JUEVES 27 DE OCTUBRE DEL 2016.-
Varios estrenos de todos los géneros llegan esta semana a los cines
del país. Entre ellos, el documental del 2014 “Mujeres de la mina”, de Loreley
Unamuno y Malena Bystrowicz, sobre tres mujeres que trabajan en las minas de
Cerro Rico de Potosí, Bolivia, sufriendo enorme desigualdad respecto de sus
compañeros varones. También está el film de ficción “Onix”, de Nicolás Teté,
una road movie nacional con Nai Awada y Nicolás Condito, entre otros
protagonistas. Por su parte, Alejandro Chomsky presenta “Existir con vos, una
noche con Charly García”, en la semana en la que el mítico roquero cumplió 65
años. Desde Francia llega “Un hombre perfecto”, un thriller psicológico
intenso, segundo largometraje de Yann Gozlan. Y, como film de género, “La
resurrección del mal”, de la productora de “Actividad paranormal”, la
reconocida Blumhouse Production. En este caso, la historia se centra en un
edificio gótico de New York, “Havenhurst”, que encierra un oscuro secreto para
sus muy especiales habitantes.
LA FIESTA DE LAS SALCHICHAS
De Conrad Vernon y Grieg Tiernan. Música de Christopher Lennertz y
Alan Menken. Duración: 95 minutos. Animación en 3D.
REGULAR. NIÑOS, FUERA!
Los 95 minutos de esta animación parecen un siglo. En principio, el
target es muy confuso: quién puede ver esta animación? Para los adultos,
resulta una chiquilinada sexual de escasa diversión. Para los chicos, tanto el
lenguaje como las secuencias son inconvenientes desde todo punto de vista. La
distribuidora, atenta a los gustos argentinos, indica que debería ser prohibida
para menores de 16 años mientras que la calificación dada es para menores de 13
años con reservas.
Los alimentos envasados en un gran supermercado viven felices creyendo
que, fuera de las puertas, cuando los compradores los llevan, vivirán muy
felices. En “el más allá” está lo mejor. Las salchichas están revolucionadas,
especialmente una que se enamoró de un panecillo donde desea entrar. Y esto da
lugar a diálogos chocantes, como es de imaginar. Los malos no se quedan atrás,
violan y se drogan.
La mezcla de sensaciones es amplia: desde este concepto del más allá
como “lo mejor” por venir, hasta la realidad que viven las salchichas y tomates
comprados, entre otros vegetales (papas con ojos saltones gritando cuando se
las tira en agua hirviendo, salchichas que quieren salvarse de los cuchillos
pero no pueden y “mueren” ante la platea, los tomates que piden socorro
mientras un cuchillo implacable los parte al medio), resultan exasperantes, aunque
en momentos menos trágicos las situaciones sacan alguna sonrisa.
El humor es ácido, irreverente, cae en escatologías disimuladas dado
que quienes tienen sexo, se insultan o se drogan, son vegetales o bien productos
envasados. Sin embargo, las situaciones “extremas” están. La fiesta de los
productos es una orgía desenfrenada de envases entre sí, botellas y vegetales,
una “partuza” que, de alguna manera, saca sonrisas por lo insólita y el
traspaso de todos los límites. Chocante, divertida, alocada.
Es una película que puede gustar a quienes se sientan identificados
con el humor guarro. Mientras que a otro sector del público adulto le resultará
decepcionante cuando no decepcionante. Extensa, previsible, escatológica.
Elsa Bragato
TROLLS
De DreamWorks
Animation. Dirección de Mike Mitchell y Walt Dohrn. Voces de Anna Kendrick,
Justin Timberlake (también productor), Zooey Deschanel, Jeffrey Tambor, entre
otros. Duración: 92 minutos. Versión en 2D y 3D.
BUENA. DUENDES DE LA
FELICIDAD
Los “trolls” son los
duendes. Surgió de la inventiva de un panadero y leñador danés que hacía unos
muñecos pequeños de caras feas, pelos coloridos, orejas puntiagudas y manos de
cuatro dedos. Cuando le fue mal económicamente, con su esposa empezó a vender
sus duendes y logró tener una empresa de nivel internacional. Comprada por
capitales norteamericanos, llegan a nuestras pantallas en un divertido y
aleccionador largometraje animado, con la tecnología de Dreamworks.
Para Thomas Dam, el
danés creador, los “trolls” son la felicidad. Y es lo que esta animación
refleja de manera simpática y ejemplificadora: a determinada hora, los
diminutos seres deben abrazarse. En la historia, están seriamente amenazados
por los Bertones, quienes celebran la fiesta anual del “Trolsticio”, donde
devoran a estos diminutos seres para sentirse, al menos por un día, felices. El
resto del año, los trolls están tristes, son seres grises que cantan sus
desgracias en espera del próximo “trolsticio”. Una simpática duende o trol,
“Poppy”, alienta a sus compañeros a defenderse de los bertones que los buscan
con desesperación. En medio de estas idas y venidas, surgen bailes y canciones
pop lindísimas y de todos los tiempos, explosiones de colores y de alegría.
El mensaje es muy
positivo, da alegría, placer, tanto a grandes y chicos. La historia de los
chicos poco agraciados, el amor entre ellos, y la bondad como principio de vida
para ser felices, son algunos de los principios que nos dejan. Vertiginosa, con
algo de los personajes de “Shrek” y alguna otra animación, divertida y muy
musical. Para toda la familia.
Elsa Bragato
RESENTIMENTAL
De Leo Demario. Guion
de Israel Adrián Caetano, Nora Mazzitelli y Leo Demario. Con Lucila Polak,
Alejandro Awada, Brenda Gandini, Fabiana García Lago, Belén Chavanne, Adriano
Giannini, Diego Ramos, Edda Bustamante, Juan Cruz Bordeu y Graciela Borges,
entre otros. Fotografía:
Francisco Almenara Mosqueir.
REGULAR. PASIONES
DESMADRADAS
La idea de
“Resentimental” es buena. La cuestión pasa por los excesos en los que cae o el
director hace caer a sus protagonistas. Coincide este estreno con la llegada al
país de Al Pacino, estelar pareja de la protagonista, Lucila Polak. El notable
actor debuta en el Teatro Colón con un espectáculo personal. Fue la misma Polak
quien dijo que tuvo lecciones de actuación de Pacino para interpretar a una
mujer lesbiana que se debate entre su pareja, el sexo promiscuo y su profesión.
“Eva” (Lucila Polak) es una excéntrica directora de cine, de mediana edad.
Llega a Buenos Aires y se enamora de una bella rubia, rol a cargo de Brenda
Gandini. La pasión entre ambas no tiene límites. Es desenfrenada. Sin embargo,
su rubia debilidad tiene pareja, personaje a cargo de Alejandro Awada, un
hombre que está de vuelta de muchas cosas de la vida.
El guion permite que
las actrices vivan su amor en esta Buenos Aires muy bellamente retratada, en
medio de una narración vertiginosa. Al amor entre ellas se suman otros
atractivos: la ciudad de noche, el cambiante Puerto Madero, la voz en off de
Graciela Borges, que da una atmósfera especial.
El director Leo Demario
gira la historia hacia la comedia dramática, siempre con rapidez de secuencias
y acciones. “Eva”, por diversos motivos que no vamos a revelar, deberá
enfrentar la traición de su novia y la de sus amigos más cercanos a nivel
profesional. Las ilusiones de vivir en la gran ciudad se harán trizas, en medio
de una agitada carrera de sexo y trabajo.
Si las escenas de Polak
y Gandini son al límite, los diálogos no favorecen en nada a las protagonistas
porque resultan ridículos. Ni libertarios ni liberadores ni nada por el estilo,
carecen de originalidad y sentido común; ciertamente, la historia de amor
mereció otro tratamiento más racional y verosímil.
Lucila Polak es una
mujer de singular belleza a quien la actuación aún no le sienta bien, al menos
en el cine. Se sabe que la elección de roles, de papeles, es fundamental.
Asentar una carrera con buenos roles es mejor que tratar de trascender desde lo
excéntrico o lo provocativo. Lamentablemente, esta película no nos convenció.
Carlos Pierre
MISS
De Robert Bonomo. Con
Roberto L. Makita, Malena Villa, Rigoberto Zárate, Tuchi Rottenberg. Música de
Lucas Martí. Duración: 70 minutos.
BUENA. SIMPLEZA QUE
ATRAE
La bonomía del
protagonista, “Robert”, coincide con la de su intérprete, Robert LAw Makita,
hijo de una brasileña y un chino, nacido en nuestro país. Es también quien
habla en “off” sobre sus sueños de concretar un primer largo beso, en
definitiva, con ser feliz. Hay ingenuidad en sus gestos, en su búsqueda de la
chica ideal.
El film tiene un
prólogo näif que sorprende: “Robert” cuenta, como si fuese un sueño, que sigue
a una chica, pero no concreta nada. Igual lo cela cuando él encuentra a otra,
morocha, con quien entabla amistad, y todo termina a cuchilladas. Pero,
“Robert” regresa al film y su aventura desventura de conseguir a alguien a
quien amar y con quien concretar ese ansiado primer beso.
Si bien el film es
básico, muy elemental en su guión, sin diálogos superadores, entretiene desde
su simpleza porque sus personajes se hacen queribles, especialmente “Robert”,
con su presencia desgarbada y su rostro pleno de ingenuidad e inocencia. En
medio de films donde impera la violencia, “Miss” es un refresco espiritual
simple, sin vueltas, que agrada.
Elsa Bragato
EL CONTADOR
De Gavin O’Connor. Con Ben Affleck, Anna KEndrick, JK
Simmons, Jon Bernthal, Cynthia Addai Robinson. Música de Mark Isham.
Duración: 128 minutos.
BUENA. ADRENALINA Y
NADA MÁS
Ben Affleck se mete en
el rol de un matemático genial que, con el título de contador, ayuda a
“dibujar” los balances de muchos poderosos. Muy tímido, ha sido un niño
autista, con el síndrome de Asperger, por lo que ser sociable le resulta poco
menos que imposible. Fuera de su oficina, y en conocimiento de que un agente
del Tesoro le sigue la pista por sus extraños balances, se transforma en una
persona violenta que mata a sus oponentes sin miramiento.
“Christian Wolff” es el
personaje del director y actor Affleck, quien se sintió cómodo en este rol,
obligándolo a estudiar el “síndrome de Asperger” durante meses así como se
entrenó en artes marciales orientales, la denominada “Pencak Silat”. De allí
que las peleas tremendas de “Christian” movilizan al espectador por su
veracidad: es el actor quien “baila” esa difícil coreografía de golpes y trompadas,
aunque el equipo de sonido agregue el ruido de los impactos cuerpo a cuerpo.
En verdad, el guión es
atravesado, complejo de seguir porque no tiene mucha más hilación que lo
explicado: un contador autista, entrenado por su padre militar, que es un vengador
anónimo. Nadie diría que el tímido “Christoff” es capaz de asesinar. La
narración no tiene un momento especial, un clímax: tiene altos y bajos, es
decir, luchas intensas, y una cálida amistad que “Christoff” comienza a tener
con una joven que necesita de su ayuda y lo acompaña. Hay horizontalidad en el
guión que no aporta más que peleas espectaculares y una buena actuación de
Affleck, luego de algunos malogrados roles de los últimos tiempos. Ben Affleck
deja, por momentos, su hierática expresión. Absurda en el final, entretiene.
Elsa Bragato