JUEVES 9 DE AGOSTO DEL 2012.-
Hay seis estrenos en fílmico en Buenos Aires.
EL OTRO FÚTBOL
Documental de Federico Peretti. Música de Julián Gómez. Duración: 94 minutos.
BUENA. INTERESANTE DOCUMENTAL SOBRE EL FÚTBOL SIN MEDIOS ECONÓMICOS
Estamos frente al fútbol pobre de ascenso, sin marketing ni dinero como tienen los clubes de otras divisiones superiores. Aquí se documenta, con muy buen criterio y gran trabajo, el sacrificio y el amor a la camiseta desde Ushuaia a la Quiaca, desde el oeste al este del país. Las modestas ligas del interior del país, luchando contra las inclemencias del tiempo, jugando a la intemperie en la nieve o bajo un calor insoportable. Desfilan personajes sacrificados como el caso del jugador que gran parte de su día laboral es conductor de colectivo o bien el caso de un referí que se gana la vida como taxista. Les falta apoyo y dinero pero les sobra convicción y pasión por el fútbol.
El realizador Federico Peretti, que también hace fotografía deportiva, tardó 3 años en filmar este documental que nos muestra la cara modesta del deporte favorito de los argentinos. Sorprende y emociona la actitud de dirigentes y jugadores que no cambiarían por nada del mundo esta pasión deportiva. Y nos hace pensar en la ayuda que se necesita en el interior para que el deporte sea, como lo ha sido siempre, un elemento socializante para los chicos y jóvenes. La pregunta va de suyo, ¿quién tiene la plata, dónde va, por qué tanto desamparo? Buen documental.
Carlos Pierre
LA FUERZA DEL AMOR (THE LADY)
De Luc Besson. Con Michelle Yeah, David Thewlis, entre otros. Música de Erica Serra. Duración: 127 minutos.
BUENA. BIOPIC DE LA ACTIVISTA BIRMANA AUNG SAN SUU KYI EN UN RELATO EMOTIVO
Luc Besson nos presenta una biopic de la reconocida activista birmana Aung San Suu Kyi, poniendo énfasis en el amor que profesó y recibió de su esposo, el inglés Michael Aris, y cómo esta notable mujer, criticada y elogiada a la vez, orientó su vida hacia su vocación.
Resulta interesante la propuesta de Besson porque toma datos biográficos pero no cae en el documental al resaltar desde el punto de vista cinematográfico, desde el punto de vista de la narración audiovisual, la pasión y devoción que se profesó este singular matrimonio a lo largo de la vida de Aung, escindida entre su cautiverio en Birmania y la lucha y resistencia de su esposo en Oxford, Gran Bretaña, al cuidado de sus dos hijos varones.
El guión fue elaborado a lo largo de tres años por Rebecca Frayn, sin dejar de lado ningún detalle de esta notable mujer que luchó por la libertad de su país (actual República de Kyanmar), gobernada por despóticos y crueles generales. Michelle Yech tomó con verdadero acierto la piel y el alma de la líder birmana. Estudió durante seis meses los textos en birmano (un idioma muy difícil por la gran cantidad de consonantes), si bien la ayudó en parte su facilidad para estudiar idiomas y hablar en varios, como el Malayo y el Mandarín.
Luc Besson logró apartarse de la rigidez de la biografía, y lo consiguió a través de la pasión política y valores éticos del persona protagónico, cualidades que se resaltan en el film en secuencias por demás emotivas. Por ejemplo, cuando Aung San Suu Kyi pasa con valentía a través de una barricada de soldados que la apuntan o bien cuando, estando recluida en su casa natal birmana, escuchó a través de una radio a pilas su premiación al Premio Nobel de la Paz, en Oslo, frente a dos mil personas y la impactante melodía del Canon de Pachelbel.
Su liberación definitiva ocurrió en noviembre del 2010, estando cautiva más de diez años consecutivos. En plena filmación de la película, el rodaje fue un motivo más para ayudarla en su liberación. No obstante, fue imposible realizar el film en Birmania debido al régimen dictatorial y se la realizó en Tailandia, cuyo paisaje se parece notablemente al birmano.
Aung San Suu Kyi es la hija del héroe de la independencia Aung San, asesinado cuando ella tenía dos años. Y recordamos, además, que Birmania era colonia británica. En diciembre del 2011 la Secretaria de Estado de USA Hillary Clinton visitó a Aung en Birmania. Dos líderes femeninas mundiales unidas.
El film es muy interesante porque se aleja del drama político de Aung centrándose en la difícil situación personal de la líder birmana, que debió elegir entre su pasión política y la vida familiar, aún siendo madre. Solo el amor pudo sostenerla, el amor de un hombre y su absoluta fe en el hogar y en las decisiones de su esposa, presa a miles de kilómetros. De allí el título en castellano que justifica plenamente, mucho mejor que el título en inglés, el significado del film de Luc Besson.
Carlos Pierre
REHÉN DE ILUSIONES
De Eliseo Subiela. Con Daniel Fanego, Romina Richi, Mónica Gonzaga, Atilio Pozzobón, entre otros. Film del 2009. Música de Osvaldo Montes. Duración: 85 minutos.
REGULAR. DEMASIADO DESNUDO EN MEDIO DE CLISHÉS ROMÁNTICOS
En la línea de “El lado oscuro del corazón” (1992) o bien de “El resultado del amor” (2007), Eliseo Subiela continúa con un cine poético y poblado de metáforas. En esta realización del 20009 ha tenido alguno que otro tropezón. No dudamos del acierto en la idea medular de la historia, pero no nos resultó muy convincente (y esto es cuestión de gustos y de subjetividad) la concreción de la misma porque encontramos que falla en el tratamiento, en el desarrollo, de los dos protagonistas: Pablo, un escritor sesentón, en la piel de Daniel Fanego, profesor durante 10 años de Laura, encarnada por Romina Richi, quien es fotógrafa y lo seduce. He aquí algunos elementos de las secuencias que no nos convencieron: el comportamiento hierático, los parlamentos cortantes, sin pasión, y los frecuentes desnudos de cada cita oculta. Mónica Gonzaga compone a la esposa de Pablo, y se la presenta como una mujer más cercana a la galería de arte que dirige que a los requerimientos amorosos de la pareja, dejándole así el camino abierto a la pasión de su esposo por la joven de 35 años.
Los lugares comunes abundan: Laura vive en un departamento lindero a un cuartel del Ejército, siente un profundo odio por la dictadura militar dado que su padre, encarnado por Atilio Pozzobón, ha sido un agente de vigilancia.
Es decir, vamos encontrando endeblez en el guión que, al no tener un apoyo sólido en el guión y en los parlamentos, provocan quiebres en el clima buscado. Por ejemplo, no convencen los ataques psicóticos de la joven que aparece y desaparece de la vida del escritor, empeñado en concretar una novela sobre esta pasión que lo consume.
Nada hay nuevo bajo el sol, es cierto. La cuestión reside en hacerlos creíbles desde algún otro lado que no nos recuerde que ya lo vimos, que es más de lo mismo. Está justamente latente en todo el film esa sensación de que no hay nada nuevo, de que todo se repite una y otra vez, dando la sensación definitiva de una suma de hechos únicos de manera prosaica, es decir, viéndose la costura.
Subiela es un realizador de portentosa imaginación, poblada de sugestión y henchido de amor. Pero en este film estas fantásticas cualidades están desvanecidas apoyándose de manera altisonante en la actitud de los dos amantes que oscilan entre la locura y el amor carnal más que en su propia capacidad metafórica. También notamos que en el cine nacional hay una predilección por las escenas fuertes, como sucede en tantas telenovelas, y no es lo habitual en el cine internacional donde, con excepciones, se sugiere más que mostrar. Todo esto contribuye a crear un clima de cansancio por lo reiterativo. Nada que decir de los actores que cumplen con eficacia sus roles; el tema está en el tratamiento de sus respectivos personajes y en la inserción de los mismos en un guión endeble y con parlamentos nada atractivos.
Carlos Pierre
CUENTAS DEL ALMA – CONFESIONES DE UNA GUERRILLERA
Documental guionado de Mario Bomheker y Carmen Guarini. Duración: 72 minutos.
REGULAR. TESTIMONIO DE UNA EX INTEGRANTE DEL ERP
“Cuentas del alma, confesiones de una guerrillera” es para los judíos una actitud de reflexión comprendida entre dos de sus fiestas religiosas. Además, este documental de Mario Bomheker ha sido rodado en Israel. Y se centra en un reportaje, prácticamente con cámara fija, a Miriam P., realizado en el 2008.
La protagonista de este relato padeció el momento más cruel y oscuro de la represión de la dictadura militar en la Patagonia. Cuando fallecieron sus padres en un accidente, Miriam abandonó sus reuniones sabatinas de la colectividad judía para incorporarse a las filas clandestinas del ERP. Un aciago día fue destinada a Tucumán como inexperta guerrillera, según sus propias palabras, siendo herida y capturada en el combate contra una patrulla del ejército dictador. Para salvar su vida, aceptó una declaración pública de arrepentimiento por televisión. Por ese motivo, fue salvada y enviada al Paraguay donde residió unos años. Desde allí partió a Madrid (acompañada por el recientemente destituido presidente constitucional Lugo). Y desde 1983 reside en Israel, donde se filmó el documental, incluso en su propio domicilio.
De su relato, encarado muy televisivamente, se desprende su calvario: la violación, el deambular por el Paraguay donde estudió y recibió ayuda. Sin embargo, de esta confesión a cámaras y en un largometraje se desprenden preguntas inevitables y poco agradables de hacer: ¿Miriam P. es una traidora a la lucha armada o al ideario del ERP o es, además de una víctima innegable, una mujer con el talento para poder sobrevivir a tanto horror?
Sin duda, rescatamos su heroico testimonio y el hecho de que haya una sobreviviente más al horror de esa época en la que miles de desaparecidos no han tenido la oportunidad en ningún momento de hablar porque lisa y llanamente los mataron. Es difícil tomar partido, nos quedan dudas, aún teniendo en cuenta el coraje de Miriam P. (no entendemos por qué se oculta su apellido cuando se muestra su rostro frente a cámaras) para decir una verdad que no muchos se atreverían. Sí nos hacemos una pregunta final: ¿murió alguien a raíz de la actitud de Miriam P.? Es una pregunta inevitable aunque… no sabemos cómo uno puede actuar en situaciones límites como las padecidas por Miriam. De todas maneras, el documental, por contenido y por realización, no nos convenció.
Carlos Pierre
ABRAHAM LINCOLN CAZADOR DE VAMPIROS, 3D
De Timur Bekmambetov, basado en el libro Seth Grahame- Smith, autor del guión. Con Benjamín Walker, Mary Elizabeth Winstead, Jimmi Simpson, Dominic Cooper, entre otros. Música de Henry Jackman. Duración: 105 minutos.
BUENA. EXTRAÑA RELACIÓN ENTRE ABRAHAM LINCOLN Y LOS VAMPIROS CON GRAN IMPLICANCIA POLÍTICA
Es curiosa la transformación de quien fuera presidente de los Estados Unidos en los comienzos de la década del 60 del siglo XIX (1861-1865), abarcando 45 años de la vida del mismo, desde 1820 a 1965, como cazador de vampiros: un buen día y de manera bastante azarosa según el guión de Grahame-Smith, se transforma en líder republicano y es presidente de su país. Pero no abandona su lucha contra los muertos-vivos en venganza por la muerte de su madre a causa de éstos.
El film tiene maestría en la realización y se ve la mano del productor Tim Burton detrás de la buena dirección de Timur Bekmambetov, un aliado de la estética “burtoniana”. La historia comienza cuando el pequeño Abraham salva de los latigazos a un compañerito afroamericano y ve morir a su madre como venganza de ese hecho heroico a manos de los vampiros. En el Sur de USA quienes esclavizan son vampiros. He aquí el subtema que el telespectador no debe desaprovechar para darle un contenido más profundo al film.
El guionista tomó datos exactos de la vida de Abraham Lincoln: su casa en Springfield, hoy museo, donde los Lincoln vivieron 17 años, así como la batalla de Gettysburg, acaecida en 1863, seguida muy cerca desde la Casa Blanca por Lincoln que era presidente sin abandonar su caza de vampiros. Aquí hay una escena que nos llamó la atención: la Casa Blanca aparece con la cúpula a medio hacer y, según la historia, se terminó de construir en el 1800, siendo reconstruida en 1812. Da la impresión de que, en el momento en que Lincoln estaba viviendo allí, estaba lista y su esposa no había encarado la construcción de ningún “ala”, como sí hicieron otras primeras damas. También es correcto, desde el punto de vista histórico, su casamiento pero no se muestra a toda la familia del ex presidente sino a su primer hijo varón, muerto también a manos de vampiros. En realidad, Lincoln tuvo cuatro hijos, de los que le sobrevivió uno, de gran inteligencia.
Para el personaje Abraham Lincoln, la libertad de los esclavos fue su misión en la vida pero partiendo de la base de que los vampiros del sur eran los esclavistas. Entendemos que de allí pudo mantener, según el film, su oficio de cazador aún siendo primer mandatario. Un vampiro “bueno” le enseña trucos para manejar hachas y valerse de municiones de plata, y estas secuencias están muy bien aprovechadas por la técnica 3D. Surge entonces la maestría en la realización de la que hablábamos, señalando dos secuencias impresionantes: la estampida de los caballos, mostrada con cámaras a la altura de los animales y la meteórica corrida sobre los lomos de los animales de Lincoln y el vampiro villano. Es una secuencia extensa que estremece. La otra secuencia que destacamos es la del tren que debe pasar por un terraplén de madera, altísimo, con bosques abajo incendiados que van quemando los sostenes de madera. Impresionante, electrizante.
La estética “burtoniana”, mencionada también, tiene que ver con los episodios violentos y esa sangre que tanto complace mostrar a Tim Burton en pantalla gigante, cayendo gota a gota con un rojo intenso, densa, espesa, que da la sensación de salpicar a la platea. Y, por si fuera poca la implicancia política del film, el mapa de los Estados Unidos se delinea en pantalla con sangre, estado por estado. A buen entendedor…
El film es visualmente sorprendente, si bien el guión resulta endeble. La historia es respetada solo en detalles puntuales y resulta extraña la combinación de un presidente tan querido por los norteamericanos con un cazador de vampiros lisa y llanamente si no le damos una connotación política que, por otra parte, salta a la vista aunque los realizadores no lo hayan mencionado en múltiples reportajes. Para el guionista y escritor de la novela homónima, esta dualidad de Abraham Lincoln fue obra del azar: en el 2009 se encontraba de gira promoviendo una de sus novelas y en las librerías vio dos temas por sobre los demás, los relativos al bicentenario del nacimiento de Abraham Lincoln y los temas de vampiros como la saga Crepúsculo. Y de allí tuvo la idea de unir a Lincoln con un cazador de vampiros.
Finalmente, agregamos que Benjamín Walker, en el papel del décimosexto presidente de Usa, es impecable porque dota a su personaje de humanidad, extrema por momentos. Mary Elizabeth Winstead compone a la esposa de Lincoln pero hay cierta endeblez en su personaje, especialmente cuando fallece su primogénito, una escena por demás tocante. Interesante, apasionante en muchas secuencias, un entretenimiento que se deja ver, con la grandiosidad del 3D.
Elsa Bragato
EL VENGADOR DEL FUTURO (TOTAL RECALL)
De Len Wiseman. Con Colin Farrell, Kate Beckinsale, Jessica Biel, Bryan Cranston, Bokeen Woodbine, Bill Nighy, entre otros. Música de Harry Gregson-Williams. Duración: 118 minutos.
REGULAR. RE-MAKE DE “TOTAL RECALL” CON ARTILLERÍA DE EFECTOS ESPECIALES
No está mal, es entretenida y, como en todos estos films, uno puede sacar algún subtema política que los realizadores dejan al alcance de la mano con la sutileza de las metáforas, a veces no tan crípticas. “El vengador del futuro” es la remake del film de 1990 “Total Recall”, basado en textos de Philip K. Dick, uno de los escritores de ciencia ficción más reconocidos de USA y con varios títulos en la pantalla grande como Blade Runner y Minority Report. En este caso, la remake se basa en el cuento titulado “We can remember it for your wholesale”, algo así como “Podemos recordarlo por usted al por mayor”. En 1990, el apasionado por el cuento fue el director Paul Verhoeven que eligió a Arnold Schwaarzenegger y Sharon Stone, y en el 2012, el apasionado es Len Wiseman que dota al film de un arsenal de efectos especiales para los que no es necesario el 3D, basta y sobra con lo que se ve en pantalla.
En este sentido, el film es ganador nato. Se recrean solo dos pueblos con vida en la tierra luego de una extinción masiva: el de “La colonia” y el de la Federación Unida de Bretaña, ¡qué casualidad!, como dominante de los obreros que viven tan mal en el lado opuesto. En “La colonia”, una mezcla de Hong-Kong con una Venecia destrozada, conviven negros, blancos y amarillos, hacinados, sometidos a unos guardias robotizados que controlan las malolientes calles a punta de pistolas supersónicas. Ningún ambiente acogedor o agradable, simple subsistencia como se puede. La prostitución está en su máximo apogeo, aparecen mujeres con injertos de pechos (tres pechos para atraer más, supuestamente), corta secuencia que mueve a risa.
Douglas Quaid es el personaje central a cargo de Colin Farrel, bien en su actuación, dúctil como pocas veces, casado con la bella Lori, que encarna Kate Beckinsale, si bien no se sabe si es un robot espía o una tierna esposa conmovida por las pesadillas de su marido, quien no sabe a qué atribuirlas. Son tantas y tan feroces que decide “cambiarse” los recuerdos en la compañía “Rekall”, donde se descubre que no es quien dice ser y que, seguramente, sus pesadillas tienen relación con sus enormes conocimientos de luchas y por ser un experto exterminador de malvados.
Muchas veces los obreros, como Quaid, deben trasladarse a la Federación y lo hacen en una especie de subte que atraviesa el centro de la tierra. En la Federación se vive como en la Londres actual y en sus barrios más ricos. Allí arman los robots que luego los controlarán. Pero todo cambia para Quaid y comienzan entonces escenas de luchas tremendas, atractivas porque mantienen al espectador en vilo, en medio de un mundo que da pena ver. Por momentos, se tiene la sensación de ver en movimiento una espectacular maqueta de pisos superpuestos a la buena de Dios, como si fuese un gran villorrio construido con cemento a la vista, sin terminar. Es ingenioso el “subte” inventado para el film, más allá de esta sensación de maqueta que se tiene.
Hablábamos al comienzo de una connotación política: es inevitable preguntarse si el film, ésta versión al menos, no es acaso una crítica abierta al colonialismo británico (curiosamente, nadie habla de USA) y un reflejo del levantamiento de los pueblos contra la opresión de los colonizadores. Más que metáfora, como dijimos, aquí hay una comparación directa con algunas realidades del mundo actual. Por lo demás, hay peleas, muertes, explosiones, como para entretener todo el tiempo.Nadie se aburrirá aunque todo no sea más que una suerte de secuencias ya vistas pero mejor realizadas.
Elsa Bragato