JUEVES 13 DE NOVIEMBRE
DEL 2014.-
Hay 12 estrenos este
jueves, algunos de los cuales fueron anunciados el jueves pasado. Hay otros que
prácticamente no tuvieron difusión entre los cronistas de cines. Levantar
películas sin aviso, ubicar otras sin la debida promoción, son las “novedades”
a apuntar en la desordenada cartelera de los jueves porteños. Seis de estos
estrenos (uno de ellos “ya estrenado”, “Bienvenido León de Francia”,
famoso radioteatro que da origen a esta película rosarina, que mencionamos el
jueves pasado) son nacionales o bien tienen participación argentina en el
elenco y la producción. Agregamos la reposición de “La naranja mecánica”, de
Stanley Kubrick, ícono de los 70.
Se estrenan ”El otro
(no todo es lo que ves)” de Daniel de Felippe, con Guillermo Pfenning,
Alejandro Awada y Víctor Laplace, policial sobre “Marcos” y un “otro” que le
ofrece una segunda oportunidad; ”El muerto y ser feliz”, de Javier
Rebollo, coproducción con España, con José Sacristán; “El bumbún”, film
riojano de Fernando Bermúdez, con Daniel Valenzuela, Luis Ziembrowski, historia
de los hacheros de la zona, fue rodada en diferentes localidades riojanas. “Helena”,
de Milka López, con Ivo Cutzarida, Camila Perissé, Edda Bustamante, sobre la
vida una joven pianista a quien la muerte de su abuelo y un secreto le cambian
la vida; “La gente del río”, de Martín Benchimol y Pablo Aparo, es un
documental realizado en el pueblo Ernestina, provincia de Buenos Aires, que
habla sobre la seguridad implementada por los vecinos. Entre las extranjeras,
están “Tonto y retonto 2” que llega 20 años después en calidad de
secuela, de los hermanos Farrelly, con
Jim Carrey y Jeff Daniels, reformulación del primer film, sin mayores novedades
y “Madres perfectas”, de Anne Fontaine (“Coco antes de Chanel), film
inglés con Naomí Watts y Robin Wright, dos madres amigas desde la niñez que
tendrán un vuelco en sus vidas cuando una se enamore del hijo de la otra.
FORCE MAJEURE (La
traición del instinto)
De Ruben Óstlund
(director y guionista). Con Johannes Bah Kuhnke, Lisa L. Kongsli, Kristofer Hivju, los niños Clara
y Vincent Wettergren, entre otros. Música de Antonio Vivaldi. Duración: 118
minutos. Coproducción de Suecia, Noruega, Dinamarca y Francia.
MUY BUENA. EL IMPULSO
DE SOBREVIVIR
El realizador Ruben
Óstlund demuestra su ojo clínico y
explorador de conductas sobre las reacciones más profundas que ocurren en el
seno de un hogar, formado por el matrimonio y dos hijos, una familia tipo, ante
un hecho inesperado y de fuerza mayor. Alude a las situaciones repentinas,
catastróficas, que impulsan al ser humano a sobrevivir en un acto de inmediatez
absoluta, realizado sin pensar, que tiene consecuencias definitivas en su
entorno.
El eje es una familia
sueca que viaja a los Alpes franceses para disfrutar junto a sus dos hijos de
unos días de esquí y, al mismo tiempo, es una compensación del jefe de familia
por el tiempo que pasa fuera de su hogar trabajando. El relato de Ostlund
propone cinco días de descanso. Y en el segundo ocurre el “quid” de la trama:
un aluvión de nieve llega de manera dramática hasta los pies de la familia. El
pánico se apodera de todos y el padre (Johannes Bah Juhnke), en un acto
reflejo, toma sus guantes y su cámara fotográfica y escapa. La familia vuelve a
reunirse poco después pero algo ha cambiado. Los lazos maritales son diferentes
y la actitud de los mayores repercute en los hijos que detectan la ruptura
sentimental de sus padres a punto de divorciarse.
Ruben Óstlund es un
hábil esquiador y utiliza su cámara para fotografiar una zona que conoce muy
bien con una riquísima fotografía, apoyatura fundamental del drama que surge en
el matrimonio sueco. La banda sonora le pertenece al compositor Antonio
Vivaldi; de él, Ostlund tomó el concierto “El verano”, un contrasentido si
pensamos que se está en pleno invierno. No obstante, la fuerza de ese concierto
concuerda con la “fuerza mayor” de la naturaleza y la consiguiente reacción
instintiva del padre de familia. Óstlund sigue la más auténtica línea de la
cinematografía sueca siendo posible encontrar un dejo del gran Ingmar Bergman
en esta búsqueda de las reacciones de los integrantes de la familia. El film se
vuelve visceralmente emotivo, conmovedor, trasciende ampliamente la catástrofe
natural para adentrarse en el alma de los personajes y analiza con una cámara
inquieta y sólida a la vez las consecuencias de un hecho natural sobre la
conducta humana.
En el Festival de
Cannes la película obtuvo el Premio del Jurado en la sección Un Certain Regard logrando
ser la representante de Suecia en la próxima ceremonia de los Oscars. Es, sin
duda, uno de los grandes films del año que llega a la cartelera porteña.
Carlos Pierre
ANTES DE DESPERTAR
Guión y dirección de
Rowan Joffe. Con Nicole Kidman, Colin Firth, Mark Strong, Anne-Marie Duff, Adam
Levy, entre otros. Música de Edd Shearmur. Duración: 92 minutos.
REGULAR. SUSPENSO CON
EFECTIVO DUELO ACTORAL
En su segundo film,
Rowan Joffe apunta al thriller psicológico, con giros en el guión que muchas
veces desorientan pero cumplen la función del suspenso. Nicole Kidman compone a
Christine, una mujer que, supuestamente por un accidente, cada día se levanta
sin recordar su pasado. Su esposo, el notable Clin Firth, y un médico (Mark
Strong) intentan que ella retenga su presente y que éste no se diluya cuando se
va a dormir. En este sentido, queda explicado el titulo como beneficio para el
espectador.
A lo largo de la hora y
media, el guión gira sobre esta condición inesperada de la protagonista, quien
no comprende el mundo que la rodea o bien es víctima de una conspiración de su marido. La fotografía de Rowan Joffe realza
trágicamente este entorno oscuro, de difícil resolución en cada secuencia. Se
establece un notable duelo actoral, que queremos resaltar este comentario,
entre Kidman y Firth. El alma de una mujer queda al desnudo, en otro rasgo
distintivo de Joffe, un alma huérfana de memoria, sin un ancla salvadora que la
fije en pasado que así “saltar” de ese “no-ser” en el que vive.
El film se basa en la
primera novela del inglés S.J. Watson del 2011, best seller internacional,
siguiendo una tradición muy inglesa dentro del thriller psicológico. La
identidad es el centro del guión, cómo se pierde o cómo se puede ser llevado a
esa trágica situación personal en la que no se reconoce el entorno como tal y
se lo trastoca porque el terror a “no ser”, y lo que se pueda hacer con uno, es
la constante. La envoltura narrativa colabora, sustenta, el clima de suspenso
intenso, otro logro de Rowan Joffe.
Carlos Pierre
ASI EN LA TIERRA COMO
EN EL INFIERNO
De John Erick Dowdle.
Con Perdita Weeks, Ben Feldman, Edwin
Hodge, entre otros. Música de Mac Richter. Duración: 93 minutos.
REGULAR. HISTÉRICO RECORRIDO
POR LOS SUBSUELOS PARISINOS
Elenco desconocido para
una idea bastante transitada: cámara en mano filmando las catacumbas parisinas
y el “más allá” de las mismas con previsibles resultados. Una joven arqueóloga
y estudiante de alquimia, además de conocer cuatro idiomas y dos lenguas
muertas, está obsesionada por conseguir la “piedra filosofal”, la misma que alguna
vez buscó Harry Potter y que, ciertamente, con enorme envergadura, se planteaba
en la filosofía griega, encontrar el “origen de todo”. Esta piedra tiene la
facultad, según la alquimia, de transformar los metales en oro y hasta de
proporcionarnos la vida eterna.
Mucho título, poco
resultado: “Scarlett” quiere hallarla y embarca a un ex novio que conoce el
Arameo en la traducción y búsqueda de guías para visitar las catacumbas
parisinas, que encierran 6 millones de calaveras, artísticamente colocadas. Surgieron
cuando en el siglo XVIII los vecinos de París empezaron a enfermarse: los
olores nauseabundos de los cementerios y la cantidad de cadáveres acopiados
indebidamente obligaron a su traslado a las viejas minas de caliza que usaban
los romanos.
“Scarlett” es intrépida, la cámara en mano del
inicio se la pasa a un amigo africano y así se inicia una suerte de
“docu-ficción” al estilo de “Actividad paranormal” o de la iniciática “The
Blair Witch Project”. La llamada “cámara subjetiva” es entonces la real vedette
del film y la que nos va guiando por túneles, cuartos subterráneos con velas
encendidas, piedras antiguas similares a la egipcia Piedra de Rosetta, de poco
más de 100 antes de Cristo (actualmente en el British Museum de Londres), y el
encuentro de una piedra incrustrada que podría ser la “filosofal”. Pero, para
el grupo de jóvenes que se ha embarcado en la aventura, esta búsqueda es un
paso al infierno personal.
He aquí uno de los
temas que surgen como análisis: ir más allá de lo que debemos nos suele
enfrentar a nuestros propios fantasmas, o pecados o hechos que no terminamos de
aceptar y que conviven en nuestra conciencia como traumas.
Claustrofóbica, con
sustos que no pasan a mayores, el thriller se acrecienta cuando algo demoníaco
surge inesperadamente y hace de las suyas. No tienen mayor sentido estos
“Boo!!!” de seres fantasmales.
Lo más interesante del
film es el comienzo porque allí se mezcla la ficción con la realidad. La
explicación de las catacumbas, los hechos históricos que obligaron al traslado
de cadáveres a ese sitio, aportan datos interesantes que luego se diluyen en
túneles y oscuridades narrativas basadas en un guión inexistente.
El microcosmos con el
macrocomos, lo que es arriba es abajo, son temas de alta complejidad filosófica
que aquí fueron tirados por la borda para quedar resumidos en un histérico
recorrido entre huesos humanos y estrechos espacios. No dudamos de que la
película hará buena taquilla, pero esto dista mucho de que se la pueda
considerar un film hecho y derecho que nivele o supere lo ya visto en el
género.
Elsa Bragato
CAMINANDO ENTRE TUMBAS
De Scott Frank. Con
Liam Neeson, D. Stevens, David Harbour, entre otros. Música de Carlos Rafael
Rivera. Duración: 114 minutos.
BUENA. POLICIAL CON
FUERTE DOSIS “GORE”
El director Scott Frank
( lúcido guionista de “Minority Report”) apunta a un policial con ribetes de
sadismo propio de films surcoreanos y acorde a la violencia social actual. No
ahorra ningún elemento “gore” apoyado en la notable presencia actoral de Liam
Neeson quien, en los últimos seis años, interpreta a ex agentes policiales con
diversos problemas personales. En París, en Estambul corriendo por sus techos,
y ahora en New York, donde el escritor Lawrence Block sitúa una de sus dos
grandes sagas. En este caso, la del ex agente y ex alcohólico Matthew Scudder,
personaje que alguna vez interpretó Jeff Bridges, a cargo de Neeson.
“Scudder”- Neeson debe
resolver difíciles casos de asesinatos de bellas mujeres, tiene un ayudante que
es un joven sin hogar, y recorre New York, en lugar de correr por sus calles, con
paso viril, mirando de reojo y perseguido por asesinos. Una “glam” 5ta Avenida,
un tétrico cementerio cercano, y mujeres descuartizadas, más sugerido que
visual, con grabaciones de espantosos gritos cuando están a punto de ser
violadas y asesinadas, marcan el quiebre del “estilo noir” a favor del género
“gore”.
Los personajes se
suceden, con mayor o menor suerte en sus apariciones porque no todos están bien
resueltos, y los casos de asesinatos se suman hasta llegar a un tremendo baño
de sangre. Sin embargo, resurge una y otra vez la figura imponente de Liam
Neeson, con autoridad escénica, marcado por un profundo dolor en su rostro que
tiene generosos primeros planos. Bien puede decirse que es un unipersonal de
este notable actor a quien la vida no le ahorró tristezas (su esposa murió
trágicamente) y que este tipo de roles le permiten transmutar su propio dolor.
El elenco, poco conocido para nuestro público, colabora para que Liam Neeson
sea nuestro guía en este camino tétrico y sangriento que lo lleva a resolver
casos estremecedores.
No hay mucho más en
este film, narrado en forma paulatina, que va creciendo en intensidad
sangrienta a medida que transcurre la narración, un tanto extensa. Para
espíritus fuertes.
Elsa Bragato