JUEVES 22 DE SETIEMBRE DEL 2016.-
Varios estrenos entre documentales nacionales y films extranjeros. “El
padre” es un docuficción de la reconocida Mariana Arruti (“Trelew”) sobre su
papá, reconstruyendo una historia a partir de lo que supo: que había fallecido
en 1973. Los silencios familiares hicieron el resto. Con enorme valentía
(porque el tema duele de por vida), encara a familiares y amigos y reconstruye
esa historia que no vivió. El documental, como Arruti dice, fue el modo de
encarar y destruir tanta oscuridad.”El muerto cuenta su historia”, de Fabián
Forte, es una ficción protagonizada por Emilia Attias y Diego Gentile, una
suerte de fábula con severa crítica al machismo y señalamiento a ciertas
debilidades femeninas a través de un personaje que es adicto a las mujeres por
lo que tendrá sus consecuencias, hay humor negro e ironía. Finalmente se
estrena el film israelí “Querido papá”, de Yuvai Delshad, película que
representó a Israel en los Oscars sobre una familia iraní que hereda un
criadero de pavos. La severidad paterna, las ilusiones del hijo de 13 años de
una vida distinta y escenas duras, además del extraño y bello idioma persa de
los protagonistas, conforman una película de autor novedosa y atractiva.
EL HOMBRE QUE CONOCIA
EL INFINITO
Guión y dirección Matt
Brown. Con Dev Patel, Jeremy Irons, Devika Bhise, Toby Jones, Stephen Fry,
entre otros. Departamento de música: Charles M. Barsamián. Duración: 108
minutos.
BUENA. BIOPIC DE UN
PRODIGIO INDIO
Srinivasa Ramanujan (1887-1920) fue un
matemático indio que hizo importantes contribuciones a su especialidad,
viajando a Inglaterra para su teoría sobre los números, con una marcada
impronta intuitiva y verdaderamente genial.
Llegó al reconocido Trinity College, en
Cambridge, y, en el transcurso de cinco años, forjó un gran vínculo con su
mentor, el brillante y excéntrico profesor G. H. Hardy, protagonizado por
Jeremy Irons.
Ramanujan (encarnado por Dev Patel) tuvo
que luchar contra los prejuicios académicos ingleses, siendo como era un
súbdito indio, desconocido y de endeble figura. Al final de su corta vida fue
reconocida su genialidad, y este autodidacta, que cambió para siempre las
matemáticas, regresó a su país para morir de una tuberculosis terminal.
El realizador Matt Brown, basándose en
la novela de Robert Kanigel, construyó un biopic convencional, conservadora
pero no exenta de sentimentalismo mostrando las penurias del protagonista. Otro
punto negativo de esta narración es el tema porque las matemáticas no son
accesibles en su terminología a todos y pueden cansar al espectador. Sin
embargo, hay que decir que la historia atrae, aunque las ecuaciones barran con
la paciencia.
Es una película inglesa muy prolija, de
medio tono que, no obstante, permite intuir las penurias íntimas del matemático
indio, solo superadas por su férrea voluntad y convicción.
El ambiente académico de Cambridge
alterna en la película con el de la India, donde la esposa de Ramanujan lo
esperó durante cinco años. Esta alternancia de escenas hace más atractivo el
film, mostrando dos mundos bien diferentes.
A la contribución científica del
prodigio indio hay que agregarle un aporte a la comprensión de los agujeros
negros, descubiertos después. Finalmente, este matemático que no soslayaba la
intuición para abordar sus teorías, fue enteramente reconocido por el profesor
G.H. Hardy.
El ida y vuelta del profesor y el genio
venido de India, la brillantez de la ciencia de Cambridge, fueron bien
explotados por la realización, en la que Dev Patel y Jeremy Irons lograron
interpretaciones superlativas.
La tradición británica, basada en su
poderoso dominio en la India y hoy países aledaños (aproximadamente desde 1850
hasta 1947), pudo más que la historia personal del matemático indio, por lo que
quedaron sin mayor desarrollo algunos aspectos que hubiesen sido interesantes
conocer y que pasaron muy velozmente.
Carlos
Pierre
LAS
MARAVILLAS
Guión y
dirección de Alice Rohrwacher. Con María Alexandra Lungu, Mónica Bellucci,
Sabine Timoteo, Agnese Graziani, Luis Huilca, Eva Morrow, entre otros. Música
de Piero Crucitti. Duración: 110 minutos.
MUY BUENA.
RENACE EL GRAN CINE ITALIANO
Alice Rohrwacher, la joven y prestigiosa
cineasta italiana, muestra en su segundo film (ganador de premios en 2014) un
proceso de desmoronamiento social a través de la mirada de una adolescente,
“Gelsomina” (María Alexandra Lungu), eje de la narración. Un aire insoslayable
del icónico Federico Fellini se cuela en una familia de apicultores, el “padre”
(Sam Louwyck) es el rector exigente de cuatro hijas y su esposa. Está
convencido del gradual deterioro de la humanidad, por lo que decidió internarse
en un descampado, una vieja casa, apartada de la urbanidad italiana, donde
continúa con su labor de apicultor No obstante la decisión de vivir lejos de
las ciudades, la vida familiar es invadida por la reinserción social de un
delincuente alemán y la llegada de un programa de televisión, transformándose
la rutinaria y rústica vida en una suerte de “reality rural”. La bella Mónica
Bellucci es la conductora, una “maravilla” o un “hada madrina” que ofrece un
premio en dinero.
Más felliniana que cualquier otro
cineasta italiano, recogiendo la mirada ácida, crítica, del gran maestro sobre
la televisión (“La televisión es el espejo donde se refleja la derrota de todo
nuestro sistema cultural” afirmaba Fellini), Alice Rohrwacher surge como una de
las grandes nuevas realizadores de Italia que aporta su mirada joven a una
tradición conceptual que había sido dejada de lado. Desde el nombre de la
heroína o eje de la historia, “Gelsomina”, un personaje fantástico que Federico
Fellini creó en “La strada”. En esta película, será “Gelsomina” quien se
inscriba en el “reality” en calidad de apicultora pero con una característica
especial: lo hace vestida como sus ancestros, los etruscos, pobladores
desaparecidos como nuestros mayas, cuya cultura ha sido la base del actual
Lazio y su capital, Roma.
Alice Rohrwacher sorprende porque tiene una
potente imaginación que no le impide enmarcarse en la huella feliniana, al no
esquivar los aportes del gran maestro sino destacarlos, desde el nombre de la
protagonista hasta la concepción de la televisión como arma de destrucción
cultural. Dos escenas nos marcan de manera muy clara la cosmogonía personal de
Fellini: el primer plano de “Gelsomina” de cuya boca sale una abeja que se
pasea por su rostro, y la travesura de las jovencitas que derraman, en un
descuido, la miel recogida, una gelatina dorada que se esparce, pegajosa, ante
la furia paterna.
Esta segunda película de Alice
Rohrwacher es natural, espontánea y salvaje, impregnada de magia y misterio,
siguiendo la impronta de Federico Fellini y alcanzando una deslumbrante
narración donde el pasado y el presente y las críticas sociales se reconocen
con claridad. Un film diferente y para ver.
Carlos
Pierre
CIGÜEÑAS
De Doug
Sweetland y Nicholas Stoller, bajo guión de este último. Voces de Andy Samberg, Katie Crown, Jordan Peele,
Kelsey Grammer, entre otros. Música de Jeff Danna y Mychael Danna. Duración: 89
minutos. Animación que presenta Warner Bros.
BUENA. CAOS
NARRATIVO CON BUEN MENSAJE
La historia de qué hacen hoy en día las
cigüeñas surge como un relato simpático y positivo. Ya no reparten niños sino
que se dedican a distribuir las mercaderías de una gran empresa. Entre las
cigüeñas abocadas a esta nueva tarea hay una niña, la única humana, “Tulip”,
que por diferentes motivos quedó en el lugar. Será la niña quien, sin querer
accione la máquina de hacer bebés, coincidiendo con el pedido de un niño a sus
padres. La aparición de otros personajes hace perder el rumbo de la historia o
bien se vive un caos narrativo que no pierde simpatía ni interés. Confunde un
poco, eso sí.
El mensaje es amable, dulce, partiendo
de los dichos de las abuelas de que los bebés son traídos por las cigüeñas.
Aquí no aparece la ciudad de París pero sí una fantástica máquina virtual que
genera bebés de todas las razas.
Esta moraleja así como la felicidad de
la pareja que recibe uno de los bebés y la reinserción de Tulip al mundo humano
resultan agradables, a pesar de algunas señales negativas: el caótico vuelo de
Storcks y Tulip con el bebé a bordo, la destrucción de la ex fábrica de bebés,
las persecuciones, resultan exageradas pero, en verdad, la animación no pierde
ritmo y resulta agradable.
Elsa Bragato
LOS SIETE
MAGNÍFICOS
De Antoine
Fuqua. Con Denzel Washington, Chris
Pratt, Haley Bennett, Ethan Hawke, Peter Sarsgadd, Vincent D’Onofrio, entre
otros. Basado en el film homónimo de 1960, de John Sturges.
Música de James Horner (fallecido en el 2015). Duración: 130 minutos.
MUY BUENA.
REGRESO DEL WESTERN
Uno de los géneros más requeridos en la
década del 50 y 60 en el cine fue el “western” o bien “la de cowboys”, con
grandes actuaciones y bandas sonoras. Luego vinieron los “Spaghetti western”,
rodados en España e Italia. Los “blocksbusters” y la ciencia en ficción los
desplazaron. De allí que la remake de uno de los más reconocidos films del
género como “Los siete magníficos” es una buena decisión de Hollywood aunque no
se ciña en forma estricta al original y utilice los efectos especiales propios
del nuevo siglo. Y Antoine Fuqua continúa con la tónica de John Sturges quien,
a su vez, se basó en la estupenda “Los siete samuráis” de Akira
Kurosawa. La historia se basa en un pueblo asolado por el explotador de oro “Bartholomew
Bogue” (Peter Starsgaad) quien mata a mansalva a los pobladores e incendia la
iglesia. “Chilsom”, encarnado por un hierático Denzel Washington, llega al
pueblo y no se anda con chiquitas: en el bar liquida a todos. Y, cuando la
revuelta popular lo enfrenta, acepta ayudar al asolado pueblo y va reuniendo,
en su largo caminar por las zonas montañosas más áridas, a sus siete
pistoleros, hombres de revolver fácil y sin culpas. En la película original, el pueblo estaba en
México.
Antoine Fuqua regresa a una fórmula que
le dio mucho crédito en “Día de entrenamiento” junto a sus actores fetiches:
Denzel Washington y Ethan Hawke, éste como “Goodnight Robicheaux”. La figura
femenina es una bella viuda, “Emma”, encarnada por Haley Bennett. La primera
larga hora se atiene a preparativos de la gran lucha que deberán sostener con
el sanguinario “Boque”, desde la incorporación de hombres fuertes hasta las
prácticas de tiro de los pobladores.
Sin escenas románticas, el film
transcurre dentro de un estilo duro, aún con la falta de un desarrollo profundo
de algunos de los siete magníficos. El clima que genera Fuqua es intenso,
ayudado por una banda sonora inconclusa del malogrado James Horner que apuntala
las acciones sin una melodía específica: ésta solo se escuchará en los créditos
del final y es la banda original de 1960 de Elmer Bernstein.
Además del “Chisolm” de Denzel
Whashington hay personajes muy atractivos como el que encarna Chris Pratt, el
mismo Ethan Hawke o bien el coreano Byung-Hun Lee. En los últimos 45 minutos,
una parafernalia de tiros, muertes, y gritos, inundan la pantalla. Sin tregua,
el sonido es atronador y las tomas son vertiginosas, difíciles y con un
excelente postmontaje.
Aunque tenga algunos altibajos
narrativos y mucha previsibilidad común al género, la película nos devuelve un
western atrapante con todos los ingredientes bajo la mirada del siglo XXI,
menos diálogos, más acción, y inversión en dólares en cámaras y extras. Vale la
pena.
(NdR: Recordemos que el film original
tuvo tanto éxito que se hicieron secuelas y hasta series de televisión).
Elsa Bragato
EL PEOR DÍA
DE MI VIDA
De Daniel
Alvaredo. Con Javier Lombardo, Mónica Scaparone, Constanza Maral, Irene Almus,
Ximena Fassi. Música de Pablo Sala. Duración: 73 minutos.
BUENA. UN
DÍA DE “MUFA”
Javier Lombardo vuelve a la pantalla
grande con una película sencilla, una historia pequeña, que el realizador
Daniel Alvaredo carga sobre el reconocido actor. De alguna manera, hay una
reminiscencia a “Historias mínims” (2002) de Carlos Sorín: el protagonismo
absoluto de Javier Lombardo y su enorme capacidad para monologar.
A su personaje, “Julio Cabrera”, nada le
puede ir peor que el día de su cumpleaños 50. Se obstina en continuar con su
carrera actoral, su mujer (Mónica Scaparone) lo abandona, tiene que retirar las
cenizas de su hermano con quien no se veía, el automóvil se descompone en pleno
cementerio, y descubre que algunos parientes, los pocos que le quedan, son
falsos.
Hubo un pequeño presupuesto para la
realización que no impidió que dos actrices de fuste como Constanza Maral y
Mónica Scaparone estuviesen en el proyecto, aportando calidad y
profesionalismo. Sus participaciones son muy buenas pero, sin duda, la responsabilidad
está en Javier Lombardo que tiene espaldas para llevar adelante todas las
escenas.
Alvaredo no logra crear el clima
propuesto sino que es Javier Lombardo quien debe transmitir la desazón de una
existencia que pierde todo en un día clave de su vida. La previsibilidad es el
peor elemento de esta narración, que se une a una marcada carencia presupuestaria
en la ambientación y en el casting en general, con excepción de Lombardo, Maral
y Scaparone. No obstante, tiene cierto encanto.
Elsa Bragato
OLVÍDALOS Y
VOLVERÁN POR MÁS
De Colectivo
Documental Semillas, director Juan Pablo Lépore.. Música original de Leandro E.
Pelegrino. Documental. Duración 110
minutos.
EXCELENTE.
SAQUEO ORGANIZADO DE LA MEGAMINERÍA
Con enorme valentía, el director Juan
Pablo Lepore encara este documental que incluye filmaciones en Montreal y
Québec,Canadá, hasta en San Juan, Catamarca, y las movilizaciones contra la
megaminería y el neoliberalismo que se llevaron a cabo en la ciudad de Buenos
Aires.
Fuera de toda etiqueta política, aunque
con marcado sesgo social, Lepore enfrenta las acciones tomadas por los
gobiernos anteriores al actual y las decisiones del presidente Mauricio Macri
con la consiguiente degradación del valor de nuestra nación.
La Barrick Gold, cuyo contrato fuese tan
cuestionado en el gobierno de la ex presidenta Cristina. F. de Kirchner, tiene
hoy asegurada la “destrucción” de nuestras montañas y la contaminación de los
ríos de San Juan, Mendoza, Catamarca, como acaba de suceder con el derrame
tóxico en Valedero con el macrismo. Las multas supermillonarias no son ningún
impedimento. La Barrick Gold, entre otras multinacionales, las pagan y continúan
con su trabajo de destrucción a puro beneficio.
Lepore muestra las consecuencias de esta
megaminería en Canadá, país que alquila el uranio enriquecido o pesado para las
centrales nucleares de nuestro país (dato que nos fue dado en el CONICET)
mientras extrae nuestro uranio sin retenciones, encontrando muchos minerales
más en esa explotación que no declara, ni ella ni otras multinacionales
similares que fueron habilitadas para este saqueo.
El envenenamiento de los ríos de montaña
aleja a los pobladores de las zonas, los obliga a reconstruir casas, a
relocalizarse, daña la ganadería y los cultivos que se nutren de las aguas
limpias, ahora contaminadas con cianuro. Cuando esto no es posible, las
multinacionales pueden generar revoluciones y asesinatos de líderes. Hay varios
films en los que esto se muestra como “anécdota” (“Money monster”, “Syriana”,
entre otros).
Y Lepore va más allá dándonos una
explicación, a partir de sus entrevistados (docentes y universitarios
franceses, canadienses y argentinos: Javier Rodríguez Pardo, Jenny Luján,
Horacio Machado Aráos, entre otros) sobre la relación que evidentemente existe
entre el “tarifazo” y la megaminería: estas superempresas requieren mucha
energía por lo que somos nosotros quienes se la subsidiamos a costa de padecer
cortes de luz, falta de gas, y putrefacción del agua potable.
Vale la pena ver este documental, dejar
de lado cualquier posición política y analizar lo más objetivamente posible la
necesidad o no de este tipo de contratos entre los países en vías de desarrollo
como el nuestro y los intereses del llamado “primer mundo”.
Elsa Bragato