JUEVES 26 DE JULIO DEL 2012.-
Hay tres estrenos de cine esta semana en Buenos Aires que incluyen el documental “El silencio del puente”, de Eduardo Schellemberg –que no comentamos- sobre el puente que une Argentina con Paraguay y muestra el contrabando y todos los hechos delictivos que allí suceden.
BATMAN: EL CABALLERO DE LA NOCHE ASCIENDE
De Christopher Nolan. Con Christian Bale, Morgan Freeman, Michael Caine, Anne Hatteway, Gary Oldman, Tom Hardey, entre otros.Música de Hans Zimmer. Duración: 145 minutos.
MUY BUENA. LA TRAGEDIA DE BATMAN CON UN ANÁLISIS SOCIOPOLÍTICO IMPECABLE, ACOTADO AL ENTRETENIMIENTO
Estamos frente a un film que hará historia en el cine, con el añadido de la Masacre en Denver, Colorado, que nos ha horrorizado. Pero que nada tiene que ver con los profundos conceptos del film de Christopher Nolan y su coautoría en el guión ni con los personajes de este film y los motivos de sus violentas acciones. Nolan, que tiene en su haber las dos últimas películas de Batman y ésta, le da un cierre opulento y trágico a la misión del personaje de cómic en la tierra, se mete en la vida cotidiana de su país, en su política exterior y en las consecuencias que provoca en las sociedades no solo americana sino del mundo.
El cómic queda de lado aunque no el personaje, a cargo nuevamente de Christian Bale, quien debe asumir un épico regreso al ruedo y un rescate de sí mismo que elevan su sacrificio físico y espiritual al nivel de la tragedia: la sublimación del propio dolor por el bien de todos. La narración de Nolan va creciendo en intensidad, apoyada además por la banda sonora del maestro Hans Zimmer, hasta estremecer al espectador. Es una historia épica basada en la lucha entre el bien y el mal pero superando esta lineal confrontación.
Y supera la linealidad porque la vida misma no es lineal, no es plana. Batman se encuentra recluido desde hace 8 años y las calles de Gótica vuelven a tener delincuentes que van por todo. Sin embargo, no es la delincuencia cotidiana sino la terrorista. El nuevo enemigo de Batman es Bane (Tom Hardy), quien ha sufrido tanto como Batman en su niñez, ha vivido en oscuros agujeros supuestamente en Medio Oriente de donde puso escapar no sin perder parte de su cara. De allí su horrible máscara. Y es el enemigo de Batman porque desprecia a los ricos, al poder consumado, a los poderosos, a los que afligen a las sociedades del mundo sometiéndolas a sus intereses económicos. Pavada de tema encara Nolan. Batman, de alguna manera, representa lo que no ha querido: el poder de los poderosos. Y Bane, el de los afligidos.
Batman quiso vengar la muerte de sus padres y carga con una muerte por ello (recordar el primer film de la trilogía de Nolan); es además el primer superhéroe que manifiesta sentimientos humanos porque lo es. No esconde su dolor, no esconde sus rabias, no esconde sus amores ni su rencor. Bane representa el hambre, la marginación, y la violencia que desatan los poderosos en los oprimidos, aunque su método de lucha y protesta es erróneo porque causa más dolor y muerte. A su vez, Batman se equivocó en sus planteos sociales, al circunscribirlos a una venganza personal, justificable pero pequeña para los tiempos que se viven. Nolan oscila entre el bien y el mal de ambas partes, la del poderoso Batman que ayuda a la justicia de su ciudad, y la de Bane, el marginado devenido en terrorista brutal. Ambos se equivocan y ambos tienen razón en sus demandas pero no en sus métodos de justicia.
Reminiscencias hay muchas. El ataque a las Torres Gemelas se cuela, la primera guerra mundial por la tremenda lucha cuerpo a cuerpo de los policías de Gótica-New York con las fuerzas de la “oscuridad” (por vivir en pozos) que lidera Bane. La secuencia del estadio donde se canta el himno de USA antes de un partido nos hace cosquillas. ¿Politiquería? En realidad, Nolan es un inglés que trabaja en USA y a esto no hay que darle muchas vueltas.
Los enfrentamientos entre Bane y Batman son a todo o nada. Dos veces semejantes titanes están cara a cara, cada uno con su máscara, y las palizas que se propinan son brutales. Así como se ve a una New York que va explotando por zonas por obra de los oscuros enemigos de Batman a través de fotografías zenitales de gran belleza y espectacularidad.
La intervención de Morgan Freeman como el fiel Lucius Fox queda relegada, mientras que es Michael Caine quien carga con la tragedia familiar y nos deja un guiño, no sabemos si para alguna continuación de esta saga sobre la que opinamos que no tendría que existir. Nolan agotó el tema con maestría a través de un guión de gran altura. Anne Hathaway es Selina Kyle, experta en todo tipo de artes marciales y una notable seguidora de las habilidades de Batman, pero no es Gatúbela, está muy lejos de este personaje. Y Gary Oldman asume prácticamente el coprotagonismo del film con escenas muy arriesgadas, ayudando a Batman, y con la solvencia actoral que lo caracteriza, mostrando en este caso una ternura poco frecuente. Robin aparece pero no vamos a descubrir al actor porque, sin duda, es uno de los atractivos del film.
La fotografía es estupenda. La primera secuencia, estremecedora, entre dos aviones en vuelo, sacará el aliento a la platea. Y los últimos 45 minutos son para atarse a la butaca y contener el aliento. Hay varias secuencias memorables como la lucha cuerpo a cuerpo entre miles de policías neoyorquinos y los grupos capitaneados por Bane, por ejemplo. También destacamos el trabajo en el sonido del film, impecable y apabullante.
Sin escatología, sin sexo, pero con ideas que nos tocan a todos a nivel social, Christopher Nolan logra un film que, como dijimos, es antológico y nos muestra que los héroes también tienen errores y solo los nobles de espíritu aceptan pagar por ellos. Fantástico film, opulento, trágico, entretenido, estremecedor, que vale la pena ver. Antológico por sobre todo.
NOTA DE REDACCIÓN. Anteriores films de Batman
Batman, 1966, Leslie Martinson
Batman, 1989, Tim Burton
Batman returns, 1992, Tim Burton
Batman Forever, 1995. J. Schumacher
Batman y Robin, 1997, J. Schumacher
Batman begins, 2005, C. Nolan
The dark knight, 2008, C. Nolan
The dark knight rises, 2012, C. Nolan
Elsa Bragato
TODO QUEDA EN FAMILIA
Coproducción de Croacia, Serbia y Eslovenia
De Rajkogrlic. Con Miki Manojlovic, Bojan Navojec, Daria Lorenci, entre otros. Música de Alan Bjelinsky y Alfi Kabiljo. Duración:
BUENA. PERIPECIAS AMATORIAS EN COMEDIA AGRIDULCE
Las infidelidades conyugales, la doble vida, la pasión erótica, son las tribulaciones que llevan dos matrimonios cuyos componentes masculinos son dos hermanos, herederos de los desvíos de su padre. La fama de éste, recientemente fallecido, oscila entre el erotismo y el desprejuicio dentro de la pintura en Zagreb.
Es un divertimento agridulce porque tanto erotismo no siempre tiene buenos desenlaces familiares: la pasión amorosa entrecruza a los personajes que pagarán sus hechos, mientras hay hijos en el medio que desconocen quiénes son sus padres.
La propuesta del realizador croata Rajkogrlic es desenfadada, pero divierte y muestra la fragilidad de este tipo de relaciones donde surgen el cinismo y la liviandad. En el juego carnal propuesto entre los personajes se produce un duelo actoral estupendo, cinco actores envueltos en peripecias amatorias, destacándose Miki Manojlovic y Bojan Navojec, todos se sacan chispas y le dan al film una atracción superlativa.
Sin duda, se quiere mostrar un rechazo a la tradición familiar con cierta impronta modernista que, a su vez, contrasta con la bella y antigua Zagreb. La película trae premios de Portugal, República Checa, Croacia, Montenegro e Inglaterra en todos sus rubros. Es que ha sido realizada con prolijidad, con buen ritmo que nunca decae a raíz de las aventuras amorosas y de los giros que se le van imprimiendo a la historia. Buen film que debe competir con varios tanques de Hollywood.
Carlos Pierre