JUEVES 19 DE SETIEMBRE DEL 2019.-
INICIALES S.G.
Dirección:
Rania Attieh y Daniel García. Con Diego Peretti, Julianne Nicholson, Daniel
Fanego, Malena Sánchez, entre otros. Música original de
Bill Laurence. Maciej Zielinski. Covers de Serge Gainsbourg: Iván Rusansky,
Andrés Ortega, Federico Gianotti, Guido Tomei. Duración:
98´minutos.
XXXXX- DIEGO PERETTI ENTRE LA MÚSICA Y EL CRIMEN
La directora libanesa Rania Attieh y Daniel García,
oriundo del sur de Texas, han formado una muy interesante sociedad cinematográfica
que les permitió coescribir, codirigir y coeditar varias películas dentro del
llamado “cine indie”. La consagración de la pareja se refleja en la
participación y premiaciones que obtuvieron en diferentes festivales del mundo,
entre ellos nuestro BAFICI.
INICIALES S.G. es un claro exponente del cine “a
pulmón” que se convierte en cine de culto. En este caso, la coproducción es
entre Estados Unidos y Argentina, con postproducción en los afamados estudios
Skywalker.
Sergio Garcés (Diego Peretti) tiene 50 años y actúa
como si tuviera 25, mostrándose arrollador y seductor, como el cantante Serge
Gainsbourg, francés, casado con la actriz Jane Birkin (actriz fetiche de Agnés
Vardá). La performance que realiza Diego Peretti está a la altura de las exigencias
del guion, siendo secundado por la espigada Julianne Nicholson, solvente, en
diálogos donde se entremezclan el inglés y el español.
La soltura narrativa muestra audacia en los giros
sorpresivos y la audacia que tiene el cine independiente, no atado a esquemas
comerciales. “Sergio” no está en un buen momento profesional, se aferra a su
fanatismo futbolero y siente nostalgia por un romance furtivo, mientras es
buscado por un crimen que no cometió. A partir de estos diferentes conflictos,
Atthieh y García engarzan con habilidad las vivencias de un personaje muy rico,
que les ofrece diferentes flancos que supieron aprovechar con diversa destreza.
Una vez más, Atthieh y García logran ser fieles referentes de un cine que hace
de la búsqueda de situaciones y sentimientos motores de guiones efectivos.
Carlos Pierre
VARDA POR AGNÉS
De Anges Vardá. Guion de
Didier Rouget y Agnés Vardá. Duración: 115 minutos.
XXXXX-AUTOBIOGRAFÍA ATRAPANTE
Testamento artístico de una de las grandes directoras
de cine francés, conmueve Agnes Vardá por la lucidez de sus 90 años. Sentada en
un escenario de frente a una platea de jóvenes ávidos de su palabra habla de Inspiración, Realización y Comunicar como
la base de su trabajo que comenzó cuando, en los 50, era reportera gráfica y le
hacía fotos, por ejemplo, a Gerard Philliphe.
Mechado con otras conferencias y filmaciones donde se
la ve trabajando como directora de cine, o bien ofreciendo conferencias, la
larga charla de Vardá pone luz sobre una de las mujeres más notables de France,
nacida en Bruselas en 1918. No deja de mencionar a quien fue su gran amor,
Jacques Demy (su segundo esposo), desde 1962 hasta su muerte en 1990, cómo
reflejó su vida –El universo de Jacques Demy-, cómo alcanzó la notoriedad por
“Cleo, de 5 a 7” (una joven pasea por París mientras espera la confirmación de
si tiene o no cáncer), 1961, título y guion que se debieron a una razón
presupuestaria (divertido momento de su exposición) y por qué filmó “La felicidad”,
tan popular como “Cléo…”, donde trabajó con un elenco no profesional sobre una
familia obrera, 1965, film polémico en su época. “Mur murs” sobre los graffiti
de Los Angeles, “Jane B.” sobre Jane
Birkin, “Daguerrotipos” sobre una calle de París, son algunos de sus
largos más notables. No olvidamos “Visages Villages” que fue su último
docuficción estrenado hace pocos meses.
Sin recursos novedosos, Vardá optó por el más
convencional documental, atrapante y divertido. Es su última palabra, la que no
pudo tener en los tiempos de la vanguardia francesa, opacada por los varones de
un movimiento cinematográfico que rompió moldes. Vardá esperó trabajando su
momento. Fue éste. El de la despedida.
Carlos Pierre
AD ASTRA: HACIA LAS ESTRELLAS
De
James Gray. Guion de James Gray y Etham Grposs. Con Brad Pitt, Tommy Lee Jones,
Donald Sutherland, entre otros. Fotografía de Hoyte Van Hoytema. Edición de
Johan Axelrad y Lee Haugen. Música de Max Richter y Lorne Balfe. Duración: 124
minutos.
XXXXX- BRAD PITT EN OTRO GRAN TRABAJO
La relación con el protagonista es inmediata: el
rostro de Brad Pitt y su voz en off surgen repentinamente en la pantalla
contando su estado de ánimo y sus expectativas como astronauta. Debe salir al
espacio para localizar a su padre, el científico Clifford McBride (Tommy Lee
Jones). Se lo considera perdido pero vivo desde hace 16 años, estando a cargo
del llamado Proyecto Lima desde donde, por motivos desconocidos, provendrían
las descargas eléctricas que ponen en peligro el sistema solar. El film
comienza con gran espectacularidad sin distopía para el espectador: desde una
antena colosal inicial desde donde Roy se lanza al vacío en una caída
terrorífica hasta vestir el traje de astronauta similar al de los 70, nada
estrafalario, la historia de Gray y su guionista se narra en el espacio, hacia
donde va Roy en su búsqueda profesional y personal.
He aquí dos
aspectos bien claros y bien trabajados en el film: el técnico- científico y el
afectivo, la relación padre e hijo, y las ausencias de éste, desde su
nacimiento hasta este presente cuyo final no puede avizorar. Ni tampoco el
espectador tiene pista alguna.
Sombría, agónica, “Ad Astra” es un camino de búsqueda
que tiene l formalidad de los cohetes espaciales y un fondo absolutamente
humano y sensible. Es aquí donde el director consuma su versatilidad para
encarar temas donde el trabajo de unos y otros está en los estudios sin cromas
ni electrodos especiales.
Es también un gran trabajo de Brad Pitt quien lleva
sobre sí el peso del film. El mirar directamente a cámara sin interposición de
elementos extraactorales le permitió una composición profunda y diferente en su
larga carrera artística. Jones y Sutherland apuntalan con pocas líneas al
protagonista, por cierto, suficientes. Destacamos la ambientación que logran
tanto la música “cósmica” así como las locaciones en la Luna, transformado en
un planeta “vacacional”, y Marte, con su ciudad subterránea, escenografías
reales ubicadas en distintos barrios y cercanías de la ciudad de Los
Angeles. En definitiva, este paseo por
el cosmos conociendo el punto de llegada pero no el camino y, por lo tanto,
aterrador para cualquier ser humano, resulta atrapante y muy conmovedor porque
se trabajaron los sentimientos, quedando como un subtema la actividad de los
astronautas, dicho esto con alevosía. En verdad, la relación padre e hijo
supera la acción en sí.
Elsa Bragato
EL JILGUERO
De John Crowley. Guion de
Peter Straughman sobre la novela homónima de Donna Tartt. Con Oakles Fegley, Ansel
Elgort, Nicole Kidman, Sarah Paulson, Luke Wilson, entre otros. Fotografía de
Roger Denkins. Música de Trevor Gureckis. Duración: 149 minutos.
XXXXX-DIFÍCIIL DE DIGERIR
Densa y aburrida es esta película de John Crowley
sobre un niño que sufre lo mismo que el autor de “El jilguero”, la obra maestra
del discípulo de Rembrant llamado Carol Fabritius, de 1654. La vida del célebre
pintor terminó a raíz de una tremenda explosión igual que la madre del
protagonista. Visitando el famoso MET de Nueva York, madre y niño, Theodore
Decker (Oakles Figles de niño y Ansel Elgort de adolescente), son víctimas de
un terrible atentado en el que fallecen cientos de visitantes, entre ellos, la
mamá del pequeño.
El guion está basado en la novela de Donna Tartt, que
ganó el Pulitzer en el 2014 y que el film de John Crowley sigue linealmente
pero sin pasión. Por lo tanto, la larguísima película se hace densa, pesada,
insufrible. La trasposición de una historia literaria al cine requiere de la
alteración del orden de algunos factores a fin de lograr impacto afectivo y
efectivo en la audiencia, de atraer, atrapar. No sucede con esta historia: del
atentado solo tendremos referencias en determinados momentos, saltando a la
vida del pequeño Theo que es adoptado por una familia adinerada (allí aparece
Nicole Kidman) aunque su amistad con el joven Boris lo aleja de ese buen pasar
para terminar como un drogadicto sin recuperación. El cuadro “El jilguero” es
su única pertenencia, lo robó del museo en medio de las andanadas de polvo y el
derrumbe de columnas. Nadie notó que un niño salía con un bolso amarillo.-
El thriller se pierde. Se recorre la drogadicción de
Theo, la indiferencia de su padre, su deambular hasta conseguir algún trabajo,
los seudotutores que intentan ayudarlo y un viaje a Holanda que podría ser su
futuro. En medio de todo este paquete narrativo, lentísimo, El jilguero se
pierde. Es apenas un “McGuffin” que está ahí, como elemento forzado de una
historia que no atrapa: la drogadicción de un niño huérfano es eje de la
historia más que el cuadro y algún significado traído de los pelos. Uno de los
fiascos más grandes de este año, sin lugar a dudas.
Elsa Bragato
Solo hay un punto en común, que tampoco se menciona:
el autor de “El jilguero” falleció en un atentado como la madre del
protagonista Theo, tal como indicamos en el comienzo de este comentario.
Otros estrenos previstos
son los siguientes:
1.- El desentierro,
ficción, de Nacho Ruipérez, España-Argentina
2.- Palestina imágenes
robadas, documental de Rodrigo Vázquez, Argentina
3.- Magali, ficción de
Juan Pablo Dibitonto, Argentina
4.- La deuda, de Gustavo
Fontán, Argentina
5.- Nada que perder 2,
ficción, Alexandre Avancini, Brasil