PANTALLAZOS (CRÍTICAS DE BRAGATO Y PIERRE)

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jueves, 26 de junio de 2014

"JERSEY BOYS", "BAJO LA MISMA ESTRELLA", LO MEJOR DE ESTE JUEVES 26



JUEVES 26 DE JUNIO DEL 2014.-
Hay siete estrenos, que incluyen tres films nacionales. “Maxi Kosteki, constructor de caminos” es un documental sobre la figura de Kosteki y la masacre de Avellaneda a 11 años del hecho. La realización corresponde al Movimiento TV y el Barrio TV), y “El nexo”, de Sebastián Antico, realizado por el Grupo de Teatro de la Villa 21, con el protagónico del recordado Julio Arrieta, invasión extraterrestre y situaciones hilarantes. Merece nuestro apoyo. Entre las extranjeras está “La invocación” de Mac Carter, una casa embrujada en Sader Ridge que es visitada por la heredera y un grupo de amigos y ¡a salvarse! Hay un espíritu maligno (a resolver por el espectador) que genera una brutal maldad. Para fans del género.
TRANSCENDENCE, IDENTIDAD VIRTUAL
De Wally Pfister. Con Johnny Depp, Rebecca Hall, Morgan Freeman, Paul Bettany entre otros. Música de Mychael Danna. Duración: 120 minutos.
REGULAR. VIVIR EN LA “COMPU”
Wally Pfister es uno de los grandes fotógrafos de efectos especiales de Hollywood, ganador del Oscar, e integrante del staff de Christopher Nolan, gran innovador y realizador actual. Se lanza a su primer largometraje con un tema muy interesante: qué pasa con la mente que puede sobrevivir un poco más a un cuerpo que muere, qué papel puede jugar en la inmortalidad la tecnología actual, ¿es capaz de salvar una gran inteligencia transformándola en inteligencia artificial? Johnny Depp compone a un científico especializado en inteligencia artificial pero un hecho fortuito lo envía al “más allá”. Sus allegados logran casi mágicamente que el cerebro, y el rostro también, ingresen al mundo virtual de la computación, ¿a una “cloud”?
Las premisas de trabajo de Pfister, que tiene algo en común con “El origen” de Nolan, son apasionantes. La cuestión pasa por la narración y la dirección actoral. Un tema de por sí árido requiere de “pathos”, de pasión, de energía actoral. Y es lo que no sucede. Por otra parte, Johnny Depp está muy acostumbrado a actuar con personajes muy estrafalarios, que requieren vestuarios complicados. Y este tipo de actuaciones, detrás de rostros con maquillajes estrambóticos, le ha quitado frescura, gestualidad, a sus participaciones a cara limpia. Aquí está congelado y esto repercute en todo el film. No hay pasión, hay ficción pura, y se resienten las premisas inteligentes de Pfister. Es un film que no apasiona, que tiene momentos muy interesantes por la propuesta pero que queda ahí por la falta de un clima que supere la tecnología pura y que, además, nos explique algunos pasos que quedaron en el aire para el logro de esta hazaña científica. Recordemos que el film “Inteligencia artificial” fue un fracaso de taquilla en nuestro país.
Elsa Bragato
BAJO LA MISMA ESTRELLA
De Josh Boone, basado en la historia del mismo título de John Green. Con Shailene Woodyley, Ansel Elgart, Laura Dern, Willem Dafoe, entre otros. Música de Mike Mogis y Nate Walcott. Duración: 126 minutos.
MUY BUENA. LO QUE NO QUEREMOS VER
La historia de dos jóvenes condenados a morir por el cáncer puede resultar un “love story” cruento y, para algunos, cursi. Sin embargo, es la realidad que tratamos de no ver ni en los hospitales para chicos ni en los geriátricos, buscando los dos extremos de la vida. Esta película retrata con lenguaje sincero la vida de “Hazel Grace Lancaster” quien padece un cáncer de tiroides con metástasis, y su encuentro en un grupo de ayuda con “Augustus Waters”, apuesto joven con un cáncer óseo con metástasis. Mientras ella va a todos lados con la mochila de oxígeno, Augustus esconde su pierna ortopédica. Nada impedirá el amor de los jóvenes que superan sus miedos de una manera encantadora para el espectador y tocante. Un viaje a Europa para conocer a un lunático escritor, papel a cargo de Willem Dafoe, los une aún más. Los padres de los chicos son los soportes de la tragedia que es inminente. Pueden resultarnos “actitudes lejanas” o menos pasional que nuestra manera de ser pero no deja de ser una forma inteligente de afrontar pérdidas irremediables, incluyendo una preparación espiritual notable.
Asombra el lenguaje actual y la honestidad con que el guionista encaró los diálogos de los jóvenes entre sí y, en especial, entre “Hazel” y su madre.  Por otra parte, la tragedia es la enfermedad pero el film no es trágico como objetivo a cumplir, lo cual aligera el drama que también comparte el espectador. Los jóvenes nos enseñan a vivir hasta el último instante, aún cuando se quiebran y ensayan sus funerales. Dicho así, resulta macabro pero el clima que Josh Boone le dio a esta película es el de una comedia dramática, que incluye viajes, un amor muy puro entre los jóvenes y diálogos que nos harán pensar. Lo triste está, inevitablemente.
Laura Dern, en el papel de la madre de Hazel, compone a una mujer transida por el dolor pero que se maneja con fortaleza no exenta de tremenda sensibilidad para apaciguar la rabia y el dolor de su hija. Una gran actuación. Willem Dafoe tiene un papel anecdótico que esconde también una tragedia. Un buen aporte.
A pesar del dolor o de la tristeza, la lágrima que se nos escape no será por chatarra sino por hechos de la vida misma. Un buen sacudón para el espíritu que no viene nada mal porque el dolor existe y vaya cómo.
Elsa Bragato
JERSEY BOYS, PERSIGUIENDO LA MÚSICA
De Clint Eastwood. Con John Lloyd Young, Vincent Piazza, Erich Bergen, Christopher Walken, Mike Doyle, entre otros, basado en el musical homónimo. Canciones: Bob Gaudio, letras- Bob Crewe. Duración: 134 minutos.
MUY BUENA. EASTWOOD HACE LO QUE QUIERE
Está muy bien que el maestro Clint Eastwood elija un exitoso musical de Broadway y lo lleve al cine, respetando las características de la narración audiovisual. Además de cineasta, Eastwood es músico, compositor, jazzista de toda la vida (uno de sus hijos es bajista profesional de jazz) y siente admiración por los grandes de este ritmo nacido en su país como Charlie Parker, a quien le dedicó el film “Bird” (Forest Whitaker). Con planos amplios y planos secuencia nos recordó por momentos a “El ciudadano”, en esta película sobre un famoso conjunto musical de los 50, The Four Seasons, que comenzó por la iniciativa de dos jóvenes de Nueva Jersey, Frankie Valli y Tommy De Vito, este último con malas influencias de la mafia italiana. Incluso, los auténticos cantantes y compositores estuvieron en la premier del film de Eastwood, algunos aún sin saludarse por las cosas turbias que se cuentan en el film.
La recreación de época, la vida de los jóvenes músicos populares, está retratada tal cual es, y en esto no solo está el musical de Broadway sino el conocimiento de Eastwood y su maestría para meterse en el alma de cada uno de ellos, con sus temores, sus fracasos, sus novias, sus familias, la pérdida de dinero y hasta de familiares por “perseguir la música” como indica el título del film. Con un narrador en vivo, mirando a la cámara, Eastwood logra complicidad inmediata con el espectador sin cortar la magia de la secuencia. Y este narrador no siempre será el mismo quien nos explique el por qué de ciertas situaciones. Pero siempre sabremos qué está pasando en la complicada vida de algunos de los integrantes de The Four Seasons, la cárcel y las deudas.
Puede ser un poco extensa, pero es una película valiosa rodada con perfección en sus planos, en sus tomas, con el conocimiento de que el cine no es teatro y que lo que allí vemos nos debe contar todo, sin tiempos muertos. Aplomo, virtuosismo para la narración, son las características de este Eastwood que puede no gustar a quienes no amen la música pero que demuestran que es músico ciento por ciento. El final es fantástico y hace honor al musical con todo el elenco, incluyendo al “mafioso”, pero “bueno”, Christopher Walken participando de esta suerte de “flashmob”. La sugerimos para quienes amen la música y no tengan a menos una película que nos habla de ella sin ser un musical. Nos encantó.
Elsa Bragato
ISMAEL
De Marcelo Piñeiro, con Belén Rueda, Larsson Do Amaral, Sergi Lopez, Ella Kweku, Juan Diego Botto, Mario Casas. Hispanoargentina.
REGULAR. UNA HISTORIA A MEDIO CONTAR
“Ismael” viene  precedida  por mucha prensa desde el año pasado. Se dio en diferentes muestras y finalmente llega este jueves a la cartelera porteña. Lejos de ser un viaje al interior de la vida de un niño de piel negra, es una suerte de roadmovie en búsqueda de su padre tomando un tren desde Atocha en Madrid hasta Barcelona y con una carta que su progenitor alguna vez le envió a su madre. Encuentra a su abuela y de allí se inicia la búsqueda del padre ayudados por un amigo.
Belén Rueda encarna a esta hermosa abuela de cincuenta años, quizás el personaje más conmovido por la llegada de un nieto de color, Ismael Tchou, en forma inesperada a su vida. Sergi López, como el amigo que tiene la casa en Gerona a orillas del mar, cumple su rol de amigo de “Félix”, padre del niño,  como actor pero no está definida su situación: si se enamora o no de “Nora” (la abuela), si comprende la desesperación del pequeño, o si es una suerte de mediador familiar ocasional. Secuencias que nos alejan de lo medular.
La historia se diversifica y en ello encontramos este vaivén narrativo que no nos convenció: de bucear en el alma de este pequeño de 8 años se pasa a las relaciones entre los adultos, la madre que llega (Alika, encarnada por Ella Kweku) y su esposo. Miguel Casas, como el padre del niño, a quien acepta con asombro manteniendo aún serias diferencias con su ex pareja. No encontramos profundidad en la historia, es decir, en el alma de Ismael que se presenta solo en las primeras secuencias, auspiciando lo que no ocurrirá: un desarrollo de sus sentimientos. Tendrá berrinches, pero nada más. Se escapa, se esconde, pero su almita no surge. Sí se entiende que su objetivo está cumplido: verla la cara a su papá.
Es decir que estamos frente a un film que pudo ser mucho más interesante que lo que resultó por la buena premisa buscada por Marcelo Piñeyro. Sin embargo, queda dentro de un estilo narrativo actual que no aporta contenido a la idea planteada. Se va en vericuetos. No por eso deja de ser amable.
Elsa Bragato