PANTALLAZOS (CRÍTICAS DE BRAGATO Y PIERRE)

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jueves, 10 de enero de 2013

TOM CRUISE, RICHARD GERE Y UN TIGRE DE BENGALA, PARA EL CINE DE ESTE JUEVES 10



ESTRENOS DEL JUEVES 10 DE ENERO DEL 2013.-
Hay cuatro estrenos en soporte fílmico. No comentamos la película colombiana “Porfirio”, sobre un discapacitado que enfrenta una difícil situación.
UN VIAJE EXTRAORDINARIO
De Ang Lee. Con Suraj Shama, Irrfan Khan, Ayush Tandon, Gantam Belur, Adil Hussain, Tabu, Rafe Spall, Gerard Depardieu, entre otros, Música de Mychael Danna. Duración: 130 minutos.
MUY BUENA. ANG LEE, MAESTRO DE PODEROSAS EMOCIONES
Ang Lee, consagrado director (Sense and sensibility, Brokeback Mountain, CrouchingTiger, Hidden Dragon), tomó el best seller “Life of Pi” de Yann Martel, escritor franco canadiense, de gran popularidad en el hemisferio norte, y realizó un film de una emoción poderosa. Fuerte, noble, que no nos dejará sin huellas en el corazón ni la mente luego de verlo.
La historia nos remite a Pondicherry, India, donde el joven Pi nació. Su nombre es Piscine Militor Patel, apodado “Pi”, motivo de burla (“pipí”) entre los compañeros de escuela. A sus 17 años, luego de criarse en el zoo de su papá, éste decide vender todo y, con la mayoría de sus animales, se embarca en Japón rumbo al Canadá, país de destino donde nació el escritor Martel. En realidad, la escena inicial del film es bucólica, con slowcam, de una magnificencia que solo el espíritu oriental de Ang Lee pudo lograr. Y luego esta Pi, ya adulto, contándole a un escritor británico (Rafe Spall), cuyo nombre de ficción se desconoce, por qué aprendió a creer en Dios luego de abrazar tres religiones: la hinduista, la cristiana y la musulmana.
El film es apacible hasta sus 40 minutos. Allí, ya en medio del océano, mientras su familia duerme y los animales están tranquilos en la bodega, donde está el tigre de Bengala Richard Parker - nombre humano cuyos motivos explica Pi-, se desata una feroz tormenta, lograda con efectos avasallantes para el espectador no solo por la aplicación del 3D sino por cómo se ha realizado esta tormenta de ficción que no parece ser tal. Pi pierde a su familia y queda en un bote salvavidas con el tigre Richard Parker, una cebra cuyas patas se han quebrado, una hiena feroz y un gorila hembra amigo. Y aquí hay que hamacarse, empezar a sobrevivir en alta mar con animales hambrientos, feroces, que le recuerdan a Pi la enseñanza paterna (brutal escena en los inicios de la película) de que los animales salvajes jamás dejan de serlo.
La belleza fotográfica no tiene fin: Ang Lee tiene maestría para mostrarnos, en medio de la fuerza de la naturaleza, paisajes marinos increíbles como las algas fosforescentes que iluminan las aguas, la ballena que salta en medio de esas luces verdosas, la placidez del mar en calma donde Lee hace gala de su espíritu fuerte y delicado a la vez al enfocar solo las aguas del océano donde se refleja el cielo en tonos pasteles, una maravilla visual.
La segunda tormenta nos corta la respiración. Es más brutal que la primera y Pi clama a Dios, como Jesús hizo en el Monte de los Olivos, una escena que nos estremece por su realización y la actuación de Irrfan Khan, quien representa a  Pi a los 17 años. El tigre de Bengala también tiene una actuación que nos resulta conmovedora en su fiereza. Solo tiene explicación por los efectos especiales utilizados.
La isla de las algas y de las plantas carnívoras, las suricatas, el hambre del tigre de Bengala, Pi debe pescar como puede, comer carne cruda cuando es vegetariano: la exigencia de mantener con vida a su feroz compañero de travesía le permite tener su mente ocupada y no morir.
La película, a pesar de escenas de supervivencia que hieren,  es muy conmovedora, de ésas que mueven las entrañas y dejan huellas en el espíritu. Tiene escenas  muy fuertes que, aún cuando están filmadas con precaución, no son fáciles de asimilar. Advertimos!
Resulta imposible permanecer tranquilo en la butaca o aburrirse, imposible. Ang Lee nos tiene preparada una puesta en escena, junto a sus técnicos, que se asemeja a la Sinfonía La Sorpresa de Haydn: algo nos va a sobresaltar aún en la placidez luego de la tormenta. Es una gran realización, tiene un gran mensaje, y hasta la búsqueda de Dios, tan inasible, parece tener respuesta, que es la idea fundamental del guión. Bien se puede afirmar que la fuerza de la vida es tal que no vale la pena oponerse a ella sino aceptarla para sobrevivir lo que podamos. Esta película es muy buena, ha desarrollado un concepto de magnificencia visual notable, dotando a semejante intento de una emoción conmovedora en cada “frame”. El texto literario cobra vida en la mente del lector. Llevar estas imágenes generadas por la lectura a una narración audiovisual solo es obra de un gran maestro y de un gran equipo técnico.
(NR: el océano no es real sino un gran estanque transformado en varios sets de filmación. El tigre no siempre fue filmado directamente sino que se utilizó computación; los animales que caen en el bote salvavidas también fueron generados por computación, a partir de figuras reales).
Elsa Bragato
MENTIRAS MORTALES (ARBITRAGE)
Guión y dirección de Nicholas Jarecki. Con Richard Gere, Susan Sarandom, Brit Marling, Tim Roth, Laetitia Casta, Nate Parker, entre otros. Música de Cliff Martínez. Duración: 107 minutos.
MUY BUENA. DRAMA QUE ENJUICIA SEVERAMENTE A LOS FINANCISTAS-BUITRES
Estamos en presencia de un thriller dramático sofisticado que cuestiona el sistema financiero de los Estados Unidos desde las entrañas del centro económico del planeta. Analiza el poder y la fragilidad del dinero en una clase social que basa su riqueza en la especulación y la renta financiera, con manejos ilegales frecuentes.
El guión pertenece al realizador, Nicholas Jarecki, quien supo plasmar lo que él vivió dado que su padre, Henry (polaco), es un psiquiatra y filántropo que conoce bien el mundo de los poderosos, siendo una personalidad reconocida ampliamente por sus contribuciones a la sociedad americana (la otra cara de algunos financistas…).
En este caso, la historia se centra en un adinerado magnate (Richard Gere) quien, en vísperas de su cumpleaños 60, asiste al sencillo agasajo familiar que su esposa (Susan Sarandom) y su hija y heredera le hacen (Brit Marling) para luego festejar con su amante, una marchante francesa que encarna Laetitia Casta. La idea del magnate es escapar a esta dualidad amorosa y, con la joven mujer, salen a la ruta por un solitario camino. Sobreviene un accidente brutal y el magnate consigue que el hijo de su chofer lo saque del lugar bajo la consigna de “olvidar” todo lo que vio (inevitablemente pensamos en el caso del fallecido Edward Kennedy junto a su secretaria y el accidente en el que ésta falleció, costándole la carrera presidencial al senador). Tim Roth es el implacable sabueso que lucha contra el imperio económico y sus manejos ilegales y ocultamientos hasta de muertes. El investigador es  conciente de que los poderosos salen siempre ilesos de sus fechorías.
Hay escenas muy notables como la charla de Richard Gere con su hija en la ficción, lejos de las fastuosas oficinas; o, en las primeras secuencias, la fastuosidad de un hogar que tiene una impresionante araña de techo cuyos cristales de roca parecen diamantes. Es de destacar la actuación de Richard Gere, que ha compuesto varios papeles interesantes como éste, lejos de sus personajes románticos, así como a la gran Susan Sarandom, en el papel de la mujer rica que deja pasar pero que ve más allá de lo que su marido cree.
Jarecki supo imprimir rigor cinematográfico con pocos diálogos y buen ritmo, con elipsis argumentales que obligan a mantener la atención. Más que ausencia de guión por elipsis, hay una deliberada narración que atrapa al espectador por el “timing” impuesto al montaje. Recursos fotográficos precisos, acotados, remarcan el tratamiento de thriller dramático del film. El cuestionamiento al círculo financiero de alto nivel es el gran mensaje de la película, por la que Richard Gere ha sido nominado al Globo de Oro como mejor actor. ¿Solo los ricos están exentos del peso de la ley?
Carlos Pierre
JACK REACHER
De Christopher McQuarrie. Con Tom Cruise, Robert Duvall, Rosamund Pike, Richard Jenkins, Joseph Sikora, Jai Courtnay, Werner Herzog, David Oyelowo, Alexia Fast, entre otros. Música de Joe Kraemer. Duración: 130 minutos.
MUY BUENA. POLICIAL DE NOTABLE REALIZACIÓN AÚN CON BACHES EN EL GUIÓN
Tom Cruise regresa, ya cincuentón, a la pantalla con un personaje que le queda a medida: el héroe, una suerte de “agente 007” con capacidad de dar golpes mortales, con su porte atlético (un torso muy trabajado y demasiado grande para su altura), y su impronta de vanidoso y seguro de sí mismo, con el personaje de Jack Reacher, un ex Army cuyo paradero se desconoce pero que suele aparecer cuando las papas queman. El guión está basado en uno de los libros de la saga “Jack Reacher” de Lee Child, “One shot, one kill”.
Se trata de una gran realización dentro del policial con sangre por doquier, palizas tremebundas, persecuciones notables, y personajes muy rescatables como el de Robert Duvall y el de Werner Herzog o el mismo Richard Jenkins. Si el film transcurre dentro de lo que uno ya ha visto en el género, tiene una técnica que resulta deslumbrante porque es un verdadero manual de cómo filmar. Veamos: desde que se apagan las luces en la sala, se escucha la potente banda musical de Joe Kraemer, que nos ubica junto a un francotirador, James Barr (Joseph Sikora). No hay diálogos sino tomas: primerísimo primer plano, primer plano, medio plano, plano largo, planos zenitales, para mostrarnos el lugar y el personaje desencadenante de la historia (el film se rodó en Pensilvania).
El trabajo de sonido que McQuarrie ha realizado con su equipo técnico es estupendo: durante los primeros 15 minutos del film están el espectador y el francotirador, no hay diálogos, solo sonido ambiente luego de la presentación de la banda sonora. Ésta desaparece cuando James Barr apunta con su arma una zona parquizada, listo para matar a ¿inocentes? Y el silencio y la imagen “hablan”: el espectador es metido en la mirilla, el francotirador titubea da en el blanco. Seis tiros, cinco muertes. Y he aquí el “quid”: los seis tiros…
En otras secuencias, McQuarrie echa mano de los motores de un automóvil: cuando Jack Reacher lo enciende, se escucha el sonido en primer plano, pero si el que lo ve está afuera del coche, el sonido tiene menos decibeles. Estos detalles hacen al cine, esto es cine, más allá del argumento policial, del héroe de guerra que puede contra el mundo con sus puños, su fuerza descomunal y sus tiros-shots certeros.
Una abogada joven, hija del fiscal (un siempre eficaz Richard Jenkins), a cargo de Rosamund Pike, defiende al francotirador que pide la presencia de Jack Reacher. De alguna manera, llegará el hombre de las guerras y se pondrá en acción. Hay una “corporación” interesada en una de las cinco muertes. El motivo no parece ser muy importante, sin embargo, es la pregunta que inquietará al espectador aún después del final.
Los 130 minutos no pesan. Es tanta la acción, son tantos los “submarginales” que surgen, las subhistorias unidas a las muertes, que el espectador queda atrapado en una maraña infernal de tiros y palizas. Llama la atención el capricho del gran Werner Herzog, quien estuvo en el verano en Brasil ofreciendo “master clases”, de ser uno de los malos de apariencia repugnante, “Zec”, un duro que sobrevivió en Siberia cortándose con la boca casi todos los dedos de las dos manos. Destacamos la actuación de Robert Duvall (82 años) como “Cash” quien arma una dupla antimafia con “Jack”-Tom Cruise en la última hora del film, diálogos y actuaciones jugosas para el recuerdo. Nos resultó un film impresionante por su técnica narrativa, a pesar del guión que es convencional y deja alguna pregunta zumbando. No obstante, hay un tratamiento cinematográfico fuera de lo común para un film que no es en 3D y solo cuenta con excelentes coreografías de peleas, plagadas de sangre y gritos de dolor. Si le gustan los policiales fuertes, ésta es su película, más allá de que se haga preguntas que tendrán, como respuesta, conjeturas por “problemitas de guión”.
Elsa Bragato