JUEVES 21 DE NOVIEMBRE DEL 2013.-
Hay
cinco estrenos en soporte fílmico
que incluyen dos documentales nacionales “En
busca de la ciudad perdida”, de Fernando Martínez, sobre el recorrido hasta
la ciudad de Machu Picchu, y “NK”,
el documental de Adrián Caetano sobre el ex presidente Néstor Kirtchner en sus
últimos días de vida.
EL TANQUE DE LA SEMANA
LOS JUEGOS DEL HAMBRE: EN
LLAMAS
De Francis Lawrence. Guión de
Simon Beaufoy y Michael de Bruyn, basado en la novela “En llamas” de Suzanne
Collins. Con Jennifer Lawrence, Liam Hemsworth, Josh Hutcherson, Elizabeth
Banks, Woody Harrelson, Lenny Kravitz, Philip Seymour Hoffman, Donald
Shuterland, entre otros. Música de James Newton Howard. Duración: 146 minutos.
MUY BUENA. LA SUPERPRODUCCIÓN
POR SOBRE LA HISTORIA
Esta
segunda parte de la saga “Los juegos del hambre” sigue el derrotero exitoso de
“Crepúsculo”, con sus más y sus menos. Es la segunda película de una trilogía
que, según se indica, tendrá una tercera realización dividida en dos partes.
Lejos
de perder interés, este segundo film refuerza la estructura de la primera,
basada en los tremendos “Juegos del hambre”, con muchas reminiscencias de films
sobre la Roma antigua y sus gladiadores. Claro que las luchas son mucho más
sofisticadas en el aquí y ahora, sangrientas y brutales. Los puntos en común
con los films históricos se dan en las ceremonias, cuadrigas, vestuario, los
nombres propios como Plutarco, Séneca, Bruto, etcétera.
La
carismática Jennifer Lawrence compone a Katniss Everdeen, y regresa a su hogar
luego de haber ganado la edición 74 de los juegos del hambre junto a su compañero
Peeta Mellark, que compone el jovencísimo Liam Hemsworth (hermano menor del protagonista de “Thor” 1 y 2, actualmente en las
salas). Ser ganadora de semejantes
juegos significa embarcarse en la “Gira de la Victoria”, recorriendo los
diferentes distritos del Panem dictatorial, con una rebelión en ciernes.
De
las más de dos horas de duración del film, el final de la primera marca un punto de inflexión en la película. Aquí
comienza la historia propuesta: desde el Capitolio, que está regido por
Donald Shuterland, con la colaboración de Philip Seymour Hoffman como Plutarch
(de “Capote” a esta saga…), se indica que la edición número 75 de los juegos
(el Vasallaje de los Veinticinco) tendrá a Katniss y Peeta en medio de una gran
lucha donde deberán hacer gala de astucia y valentía para no ser muertos y, en
definitiva, triunfar.
En
esta segunda entrega encontramos una magnífica puesta en escena, filmada en las
Selvas de Hawaii, donde la intrincada y avasalladora naturaleza es una
protagonista más en la suerte de los jóvenes. Alrededor de los protagonistas
hay monos que los atacan, les falta agua potable, y surgen poderosos obstáculos
electrónicos que el Capitolio les pone en su travesía. Tanta superproducción, sin embargo, ha dejado lugar a algunos bloopers
o descuidos como ocurre con las flechas
del carcaj de Katniss. La joven dispara esas flechas una y otra vez y
curiosamente el carcaj siempre está repleto de ellas…Como si un quiosco en
medio de semejante selva le permitiera reponerlas a Katniss. ¡Curioso cuanto
menos es su carcaj!
Hay
elementos para destacar de esta superproducción: como dijimos, la escenografía elegida con los
aditamentos de los efectos especiales, la potente
y aglutinante música de James Newton Howard, y la misma Jennifer Lawrence,
una de las grandes actrices jóvenes de Hollywood que, con esta saga, se permite
bajar el nivel de los personajes aunque no de su entrega actoral. Hablamos de
“superproducción” más que de actuaciones memorables o de secuencias “tocantes”.
Es el quid de este film que atrapa a los seguidores de la saga, más allá de
cualquier otro nivel fílmico.
Aclaramos
que “en llamas” se debe al vestido de Katniss del que surgen llamaradas, más
que a cualquier otro efecto de la película. Es un film pochoclero que cumple
con su objetivo.
Carlos Pierre
LA BIOPIC DE LA SEMANA
DIANA, LA PRINCESA DEL PUEBLO
De Oliver Hirschbiegel, con
Naomí Watts, Naveen Andrws, Douglas Hodge, Juliet Stevenson, Geraldine James,
entre otros. Música de Carter Burwell.
Duración: 128 minutos.
BUENA. UNA PRINCESA QUE QUISO
VIVIR
La
historia de la princesa de Gales, Diana, comienza cuando está separada del
príncipe Carlos, transcurriendo los dos
últimos años de su ajetreada vida, contrariada pero aún con ansias de amar
y de ser amada, deprimida y emprendedora a la vez, sumergida en trabajos
humanitarios en Africa y en Bosnia. En este caso, en el fomento de la
extracción y neutralización de minas terrestres, resabios trágicos de la Guerra
en Kosovo.
Naomí
Watts presta su figura a la princesa de Gales (como hiciera con el papel de
Marilyn Monroe, luego de la composición de Michelle Williams, la actriz viuda
de Heath Leadger), quien se lanzara contra las rígidas normas de la corona
británica una vez que descubrió la infidelidad de su marido. Entre tantos
amores que en aquellos años se anotaron en su corazón y en la prensa internacional,
surgió el enamoramiento profundo del cardiocirujano Hasnat Khan, de origen paquistaní,
encarnado por Naveen Andrews. Fue un romance oculto de la díscola princesa, con
desesperados esquives de los papparazzi de entonces, a fin de lograr un resquicio
de paz en su vida. Un torbellino de hechos que, en definitiva, su sola
presencia generó.
El
romance está narrado muy edulcoradamente y nos recuerda a films como “La
princesa que quería vivir”, con Audrey Hepburn, sin la ingenuidad de este
relato. Se trató de un amor fuera de las convenciones de la realeza británica. La
película nos muestra los avatares de Diana para ocultar a su nuevo y gran amor:
desde ocultarlo en la parte trasera de su coche hasta escuchar juntos jazz en
un pequeño lugar nocturno, o pidiendo un delivery lejos de la mirada cómplice
de la guardia real.
No
hay muchas novedades en la narración: se ajusta a los cánones de la típica
biopic, bien filmada, bien actuada, sobre hechos que tuvieron difusión en su
momento.
Naomí
Watts es inglesa, si bien emigró a los 14 años a Australia. Más joven que Lady
D, llegó a verla cientos de veces por televisión y estudió todas sus posturas y
mohines para representarla. Es también una de las actrices más renombradas de
la última década en Hollywood. Y realiza su papel muy a lo Hollywood,
retratando la tristeza de Diana, con un pasado familiar poco feliz, dada la
separación de sus padres y luego su propio divorcio del príncipe Carlos, hoy
casado con la amante de toda su vida. Sin
pedir nada más, el film es una típica biografía de una personalidad
internacional que dio mucho material a los medios de comunicación y cuyo
final trágico, aún con informes de organismos secretos, todavía sigue siendo un
enigma con un culpable no dicho en voz alta pero sí señalado por el inconciente
colectivo. Watts honra a su ex princesa. El resto del elenco está acorde a las
exigencias del realizador, Oliver Hirschbiegel, el mismo del gran film “La
caída”. No decepciona.
Carlos Pierre
LA SEGUNDA BIOPIC SEMANAL
EL QUINTO PODER
De Bill Condon. Con Benedict
CUmberbatch, Daniel Bruhl, Stanley Tucci, Laura Linney, entre otros. Música de
Carter Burwell. Duración: 124 minutos.
BUENA. REPASO FRENÉTICO SOBRE
EL CASO WIKILEAKS
“El
quinto poder” se basa en la historia de los fundadores de Wikileaks, el sitio
que reveló al mundo los trapos sucios de embajadas y servicios de inteligencia
del llamado primer mundo en contra
de miles de sociedades de todo el mundo.
Emergen así la figura autoritaria y controversial de Julian Assange, a cargo de
Benedict Cumberbatch, y de su copiloto o compañero de aventuras Daniel
Domscheit-Berg, activista alemán que encarna Daniel Bruhl. Esta unión provocó
un cimbronazo por los secretos salidos a la luz.
El
realizador es Bill Condon, el mismo de las dos últimas películas de la saga
Crepúsculo, y recorre la vida de estos dos “enfants” terribles de la
información que pusieron en jaque a las diplomacias de los países más
poderosos. Filtraron casi 250.000 cables confidenciales de los Estados Unidos,
por lo que Wikileaks, que tenía oficinas subterráneas en el norte de Europa, tuvo
que “desaparecer del mapa”, desmembrándose en gran parte y terminando con el
asilo de Assange en la embajada de Ecuador en Londres desde junio del 2012.
Los
acontecimientos se sucedieron de tal manera y el escándalo fue de tal magnitud,
como que aún hoy en día hay coletazos, que la sociedad se terminó y bien se
podría inferir del film que Daniel Domschneit-Berg habría traicionado a Assange. Al menos, escribió uno de los dos libros en los que se basa el film, “Inside
Wikileaks”. El segundo fue realizado por
David Leigh y Luke Harding, pertenecientes al staff del influyente The
Guardian, uno de los diarios que dio a conocer los cables.
Los
continuos y velados desplazamientos de Assange a través de ciudades europeas
están retratados con la misma velocidad con la que el dueño de Wikileaks se movió, breves estadías
en diferentes ciudades, fugas y ocultamientos al por mayor, imprimen al film un
ritmo frenético difícil de seguir y de descifrar por momentos.
El
carácter despótico, férreo, atípico, en un joven como Assange recuerdan y mucho
a “Jobs”, personaje que encarnó Ashton Kutchner, y está fielmente interpretado
por el inglés Benedict Cumberbatch. La película
no traiciona el espíritu de Assange ni de la empresa Wikileaks, una “rápida filtración” de información (wiki
significa rápido y leak tanto rotura de caño como escape) que no pretende
profundidad ni análisis sino simplemente informar, dar datos sobre algo a
partir de la misma fuente. Analizando un poco más, es el tipo de información
que se obtiene a través de internet sin que se pretenda ahondar ni en hechos ni
en personajes.
Así
es el film: un rápido repaso de acontecimientos y personalidades que sacudieron
los cimientos del poder, poniendo a consideración de todo el mundo las miserias
del espionaje y sus consecuencias. Frenética
película que informa y que obliga a estar muy atentos, sin contar con la mirada
del propio Assange. Superficial ly atractiva.
Carlos Pierre