PANTALLAZOS (CRÍTICAS DE BRAGATO Y PIERRE)

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jueves, 15 de diciembre de 2022

PINOCHO DE GUILLERMO DEL TORO, AVATAR 2, PORNOMELANCOLÍA, ESTRENO DEL JUEVES 15 DE DICIEMBRE DEL 2022

 

JUEVES 15 DE DICIEMBRE DEL 2022.-

 El Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) anuncia la renovación de sus pantallas para la segunda semana de diciembre.En el Cine Gaumont, desde el 15 de diciembre se estrenan la ficción La ley del embudo, dirigida por Carlos Piwowarski y Daniel Alvaredo; el docuficción Pornomelancolía, de Manuel Abramovich; y el documental El coso, realizado por Néstor Frenkel.Como parte del programa Jueves Estreno, La ley del embudo se podrá ver también en la señal CINE.AR TV a las 22 horas, con repetición el sábado 17 en el mismo horario, y en la plataforma CINE.AR PLAY estará disponible por una semana, en forma gratuita, desde el viernes 16.

Desde el jueves 15, la plataforma sumará los estrenos de Mete miedo (2022 – 85 min – SAM 16), de Néstor Sánchez Sotelo; Un bolso lleno de carteras (2019 – 81 min – ATP), de Leonardo Petralia; El lado salvaje (2022 – 95 min – SAM 13), de Juan Dickinson; Zew (2022 – 70 min – ATP), de Irene Kuten; y Vuelta al perro (2022 – 94 min – SAM 13), de Nicolás Di Cocco.

OTROS ESTRENOS PREVISTOS PARA ESTE JUEVES:

AVATAR 2

De James Cameron. Con SINSÍPam Worthington, Zoe Saldana, Sigourney Weaver, Kate Winslet, entre otros. Fotografía de James Cameron y Russell Carpenter, Música de Simon Franglen. Duración: 190 minutos.

XXXX- UNA DELICIA VISUAL INSÍPIDA PERO VALIOSA

Luego de Avatar, lanzada en el 2009, James Cameron no logró concretar rápidamente la primera secuela del film, la historia del planeta Pandora y sus seres azules “Na’Vi”, con idioma propio (un pool de lingüistas trabajó creando el idioma de esa raza): pandemia de por medio, recién este año lanza Avatar 2, prometiendo una saga de cinco films en total por lo que producirá tres películas más, una por año.

En este caso, la historia parte de una pareja y sus hijos, y la lucha por la sobrevivencia que enfrentan en diferentes medios ambientes. No solo está el planeta que les pertenece sino también mundos acuáticos donde deben sobrevivir con muchas dificultades.

Más que detenernos en la historia, pura ficción dentro del género de ciencia ficción, es válido aportar algunos datos técnicos que pueden darnos la magnitud de la tecnificación de James Cameron (un científico con títulos que así lo indican) para sus películas. Algo esbozó en Titanic. Ahora pensó seriamente (en colaboración con un grupo de guionistas que siguieron sus ideas)en cambiar el ámbito de los Na’Vi por lo que debió adiestrar durante casi un año a su selecto elenco de primeras figuras.

Hubo que fabricar una alberca gigantesca para que actrices y actores pudiesen nadar y actuar al mismo tiempo. Por ejemplo, la inglesa Cate Winslet tuvo adiestramiento de seis meses para lograr sostener la respiración durante 4minutos debajo del agua.

Es que el cine de Cameron, a partir de Peter Jackson y su “Gollum” es pura técnica: la capture motion que creó el padre cinematográfico de El Señor de los Anillos fue complejizada por Cameron, por lo que los actores, fuera del mundo acuático, también tienen escenas cargados de sensores, trasladados a las figuras azules que los esperan en las computadores superespeciales del equipo técnico. En verdad es un trabajo de ingeniería tecnológica que ofrece una gran dificultad para la actuación. La simulación de la mayoría de las luchas, enfrentamientos, amores y demás, es absoluta. Se reducen a una expresión facial y algún movimiento corporal que luego “se rellena” con sofisticados programas, softwares.

De todas maneras, lo que vemos tiene un esplendor visual que asombra. La técnica al servicio del arte es una realidad tangible y, en el cine, tiene nombres ilustres especialmente en los últimos 24 años: Peter Jackson y, por supuesto, James Cameron. Sin olvidar al padre de la escuela de efectos, George Lukas, quien puso a disposición de Jackson y de Cameron sus especiales estudios.

Es difícil comentar un film cuya base es una historia singular con preeminencia de la tecnología más que con un sentido de estricta humanidad. El desarrollo narrativo es absolutamente artificial. Pero tiene la magia que pone un creador como Cameron, la historia es suya, pertenece a su imaginario. Es lo que salva a esta producción, que anonada, de la frialdad de lo meramente técnico. Y que pueden resultar absolutamente insípidas aunque bellas.

Elsa Bragato

NETFLIX. ESTRENO DEL 24 DE NOVIEMBRE PASADO

PINOCHO, DE GUILLERMO DEL TORO

De Guillermo del Toro y Mark Gustafson. Coguionado con Patrick McHAle. Basado en la obra de Carlo Collodi. Fotografía de Frank Passingham. Música de Alexandre Desplat. Coproducción de Estados Unidos, México y Francia. Además de diversos estudios cinematográficos internacionales. Duración: 117 minutos

XXXX- MUÑECOTES TRÁGICOS PARA UN GRAN HISTORIA

La imaginación de Guillermo del Toro, ganador del Oscar por “La forma del agua”, vuelve por sus fueros. Tomó el clásico de Carlo Collodi, Pinocho, y lo transformó en un drama sobre la relación padre e hijo, sin abandonar la hechura inicial: es un hijo de madera del ebanista Gepetto (David Bradley), a quien se le muere su único hijo, Carlo, en medio de un bombardeo de la Segunda Guerra Mundial, época en la que instala su versión.

La desesperación de Gepetto lo lleva a tallar un niño en un trozo de leño de pino, así surge Pinocho (Gregory Mann). un títere con una nariz poco común. Es tanto su dolor por la pérdida de su hijo Carlo que ni este muñeco, inerme, lo consuela. Llega entonces un hada (Tilda Swinton) y le infunde vida para que la soledad del carpintero se mitigue.

La voz en off del Grillo (Edward McGregor) nos va contando sus vicisitudes y las del niño de madera que adquiere vida.

Pinocho intenta ser bueno pero es extremadamente travieso hasta que un bribón, el Conde Volpe que recorre los pueblos con un circo de mala muerte (Christphe Waltz) junto a su mono (Cate Blanchett) lo secuestran con falsas promesas.

La tecnología está al servicio una vez más del arte. En este caso, se trabajó con maquetas, con muñecos de diferentes tamaños tallados en madera, con decenas de rostros de Pinocho con expresiones diversas. El “stop Motion” en este caso y no el “Capture Motion” tuvo lugar. Un trabajo excepcional que demandó mucho tiempo.

Días, horas, trabajo intenso para que esta versión animada de Pinocho llegara a Netflix, la empresa que sí invirtió para que el sueño cinematográfico de Del Toro se hiciera realidad.

La película transita el drama con frecuencia, incursiona hasta en la política con una sátira al mismísimo Duce, Benito Mussolini, y los diálogos no están exentos de esa filosofía cotidiana tan común a cualquier mortal pensante. Es, sin duda, un acercamiento honesto al espectador: estamos frente a “muñecotes” que razonan, como la mayoría de nosotros. Es aquí donde la ficción de Guillermo del Toro se vuelve real, vívida, un reflejo de lo cotidiano, los temores de un padre por las vicisitudes de un  hijo, los deberes de los hijos con los padres, los derechos de unos y otros, la honestidad como único camino posible para cualquier meta.

Hay secuencias de notable intensidad como la del monstruo marino que se traga a los personajes quienes lucharán para salir al mar nuevamente y sobrevivir. El cuento de Collodi está presente siempre nada más que Del Toro le suma su sensibilidad, transformando una lectura que tiene sus matices tristes para cualquier niño en escenas dramáticas muy intensas.

¡No se sale indemne de este Pinocho tan especial de Guillermo del Toro! Ni siquiera algunas actrices como Tina Swinton, sensibilizada al máximo por sus dos roles: le dio vida a la Vida y a la Muerte, dos personajes con un mismo rostro y cuerpos diversos, opuestos pero iguales, uno como la continuación de otro y viceversa. Clara reflexión teológica de Guillermo del Toro.

Pinocho es un film que cierra aspectos planteados en El laberinto del Fauno, historia tremenda emparentada como thriller con Venecia Rojo Schocking (1973). Ciertamente, es un Pinocho que escribió el italiano Collodi y que el mexicano Guillermo del Toro transformó en un plato fuerte para adultos, a pesar de cierto estancamiento narrativo que el realizador suple magistralmente con la acción y los diálogos de de sus personajes.

Elsa Bragato

PORNOMELANCOLÍA

De Manuel Abramovich, docuficción con Lalo Santos, sex influencier mexicano. Fotografía de Manuel Abramovich. Duración: 97 minutos. Coproducción.

XXX- VIDAS QUE SE AUTODESTINAN

Para Manuel Abramovich, el docuficción “Pornomelancolía” retrata la relación que Lalo Santos, sex influencer mexicano, tiene con su cuerpo es el punto de partida para narrar la soledad en la que se vive. Hay una estrecha relación entre lo espiritual, lo físico y la sociedad. Por sobre este planteo, el film habla más de la soledad que del sexo aunque la actividad de Lalo Santos sea la de vender sus fotos eróticas y citas sexuales. Existe un contexto social que no lo contiene, ni a él ni a gran parte de la sociedad: la gente se transforma en merodeadora de la realidad. Vive la vida el que puede. El resto merodea, sobrevive.

Es una película para determinado target, no todo el público se sentirá cómodo ante la propuesta de Manuel Abramovic. Se destaca la fotografía como el mejor rubro técnico, superior al guion y a los diálogos. En cuanto a la actuación de Santos y el reducido grupo de actores (tal vez personas comunes devenidas como tales) resulta básica, acorde con el personaje que no tiene sonrisas sino un modo cansino de ver la vida, de sentirse a sí mismo; sus días transcurren en un mundo machista, siendo casi inexistente la presencia femenina que aparece en momentos muy puntuales. El hombre y su masculinidad determinan el desarrollo de la historia que intenta ser un referente social, pero no lo logra. Esboza, sí, una genuina preocupación por estas vidas que se autodestinan a actividades marginales.

Pornomelancolía es un excelente título que tan solo describe la actividad de Lalo Santos sin profundizar conceptualmente en la soledad y en la actividad del protagonista como producto de su gran vacío interior. Éste solo está descripto por su rostro sin expresión por lo que el argumento no supera la linealidad secuencial.

Elsa Bragato