JUEVES 14 DE SETIEMBRE
DEL 2017.-
Seis estrenos de los que
destacamos las nacionales “Una especie de familia” de Diego Lerman y “Temporada
de caza”, de Natalia Garagiola.
LOCOS POR LAS NUECES 2
De Cul Brunker. Es la
secuela de Surley, la ardilla que quiere vivir en paz con sus congéneres. Hay
una interesante moraleja sobre la corrupción política, la ambición desmedida y
la situación de los migrantes. No es una gran animación a nivel técnico pero sí
entretenida.
DURO DE CUIDAR
De Patrick Hughes. Con
Ryan Reynods, Samuel L. Jackson, Gary Oldman, Salma Hayek, entre otros. Música
de Arli Orvarsson. Edición de Jake Roberts. Duración: 118 minutos.
XXXXX- ENTRETENIMIENTO ALOCADO
La dupla Ryan Reynolds
(Deadpool) y Samuel L. Jackson, unida a la excelencia de Gary Oldman, hacen
olvidar las flaquezas del guion. Patrick Hughes apuesta a la exageración
histriónica, al estereotipo propio del animado, y a la química de actores que
saben de taquito cómo moverse ante cámaras.
Rodada en Bulgaria, si
bien se asienta en Amsterdam (hay secuencias reales de esta ciudad), “Duro de
cuidar” es una experiencia para el entretenimiento y nada más. Salma Hayek
reaparece en la pantalla, siempre en roles acordes a su limitada capacidad
actoral (con excepción de Frida, film que produjo y protagonizó), como bella
esposa de un sicario encarcelado (Samuel L. Jackson).
Ryan Reynolds es un
agente de seguridad privada que cae en desgracia y deberá elegir nuevas
amistades para sobrevivir, quid de la trama. Y Oldman, ese magnífíco Beethoven
de “Amada inmortal”, compone a un dictador europeo que hace de las suyas y debe
ser aniquilado.
Hay mucho
entretenimiento, química actoral, sin que esto signifique que estamos frente a
un guion fantástico ni a una película diferente. Buenas coreografías de luchas,
mucha adrenalina, enfrentamientos apocalípticos, rellenan una trama que fue
concebida para entretener. Y, desde ese punto de vista, lo logra. Absurda,
reidera, exagerada, sangrienta, “Duro de cuidar” conforma una película a la
que, salvo las actuaciones, no hay mucho más para destacar.
Elsa Bragato
ASESINO: MISIÓN VENGANZA
De Michael Cuesta. Con
Dylan O’Brien, Michael Keaton, Taylor Kitsch, entre otros. Fotografía de
Enrique Chediak. Música de Steven Price. Duración: 111 minutos.
XXXXX-DEJÁ VÚ CONVENCIONAL
“Mitch Rapp” es el
personaje creado por el novelista norteamericano Vincent Flynn a lo largo de 16
libros. El film de Michael Cuesta comienza con la novela considerada el origen
de “Mitch Rapp” como agente antiterrorismo encarnado por el gran actor Michael
Keaton, aportando una dosis de cinismo indispensable para este rol. “Rapp” debe
investigar y desarticular la acción terrorista de un grupo que quiere provocar
una guerra en Medio Oriente. Cualquier coincidencia con la realidad es… pura
coincidencia.
Es un thriller que
intenta ser intenso y creíble pero que se aletarga en secuencias poco
verosímiles o con dejos de los 90, superadas por la agilidad narrativa del
siglo XXI.
La literatura muy
valorada de Vincent Flynn tiene densidad en los roles que, en el traspaso de la
literatura al guion cinematográfico, ha perdido. Se salva por momentos gracias
a la actuación del Keaton por su generosa gestualidad y solvencia. De todas
maneras, hay una realización pulcra con una buena dirección actoral. La narración
peca de cierto “dejá vu” en su desarrollo alejándose del tono impuesto por
Flynn a su personaje y sus historias.
Pero… es un atractivo
producto como entretenimiento por algunos impactos interesantes. Desde el punto
de vista cinematográfico (trama, desarrollo de personajes), pensando en la
producción novelística de Flynn, el inicio de la saga es un hecho.
Carlos Pierre
UN NOVIO PARA MI BODA
Guion y dirección Rama
Burshtein. Con Dafi Alferon, Noa Kooler, Ronny Merhavi, entre otros. Música de
Roy Edri. Duración: 110 minutos. Israel.
XXXXX- COMEDIA ROMÁNTICA
CONVENCIONAL
El cine israelí tiene
una rica producción, basada en hechos singulares, pequeños, bien desarrollados
en todos sus aspectos narrativos. Es el caso de “Un novio para mi boda” donde
se cuenta la historia de “Michal”, personaje a cargo de la estupenda actriz Noa
Kooler, de 32 años, judía ortodoxa, a quien su novio deja plantada poco antes
de la boda. Michal no se desanima y sigue adelante con los preparativos del
casamiento teniendo fe en que va a encontrar al novio dentro de los 30 días que
tiene.
Es aquí donde reside el
mayor interés de la trama por las situaciones que vive Michal, quien reconoce
no ser una mujer común por sus hábitos pero sigue adelante: un marido debe
haber para ella también aún con el desacuerdo de su madre. Michal quiere ser
una mujer más, no un “bicho raro” para su sociedad, quiere casarte, tener un
hogar y sentirse querida. Lucha obviamente con estereotipos sociales muy
fuertes. En este sentido, la directora Burshtein le quita espontaneidad al
guion al enmarcarlo dentro de la ortodoxia religiosa. Aunque hay puntos en
común con situaciones socioreligiosas de cualquier otra sociedad.
Las vicisitudes de la
protagonista son altisonantes y cómicas, matizada por la buena música y por los
celulares, infaltables en los argumentos de los últimos 10 años jugando aquí un
papel muy importante. Se reconocen secuencias un tanto insólitas pero la
comedia romántica fluye de manera convencional, aceptable, agradable. Para
pasarla bien aún con idas y venidas argumentales.
Elsa Bragato
TEMPORADA DE CAZA
De Natalia Garagiola.
Con Germán Palacios, Lautaro Bettoni, Boy Olmi, Rita Pauls. Cinematografía de
Fernando Lockett. Música de Juan Tobal. Duración: 115 minutos.
XXXXX- EXCELENTE DEBUT
Natalia Garagiola debuta
con este largometraje y una historia de violencia intrafamiliar profunda,
gestual y genuina. “Nahuel” (Lautaro Bettoni) no vive cómodo en la casa materna
junto al nuevo marido de su madre (Rita Pauls y Boy Olmi). Tiene los arranques
propios de la adolescencia: encerrarse, sentir bronca, falta de cariño. Y
decide volver con su padre (Germán Palacios), a quien no ve desde hace una
década, quien vive en el sur. Allí formó una familia numerosa. Ni padre ni hijo
se conocen en la convivencia, salvo tener un afecto inconsciente por el rol de
ambos en la vida.
Garagiola, que acaba de
ganar el premio de la Crítica en la Mostra de Venecia, enfoca la narración en
esa relación dura y de un cariño no revelado entre padre e hijo, dentro de un
entorno vasto y salvaje como el de la Patagonia, bello y perturbador con sus
bosques y sus montañas. El padre es guía de cazador, Nahuel sigue forzadamente
esos pasos, pero se permite vivir las exigencias de su edad, grafittis, la
urgencia sexual, la droga como inocente juego. Hay un contraste marcado entre
la amplitud del lugar y el íntimo conflicto de reconocimiento mutuo que los
protagonistas viven.
Los planos secuencias
así como los close-up, incluyendo algunas escenas de violencia explosiva,
hablan de una mano más que hábil para narrar historias pequeñas, las que
existen en la realidad, con claridad, precisión y sin altisonancia visual.
Recordemos que Germán Palacios pertenece a un grupo de actores de comienzos de
los 90 marcados por la contracción a la profesión, el estudio y la ausencia de
mediatización. Esta actitud de vida redunda en beneficio del film donde
Palacios asume un rol de complejidad temperamental mientras que el joven actor
Lautaro Bettoni enfrenta un protagónico difícil que resuelve con idoneidad y
frescura. Intenso drama, es cierto, pero de lo mejor de nuestro cine actual.
Elsa Bragato
UNA ESPECIE DE FAMILIA
De Diego Lerman. Con
Bárbara Lennie, Daniel Aráoz, Claudio Tocachir, Yanina Avila, Paula Cohen.
Dirección de Arte: Marcos Pedroso. Música de José Villalobos. Duración: 95
minutos.
XXXXX- FUERTE IMPACTO EMOCIONAL
Las historias pequeñas
como “El niño de la bicicleta”, de los hermanos Dardenne, tienen fuerte impacto
emocional, de crudeza vital, que las convierte en cercanas a los sentimientos
de cada uno de nosotros. Y quedan como pequeñas grandes obras sobre la
cotidianeidad social y personal.
Es lo que ocurre con “Una
especie de familia” que narra la búsqueda de un niño en adopción ilegal de una
médica separada de 38 años. Se vincula con un hospital de Misiones, su contacto
es el doctor Costas (Daniel Aráoz) quien conoce a una paciente que está
embarazada y debe dar en adopción a su hijo por razones económicas.
El conflicto es
esencialmente femenino: la necesidad de ser madre y el caer en el tráfico de
personas como única forma de concretar el sueño del hijo. No cuenta con su
marido, de quien está separada, pero quien, sin embargo, acudirá a darle una
mano. La situación se complica, hay intereses, hay codicia de alguna de las
partes, y tiene una resolución que, si bien no convence totalmente, no hace
mella en la construcción narrativa.
Hay escenas
desgarradoras, de desesperación, que Bárbara Lennie compone bastante bien,
quizá sea la más floja del elenco. Daniel Aráoz es convincente y sólido en el
rol de un médico acostumbrado a estos delictivos menesteres. El film de Lerman
es muy crudo, no va con vueltas, muestra la pobreza y la desesperanza de
quienes venden sus hijos para comer, la falta de políticas sociales, las mafias
organizadas alrededor de la parturienta, las extorsiones a las “madres
compradoras” de bebés, la débil vigilancia de las autoridades, las injusticias
del sistema policial y judicial. Pinceladas de dolor muy bien realizadas por
Lerman que perturban, conmueven y que no necesitan dar una respuesta directa:
está en el espectador sentir el dolor de dos mujeres que se entregan el hijo
mutuamente (“es tuyo”, “no, es suyo”). Tremenda realidad muy bien reflejada por
Diego Lerman. Seguramente, será una de las mejores películas argentinas del
año.
Elsa Bragato