JUEVES 25 DE OCTUBRE DEL 2012.-
Hay siete estrenos, un
reestreno nacional. Entre los estrenos, hay cuatro films nacionales.
No comentamos Rawson, de Macesich y Zito ni Masterplan de Diego y Pablo Levy.
“Esperando la carroza” es el gran reestreno nacional de la semana,
luego de 27 años, que fuera vista por más de 80.000 personas. Es un clásico del
cine nacional, insoslayable.
SINISTER
De Scott Derrickson. Con Ethan Hawke, Vincnten D’Onofrio,
Nicholas King, Victoria Leigh, James Ransone, entre otros. Música de
Christopher Young. Duración: 108 minutos.
MUY BUENA. ATRAPANTE TELARAÑA DE TERROR Y MUERTE
El realizador Scott
Derrickson, autor del guión del film, es un avezado frecuentador del género del
terror, además de tener una muy buena carrera en la televisión norteamericana.
Es decir, conoce los recursos de los medios que utiliza. En el caso de
“Sinister”, toma la vida de un escritor especializado en novelas sobre crímenes
célebres, Ellison Oswalt que personifica Ethan Hawke. Ellison pone su cuerpo y
su alma para lograr un éxito editorial que le es exigido desde hace 10 años. Y,
siguiendo su costumbre de una vida familiar itinerante, se traslada a una casa
donde los integrantes de una familia, menos una niña, fueron ahorcados en un
árbol aledaño a la misma. Se mete a investigar un hecho policial con evidentes
signos terroríficos y sobrenaturales.
Derrickson (“El exorcismo de
Emily Rose, 2005) supo tejer una verdadera telaraña en torno al protagonista
que gradualmente, y sin respiro, va siendo atrapado por esa red indescifrable
que le tienDe un escurridizo ente,
Mr. Boogie (Nicholas King), quien ha dejado pistas (videos de asesinatos a lo
largo del país y en la casa, supuestamente filmados por la niña que quedó
viva).
Un atributo incuestionable de
la película es que el terror no se nutre
de esporádicas apariciones y desapariciones sino que va hilando una progresiva tela sangrienta que
envuelve al protagonista y contra la que debe luchar para sobrevivir. La
magnitud de los acontecimientos van perturbando al espectador que no tendrá un
segundo de calma a medida que la narración crece.
El escritor Ellison Oswalt no
advierte a tiempo la trampa en la que cayó por su afán de investigar y empieza
a transformarse en el protagonista de su propia historia de terror,
transformándose en un eslabón más del horror.
Es, sin duda, una gran
película de terror porque está narrada con sobriedad y notable consistencia
cinematográfica, fuera de los clishés y sí utilizando los “tips” propios del
género en una historia que estremece de principio a fin.
Carlos Pierre
EL CÍRCULO
De José Pedro Charlo y Aldo Garay. Coproducción de
Uruguay, Argentina, Alemania y Chile. Duración: 92 minutos. Documental.
MUY BUENO. EL CÍRCULO DE LA VIDA, DEL HORROR A LA EXCELENCIA
CIENTÍFICA
Henry Engler fue dirigente
tupamaro y rehén de la dictadura militar uruguaya durante tres años. El título
del documental “El círculo” se refiere al regreso de este hombre, que fue
torturado hasta la locura y su excepcional dedicación a la ciencia, una vez que
fue liberado.
Un círculo discontinuo entre
la enajenación y la posterior labor de investigación sobre la enfermedad de
Alzheimer, en la Universidad de Uppsala, Suecia. Ahí se destacó universalmente
al obtener las primeras fotos que muestran en un cerebro humano vivo la
presencia de esta enfermedad.
Engler ahora es ciudadano
sueco. Y se lo muestra en su regreso a su país, Uruguay, si bien no en forma
definitiva pero en busca de lugares que motiven sus recuerdos de aquellos años
nefastos que vivió. Cárceles, barrios, el sentido de supervivencia en
situaciones límites, mostrando siempre un espíritu sobrio y reflexivo.
En este documental de emoción
contenida pero constante, vemos recorrer, o revivir, la ciudad donde creció, el
pozo donde fue obligado a estar, los militares que lo custodiaron, los
compañeros de cautiverio. Desfilan los nombres e imágenes de Raúl Sendic, de
“Pepe” Mujica, actual presidente del país hermano, entre tantos sufrientes
hombres que lucharon contra la dictadura uruguaya.
Henry Engler es el paradigma
de la resistencia del espíritu humano frente a las mayores y más cruentas
vejaciones sufridas con el agregado de su salto excepcional a la ciencia.
El cine uruguayo nos ofrece un
documental creativo, bien fundamentado, bien narrado, pero sin excesos, una
notable moderación para regalarnos este ejemplo de vida. Un gran documental, un
ejemplo de vida.
Carlos Pierre
LA CARACAS
De Andrés Cedrón. Música de Juan Carlos Tata Cedrón y el
Cuarteto Cedrón. Duración: 88 minutos.
MUY BUENO. DOCUMENTAL SOBRE UNA EPOPEYA AUTOMOVILÍSTICA.
Declarada de Interés Cultural
por la Cámara de Diputados de la Nación y la Legislatura de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires, esta ópera prima de Andrés Cedrón documenta la epopeya del
automovilismo realizada en el año 1948, la
mayor competencia de Turismo de Carretera, que unió a los pueblos de
Argentina, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela. Se unieron 10 mil
kilómetros polvorientos y heroicos en 14 etapas, donde 138 deportistas se
atrevieron a esta hazaña de unir Buenos
Aires con Caracas.
Juan Manuel Fangio, los hermanos Gálvez y Domingo Marimón, entre
otros notables corredores, amalgamaron la historia social, política y cultural,
con muchas vicisitudes en el medio, de tantos países hermanos: el golpe militar
en Perú de 1948, y situaciones especiales de una América del Sur convulsionada.
Este documental es el resultado de una larga y profunda investigación,
la ardua recuperación de viejos materiales fílmicos, la búsqueda de entrevistas
de aquellos años, para reconstruir esta epopeya y sacarla a la luz luego de 64
años.
Bien vale el slogan del film: “La utopía no solo es la meta sino también
el camino”, un camino deportivo pleno de caballerosidad entre los
competidores, donde los accidentes y hasta la muerte pusieron su enorme carga
trágica.
Resuena la voz del reconocido
locutor Luis Elías Sojit, narrándonos desde allá lejos en el tiempo los
distintos momentos de “La Caracas”.
Estamos frente a un documento
fílmico notable, donde hay que rescatar tanto la investigación de preproducción
como su montaje posterior, épico esfuerzo que merece toda nuestra consideración
porque, además, el resultado final es más que elogiable.
Carlos Pierre
PARANORMAN
De Chris Butler y Sam Fell, con Kodi Smit-McPhee, Tucker
Albrizzi, Elaine Strich, Casey Affleck, entre otros. Música de Jon Brion.
Duración: 92 minutos.
MUY BUENA. LOS ZOMBIES QUE BUSCAN SER PERDONADOS Y UN
NIÑO COMO HÉROE
Los monstruos y fantasmas animados tienen en Paranorman un objetivo
loable en un film que va creciendo a medida que aparecen los personajes
centrales, los zombies. Norman es un niño con dones “paranormales” que le
permiten ver a los muertos del barrio, envueltos en una luz verde -estilo
holograma- y los saluda camino a la escuela. Estos hechos se repiten en su
hogar, donde habla con su abuela
fallecida (Elaine Strich), frente al desconsuelo de sus padres que no le
creen. La familia de Paranorman es casi… típica: una hermana adolescente en
busca desenfrenada de un novio, una madre un tanto sometida a su papá, y éste,
que tiene una buena panza, es descreído y pragmático. Nadie le cree al niño. Ni
siquiera sus compañeros de colegio que lo someten a burlas.
Sin embargo, esta cualidad de ver el “otro mundo” lo enfrenta a la
resolución de una maldición que recae en el pueblo: los adultos, ya fallecidos,
condenaron a la muerte a una niña por considerarla una bruja. Y no descansan en
paz.
La película se anima a recrear
a los zombies; la mente de Norman le permite ingresar, sin que lo quiera, al
mundo del más allá, y comprender las razones de muchos que ya están muertos y
buscar la solución de la maldición. Para
ello, se vivirán notables aventuras, desopilantes, y muy bien realizadas.
Hay un subtema muy interesante
que conmueve a medida que transcurre la narración y es que los adultos pueden ser, como en este caso, los responsables de las
frustraciones y tristezas pequeñas y enormes de los chicos. Y es un chico
el que debe tener la grandeza de enfrentar tanto daño hecho en el pasado y
perdonar.
El film va in crescendo, va
creciendo en situaciones, en desarrollo de personajes, en situaciones, y tiene
un final que no hay que perdérselo: por eso hay que esperar que terminen todos
los créditos para ver una pequeña maravilla de la tecnología. Más que recomendable. Ingenio, sólida
realización (la banda sonora es excelente) y un buen mensaje.
Elsa Bragato
HYSTERIA
De Tanya Wexler. Con Hugh Dancy, Rupert Everett, Maggie
Gyllenhaal, Jonathan Pryce, Felicity Jones, entre otros. Música de Gast
Waltzing. Duración: 95 minutos.
BUENA. COMEDIA RISUEÑA SOBRE EL INVENTO DEL “VIBRADOR”
CON OLOR A NAFTALINA
“Hysteria” nos habla de ese
mal supuestamente femenino que los médicos de hace más de un siglo no sabían cómo resolver y todo
aquello que le ocurrían a las mujeres ingresaba bajo el calificativo “histeria”.
Dolor de cabeza, dolores de panza,
angustias, todo era producto de la personalidad enfermiza de las mujeres y se
calificaba de esa manera.
En la Londres victoriana del
siglo XIX, el doctor Joseph Mortimer Granville, que no era bien visto en los
hospitales donde trabajaba por sus inusuales métodos para atender a los
enfermos o bien curarlos, busca ayuda en un psicólogo amigo, padre de dos hijas
(la “revoltosa” es Charlotte, a cargo de la notable actriz Maggie Gyllenhall),
quien tiene “cansadas las manos” de tanto “calmar a las mujeres” que llegan a
su consultorio, entiéndase “masajes genitales”.
De allí que Mortimer Granville, junto a un amigo millonario, piense en
un “plumero” que puede “calmar a las señoras”. Es probado y tiene éxito.
Las señoras de entonces, por
lo visto, no estaban bien “tenidas en cuenta” por sus maridos y sufrían
soponcios porque sus hormonas andaban de aquí para allá mientras sus esposos
tal vez tenían otros asuntos extra matrimoniales.
Surge así el primer “vibrador” de la historia. La comedia tiene olor a naftalina, como dijimos en el
título, porque a estas alturas recrear la época victoriana y lujos tan lejanos
nos da ese aroma de rancio o fuera de época. No obstante, la recreación de
época, las actuaciones, la narración sólida y las secuencias simpáticas y
risueñas, hacen que el film sea agradable. El protagonista, Hugh Dancy, no es
conocido aquí y tampoco derrocha carisma. Para ese personaje debió elegirse a
Jude Law, por ejemplo, también de estirpe británica. Para pasar el tiempo y
conocer el origen de un aparato íntimo, que hoy es tema frecuente entre las
mediáticas de nuestra televisión.
Elsa Bragato