial, es decir, un poco de todo
como para que uno no se duerma.
Se anuncia que James Dashner, el afiebrado escritor de la saga, ha
escrito cuatro libros más sobre “Maze runner”, que incluyen dos precuelas.
George Romero, el padre del arquetipo “muerto viviente” o zombie, agradecido.
Elsa Bragato
RICKI AND THE FLASH
De Jonathan Demme. Con
Meryl Streep, Kevin Cline, Mamie Gummer, entre otros. Banda de Rick
Springfield. Duración; 101 minutos.
MUY BUENA. COMEDIA PARA
DISFRUTAR
Las comedias románticas
que incluyen problemas familiares no suelen ser bien vistas porque se las
considera edulcoradas, con situaciones ya conocidas, previsibles. Sin embargo,
si la protagonista es Meryl Streep, estamos hablando de una comedia cuanto
menos “especial”. Es el caso de “Ricki and The Flash” donde Streep encarna a
“Ricki”, una mujer casada con “Pete” (Kevin Kline) con quien tuvo tres hijos
pero un buen día decidió cumplir con su sueño: cantar, tocar la guitarra, y
abandonar a todos. Su marido rehízo el hogar con una mujer de color, a cargo de
la notable alemana Audra McDonald (ganadora de varios Tony), mientras que Ricki
se une a la banda de “Greg” (Rick Spriegfield), ganando muy poco pero haciendo
lo que le gusta. Un llamado familiar sobre la situación de su hija mayor,
“Julie”, la lleva de vuelta al hogar.
Entre las curiosidades
de este film está la actuación de la hija de Meryl Streep, Mamie Gummer, en el
papel de “Julie”, y la conformación del dúo musical con el músico australiano
Rick Springfield, quien conduce en la vida real una banda fusión entre rock y
folk. Y, si bien vimos cantar a Streep en “Mamma mia”, vuelve a asombrarnos con
su enorme capacidad actoral cantando sola como con la banda de su amado “Greg”.
Hay situaciones bien
logradas, el afecto marital que parece fluir, pero la aparición de la segunda
esposa de “Pete” hace de las suyas. Es previsible, ciertamente, pero con mucha
altura y, más allá de los lugares comunes al género, nos enfrenta a las
situaciones actuales de padres e hijos, la aceptación del casamiento
igualitario, y un consumo de droga como algo habitual entre padres e hijos que
no es lo mejor que podamos ver. Con estos detalles, previendo el desenlace y el
final, Streep nos lleva con su poderosa actuación a un final que nos deja más
que conformes.
Elsa Bragato