ESTRENOS DEL JUEVES 19 DE
DICIEMBRE DEL 2013.
Hay
seis estrenos que incluyen un documental nacional “Diario de Ana y Mía”, de Alejandra Martín sobre cuatro mujeres
que comparten secretos por internet. En realidad analiza la bulimia y la
anorexia y como las mujeres en cuestión ven y no ven el drama que tienen. Un
documental diferente por su temática.
En
el caso de “Policeman”, Nadav Lapid
se lanza con esta ópera prima que ha tenido relevantes comentarios en Locarno,
2011, y en los festivales de cine de Israel. Un joven de la elite
antiterrorista de Israel se enfrenta a situaciones familiares y profesionales
que nos permiten ver el comportamiento interno de la sociedad israelí en la que
Lapid vive.
LO MEJOR DE LA SEMANA
EN EL CAMINO
De Walter Salles. Con Garret
Hedlund, Sam Riley, Tom Sturridge, Kristen Stewart, Kirsten Dunst, Viggo
Mortensen, entre otros. Basado en la novela de Jack Kerouac, para del
movimiento Generación Beat. Música de Gustavo Santaolalla. Duración: 124
minutos.
BUENA. RESCATE DE LA
GENERACIÓN BEAT
Según
del autor de la novela On the road, Jack Kerouac, padre de la Generación Beat
de los 50 (libertad sexual, drogas, atropellos, rechazo al capitalismo
americano, estudio de las filosofías orientales), sus actores deben estar locos
por vivir, locos por salvarse, locos por todo al mismo tiempo. Y estallan con
conductas diversas en la sociedad. En este caso, Salles toma a un aspirante a
escritor de New York (Sam Riley) quien conoce a un ex convicto (Garret
Hudlung), un ser encantador casado con una liberal y seductora joven (Kristen
Stewart). Sedientos de libertad, con la bandera BEAT en alto, salen a las rutas
de los Estados Unidos en busca del mundo y de ellos mismos.
En
la novela, el aspirante a escritor es el mismo autor, Jack Kerouac que, vale
decir, reunió a escritores de su generación con sus premisas. En el film, vemos
un camino desbordado, sembrado de drogas, bebidas y sexo a piacere, y así se va
armando una rara road movie por los Estados Unidos. A la pareja sedienta de
libertad los acompaña el libro “Au cote de chez swann”, de Marcel Proust, el
escritor del “tiempo”.
La
pareja protagónica no está sola. Otros personajes aparecen en sus vidas,
buscando al Gurú de las drogas, encarnado por Viggo Mortensen, y al luminoso
poeta de la Generación Beat a cargo de Tom Sturridge. La película está plena de
incordura, incomodando en algún lugar por tanto desatino buscado y provocado.
Desde
la fotografía, desde el guión, vemos un juego de claroscuros, un mundo oscuro
por los desbordes enfrentado a la luz de los ideales. Una suerte de resplandor
que choca al final con el orden establecido, el que detestan, con sueños que se
estrellan.
El
film es fuerte y tenaz, el movimiento beat brotó con fuerza en el país del
Norte y dejó huellas. Tengamos en cuenta que una segunda explosión se dio en
los 60, la generación Hippy, que tuvo los mismos lemas, siendo Buenos Aires uno
de los centros de esta nueva forma de intelectualidad basada en la filosofía
oriental, el uso de drogas y la libertad sexual, como rechazo profundo al
sistema económico imperante. Es un muy interesante rescate de ideales aunque
éstos choquen con la sensibilidad del espectador en algunos casos. Tal vez le
falta algo de coherencia. En sí, es un logro que Salles haya llevado al cine
este ícono de la generación beat, con sus más y sus menos.
Carlos Pierre
SENTIMIENTOS 1: LA MÚSICA EN LA TERCERA EDAD
LA ESENCIA DEL AMOR
Guión y Dirección: Paul
Andrew Williams. Con Terence Stamp, Vanessa Redgrave, Gemma Arteton,
Christopher Eccleston, Orla Hill, entre otros. Música de Laura Rossi. Duración:
93 minutos.
BUENA. LA MÚSICA COMO
GENERADORA DE PROYECTOS VITALES
Con
gran parecido a “Rigoletto en apuros”, la opera prima del gran Dustin Hoffman,
“La esencia del amor” o “Song for Marion” nos demuestra que la música,
nuevamente, es un motivo de inspiración y vitalidad para la gente de la tercera
edad. Hay varios detalles que hacen de este cuarto film del inglés Paul Andrew
Williams un emotivo mensaje por la enjundia de estos abuelos devenidos en
coristas, el atípico repertorio compuesto por canciones modernas, la sólida
exposición de cada uno de los personajes a través de notables actores como
Vanesa Redgrave, Terense Stamp, Christopher Eclleston y el encanto de la
directora del coro, Gemma Arteton.
Cada
uno de ellos van entrelazándose con sus alegrías y penas, los abuelos cantan sin flaquezas para poder
llegar al concurso de coros. La música
nuevamente como generadora de proyectos de vida.
El
nudo de este relato está centrado en un malhumorado jubilado que encarna
Terence Stamp quien no entiende cómo su esposa Marion (Vanessa Redgrave)
ingresó a un coro de jubilados. Pero la determinante función de la directora
hace que, con paciencia e inquebrantable voluntad, la música sea el vector de
sus vidas porque cura y alienta, probado esto por diversas razones y terapias.
Basta recordar el poder de la música de Mozart y de Beethoven, utilizados en
musicoterapia. Un film amable, sensible,
que toca las fibras del espectador sin estridencias.
Carlos Pierre
SENTIMIENTOS 2: LAS PAREJAS Y SUS CONFLICTOS
Guión y dirección: Josh
Boone. Con greg Kinnear, Jennifer Connelly, Lily Collins, Nat Wolff, entre
otros. Música de Mike Mogis y Nate Walcott. Duración: 96 minutos.
BUENA. REFLEXIÓN SOBRE SOBRE
EL AMOR Y LA DISCORDIA
El
dolor de la separación, el afán de recomponer la unión, el efecto devastador en
los hijos con consecuencias mordaces en la comprensión de la ruptura paterna,
son los temas que surjen en este film del debutante director Josh Boone. Según
informa, lo que se ve tiene que relación con su experiencia personal.
Tanto
el título en inglés, “Stuck in love” (algo así como “pegado” al amor) así como
“Writers”, el segundo título con el que se distribuye esta película, se ajustan
a la historia que estamos viendo, un padre escritor y exitoso (Greg Kinnear) y
sus hijos, también escritores (Lily Collins y Nat Wolff). Hay un tercer título,
en esta búsqueda casi personal de Josh Boone por manifestar su intensa e íntima
catarsis, es “Invierno en la playa”. La intelectualidad así como el amor y la
realidad se dan la mano en secuencias efectivas pero no efectistas.
Volvemos
a ver a una actriz como Jennifer Connelly, la actriz de “La casa de arena y
niebla”, caracterizada por estos protagónicos donde el actor debe internalizar
profundamente su personaje.
Todo
sucede en un año, entre una víspera de Acción de Gracias y la siguiente, donde
los personajes se debaten en esta trampa de amor en la que están atrapados,
unos y otros con sus motivos, y siempre en el camino de la literatura. Es otro de los films amables de la semana,
bien realizados, que a buena parte del público nuestro le gusta.
Carlos Pierre
EL HUMOR ESCATOLÓGICO DE LA
SEMANA
EL ABUELO SINVERGÜENZA
De Jeff Tremaine, con Johnny
Knoxville. Jackson Nicoll, Greg Harris, entre otros. Música de Sam Spiegel y
Kool G Murder. Duración: 92 minutos.
REGULAR. UN MIX BASADO EN
CÁMARAS OCULTAS Y ESCATOLOGÍA
JackAss
surgió como una serie de MTV y luego tuvo varias películas que lo llevaron a la
pantalla grande. Podemos entonces hablar de una saga donde el desparpajo deja
lugar a la escatología, el lenguaje soez, la pizca de misoginia conveniente,
además de eructos, excrementos y penes, con menciones entre ofensivas y
divertidas de los genitales femeninos. Una mezcla para los que aman este tipo
de diversiones y un “seguro” de taquilla.
En
este film hay una historia: el actor Philip John Clapp (42 años), nacido en
Knoxville, de Tennessee, encarna a un anciano de 86 años que acaba de quedar
viudo y carga con el cuerpo de su esposa luego de protagonizar un escándalo en
su velatorio. Por si fuera poco, su hija vuelve a la cárcel por drogadicta y
debe quedarse a cargo de su nieto, un chiquito de 8 años de notable actuación
llamado Jackson Nicoll, para llevárselo a su padre, un hombre consumidor de
drogas y alejado de todo sentimiento paternal común y corriente.
Van
de Nebraska a Carolina del Norte, el abuelo siente rechazo por el nieto, éste
acepta sus escapadas a clubes nocturnos donde la risotada nos surge fácil al
ver al anciano (increíble personificación de Johnny Knoxville) bailando con
afroamericanos de cuerpos perfectos; la exhibición de los atributos de
Knoxville son para reir o para llorar, el espectador elige.
La
historia es lineal, pero es algo. Más no se puede pedir. Pero es poco cine y
mucha televisión, demasiada cámara oculta, sin ganas de que no se note, y, a
estas alturas narrativas de la industria,
resulta muy pobre como producto final. Se van a reir en las primeras
secuencias, algunos se taparán la cara en otras, y finalmente, llegan los
créditos con “algo más”. Si le gusta este tipo de humor, quédese hasta que se apague
la luz.
Elsa Bragato