JUEVES 3 DE DICIEMBRE DEL 2015.-
Se anuncian 14 estrenos, de los que 8 son documentales. “Mariposas
negras”, de Lorena Riposati, fue comentada el jueves pasado, cuando se había
anunciado su estreno. Un muy buen documental sobre las consecuencias en la salud
de la población provocadas por las subestaciones eléctricas.
“Koan” es una ficción patagónica de Osvaldo Ponce y Karina Kracoff, filmada
en El Bolsón y Lago Puelo con la ayuda de las municipalidades de la zona y
actores y técnicos que trabajaron a pulmón. Koan es, en Zen, el problema que el
maestro le da a su discípulo para comprobar su progreso espiritual. En el sur
vive Lao, un sanador, y un fotógrafo de Buenos Aires, Olkar, llega para captar
con sus fotografías la esencia misma del universo. Una ficción diferente, bien
realizada, buena fotografía.
“Llegar a Alaska”, de Santiago Uranga y Juan Rizatti, es un documental interesante por
la propuesta: los dos protagonistas se subieron a un Fiat 600 del año 64 y,
desde el Monumento a la Bandera de Rosario, recorrieron más de 50 mil km para
llegar a Alaska. Hay buena fotografía de un largo paseo.
“Preguntas a un obrero que lee”, de Hugo Colombini, retoma la
lucha sindical de Córdoba, partiendo del título de un poema famoso de Bertold
Brecht: “Preguntas de un obrero que lee”. Hay documentos de época (los 70), y
un protagonista: Gregorio Flores. Se comenzó a filmar en el 2007, Flores
falleció, y Colombini tuvo que seguir con su trabajo hasta completar esta
historia de lucha por los derechos de los obreros y la importancia de “no ser
un bruto”, frase del protagonista que se enmarca en la ideología del alemán
Brecht.
“Soy tambor”, de Simoncini-Masip y Ruiz, analiza las costumbres de la comunidad
afro uruguaya que vive en la Argentina, el tambor como síntesis de las culturas
afro y su valor no solo rítmico sino como eje de vida.
“Kryptonita” es un film ocurrente de Nicanor Lorete, basado en la novela éxito de
Leo Oyola del mismo nombre, quien participó del rodaje. Peter Capusotto, como
un “Guasón”, hace una breve participación hilarante. Hay un afiatado elenco:
Juan Palomino, Nico Vázquez, Pablo Rago, entre otros. Todo comienza cuando un
médico (Vázquez) del hospital Paroissien, se ve obligado a atender a “Nafta
Súper”, y su estrafalaria banda llega para acompañarlo. Cine bizarro,
entretenido.
“Secretos de una obsesión”, de Mark Johnson, es la remake
hollywoodense de “El secreto de sus ojos”, que contó con Juan José Campanella
en su producción. Hay diferencias con el film nacional ganador del Oscar.
Trabajan Julia Roberts, Nicole Kidman y Chiwetel Ejofor, y se plantea, como la
película argentina, la sutil línea que separa la justicia que surge de un
Tribunal y la justicia por mano propia. Desde otro ángulo. Policial con
similitud con algunos crímenes ocurridos en la Argentina en los últimos años.
“Tres recuerdos de mi juventud”, de Arnaud Desplechin, con Mathieu
Amalric, es la película que abrió el festival internacional de cine de Mar del
Plata 2015. Cuenta la historia de un profesor que es acusado de espionaje y
recuerda los años de lucha y enamoramientos en plena guerra fría. Desplechin se
toma sus tiempos para narrar con maestría aquellos años de juventud donde su
historia actual comenzó. Buenos diálogos y placidez en la narración son dos de
las características de esta película.
VALDENSES
Documental de Marcel Gonnet Wainmayer. Música del Gruppo Teatro
Angrogna. Duración: 78 minutos. Coproducción Argentina-Italia-Brasil
BUENA. RESCATE DE UNA OLVIDADA RELIGIÓN
Los valdenses son una comunidad campesina que sigue los preceptos de
Pedro Valdo y los pobres de la ciudad de Lyon. Este dogma tiene 850 años de
antigüedad. Conforman, desde entonces, la primera herejía medieval y primera iglesia
protestante de la historia, que desafió al propio Vaticano en temas como el
matrimonio homosexual, la eutanasia y el aborto. Razones por las que sus
adeptos fueron perseguidos y martirizados.
Desde Europa, bajo la intolerancia de la Iglesia Católica, esta
derivación primera del cristianismo –tuvo hasta la ayuda de Calvino- llegó a
América del Sur: en la Argentina se produjeron diversas migraciones como en el
sur de la provincia de La Pampa, en la localidad de Jacinto Aráuz, lugar al que
llegaron en 1901 aproximadamente. También desembarcaron en el Uruguay, y se
ubicaron en la llamada “Colonia Valdense”. Y, en los Estados Unidos, se
afincaron en Carolina del Norte.
El documental del peruano Marcel Gonnet Wainmayer se organizó en torno
a la recuperación de la película muda “Fideli per secoli”, realizada por
jóvenes italianos en 1924, que fue prohibida por el Fascismo. Con gran acierto
narrativo, se incluyeron fragmentos de ese film, encontrada después de una
intensa búsqueda. El relato se complementa con entrevistas a los valdenses de
hoy, férreos en sus creencias de pobreza y de sencillez.
El 22 de junio de este año, el Papa Francisco visitó un templo
valdense sito en la ciudad de Turín, Italia. Por primera vez un Sumo Pontífice
se acercó a los Valdenses, pidiéndoles perdón por las torturas del pasado.
El trabajo de Marcel Gonnet Wainmayer es muy interesante, notándose
una exhaustiva preproducción para darle luz a una religión surgida del
cristianismo que sobrevive con rígidos preceptos de vida y con casi nula
difusión.
Carlos Pierre
TRAS LA PANTALLA
Documental de Marcos Martínez. Música de Jorge Chikiar.
MUY BUENO. PASCUAL CONDITO, EJE DE UNA HISTORIA SINGULAR
En los últimos años, el negocio del cine nacional independiente tiende
a desaparecer ante el avance de las distribuidoras cinematográficas
internacionales. Pascual Condicto, uno de los más relevantes distribuidores de
cine nacional, calabrés tenaz, ofrece una indeclinable resistencia a las
compañías monopolizadoras de la industria. Condito es un avezado hombre de
negocios del cine argentino, una figura relevante en todos los festivales
internacionales, además de actor. Su pasión es el cine.
Pascual Condito sostuvo más de tres décadas su emblemática
distribuidora Primer Plano, ubicada en la zona del “cine”, Riobamba entre
Lavalle y Av Corrientes. Rescató un petit hotel que, en el 83, con la llegada
de la democracia de la mano del doctor Raúl Alfonsín al gobierno, se
calificaban las películas prohibidas hasta entonces como “Ultimo tango en
París”, entre muchas otras. También fue una oficina de calificación del
Instituto Nacional del Cine por lo que Pascual Condito disfrutó al ubicar a su
distribuidora en esa casa con tanta historia. Allí cimentó su prestigio. Sin
embargo, hace pocos años tuvo que vender ese enorme petit hotel.
El documental de Marcos Martínez muestra todos esos momentos, los
pasos previos a la mudanza, y la historia que Pascual Condito va relatando, sus
entrevistas con directores, críticos, su vida cotidiana allí, donde comía y
hasta dormía, a la par que atendía los asuntos relacionados con su actividad.
La mudanza en sí, mostrada día a día, entre miles de fotos, afiches,
latas de películas, está impregnada de una altiva melancolía, la misma que
sentimos al ver la italiana “Cinema Paradiso”. Tiene una narración con ritmo
conciso y efectivo, con alguna que otra secuencia morosa, que el mismo Condito
señaló ante la prensa: cuando se pone su pijama para dormir en un sofá cama en
su oficina. Pero no mella en esta historia tan valiosa, que merece ser
conocida.
Actor, distribuidor querido por todos, de fuerte personalidad, armó un
personaje de sí mismo, un rol de ficción que no lo es porque su vida misma es
el cine. El documental tiene un interesante recorrido por festivales como el de
La Habana, el 37 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, el
BAFICI, y continuará. Condito, un apellido que nadie debe olvidar y todos los
cinéfilos deben conocer.
Carlos Pierre
KRAMPUS, EL TERROR DE LA NAVIDAD
De Michael Doughertey.
Con Adam Scott, Toni Colette, Krista Stadler, Stefania Owen, Luke Hawker, entre
otros. Música de Douglas Pipes. Duración: 98 minutos.
MUY BUENA. LOS DEMONIOS
EN NAVIDAD
El mensaje de
“Krampus….”es tan positivo y el film es tan colorido que el “muy bueno” le cabe
perfectamente. No estamos frente a la “esencia” del cine navideño ni mucho
menos. Pero hay buena realización y mensaje, como dijimos, que pone bien al
alma: no hay que perder el espíritu navideño basado en la unión de la familia.
Krampus proviene de una
tradición pagana precristiana existente en Austria y Alemania, especialmente, y
en las zonas alpinas de Europa. Es el “ayudante” demoníaco de Santa Claus. Es
un ser muy feo, con cuernos, pezuñas, pelo enmaraño, encorvado, seguido por
muchos elfos y duendes de horripilate aspecto.
La familia de Tom y
Sarah, quienes viven con la mamá de Tom, la estupenda actriz austríaca Kirsta
Stadler, se prepara para vivir una fiesta navideña sin sobresaltos. Pero llegan
los familiares inesperados, con la tía que hace años no ven, junto a sus hijos,
maleducados al por mayor. La abuela “Omi” prepara galletitas de todo tipo y
siente un repentino temor por lo que ve: disputas, gritos, desprecios en la
mesa familiar. Aconseja que no dejen apagar el fuego de la chimenea dada la
tormenta feroz que se ha desatado. Pero todos se quedan dormidos y… la chimenea
será el lugar de una verdadera batalla entre los “demonios” y la familia.
Toni Colette es una
brillante actriz australiana, ahora en un rol menor a los que ha realizado, así
como Adam Scott toma relevancia como el paciente padre de familia. Nadie
explica por qué pero Krista Stadler se comunica en su idioma natal con “Tom”
(Adam Scott) para advertirle que algo malo sucederá, y la narración se torna en
muy ágil, con ribetes policiales, efectos especiales y terror genuino… aunque
navideño. No hay matanzas pero sí desapariciones y una y otra vez el mensaje
está presente: la familia unida en la Nochebuena y en la Navidad.
La banda sonora es muy
atractiva: comienza con una canción alusiva interpretada por Bin Crosby y
termina con la sinfónica de Nueva Zelanda y coros estupendos. Es para toda la
familia, los más chiquitos pueden asustarse. Y, en verdad, sale del común de
estos films en esta época del año. El rol de “Krampus”, y vale destacarlo por
el pesadísimo ropaje que lleva, está a cargo del joven actor neozelandés Luke
Awker. Para ver.
Elsa Bragato
POR LA VIDA!
De Uwe Janson. Con Hannelore Fisher, Max Riemelt, Ayling Tezel, entre
otros. Música de Martin Stock. Duración: 95 minutos.
MUY BUENA. DOS ALMAS SOLIDARIAS
Este drama alemán, dirigido por Uwe
Janson, muestra la extraña y sincera amistad que surge entre una septuagenaria
y un joven, Jonas (Max Riemelt) quien, por casualidad o causalidad, se le cruza
en el camino. Llega a Berlín en busca de trabajo. Una mudanza lo pone frente al
dolor de “Ruth Weintraub” (Hannelore Fisher), a situaciones límites como
salvarla del suicidio. Entre ambos surge una amistad sincera, honesta, y, a
través de esta relación, “Jonas” esconde su propio dolor.
Aún con rasgos folletinescos o
melodramáticos, el film no decae en interés por los díálogos entre ambos, dos
grandes actores de dos generaciones que sostienen el film. El drama
post-holocausto subsiste en Europa y “Ruth” es una sobreviviente del horror. Su
época como cantante, cómo salvó su vida, y el amor perdido por una situación
trágica del pasado, la enfrentan a su vejez y a este joven que carga con la muerte
de su madre por esclerosis múltiple y su fuga del amor de “Emily”, la prometida
que no entiende lo que sucede con “Jonas”.
Es muy interesante la narración
propuesta por Uwe Janson al fundir la imagen de la joven “Ruth” con la actual,
la imagen de “Vícktor” con la de “Jonas” (el actor Max Riemelt cumple con dos
roles). El horror nazi, las consecuencias, pocas secuencias que sirven para
ubicarnos en el drama de cada protagonista. Hay amabilidad, respeto, en el
trato de Uwe Janson con los personajes. No cae en el facilismo salvo en el
final pero se le permite porque conmovió con un retrato de vida inusual y
cálido.
Elsa Bragato
EL CAMINO DE SANTIAGO
(Periodismo, Cine y Revolución en Cub)
Documental colectivo del Grupo de
Cine Insurgente en coproducción con el ICAI y con el apoyo del INCAA y Programa
Ibermedia. Duración: 103 minutos.
BUENO. APORTE VALIOSO PARA EL
CINE DOCUMENTAL
A través de esta producción
colectiva de Cine Insurgente, conocemos la vida y obra de Santiago Alvarez,
fundador del documental en Cuba y Latinoamérica a través de los noticieros
semanales que empezó a exhibir en su país. La narración propuesta es muy
interesante porque recupera viejas películas de las tropas de Fidel Castro,
momentos únicos de la historia del siglo XX en blanco y negro, así como
entrevistas a colaboradores de Santiago Alvarez y alumnos de cine.
Santiago Alvarez (1919-1998) fue
el fundador del ICAI, el instituto cubano de artes y de cine, y se autodenominó
“panfletarista”. Hacía cine político, de protesta, y lo asumía. Sus tareas
comenzaron en un canal televisivo a cargo del archivo musical. Las películas
(no había aún videotape) fueron las grandes motivadoras de su amor por la
difusión de los hechos. Todo tipo de acción cotidiana, trabajos, trabajadores,
terremotos, huracanes, debían ser objeto de filmación. La consigna era clara:
mantener viva, latente, en estado de interés, la mente de los cubanos luego de
la llegada de Fidel Castro y el Che Guevara. Con los años, Alvarez viajó con
Castro por el mundo, registrando ya en color charlas con el mandatario cubano,
desestructuradas, a orillas de una playa, por ejemplo. Comprometido con la
revolución y sus principios, su cámara fue la mirada que los cubanos tuvieron
de sí mismos.
Para armar este documental, Cine
Insurgente reunió a jóvenes cineastas a fin de exponer la idea del homenaje a
Santiago Alvarez, cuyo nombre lleva un famoso festival cubano así como fue
reconocido por Jean Luc Godart, trabajó con Fernando Solanas en “La hora de los
Hornos” y tuvo reconocimiento internacional en forma inmediata. El el homenaje es
actual, a partir de los jóvenes y colaboradores de Alvarez. Se trata de un
documento bien estructurado, que recoge la opinión de famosos como Pablo
Milanés, o bien Fernando Birri, entre tantos otros, así como los audios del
propio Santiago Alvarez sobre el valor del cine, del documental, sobre su
posición política y lo que consideraba valioso como información. Un aporte
valioso.
Elsa Bragato
EL TRANSPORTADOR RECARGADO
De Camille Delamarre, producción
de Luc Besson. Con Ed Skrein, Ray
Stevenson, Loan Chabanol, Gabriella Wright, Tatiana Pajkoovic. Música de Alexandre Azaria.
Duración: 96 minutos. Coproducción Francia-China-Bélgica.
REGULAR. ACCIÓN SIN TON NI SON
Luc Besson es el “padre” de
varias sagas, a veces como director, otras como productor. Es el caso de
“Taken” y de “El transportador”, siendo el primer film del 2002, y siguiéndoles
dos películas más en el 2005 y 2008 respectivamente. Entonces, tuvo como
protagonista a un actor inglés consagrado en el teatro: Jason Statham, el
pelado “transportador” de diversas cargas que cobra por anticipado y mata a
quien sea, con impávido rostro. Para esta nueva edición, la cuarta del
Transportador, contó con la negativa de Statham por lo que apuntó al joven Ed
Skrein que no tiene la estatura actoral de Statham.
Esta película es acción por la
acción misma. El argumento es lineal, elemental, y algunas de las secuencias no
parecen creíbles. Filmada en la Riviera francesa, se ve el lujo y el “glam”
indiscutible de esa zona europea. Es un buen marco para sostener a Ed Skrein en
este debut como “transportador”.
Una ex esclava sexual de la mafia
rusa, la hermosa Anna (Loan Chabanol), junto a sus tres compañeras, planean el
robo bancario del siglo. Y no se les ocurre algo mejor que raptar al “padre”
del héroe “Frank Martin” (Ed Skrein) para chantajearlo. Las tres féminas
olvidan, por causa del guión, las rígidas normas de “Martin”: “nunca cambies el
trato”, “sin nombres”, “nunca abras un paquete”, “cobrar por anticipado”, entre
otras, además de ser un experto tirador y un hábil conductor de costosos
automóviles.
En síntesis, buen marco para un
“Frank Martin” debilucho que espera que el público seguidor del recio Jason
Statham lo “adopte”. Veremos qué ocurre…
Carlos PIerre