JUEVES 5 DE FEBRERO DEL 2015.-
Hay seis estrenos en
soporte fílmico. Entre ellos, “El destino de Júpiter”, de los hermanos
Wachowski (los mismos de Matrix), un film de ciencia ficción, y el docuficción
chileno “Naomí Campbel”, de Nicolás Videla y Camila Donoso, sobre un transexual
afrocolombiano y sus peripecias para transformarse en la bella modelo que da
título al documental.
EL CÓDIGO ENIGMA
De Morten Tyldum. Con
Benedict Cumberbatch, Keira Knightley, Mark Strong, Matthew Goode, Charles
Dance, entre otros. Música de Alexandre Desplat. Duración: 114 minutos.
MUY BUENA. EL
MATEMÁTICO QUE SALVÓ MILLONES DE VIDAS
Basada en el libro
biográfico “Alan Turing, the enigma”, de Andrew Hodges, este film británico es
un reconocimiento póstumo al gran matemático, criptógrafo, analista y héroe de
la Segunda Guerra Mundial, Alan Turing, que descifró el código Enigma alemán,
por lo cual ayudó a ponerle fin a la guerra salvando millones de vida. La Reina
de Inglaterra lo honró 50 años después por su tarea levantando el “secreto de
Estado” sobre su trabajo en el código alemán.
Alan Turing fue un
hombre brillante, para quien no había “puzzle” imposible de descifrar. Se
presentó en el ejército de su país con la confianza de poder descifrar el
enigma alemán, sin pensar que con este hecho serviría para descubrir con
antelación los bombardeos alemanes sobre su país y sobre Europa en general. Su
carácter introvertido, que solo admitía una notable científica a su lado como
compañera de vida (una fantástica Keira Knightley), se debió a su condición
homosexual, condenada en esos tiempos por la sociedad al punto de merecer o
cárcel o tratamientos hormonales para “curar” la elección sexual.
De formato clásico,
sólido, la narración de Tyldum es muy atractiva y atrapante. En principio, no
se hace hincapié en la vida personal de Turing de manera morbosa sino que surge
el tema hacia el final. Se toma esta situación personal como algo tangencial a
su enorme inteligencia. Y es un logro del guión, sin que abandone el tormento
íntimo del gran matemático. Puntillosa, creíble y emotiva, esta biopic (una de
las cuatro que se presentan en los Oscar sobre ocho films elegidos en el rubro
“Mejor película”) es moderna y contenida, agregándole la música del compositor
Alexandre Desplat como sostén acertado de la trama.
Los dos protagonistas
han sido nominados a los premios de la Academia de Hollywood. Keira Knightley,
que ha trabajado en numerosos films del género, compone a “Joan Clarke”,
criptógrafa y numismática inglesa de Cambridge, que trabajo junto a Turing
durante la guerra, enérgico personaje y femenino, para quien la homosexualidad
de su compañero de trabajo no fue mella para quererlo y hasta proponerle
matrimonio a fin de salvarlo de la persecución legal. Por su parte, el ascenso
profesional de Benedict Cumberbatch amerita la consideración como uno de los
mejores actores actuales. Pasaron 70 años de este reconocimiento mundial. No se
la pierda.
Carlos Pierre
LA TEORÍA DEL TODO
De James Marsh. Con
Eddie Redmayne, Felicity Jones, David Thewlis, Emily Watson. Música de Johann
Johannsson. Duración: 125 minutos.
MUY BUENA. LA
SUPERVIVENCIA ENTRE LÁGRIMAS Y CIENCIA
El impacto emocional
que produce “La teoría del todo” tiene un hacedor: el actor Eddie Redmayne, que
viene ganando todos los premios por su rol de Stephen Hawking, y a quien vimos
en “Los miserables”. Inglés, actor de teatro, cantante, su personificación de
Hawking es realmente notable, aunque muchos piensen en golpes bajos y en
manipulación del espectador. La realidad, la vida misma de Hawking y su
desfiguración física por la esclerosis múltiple, no son ficción. Son lo que es
y lo que, en gran medida, muestra el film. Y esto no es manipular sino mostrar.
No podemos ocultar la vida misma.
El punto es la
actuación y, en este sentido, faltan palabras para describir la performance de
Redmayne quien nos golpea el corazón. El científico y el drama, tal como en la
vida real. Se une a “Código Enigma” porque ambas tienen un comienzo en la bella
ciudad medieval de Cambridge, donde el “numen” de las mentes brillantes
británicas tiene a sus principales escuelas y mentores.
En principio, puede
tomarse como un film romántico porque nos narra la vida del científico y su
primer gran amor, la madre de sus tres hijos, basándose en el libro “Travelling
to infinity. My life with Stephen”, que escribió la misma Jane Wilde (su
esposa). La “teoría del todo” aparece como la obsesión (subsiste en él) del
científico inglés, pero no es una película que analice fórmulas sino que
muestra una vida difícil, sobrellevada por él mismo y su esposa, con la alegría
de los hijos. Una enfermera, que en pocas pinceladas se nos muestra como “la
otra”, es quien dará por terminada la relación matrimonial. Bien puede decirse
que está más sugerido que narrado este hecho, por lo que no habría estado mal
unos minutos más de película para explicarnos por qué Hawking abandonó su hogar
por esta mujer. Es, en síntesis, lo que le falta a este film biográfico.
Destacamos secuencias
de gran emotividad como el momento de la separación de Hawking y Jane, en el
que no hacen falta muchas palabras y sí emoción. Que de eso se trata el film,
un amor que se sobrelleva durante años y que se quiebra por esas razones que
solo el corazón entiende. Historia romántica, sobrecogedora por la actuación
del protagonista, lacrimógena, pero fue y es la vida de Stephen Hawking,
mostrando la dureza de un temperamento aunque a muchos les desagrade. Así como
la importancia de su primera esposa, Jane Wilde, para que Hawking sobreviviera
a los dos años de vida que la ciencia de entonces le había dado. Nos atrapó,
aunque hubiésemos visto el buen documental inglés interpretado por Benedict
Cumberbatch; por esas coincidencias de la vida, tanto Eddie Redmayne como
Cumberbatch están nominados a los Oscar como los mejores actores del año, entre
otros. Estilo clásico, buena banda sonora del ascendente sueco J. Johannsson,
cuyo estilo oscila entre el puramente clásico y el minimalismo de Philip Glass,
narración convincente, buenas tomas, conforman una biopic muy interesante que
merece verse.
Elsa Bragato
EN EL BOSQUE
De Rob Marshall. Con
Meryl Streep, Emily Blunt, James Corden, Anna Kendrick, Lilla Crawford, Daniel
HUttlestone, Mackenzie Mauzi y Johnny Depp. Música de Stephen Sondheim y James
Lapine. Duración:
REGULAR. PERSONAJES EN
BUSCA DE ALGUNA LUZ
Barajar y dar de nuevo.
Algo así ocurre con los personajes más tradicionales de la literatura infantil
en esta película, basada en una obra de Broadway que escribieron el notable
Stephen Sondheim y James Lapine (recordemos que S. Sondheim fue el letrista de
L. Bernstein en “Amor sin barreras”). Rob Marshall tomó el libro, habló con sus
escritores y organizó este film donde se entrecruzan los cuentos de los
hermanos Grimm (Cenicienta, Caperucita Roja, Rapunzel) y el anónimo inglés “Jack
y los porotos mágicos”. Marshall conoce bien con quiénes trabajó dado que
dirigió a Depp en “Piratas del Caribe navegando aguas misteriosas”. El
resultado no conforma, además por la inclusión de canciones poco pegadizas.
Meryl Streep, nominada
al Oscar por este trabajo, jamás desentona. Es una bruja cabal, de espantosas
uñas largas y aspecto desgreñado que le impone a un matrimonio cuatro prendas a
cumplir para poder tener un bebé. Empezamos mal… Estas tareas tienen relación
con los cuatro cuentos famosos. Johnny Depp la secunda en breve aparición como
el “lobo feroz”, personajes que el actor acepta con fruición, siempre con un
toque estrafalario, alejándose de roles dramáticos de envergadura.
No se puede objetar la
fotografía, es impecable, ni tampoco abrir juicio sobre la producción con
recreaciones escenográficas fantásticas. A lo mejor, con un tono oscuro
exagerado. El bosque del título en inglés (“Into the Wood”) es estereotipado y,
aunque preste ayuda a los personajes, no logra equilibrar el agobio provocado
por tantas canciones sin fuerza, desteñidas. Es que un teatro en Broadway es un
escenario diferente al set de filmación y, si bien Sondheim es un gran
compositor, llama la atención que su propia adaptación no haya estado a la altura
de “Sweeney Todd”.
El film, en síntesis,
puede dividirse en dos partes, una primera más clara que la segunda, densa. Sin
canciones que nos atrapen y con un forzado guión que intenta atraparnos sin
conseguirlo, resulta una elección poco gratificante para ir al cine.
Carlos Pierre
BOB ESPONJA UN HÉROE
FUERA DEL AGUA 3D
De Paul Tibbitt. Con
Antonio Banderas, Clancy Browns, Tom Keny, entre otras voces. Música de John
Debney. Duración: 93 minutos.
REGULAR. BOB ESPONJA EN
UNA HISTORIA DISCONTINUA
Que se van a entretener
con el nuevo Bob Esponja, no lo dudamos. Pero hay que ser honestos y decir que
el guión filmado por Paul Tibbitt adolece de discontinuidad y de un tufillo
bélico que no nos gustó para nada. Bob Esponja, que vive en su ciudad submarina
del océano Pacífico llamada Fondo de Bikini, tiene la fórmula secreta para
hacer unas hamburguesas que los amiguitos comen hasta intoxicarse. No falta
quien lo traiciona y ahí comienzan los problemas. Está secundado por sus amigos
de siempre como Calamardo, Patrick, Arenitas, entre otros, que tomarán
dimensiones importantes, como Plancton en una especie de Hulk. El robo de la
fórmula de las hamburguesas genera tal desaguisado que produce una guerra. No
hay balas pero sí papas que se tiran como torpedos, casitas que se incendian y
un panorama desolador propio de lo que hoy vemos que ocurre en el mundo. Bob
Esponja se queja de cómo ha quedado su ciudad. Y aquí entramos en la disyuntiva
de si es una animación para chicos o para adultos, porque tampoco llega a
serlo.
Antonio Banderas actúa
como el pirata que quiere la fórmula y se arriesga, en una secuencia inicial
que resulta la única espléndida por el sobrevuelo del océano y la buena banda
de Debney. Es mejor Banderas como el Gato con Botas…
Papas, patatas, o lo
que fuere, generan agresiones con torpedos, aviones lanza-bombas, y todo tipo
de elementos bélicos. Y sinceramente no mueven a risa sino a preguntas: “¿Esto
tienen que ver nuestros hijos pequeños?”. En medio de esta confusión, de
personajes que gritan (Bob Esponja pegando gritos altera al espectador más templado),
de Plancton sujetado con cintas para “ser torturado”, hay algunas secuencias,
sobre todo en el final, donde el bien le gana al mal. Pero hubo sustos e
imitaciones de las desgraciadas guerras, además del “torturado” Plancton y de
la Computadora, atada como rehén en una improvisada cárcel, que no nos
convencieron en medio de una deshilachada historia que solo al final logra
reunirse. Así y todo uno se plantea si este bélico Bob es lo mejor para
nuestros chicos.
Elsa Bragato