PANTALLAZOS (CRÍTICAS DE BRAGATO Y PIERRE)

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jueves, 6 de marzo de 2014

"300 EL ORIGEN DEL IMPERIO 3D", "TRAS LA PUERTA", "MIKA MI GUERRA EN ESPAÑA", ESTRENOS JUEVES 6




JUEVES 6  DE MARZO
Hay siete estrenos de cine. Entre ellos, “Escuela de vampiros”, de Mark Waters, un pálido intento de imitar a los vampiros de “Crepúsculo”. Película mediocre; “En la casa”, de Francois Ozon, otra comedia negra que tiene seguidores por los notables climas que crea el gran director francés; “El verano siguiente” es el documental de la semana sobre el proceso creativo del nuevo CD de la banda “No te va a gustar”.
“300: EL ORIGEN DE UN IMPERIO” 3 D
De Noarn Murro. Con Sullivan Stapleton, Eva Green, Rodrigo Santoro, Lena Headey, Hans Mathesoon, Callan Mulvey, entre otros. Música de Junkie XL. Duración: 102 minutos.
BUENA. BUEN PACKAGING PARA DUDOSA HISTORIA
Esta segunda parte de “300” con dirección de Noarn Murro, contando con la participación en la producción de Zack Snyder que fuera el director de “300”, atenta contra la historia antigua, en especial, contra las Guerras Médicas (Persia vs Grecia, 499 AC hasta 449 AC) al ubicar a héroes y heroínas en diferentes espacios a los que tuvieron en la realidad, según los historiadores del período Helénico. Confusión adrede de personajes y hechos que no benefician el relato audiovisual.
La profusión de efectos especiales al mejor estilo cómic inaugurado por la anterior, “300”, es rítmica: cada tantos minutos, se produce una refriega donde volvemos a ver gotas de sangre sobre el lente de la cámara, un slow que fue aplaudido en la primera y que ya resulta un recurso abusivo.
La historia cuenta los hechos supuestos (dada la confusión por alteración de datos históricos) luego de la derrota de Leónidas (rey de Esparta muerto en combate en Termópilas durante la segunda guerra médica). “Temístocles” (Sullivan Stapleton), héroe de la primera guerra médica y general ateniense, se enfrenta a las fuerzas persas y a la viuda del rey de Persia (él ha sido el asesino de Darío, rey de Persia, según esta versión sobre la Primera Guerra Médica), Artemisia (Eva Green), con quien mantiene una suerte de “sexo salvaje” en una secuencia extensa, como gancho inesperado. No es que los griegos no tuviesen sexo, simplemente es una escena burda porque existe solo para darle sentido al guión. Aunque se esté en el subgénero “fantasía histórica”.
La aparición de Rodrigo Santoro en el rol de Jerjes I, Rey de Persia es insólita: emerge de un manantial transformado física y mentalmente, y nos recuerda a Flavio Mendoza en su performance de “Waters in arts” durante el reciente verano de Villa Carlos Paz. Excesiva fantasía para la vestimenta de la época, un rey pelado vestido con traje de luces.
La reiteración de las luchas con los mismos efectos torna aburrido al film hacia la mitad de la narración. El guión ha sido escrito en función de una historia que no tuvo a esos héroes en la realidad, “Gorgo” (Lena Headey) –viuda de Leónidas- fue una importante mujer política de Esparta pero no encabezó ninguna batalla como se muestra. Podría ser lo de menos a la hora de disfrutar de este entretenimiento. Sin embargo, hoy en día la difusión de historias, que atrapan en especial a los más jóvenes, con semejantes cambios de los datos históricos es una amenaza cultural que no se puede pasar por alto. Y en esto debemos ser muy claros, precisos: no es la historia lo que se ve sino un entretenimiento, reiterativo, con personajes que atrapan pero que no tuvieron, en especial los roles femeninos, esos lugares en la historia real.
No se discute la excelencia técnica (más allá de las repeticiones para que nos quede bien grabado el trabajo de computación en postproducción), ni la presentación del film que es apabullante ni la riqueza de matices en la fotografía, como tampoco el “look” de los personajes aunque resulte extravagante. Pero ponemos en tela de juicio este tipo de guiones donde la verdad pasa a un segundo plano. Para entretenerse. Más de lo mismo en 3D estilo cómic.
Elsa Bragato
TRAS LA PUERTA
De István Szabó. Con Helen Mirren, Martina Gedeck, Károly Eperjes, entre otros. Música: Robert Shumann. Duración: 97 minutos.
REGULAR. INTRIGANTE Y OSCURO RELATO
Dos mujeres aisladas, una la patrona (la alemana Martina Gedeck), y la otra, su empleada doméstica (Helen Mirren), que entablan una relación amistosa poderosa, inefable, en contraste con sus diferencias culturales, sociales y emocionales, más allá de la relación ama-sirviente.
Situada en la Hungría de posguerra, en la mitad del siglo XX, esta novela de Magda Szabó muestra las sombras reinantes de la desconfianza, resabios de una contienda mundial sangrienta, plena de horrores.
István Szabó, realizador más que reconocido (ganador de un Oscar), imprime su estilo de innegable influencia de la Europa Central. E intenta fluir, entre el rigor del frío y la nieve, una rústica belleza a través de una Helen Mirren que barre, que aparta la nieve de la casa de los patrones, que le pone garra a su rol. Todo gira entre la patrona y su empleada doméstica. La primera es una escritora refinada que busca reconocimiento en su país. La otra, ensimismada, desconcertante, se maneja como una autómata inaccesible que oculta su pasado detrás de la puerta de su casa. Nadie ha tenido acceso a su intimidad. Salvo los privilegiados espectadores que sabemos lo que cría y a quiénes esconde. Y es allí donde se escurre su pasado. Con esta manera de ser en la que hay mucho autoritarismo implícito, la criada irrumpe en la vida del ama hasta imponer su presencia a través de una comida o un halago.
Un pequeño gran elenco, la diestra mano de un gran realizador, y un guión basado en una novela reconocida, no logran cristalizar en un film atrapante. Las causas son muchas: o faltó dirección actoral para manejar la relación entre ambas mujeres tan diferentes o bien hay una excesiva crudeza en las secuencias que obra como algo tajante dado que nadie puede acceder más allá de lo que ve. Esta lejanía impuesta por una determinada realización impide obviamente que el espectador logre empatía con alguno de los personajes. Se los intenta comprender, se los racionaliza, pero todo queda allí. Lejanas, los dos personajes se mueven en mundos que se chocan y que dejan entrever subtemas muy interesantes apenas esbozados.
Aunque así fuse concebida la ficción cinematográfica, el hecho de que el espectador no logre traspasar esa invisible muralla destruye cualquier tipo de relación. Lejana, fría, The door obra de la misma manera con la audiencia. Podemos decir que detrás de cualquier puerta se cuecen habas. La cuestión es llegar a saber de qué tipo. No es el caso de este film, intrigante y sin sabor definido.
Carlos Pierre
LUNA EN LEO
De Juan Pablo Martínez. Con Ismael Serrano y Carla Pandolfi. Música de Federico Travi. Duración: 71 minutos.
REGULAR. DOS A QUERERSE
Juan Pablo Martínez dirigió este film, “Luna en Leo” (los anteriores fueron el documental sobre Aníbal Troilo “Los guardianes del Angel”, “Desmadre”) siendo el segundo con Ismael Serrano, cantautor español, protagonista de su anterior trabajo “El hombre que corría tras el viento”.
La idea es buena aunque se ha visto en el cine hasta hace muy poco (“Antes de la madrugada” y la insuperable “Interview” de Steve Buscemi). En el caso de Martínez, dos jóvenes se citan e intentan superar los escollos de la timidez a lo largo de una noche. Para bien o para mal, se gustan, no se lo dicen, charlan animadamente, visitan a amigos, una larga madrugada que tiene relación con el horóscopo (Leo consigue trabajo para hacer el horóscopo en un diario) dado sus nombres, Luna y Leo. Según los astrólogos, la luna en leo produce una emotividad a flor de piel, los nativos con luna en Leo difícilmente oculten lo que sienten y lo expresan vivamente.
No es lo que ocurre en el film. Los dos protagonistas se entregan a charlas, trabajadas con medios planos, durante los 71 minutos de la película. Con las palabras ocultan las ganas de besarse, de abrazarse, se estudian como dos rivales (aunque sin violencia) en un ring-side. Del futuro trabajo de él nadie volverá a hablar y tiene estrecha relación con el título, bien buscado. Falta la empatía de “Antes de la medianoche”, por ejemplo, o la profundidad de “Interview”. El desarrollo de los diálogos es absolutamente trivial.
El trabajo en medio plano de principio a fin le quita fuerza a la historia haciéndola televisiva, si bien tanto Ismael Serrano (debutó como actor en un film boliviano en el 2003 y luego trabajó, como indicamos al comienzo, con Juan Pablo Martínez) como Carla Pandolfi tienen frescura, la falta de una historia que los enmarque y que les dé carnadura es tal que el film termina por aburrir. Es un ensayo llevado al cine sobre un diálogo entre “dos a quererse” en esta parte del mundo. Debió superarse lo ya conocido.
Elsa Bragato
MIKA, MI GUERRA DE ESPAÑA
De Fito Pochat y Javier Olivera. Música de Alfonso Herrera. Duración: 77 minutos.
MUY BUENA. INTERESANTE DOCUMENTAL SOBRE UNA ARGENTINA LUCHADORA
La historia de Mika Etchebehere, nacida en Moises Ville, Santa Fe, y su marido, Hipólito Etchebere, resulta atrapante y un verdadero descubrimiento. Se trata de los tíos abuelos de Fito Pochat quien nos comentó, en una entrevista del 2013, que se había enterado de este tema familiar, un secreto del que casi no se podía hablar, a través de parientes que están radicados en España, donde había salido un libro, hasta entonces desconocido en nuestro país.
Mika era odontóloga, y marxista junto con su marido Hipólito. Se sintieron atraídos por Europa y sus luchas pre Segunda Guerra Mundial y, luego de ahorrar dificultosamente dinero para el viaje, se trasladaron. Al poco tiempo de estar, descubrieron la lucha de la izquierda más dura en Barcelona y hasta allí se dirigieron. Hipólito formó parte, igual que Mika, de las luchas armadas contra Franco. Y murió en la primera gran batalla durante la Guerra Civil española. La férrea voluntad y el temperamento especial de Mika la transformaron en la “capitana”. Esta mujer hasta participó en el mayo francés de los 60. Hay dos entrevistas fantásticas de la época, que valen el oro del mundo. Un documental de enorme valor histórico dado que la figura de Mika se agranda a niveles como la alcanzada por el Che Guevara, sin difusión hasta ahora, en el exterior.
Elsa Bragato