JUEVES 24 DE OCTUBRE DEL 2013.-
Siete
estrenos de cine nos hacen pensar que hay mucho para mostrar (dos de los films
son nacionales) pero es todo lo contrario. Hay que desbrozar la maraña para no
perder ni dinero ni tiempo. Veamos:
l) TIEMPO DE CAZA, de Mark Steven
Johnson. con Robert De Niro y John Travolta, nos cuenta la historia de un ex combatiente americano y su encuentro
con un soldado serbio. Es una suerte de “Tom y Jerry” entre humanos, de
torturas físicas mutuas espantosas, con poco diálogo y muchos gritos de espanto
y dolor. Las actuaciones de sus protagonistas, los únicos en el film, son
rutinarias. El odio y la comprensión entre un serbio y un americano. Pretensiosa
y brutal. Regular.
2) LA TOMA, de Sandra Gugliotta. Apenas un poco más de 60 minutos que permiten que sea
un largometraje. Un documental sobre la toma del secundario Nicolás Avellaneda
en el 2010. Puede serle útil a los padres y alumnos de esa casa de estudios y,
en general, para verse retratados en una pantalla grande, sus conflictos de
clases, sus relaciones. No nos convence
este estilo de documentales. No lo calificamos.
3) LOS ELEGIDOS, de Scott Stewart. Ciencia ficción al servicio de las abducciones
alienígenas, esta vez atacan a los hijos de una joven pareja que se va a vivir
a una casa. La historia es similar a otras tantas películas (la casa, la pareja
joven, los hijos abducidos, los estudiosos de estos fenómenos). Más de lo
mismo, pero… buena, mantiene en vilo.
4) KICK ASS 2, de Jeff Wadlow. Tiene violencia extrema entre adolescentes que
quieren limpiar la ciudad de delincuencia, pero no se sabe quién es más
delincuente. Los chicos, enmascarados, juegan a tirarse tiros en el pecho, a
sacarse las manos de un hachazo o cuchillazo. No hay humor y la violencia
porque sí desagrada y mucho. Yanquilandia de humor tosco y brutal. Mala.
LA DECEPCIÓN DE LA SEMANA
ADORO LA FAMA
De Sofía Coppola, con Israel
Broussard y Katie Chang, Emma Watson, entre otros. Música de Brian Reitzell.
Duración: 90 minutos.
REGULAR. CHICOS RICOS ABURRIDOS
EN HOLLYWOOD
Sofía
Coppola regresa a la pantalla con el bagaje de su apellido, su papá en la
producción, y una buena línea narrativa
que pierde fuerza rápidamente. Los hijos de los productores relacionados con el
cine en Hollywood se sienten atraídos por la riqueza de las famosas como París
Hilton y Linsay Lohan, entre otras. Y deciden, a instancias de una de las
adolescentes de la secundaria, ir a sus mansiones y robarles. El guión está
basado en hechos reales ocurridos en el 2009. Pronto se pierden las referencias fundamentales: las familias y la
escuela donde se conocieron. Y solo se ven las salidas a los boliches, los
robos aún bajo los “ojos” de cámaras de seguridad, y el fumar y aspirar todo
tipo de drogas. Sofía Coppola, que conoce ese mundo adolescente como nadie,
pierde el hilo conductor para dejarse ganar por estos placeres dañinos que filma con delectación, utilizando
todos los planos posibles y hasta un virado a sepia interesante.
Hay
incongruencias que, suponemos, se debe a la manera de encarar la ficción: que
una famosa deje bajo el tapete de entrada su llave luego del primer robo
millonario, que las cámaras de seguridad no hagan reaccionar a la policía sino
luego de mucho tiempo, que ninguna celebridad se haya quejado públicamente
luego de ver invadida su casa la primera
vez. Nada de esto sucede y hace no creíble el guión aunque haya pasado más o
menos así. No hay guardias, no hay nadie en las mansiones.
Se
dejaron dos bloopers: la aparición de un brazo ¿de un técnico? en una escena y,
en el marco de una puerta, sombras que no corresponden a los movimientos de las
adolescentes. No se entiende tampoco la presencia del padre de las tres
hermanas (entre las que está la ascendente Emma Watson, de la saga “Harry
Potter”), un extra que no emite palabra en una charla de sobremesa. Ni la
actitud de la madre que las alecciona en el dogma de una secta. Lamentable.
La
justicia llega pero tarde. Por ahí se menciona a la cientología y uno se
pregunta si es un reproche de Sofía Coppola hacia la secta religiosa. Hay
seguridad en la filmación, oficio propio y familiar. Sin embargo, nos quedamos
con “Perdidos en Tokio”…
Elsa Bragato
LA SORPRESA DE LA SEMANA
LA INFIEL
De Eitan Zur. Con Melanie
Peres, Yossi Pollak, Suhell Haddad, entre otros. Música de Adrien Blaise.
Duración: 102 minutos.
MUY BUENA. EL INTRINCADO
LABERINTO DE LAS ALMAS HUMANAS
Thriller
psicológico de poderoso contenido lírico, cuyo tema universal es la trágica
relación de un hombre maduro con una joven a quien la dobla en edad. Y es un
logrado desafío del realizador israelí Eitan Zur en esta ópera prima basada en
la novela de Edna Mazya. El guión, poblado de sugestivos silencios, también
pertenece a Mazya.
El
título original es Hitpartzut X y es el resultado de la búsqueda de la autora en la astrofísica porque se refiere a
una presencia cósmica como energía errante. Ésta, dispuesta a vagar eternamente
como tantas otras energías, se encuentra con otra. Y se produce la feliz
metáfora cinematográfica del encuentro entre el profesor de astrofísica en la
ciudad de Haifa con su alumna joven y bella. Son dos energías erráticas que se
chocan.
Eitan
Zur analiza la convivencia de la pareja a partir de sus almas y de sus
acciones, la infidelidad, la devoción ciega de uno de los dos hacia el otro, la
culpa que carcome a uno silenciosamente, la irrenunciable y enfermiza actitud
posesiva del otro. Lo notable de este film es que muestra sin estridencia, sin
sobresaltos, las pasiones humanas, el laberinto intrincado de las almas. La
narración visual también es de notable
factura basada en planos justos de rostros y de una cámara que hurga más allá
de los mismos. Le sumamos las actuaciones de Yossi Pollak como el esposo
maduro que persigue, en silencio, a su joven y hermosa esposa, y también
destacamos a Oma Porat como la madre del esposo engañado.
De
allí que afirmamos que otro tándem de gran valor lo forman la fotografía de
Shai Goldman y la música incidental de Adrien Blaise, que también incluye obras
de Schubert, Brahms y Vivaldi.
Eitan
Zur afirmó que había encarado este film con cierto pudor por el tema, alejado
de la realidad compleja y bélica que rodea al Estado de Israel. Es una historia
conmovedora.
Carlos Pierre