PANTALLAZOS (CRÍTICAS DE BRAGATO Y PIERRE)

AQUÍ ESTÁN NUESTRAS CRÍTICAS E INFORMACIÓN GENERAL SOBRE CINE

jueves, 24 de mayo de 2012

EL EXÓTICO HOTEL MARIGOLD: UNA CITA, UNA FIESTA Y UN GATO NEGRO, EL PUERTO, ESTRENOS JUEVES 24 DE MAYO

JUEVES 24 DE MAYO DEL 2012.

Hay cuatro estrenos, uno de ellos nacional. La pochoclera “Hombres de Negro 3D” no la comentamos porque va de suyo que será un éxito de taquilla por ser un “fenómeno” de efectos especiales.
EL EXÓTICO HOTEL MARIGOLD

De John Madden. Con Judie Dench, Tom Wilkinson, Maggie Smith, Dev Patell, entre otros. Duración: 124 minutos.

MUY BUENA. ELENCO CORAL PARA HISTORIAS DE VIDA QUE REJUVENECEN EL ALMA

John Madden es el mismo director de Shakespeare Enamorado, un film memorable, hito en la historia del cine. Allí como en la película que abordamos abordó el alma de los personajes que son las que hablan a través de parlamentos con carnadura y, además, destilando sensibilidad. Siete hombres y mujeres de más de 70 años ven que la sociedad los margina, que aún algunos de ellos teniendo altísimos cargos nada será como antes una vez que lleguen a la jubilación y que la tristeza y la vida gris los mantendrá encerrados en sus casas hasta el final de los días. Los problemas son varios: desde el escaso interés de sus hijos por el futuro de sus padres, la soledad de una reciente viuda (magistral Judi Dench), la soledad de una empleada doméstica que vivió para una familia y se quedó sin tener una propia (notable Maggie Smith), hasta un matrimonio que no encuentra el camino para seguir juntos, o el reemplazo de la cadera de una de ellos que en la India se hace en dos días y en Londres hay que esperar 6 meses, entre otros temas. Por diferentes motivos, entonces, convergen en el aeropuerto de Londres para marchar a la India, a un extraño hotel llamado Marigold que promete el oro y el moro.

Al llegar, comprueban que el hotel es una ruina, atendido por un entusiasta Dev Patell (el protagonista de Slumdog Millonaire), opuesta a la vida que hay en las calles de la ciudad, colorida, apabullante, desordenada. Y deben sobrevivir a ese barullo que nada tiene que ver con el “british” orden.

Lejos de mostrarnos la tristeza que suele acompañar a los hombres y mujeres de la “cuarta edad”, Madden busca el lado romántico, simpático, el gag inteligente, divertido, que nos permiten transitar dos horas de placer con actuaciones notables. Judi Dench, de alguna manera, comanda a este grupo de ancianos buscando su propia vida lejos de la marginación familiar y social de una ciudad como Londres. Maggie Smith nos acaricia el alma con su anciana apegada al estilo británico que no soporta a la gente de piel oscura pero que, sin embargo, debe buscar una salida a sus propios prejuicios para sobrevivir. Los viejos también pueden volver a enamorarse, a trabajar, a aportar sus conocimientos a los más jóvenes. He aquí un axioma tan conocido y tan poco usado que Madden ubica como idea sustancial de la narración.

En un elenco coral siempre hay historias que nos llegan más que otras, siempre encontramos mejor desarrollo en unas que en otras, aunque todas las actuaciones tengan pareja calidad. El caso del juez británico que encarna Tom Wilkinson queda a mitad de camino por su cierre abrupto o bien es previsible también el destino del matrimonio que discute. Pero esta previsibilidad no le quita ritmo, encanto y empatía a historias de viejos queribles y respetables que buscan con desesperación la segunda y última oportunidad de vivir sin marginación y con autonomía.

El film está basado en la novela “These foolish things” de Deborah Moggach, quien ha escrito 16 novelas, varios libros de cuentos y guiones de cine. En este último caso, su guión más celebrado fue el del film “Orgullo y prejuicio”, de Jane Austen. Estas “tontas cosas” que tan bien describe Moggach en su libro se transforman en decisiones de vida para la gente mayor. Y John Madden nos las cuenta con emoción. Por supuesto, el film no es para gente joven sino para los que ya tienen los 60 encima. Es una película que rejuvenece el espíritu y que, a pesar de la previsibilidad que apuntamos, no deja de mostrarnos que la vida puede más que cualquier pena y que cualquier edad.

Elsa Bragato

UNA CITA, UNA FIESTA Y UN GATO NEGRO

De Ana Halabe. Con Julieta Cardinali, Leonora Balcarce, Rita Cortese, Fernán Mirás, Nicolás Pauls, Roberto Carnaghi, Adela Gleijer, Juan Manuel Tenuta, Marcelo Mazzarello, entre otros.

Música de Ana Halabe. Duración: 90 minutos.

BUENA.- LA “MUFA” Y SU OSCURO ENCANTO EN UNA COMEDIA SÓLIDA

Que la mufa es un efluvio cierto, impregnado de mala suerte y desgracia, tiene pruebas suficientes de su existencia indeseada. Es cierto también que todos evitamos a los que supuestamente llevan consigo esa fatalidad y las contrarrestamos tocando madera sin patas o alguna parte del cuerpo. Ana Halabe, en su ópera prima, aborda este tema, debutando también como coguionista y autoria de la banda sonora.



El eje de la historia es Gabriela (Julieta Cardinali), quien siente que la súbita aparición de Felisa (Leonora Balcarce), antigua compañera del secundario, pone en peligro su matrimonio y su negocio. Durante 15 años la evitó pero el destino está marcado así que Felisa aparece en el negocio y se suceden las desgracias para Gabriela, desde un violento robo hasta el vaciamiento de su cuenta bancaria y un viaje sospechoso de su marido (Fernán Mirás) a Mendoza.

El gato negro puede ser la salvación para trastocar la mala suerte que arrastra consigo el personaje de Leonora Balcarce y tiene que ver con la fiesta que anuncia el título.

Hay una dinámica muy interesante en el relato de Ana Halabe, más que prometedor debut, con acertadas locaciones urbanas y la buena elección del elenco donde compiten en calidad desde un Carnaghi o una Cortese con los protagonistas más jóvenes de esta “mufada” historia.

Hay también frescura y espontaneidad en el relato, y Halabe se aleja de cualquier atisbo de intelectualidad, por fin!, al que el cine nacional es tan afecto. Es una película que entretiene y que subraya en buena medida la fuerza de compañerismo por sobre los obstáculos más nefastos.

Hacemos sí una observación sobre la banda sonora que es estridente y no colabora con las secuencias sino que las empasta y les quita naturalidad. Por lo demás, una buena comedia nacional.

Carlos Pierre

EL PUERTO

De Aki Kaurismaki. Con André Wilms, Kati Outinen, Jean.Pierre Darroussin, Jean-Pierre Léaud, entre otros. Duración: 93 minutos.

MUY BUENA. PERSONAJES DESBORDADOS POR LA REALIDAD EN UNA PEQUEÑA

GRAN HISTORIA

Aki Kaurismaki es un notable realizador finlandés, traspasado por la angustia existencial y enfurecido defensor del tango al que considera originario de su país. Oscila siempre entre Carlos Gardel y Tanguera en varias películas. “Un hombre sin pasado” estuvo nominada a los Oscars así como nos deslumbró con el cuento de “Luces al atardecer”. La gente sencilla, sin futuro social, conmueve a Kaurismaki quien suele filmar también con su hermano.

Le preocupan la falta de sol en su país, la tristeza que inunda su ciudad natal, los personajes desbordados por la vida misma y el escepticismo en el que él mismo vive.

En “El puerto”, Kaurismaki monta su cámara en Le Havre y apuesta a la coproducción con Francia, que incluyen parlamentos en los dos idiomas, finlandés y francés, y la presencia de Jean-Pierre Darrousin, por ejemplo, en el rol de un inspector policial duro y con aspecto de cómic.

Nada es actual o moderno o fashion en el film. Incluso, Kaurismaki nos propone una narración clásica, sin rebusques fotográficos. No obstante, consigue emocionar con esta fábula del hombre blanco que, por azar, descubre a un niño africano que viene en un contingente de futuros esclavos y que, por obra del destino, debe salvar de la persecución policial y de la deportación que instauró el ex presidente Sarkosy en Francia. Marcel Marx es el personaje de André Wilms, que tiene su propio desgarro espiritual por el cáncer que aqueja a su esposa, Arlette (Kati Outinen).

Otro rasgo distintivo de Kaurismaki es retratar la marginalidad de su propio país, considerado uno de los más desarrollados del mundo, aquejado a su vez por la oscuridad, los largos inviernos y la monotonía que éste impone. Esta soledad social está quebrada por la reaparición en la ciudad de un legendario cantante de rock, Little Bob, en el almacén-bar de la zona.

Kaurismaki parece intuir que en esta parte del mundo existen esos bares, esas melancolías, esas extremas situaciones sociales que, en Europa, se tapan con paisajes de postales y con la riqueza de unos pocos y que es lo que muestran y hacen vivir al turismo. De pronto, hay turistas como el pequeño Kati Outinen, que jamás quisieron serlo y solo necesitan reunirse con sus familias. El protagonista del film intenta que el pequeño africano tenga su propia vida y no la que la sociedad de los ricos le ha impuesto: ser esclavo.

Con una actitud positiva, André Weilm corre por hospitales buscando una salvación para su esposa mientras oculta al pequeño en su hogar hasta encontrarle una salida. La vida premia los hechos buenos y Kaurismaki da esa vuelta de tuerca a su historia para que disfrutemos de un film diferente, cálido y plagado de guiños a artistas que el propio director admira. Si le gusta el buen cine, no deje de ver este film clásico y conmovedor que lo atrapará por su historia y personajes y no por sus efectos especiales de los que carece.

Elsa Bragato