JUEVES 17 DE JUNIO DEL 2011.
Hay 8 estrenos. No comentaremos “El túnel de los huesos”, con Raúl Taibo. Más que en otras oportunidades, esta semana tenemos que elegir entre los films que desarrollan historias de vida y los que se basan en los efectos especiales.
LOS AGENTES DEL DESTINO
De George Nolfi. Con Matt Damond, Emily Blunt, Anthony Mackei, Terence Stamp, entre otros. Música de Thomas Newman. Duración: 106 minutos.
REGULAR. ENREDOS ENTRE LA REALIDAD Y LOS MUNDOS VIRTUALES. THRILLER DE CIENCIA FICCIÓN
Matt Damond parece condenado a huir desde su personaje Bourne de diferentes acechanzas. Antes fueron oscuros miembros de la CIA que insistían en lavarle el cerebro o matarlo. Ahora son humanoides, de alguna manera hay que definirlos, que están en otro plano pero se presentan ante nosotros como semejantes. Se dará cuenta de una manera extraña, en medio de una campaña política que lo llevaría como senador del estado de New York y que pierde. La aparición de una bailarina le complica el panorama porque se enamora.
La referencia más cercana está en nuestra televisión en Un año para recordar (Telefé) y la relación que entre Carla Peterson y Gastón Pauls: si se unen, sus vidas serán sucesiones de frustraciones. Damond y Blunt , o sea “David Norris y Elise Sellas” , viven esta experiencia en Los agentes del Destino, una “oficina de ajustes del destino” tal como sería la traducción literal del inglés, Adjustement Bureau. Esta “oficina” y sus “agentes” se encargan de que cada uno de nosotros no se aparte del destino que se nos ha determinado.
El film está basado en un cuento de Philip K. Dick publicado en 1954. Y tiene aristas interesantes en su narración fílmica: la posibilidad de que nuestra realidad esté atravesada por mundos que no vemos porque habitan en otra dimensión y la posibilidad también de que en algún momento los mundos se conecten como le ocurre al protagonista del film. De allí a que estas aristas estén bien resueltas en la narración hay un buen trecho.
Decíamos al comienzo que Damond parece condenado a huir porque, efectivamente, intentará huir de estos caballeros de traje gris y sombreros de ala corta, bien de los 50, que lo saben todo. Habrá situaciones de mucha tensión porque ese “sombrerito” y un libro similar a un GPS con la vida de cada uno de nosotros intentarán impedir cualquier acción. Sin embargo, la sensibilidad de uno de ellos, un afroamericano (Mackie), será un factor desencadenante para que la historia no sea tal como la quieren estos agentes sino que se torne más humana.
Es decir, el amor tiene que triunfar de alguna manera. No sin rispideces, no sin un toque mágico que solo el cine puede dar como el de abrir puertas e ingresar a lugares que están pero a kilómetros de distancias, conformándose un laberinto que se ha visto en dibujos animados (Monster Inc.). Porque estamos frente a un thriller con suspenso y algunas tonterías en los diálogos. No deja de ser entretenido, aunque muy lejos de la saga de Bourne. Como película, es regular. Como entretenimiento, es pasable.
Elsa Bragato
PRIEST, EL VENGADOR
De Scott Stewart. Con Paul Bettany, Karl Urban, entre otros. Música de Christopher Young.
REGULAR. SACERDOTES VS VAMPIROS EN UN WESTERN POST-APOCALIPSIS. TRHILLER DE CIENCIA FICCIÓN
Esta película es ideal para los seguidores de la saga “Inframundo”. Para el resto del público, puede resultar una sumatoria de efectos de computación con correrías estilo “cowboys”. La crítica norteamericana ha sido contundente: Paul Bettany es un sacerdote que quiere impartir justicia al estilo John Wayne. En vez de caballos, hay motos de gran cilindrada. El paisaje es lunar, gris, y revela una Humanidad transformada en vasallos medievales que sufren los ataques de los vampiros. Compartimos en que Bettany es el “Wayne” del siglo XXI en esta película.
Hay suspenso en los minutos iniciales, un toque de “Rápidos y Furiosos” en la narración ya avanzada, los vampiros son muy feos y de aspecto fetal y cuentan con trenes mientras que el sacerdote por excelencia, con una cruz dibujada en la frente, encarnado por Paul Bettany, tiene motos de gran potencia. Hay estilo a lo Mad Max que solo ha sido una revelación en ese film y no en estas secuelas escenográficas. En definitiva, sectas que regentean el mundo que queda, post apocalíptico, muertos que son vampiros, sacerdotes que deben cumplir con una misión (aquí un pariente cercano al protagonista es raptado…) de justicia y otra personal.
Como película, continúa en la línea de Inframundo, o sea estamos frente a más d e lo mismo. Como entretenimiento, pensamos que es para los seguidores de “Inframundo”, sin descartar el interés de otro tipo de espectador. Mucho ruido, muchas correrías, poca sustancia.
Elsa Bragato
CARLOS
De Olivier Assayas. Con Edgar Ramírez, Alexander Scheer, Ahmad Kaabour, entre otros. Montaje de Luc Barnier y Marion Monnier. Duración: 2 h 45 minutos (165 minutos)
BUENA. INTERESANTE BIOPIC CON DUDOSA EDICIÓN
Cuando se sabe de antemano que una miniserie de cinco horas y media es llevada a un film de poco menos de tres horas, se tiene un oculto reparo porque las ediciones no obran milagros.
Sin embargo, el film del director francés Olivier Assayas, presentado en el Festival de Cannes, no defrauda en la narración de la vida de este terrorista venezolano, Illich Ramírez Sánchez, apodado Carlos, que actuó en los 70 y los 80 dentro del terrorismo internacional, en el activismo propalestino hasta en el Ejército Rojo Japonés, incursionando en los últimos años de la Guerra Fría.
Carlos fue un terrorista, un mercenario oportunista contratado por los poderosos servicios secretos de Medio Oriente. Muy buscado en 1974, intentó asesinar a un hombre de negocios británico (el dueño de las tiendas Marks & Spencer), por ejemplo. En 1975 ingresó a la sede de la Organización de Países Exportadores de Petróleo en Viena y tomó más de 40 rehenes, asesinando a tres personas. Tuvo gran renombre y era dueño de una personalidad rayana en el divismo. Fue capturado en 1994 en Sudán, donde fue entregado a la policía francesa. Actualmente cumple su condena en Francia.
Encontrar un intérprete para Carlos no fue fácil para Assayaz. En Venezuela, país natal del terrorista, ubicó a Edgar Ramírez, nominado a los Golden Globe por su perfomance en este telefilm con formato de miniserie, actor con dominio de inglés, francés, árabe y castellano, idiomas que alterna en la carrera terrorista del personaje.
Es curioso observar las transformaciones físicas de Carlos a lo largo de su vida, al menos lo que se muestra en esta recortada miniserie, desde aumento de peso hasta el cambio en el cabello y el agregado de bigotes. Tuvo el sobrenombre de “El chacal” dado que, al ser detenido, se le encontró el libro “El día del chacal” de Frederick Forsyth entre sus pertenencias. Durante veinte años Carlos sembró la locura del terrorismo en gran parte del mundo. Su vida fue tormentosa, tuvo dos mujeres, una hijita, que, por obra de la edición,a raíz del efecto devastador de una reducción del material en un 50%. aparecen en la narración de manera forzada. Otro tanto ocurre con su carrera terrorista así como muchas otras asociaciones ilícitas, secuencias que no aparecen
Nuestro modesto criterio es que Carlos debió ser emitida por televisión y no ingresar al circuito comercial cinematográfico dado que esto último obligó a un cercenamiento del material que es visible, notable, y que no pasa inadvertido para el espectador porque la historia salta, el guión pierde su eje en muchos momentos. No obstante, no deja de ser una “biopic” interesante. No es atractiva por lo que apuntamos.
Carlos Pierre
JUNTOS PARA SIEMPRE
De Pablo Solarz. Con Peto Menahem, Malena Solda, Mirta Busnelli, Luis Luque, Sergio Boris, Silvia Kutika, Marta Lubos, Valeria Lois. Música de Nicolás Diab. Duración: 90 minutos.
MUY BUENA. EFICAZ GUIÓN CON EXCELENTE ELENCO EN BUEN RELATO COMPLEJO, DIVERTIDO Y ÁCIDO
Cuando se conjugan un buen guión y un excelente elenco estamos frente a un buen film. En este caso, se trata del director Pablo Solarz, de gran reputación como guionista de Historias Mínimas, El Frasco, Un Novio para mi Mujer, entre otras películas nacionales, coordinando además varios “workshops” de guión en la actualidad.
El guión de Juntos para Siempre es sólido y hace punta en la vida de un guionista (vaya casualidad!) robotizado al punto de alejarse de sus afectos, en este caso su esposa, quien le exige cambios de actitud y una mayor atención. Finalmente, decide abandonarlo luego de contarle a su marido que tuvo un “affaire”. Pero nada inmuta al personaje de Peto Menahem, a quien hemos visto en excelentes roles televisivos, que continúa con su obsesión de terminar con su guión. Curiosamente, el personaje que crea en la ficción es su “alter ego”, el que cobrará vida a través de Luis Luque. También resultan muy buenos los trabajos de Malena Solda como la esposa, de Florencia Peña como la nueva compañera, de Mirta Busnelli como la excéntrica madre del obcecado guionista.
Resulta muy atractiva la interacción de la vida real del protagonista con los personajes de su propio guión, una tarea que el realizador Pablo Solarz lleva con mano segura y fluidez narrativa a través de un desarrollo en el que transitan la comedia y el drama con tonos ácidos, oscuros, que mantienen el interés en el espectador. A decir verdad, hay que decir que no estamos acostumbrados en nuestro cine a guiones de esta envergadura, complejidad y buena resolución audiovisual. Es un promisorio film de Pablo Solarz, conocedor como pocos, por lo visto, de la columna vertebral de un film: el guión cinematográfico. Y es una de las mejores películas de esta semana.
Carlos Pierre
UNA MISIÓN EN LA VIDA
De Eran RIklis. Basado en la novela “A woman in Jerusalem”. Música de Cyril Morin. Duración 103 minutos.
MUY BUENA. REALIDAD QUE MOVILIZA LOS SENTIMIENTOS. ENTRE EL DRAMA Y LA COMEDIA “NOIR”
Resulta muy interesante, dentro del amplio arco de films de esta semana, esta película israelí de Eran RIklis, el mismo de Lemmon Tree, entre otros films vistos en la Argentina. No muchos pero suficientes como para encarar The Human Resources Manager, título en inglés de Una misión en la Vida, con buen espíritu de espectador. En este caso, Riklis apunta al gerente de Recursos Humanos de una panadería, la más afamada de Jerusalén, en cuyo plantel falta una de las empleadas y no se dan cuenta. Acusados de falta de sensibilidad, el gerente es enviado por la dueña a ubicar a la empleada.
El viaje que inicia este hombre pasa desde el drama personal, tratado con objetividad, hasta el drama de una empleada cuyos orígenes están lejos de la ciudad y lo llevan a otros países y otras culturas. De pronto, el tono dramático, aunque sin caer en el trazo grueso, se disuelve y se transforma en una comedia negra. Cementerios, morgues, un ataúd, un cónsul, y, cuanto menos, como séquito, un pesado periodista, forman una comitiva que acompaña al gerente en su búsqueda. No hay un país determinado por lo que el film es considerado “apolítico”, si bien fue rodado en gran parte en Rumania.
Es muy interesante ver la transformación interior de este gerente, acostumbrado a controlar la mayor producción quien, de pronto, busca a un ser humano, enfrenta emociones y comienza un viaje interior mucho más atrapante que el que realiza. Ahora debe controlar lo inasible, el dolor, las preguntas sin respuestas. Nos gustó mucho porque estamos frente a una historia de vida y no a un relato plagado de efectos especiales. Es la otra buena película de la semana (junto con la argentina Juntos para Siempre).
Elsa Bragato
LA DOBLE VIDA DE WALTER (THE BEAVER, EL CASTOR)
De Jodie Foster. Con Mel Gibson, Jodie Foster, Jennifer Lawrence, Cherry Jones, Sam Breslin, entre otros. Música de Marcelo Zarvos.
MUY BUENA. INTERESANTE PROPUESTA SOBRE EL PÁNICO Y LAS RELACIONES FAMILIARES
Jodie Foster le tiró un cable a su amigo Mel Gibson al convocarlo como protagonista de este nuevo film que la actriz dirigió y coprotagonizó como la esposa del empresario con pánico. Sabida es la declinación del astro australiano como gran figura por su racismo religioso y su alcoholismo que lo ha llevado hasta la cárcel, amén de sus divorcios y peleas conyugales.
En este caso, Foster tomó la vida de un marido depresivo que es un buen empresario pero padece de fobias, de pánico, que lo llevan a intentar suicidios casi caricaturescos.
Un día “Walter” encuentra un títere que representa a un castor, de allí el título en inglés, al que adopta como un integrante de su vida, o mejor dicho de su mano izquierda. Con este agregado a su cuerpo, puesto que no se desprenderá más del títere, siente que puede enfrentar situaciones antes imposibles para él y que su vida vuelve a ser positiva. Encuentra su propia terapia de salvación. Por supuesto, sus dos hijos toman actitudes diversas, el menor acepta esta simbiosis del padre con el títere, el mayor lo rechaza, lo ve ridículo. Este títere le permitirá crecer al empresario como tal al idear una especie de juguete de madera que será un éxito comercial.
La idea no está mal y Mel Gibson se consagra con una gran interpretación. En los Estados Unidos el rechazo al actor por su vida errática significó un fiasco en las boleterías. Para muchos críticos, el film no merece una mayor consideración. Sin embargo, pensamos que hay elementos muy valiosos sobre la psicología de la persona que sufre de pánico y depresión, una lleva a la otra y viceversa, y que no hay nada ridículo sino una historia que puede tener empatía con muchas situaciones que se puedan vivir. El pánico no siempre se manifiesta abiertamente. De allí que le asignamos importancia al eje argumental propuesto por Jodie Foster.
El film es pequeño si nos atenemos a la anécdota que se propone desarrollar. Pero es desafiante, original, nada simplista y aporta elementos interesantes. Gibson es creíble y, como dijimos, se destaca ampliamente con sus dotes actorales, fuera de espionajes, secuestros o bien films históricos. Jodie Foster lo secunda muy bien. Hay un excelente trabajo de Anton Yelchin como el hijo adolescente que reniega de su padre. Y la música de Marcelo Zarvos tiene, en el comienzo, una impronta tanguera a lo Astor Piazzolla que no nos desagradó sino todo lo contrario.
Una comedia dramática bien estructurada, bien narrada, con un Mel Gibson que nos da una actuación que lo reubica como un gran actor. Pasa rápidamente del gag quasi cómico a la depresión, del ridículo al éxito, transitando todos los estados de ánimo del personaje. No es poco.
Carlos Pierre
LAS MARIMBAS DEL INFIERNO
De Julio Hernández Cordón. Coproducción de Guatemala, Francia y México. Duración: 73 minutos.
REGULAR. CURIOSIDAD MUSICAL ENTRE LA MÚSICA SATÁNICA Y UN ARGOT INCOMPRENSIBLE
La marimba (instrumento parecibo al xilofón, que es su versión de metal) es de madera y es considerado el instrumento nacional de Guatemala. Según la historia de Julio Hernández Cordón, va siendo dejado de lado en Guatemala por otras tendencias musicales e interpretativas.
El indigente personaje que toca la marimba, en un último acto de supervivencia, se asocia a un pionero del heavy metal, un baterista que se desarrolló en el ambiente underground que, en Guatemala, es muy precario, según el film. El conjunto musical que resulta con el agregado de la marimba, en perfomances de “música satánica”, tiene un hacedor y es un chiquilín de los barrios marginales, delincuente, prototipo de la picaresca cuando mucho. Esta marimba en desuso cae en la agonía del infierno del conjunto de heavy metal con aspiraciones satánicas.
El eje de la trama resulta interesante pero, ni bien se plantea, se pierde en los escasos minutos que tiene la narración audiovisual, costando entender muchos diálogos por la jerga o argot que utilizan, propios de ciertos barrios guatemaltecos. La filmación además es deficiente en su factura, escasa de medios técnicos. La película nos muestra una curiosidad musical y social pero todo se desvanece muy pronto.
Carlos Pierre