PANTALLAZOS (CRÍTICAS DE BRAGATO Y PIERRE)

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jueves, 13 de enero de 2011

SOMEWHERE, IMPARABLE, EL RETRATO DE DORIAN GREY, VOLVER AL FUTURO EN GRAN REESTRENO, 13 DE ENERO 2011, BUENOS AIRES


JUEVES 13 DE ENERO DEL 2011.
Hay cinco estrenos en la ciudad de Buenos Aires. No comentaremos ni Noches de Encanto ni Buen día, día, que es el Documental del Mes.
SOMEWHERE, EN UN RINCÓN DEL CORAZÓN
De Sofía Coppola. Con Stephen Dorff y Elle Fanning, entre otros. Mùsica de Phoenix. Duración: 96 minutos.

BUENA.  UNA HIJA DE HOLLYWOOD HABLA DE SU MUNDO. RELATO SIN IMPACTO PERO CON MUCHO ENCANTO, AUTOBIOGRÁFICO
Una larga secuencia, plano largo y cámara fija, de un circuito automovilístico y una Ferrari que pasa frente a cámaras, luego se pierde, se escucha el ruido de su potente motor, vuelve.  La estructura fílmica, formal, que nos presenta Sofía Coppola es la de un film “indie”. En su tercer film, la hija de Francis Ford Copppola, que produce la película, vuelve a los comienzos mostrados en “Perdidos en Tokyo”. Es decir, esa gran máquina de generar estrellas que es Hollywood y la soledad que los embarga, tan lejos de la fastuosidad que la sociedad les impone en la gran mayoría de los casos.
Curiosamente, luego de la primera secuencia, la cámara de Coppola se apoya en el luminoso cartel del Chateau Marmont (ex propiedad de Regina Bragato, residente en Palm Spring, CA, USA), un hotel pequeño al que van los actores para disfrutar de una vida tranquila y poder estudiar sus libretos sin el acoso de las fans. Allí hay fiestas nocturnas y todo lo que desee, chicas que bailan en los cuartos privados (Coppola se extiende en exceso durante la escena del baño del caño a cargo de unas mellizas rubias, cámara fija siempre, y resulta innecesario porque el film pierde timing)mujeres que se regalan por nada, y la vida solitaria de un actor, en este caso Johnny Marco, encarnado por Stephen Dorff. Separado, con una hija de 11 años, Cleo, a cargo de una futura gran estrella, la bellísima Elle Fanning, un buen día debe hacerse cargo de la niña porque la madre “necesita pensar” su futuro. El actor asume el reto, y viaja con su hija a Italia, es la figura de la famosa entrega d e los premios Gatto en Milán, disfrutan juntos de una vida que les resulta prestada (el lujo romano de las piscinas privadas, las fiestas con celebridades).
La unión padre-hija nos remite inmediatamente, por los sutiles detalles que va exponiendo Coppola en un relato con encanto pero sin impacto, a su propia vida, especialmente cuando su pequeña protagonista manifiesta el dolor que le causa la ausencia de sus padres a su papá.
Decimos que el film tiene encanto porque la vida de este actor papá y su hija nos transmiten ternura, descubrimiento mutuo, cariño, empatía. Y decimos que no produce impacto emocional porque la forma de la narración audiovisual tiene un tono menor, no busca sobresaltar al espectador sino contarle una historia. Por ser Sofía Coppola, con un estilo muy definido, nos parece que la construcción de la narración es muy simple, más de aficionado que de una hija de la meca del cine. No obstante, cumple con su objetivo y nos va llevando al climax poco a poco, tal vez no el deseado pero sí el más humano y comprensible.
Resulta interesante esta película y muy autobiográfica, tal como la misma Sofía Coppola lo dijo en varios reportajes. Y, si uno no lo sabe, igual se dará cuenta de que allí están los conocimientos que la vida misma le dio a la hija de Francis Ford Coppola, la vida de trabajo y rutina de un actor o productor y la fastuosidad de los eventos que lo alejan de lo sustancial: la familia. Sin duda alguna, Sofía lo vivió. Se deja ver porque, además, vemos Hollywood y cómo se desarrolla la cotidianeidad en un mundo que no es de fábula.
Elsa Bragato

IMPARABLE
De Tony Scott. Con Denzel Washington, Chris Pine, Rosario Dawon, entre otros. Música de Harry Gregson-Williams. Duración: 97 minutos.
MUY BUENA. UNA IDEA BÁSICA CON UNA REALIZACIÓN FUERA DE LO COMÚN, VIBRANTE, IMPACTANTE, ESTREMECEDORA.

Denzel Washington es una marca registrada: donde actúa, uno tiene la garantía de que verá un film fuerte, con una actuación que nos conmoverá. Esta película no es la excepción. La idea del guión es elemental: un tren con 39 vagones y una carga química peligrosa arranca solo por una mala maniobra de su conductor que baja para cambiar la ruta de las vías. Este hecho bien pudo ser banalizado por la realización. Sin embargo, los encuadres, el trabajo del sonido en postproducción, hacen de este hecho una historia estremecedora. Se unen las actuaciones de Denzel Washington y Chris Pine que, además, plantean un tema candente: las jóvenes generaciones que van sustituyendo a los “viejos” en los trabajos y la competencia que se establece a nivel gremial y personal, el “elegido”, el por jubilarse, los temores de unos y otros en medio del frenesí de las locomotoras, de rieles, de aplastantes ruedas gigantes.
Es una película que recomendamos porque no hay nada que uno pueda criticarle. La forma es soberbia, el fondo es un poco más de lo mismo pero tan bien actuado, con tanta carnadura, que resulta impecable. Una idea básica con una realización fuera de lo común. Si le gusta aferrarse a la butaca, ésta es su película.
Elsa Bragato

EL RETRATO DE DORIAN GRAY
De Oliver Parker. Con Ben Barnes (el príncipe Caspian de Narnia), Colin Firth, Rebecca Hall, entre otros. Música de Charlie Mole. Duración: 120 minutos.
BUENA. OSCAR WILDE CON EFECTOS SIGLO XXI
La ambientación del film y los detalles de la vida nocturna del London West, el vestuario, y el clima que se va logrando hacen, de esta película, una gran realización. En este sentido, deberíamos calificarla como “muy buena”. Pero es tan solo buena porque tiene muchas secuencias en las que pierde su tempo, su timing, y se alarga innecesariamente. Basada en la obra del mismo título de Oscar Wilde, nos enfrenta a un joven de gran belleza que viaja a Londres y es iniciado en el hedonismo y los placeres de la vida nocturna más lujuriosa por Henry Wotton, a cargo del gran Colin Firth.
La vida nocturna, la aparición de una joven actriz que enamora al protagonista, las drogas y los placeres transforman al joven en una persona muy segura de sí, capaz de cualquier atrocidad como matar a otros, insinuar una incipiente homosexualidad, y tener su propio retrato que será su gran condena.
El relato tiene todos los elementos técnicos actuales por lo cual el director puede jugar con el espejo del ático que refleja la esbelta silueta y el bello rostro del joven Dorian, y su paso a la vejez cuando el hechizo se quiebra por un hecho fortuito aunque sabido por quienes conviven con él.
Esta película, con tan buen trabajo de forma y fondo (Ben Barnes y Colin Firth se adueñan de sus personajes), es muy interesante para quien ame ver narraciones audiovisuales puntillosas, de gran espectacularidad visual, de gran riqueza en las imágenes. Si le gustan las novelas, ésta es su película, con el aditamento del “thriller” y de los efectos especiales, muy bien añadidos tanto en el guión como en la realización.
Carlos Pierre