JUEVES 17 DE SETIEMBRE DEL 2015.-
Entre ocho y diez estrenos se podrían dar este jueves, agregados
algunos a último momento y sin posibilidad de que los críticos vean el
material. Hay para todos los gustos y de todos los géneros. Por ejemplo, entre
los confirmados, “Inmortal”, de Tarsem Singh, con Ryan Reynolds, el
traspaso de la conciencia en un policial que se mete de lleno en la
ciencia-ficción confrontando con el film “Aurora”, de Lituania, que conoceremos
en próximas semanas. También está Michael Douglas en un regreso “mecánico” de
actuación en “Duelo al sol”, dirigida por Jean-Baptiste Leonetti. Un rico sale a cazar,
mata a un hombre en el Desierto de Mojave (California, USA) y persigue al
testigo, un guía de su tour de matanza. Más de lo mismo, ya vimos un duelo
entre Robert de Niro y John Travolta, brutal persecución de dos hombres hasta
destrozarse (basado en el libro de Robb White del mismo título). “La maestra
de jardín”, de Nadav Lavid, es una coproducción de Israel y Francia, sobre
una maestra que descubre en un alumno de 5 años el don de escribir poemas.
Resulta una película interesante por trasuntar las reacciones de la sociedad
israelí que van desde la hipocresía hasta el reconocimiento. Entre las
nacionales, está “Uno mismo”, de Gabriel Arregui, con el protagónico
casi absoluto de Chino Darín, ascendente joven actor. La cámara busca casi
siempre el rostro de Darín, en una búsqueda de sentimientos y reacciones,
matizada con varias escenas de sexo. También se anuncia “Silo”, de Leandro
Bartoletti, sobre el fundador del Partido Humanista, oriundo de Mendoza. Allí
vivía en Chacras de Coria, en un gran caserón, junto a su mujer e hijos. Solía
dar discursos en Punta de Vacas y fue muy reconocido en Oriente. Esta sección
tuvo oportunidad de conocerlo en su casa y de saber sus principios religiosos,
basados en la “religiosidad interior”. Mario Luis Rodríguez Cobos, “Silo”, falleció
en el 2010. Posiblemente se estrene el documental “Salgán & Salgán”,
un retrato de la vida del gran maestro Horacio Salgán de casi 100 años, y su
hijo César, también pianista y heredero musical de su padre.
EVEREST 3D
De Baltasar Kormákur Samper. Guión de Justin Isbell y William
Nicholson. Con Josh Brolin, Keira Knightley, Jason Clarke, John Hawkesm Jake Gyllenhaal,
Emily Watson, Naoko Mori, entre otros. Fotografía de Salvatore Totino. Música
de Darío Marianelli. Duración: 121 minutos.
MUY BUENA. GRAN IMPACTO VISUAL
El 3D suele arruinar toda buena fotografía, aunque se crea lo
contrario. En el caso de “Everest” estamos frente a una asombrosa realización
que tiene en Salvatore Totino (Código Da Vinci, El luchador) a su generador,
una luminosidad y tridimensionalidad del elenco y de los paisajes que asombran.
La película recrea la tragedia del 10 de mayo de 1996 cuando una
expedición al monte Everest (debe su nombre al topógrafo y coronel galés George
Everest, que lo descubrió), aportando datos, en el inicio, sobre los dos
primeros montañistas que alcanzaron la cima en 1953: el neozelandés Sir Edmund
Hillary y el sherpa (grupo étnico procedente de China que habita el Nepal desde
hace más de 300 años)Tenzing Norgay. En los 90 se organizaron las expediciones
pagas, guiadas, hacia la cima de 8848 metros de la cadena del Himalaya. Fue un
negocio que empezaron neozelandeses para luego seguirles otros de diversas
nacionalidades. En el caso del film, Jake Gyllenhaal es el líder del grupo
heterogéneo, mientras que Jason Clarke es Rob Hall, el guía del grupo
neozelandés. Josh Brolin es Beck Weathers, así
como Emily Watson, Keira Knightley, Robin Wright, forman el trio central de
mujeres que sostienen a los montañistas. Watson está a cargo del campamento
base, mientras que Robin Wright es la
esposa de Weathers, y Knightley, la del guía Rob Hall.
El comienzo de este
blockbuster nos prepara para la intensidad narrativa que sobreviene en más de
una hora y media del film. Una vez en Nepal, la habilidad del director nos
muestra -en pequeñas dosis- ceremonias religiosas, sin extenderse en estas
secuencias, para entrar rápidamente en la base del Everest. Y comienza la
magistral fotografía de Totino que se parece a los documentales de la NatGeo.
Ver semejantes precipicios con escaleras colgantes desde tomas zenitales,
recorrer las laderas con glaciares eternos y aludes de nieve fresca, conforman
una experiencia cinematográfica de gran disfrute visual.
No faltan las escenas
lacrimógenas, que son clishés fundamentales de estas historias épicas y muy
humanas: Knightley compone a una embarazada primeriza que alienta
telefónicamente a su esposo en momentos límites, siendo poco creíble el diálogo
amoroso en vez de un llanto o un grito desgarrador. La recuperación de quien
logra alcanzar la base, con las manos congeladas y sangrantes y casi sin
oxígeno, así como la secuencia de un helicóptero a una altura inconveniente,
son otros momentos sobrecogedoras de la película.
De esta expedición, muy
pocos sobrevivieron, perdiendo manos o padeciendo ceguera por la nieve, entre
otras terribles consecuencias. Una tormenta prevista para el día siguiente se
adelantó a los cálculos y provocó la tragedia. Las nubes, a semejante altura,
están cargadas de granizos y rayos, teniendo el viento una intensidad
inimaginable. Imposible ver, el oxígeno falta, la ayuda no se puede concretar
sin sacrificar vidas.
Es cierto que se trata
de una superaventura, pero atrapa, inquieta, perturba, desde el primer instante
de la ascensión por lo que, si analizamos que el guión es lineal –una
expedición a una montaña-, nos quedamos sin comprender el riesgo, el comercio
que significa ir al Everest (se calcula 80 mil euros hoy en día) y la necesidad
espiritual de hombres y mujeres de cumplir con esta hazaña que, para muchos,
tiene valor religioso y social. Hay impacto visual, emoción, en una narración
efectiva con un elenco coral donde todos son protagonistas y donde las
historias personales también surgen, con diálogos muy interesantes. No deje de
verla.
Elsa Bragato
MI AMIGA DEL PARQUE
De Ana Katz. Con Julieta Zilberberg, Ana Katz, Maricel Alvarez, Daniel
Hendler, Mirella Pascual, entre otros. Música de Maximiliano Silveira.
Duración: 84 minutos.
MUY BUENA. MIRADA DE MUJER
Ana Katz aparece de tanto en tanto con historias mínimas muy bien
narradas como “El juego de la silla” y la muy buena “Una novia errante”, dando
un salto sobre la convencionalidad de los guiones nacionales. En este caso, nos
presenta un drama doméstico, con suspenso creciente, entre las madres que salen
a un parque (en este caso, la locación está en el Uruguay) con sus criaturas.
El espacio no tiene rejas, es abierto, hay sol, y se entrelaza con los
sentimientos de la protagonista, Julieta Zilberberg en el papel de “Rosa”,
madre primeriza con muchos temores. Está sola, su marido (Daniel Hendler) filma
en Chile, y solo lo ve vía Skype. Solo encuentra un parque para amainar la
soledad junto a otras mujeres en su misma situación. Pero hay dos hermanas, a
cargo de Ana Kazt y Maricel Alvarez, que saben captar a los espíritus débiles a
través de una azarosa telaraña revestida de amistad, que provoca enorme zozobra
en “Rosa”.
La narración está muy bien estructura porque el suspenso crece y
atrapa desde el comienzo al espectador, siembra curiosidad, con diálogos
adultos, creíbles, a través de secuencias que transmiten con énfasis el
universo femenino. Desde la necesaria compañía del marido hasta la superación
del miedo de dañar al propio hijo por inexperiencia, un llanto, un suspiro del
bebé que trastocan el mundo de la mamá. Y es en ese parque donde “Rosa”,
buscando solaz y entretenimiento genuino con su pequeño hijo, encuentra la
dosis de experiencia que le falta. Es un lugar abierto que se cierra, como
contraposición, sobre el espíritu de la protagonista.
Resulta una muy interesante propuesta que se vale de estupendas actrices
para acercarnos una historia que, aún con una pizca de delirio, resulta
renovadora, da un aire fresco y superador al cine nacional, desde todo punto de
vista. Las pequeñas historias, bien contadas, pueden más que las superproducciones
porque nos llegan directamente al corazón.
Carlos Pierre
LABERINTO DE MENTIRAS
Guión y dirección de Giulio Ricciarelli. Con Alexander Fhling, André
Szymanski, Friederike Becht, Johannes Krisch, entre otros. Música de Sebastián Pine y Niki Reiser. Duración: 121 minutos.
MUY BUENA. LA GRIETA
ÉTICA DE LA ALEMANIA NAZI
La Alemania de los
Nazis sigue dando material para descubrir oscuras relaciones entre los jerarcas
del nefasto Tercer Reich y la población de aquellos años. “Laberinto de
mentiras” es una narración valiente y honrada que rasga las vestiduras del
pueblo alemán para buscar esos nexos invisibles que hicieron posible las
atrocidades de Hitler, de Josef Mengele (muerto en Brasil) y Adolf Eichman
(capturado por los servicios de inteligencia israelíes en nuestro país).
El tema es atractivo
aunque la realización del italiano Giulio Ricciarelli apunta linealmente a
relatar la antinomia resultante de búsqueda y encubrimiento que se desató 15
años después de la rendición de Alemania en la Segunda Guerra Mundial (1945) No
obstante, es un film comprometido, necesario incluso para el propio pueblo
alemán.
La historia se ubica en
1958, donde se vive una atmósfera diferente a la del nazismo debido a la
gestión de un fiscal joven, “Johann”, que quiere encontrar la conexión entre
los hombres comunes y los nazis. El velo del ocultamiento empieza a caerse,
pero no será fácil enfrentar la verdad, quiénes estaban detrás de las
atrocidades de Hitler. Por un lado, estamos frente a un thriller, suspenso
creciente, característica del policial, y por el otro, el realizador
Ricciarelli nos descubre la trama secreta de una investigación judicial.
El film tiene un
formato clásico, una manera de retratar las tomas de manera tradicional, lo
cual no es un obstáculo para que se ahonde, hasta cierto punto, en el
comportamiento de los que vivían en ese año en Alemania teniendo un deliberado
olvido del horror que fueron capaces de infrigir.
Sin embargo, hay que
reprocharle al realizador italiano, también autor del guión, una dirección
actoral conformista porque no busca más allá de los hechos en las performances
de sus actores, es decir, no se adentra en el dolor o repulsión que el joven
fiscal pudiera sentir sobre las verdades que va descubriendo y que podrían
hasta inculparlo.
El sinceramiento social
hace interesante al film y muestra la grieta ética que vivió una sociedad que
quiso ocultar crímenes de lesa humanidad con una pátina de civilidad e
industrialización. La película viene recibiendo honores y premios en distintos
festivales y acaba de ser seleccionada para representar a Alemania en la
próxima entrega de los Oscars.
Carlos Pierre
EL GRAN SECUESTRO DE
MR. HEINEKEN
De Daniel Alfredson.
Basado en el libro del mismo nombre de Peter R. de Vries. Con Anthony Hopkins, San Worthington,
Jim Sturgess, Ryan Wanten, entre otros. Música de Lucas Vidal.
Duración: 95 minutos. Coproducción de Bélgica, Reino Unido y Holanda.
BUENA. MÁS DETALLES QUE
SUSTANCIA
El sueco Daniel
Alfredson, hermano de Tomas (realizador de “Criaturas de la noche” y “El
topo”), se basa en el segundo libro del holandés Peter R. de Vries sobre el
secuestro del Dr. Alfred Freddy Heineken y su chofer, ocurrido en 1983, En ese
segundo tomo incluyó una intensa investigación que incluyó una entrevista al criminal
Cor Van Hout, famoso por este hecho.
Con tinte de los 80
bien recreado, la película de Alfredson incurre, desde el vamos, en un error
común a quienes se basan en textos literarios: aportar la mayoría de los
detalles al pie de la letra con el consabido riesgo de dilapidar la intensidad
dramática del film.
El golpe, el secuestro
de Mr. Heineken, fue planificado en Amsterdam durante dos años por sus
secuestradores, quienes habían hechos algunos intentos antes sin suerte. A
pesar de tanta rigurosidad en el armado del secuestro, actuaron como principiantes:
en una barraca de Amsterdam, alejada del centro urbano, mantuvieron cautivos al
gran magnate y a su chofer, encadenados durante tres semanas. Cobraron un
rescate de unos 50 millones de dólares, cifra récord para la época. Pero, por la
impericia en el accionar, fueron capturados en Francia y en el Paraguay.
Hay algunos aspectos de
la narración que merecen una consideración especial porque son justamente los
que entibian la acción y la hacen menos atractiva para el espectador: en principio,
la mayor parte del film está actuada por actores buenos, con buena química
profesional, pero muy poco conocidos frente a un Anthony Hopkins en el rol del
doctor Heineken (con excepción de Sam Worthington, a quien vemos también en Everesst 3D). Ver a este notable actor inglés tan acotado en su actuación,
limitado por la primacía lógica en el guión de los secuestradores y el plan en
sí, le resta interés a la propuesta. A Daniel Alfredson no le faltan
conocimientos como realizador pero sí fineza en la narración y sutileza en la
dirección actoral. Se nos cuenta un hecho dejando de lado aspectos de la
relación secuestradores-secuestrados que hubieran enriquecido el film, para
sumar detalles que, sin faltar a la verdad, pudieron obviarse, sublimarse, en
pos de una narración más contundente.
Carlos Pierre