JUEVES 22 DE DICIEMBRE DEL 2022.
El Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) anuncia la renovación de sus pantallas a partir del 20 de diciembre.
En el Cine Gaumont, el jueves 22 se estrenan los largometrajes de ficción Algo que paso en año nuevo, comedia negra y de terror dirigida por Jorge Pinarello; Parque Central, comedia dramática de José Kemelmajer; junto a los dramas No quiero ser polvo, de Iván Löwenberg y Paula, de Florencia Wehbe.
Como parte del programa Jueves Estreno, Parque Central también se proyectará
en la señal CINE.AR TV, el jueves 22 a las 22 horas con repetición el sábado
24 en el mismo horario. En la plataforma CINE.AR PLAY estará
disponible por una semana, en forma gratuita, desde el viernes 23.
Sala Leonardo Favio
20.30 horas
22 y 29 de diciembre
Karnawal (Drama – 94 min – SAM 13 CR), de Juan Pablo Félix
23 y 30 de diciembre
Azor (Drama/suspenso – 100 min – SAM 13), de Andreas Fontana
26 de diciembre y 2 de enero
Las intemperies (Drama – 77 min – SAM 13 C/R), de Guido de Paula y Andy Riva
27 de diciembre y 3 de enero
Cuando la miro (Drama – 80 min – SAM 13 CR), de Julio Chávez
28 de diciembre y 4 de enero
Pequeña flor (Thriller – 98 min – SAM 16), de Santiago Mitre
Sala Fernando Birri
20 horas
22 y 29 de diciembre
La rebelión de las flores (Documental – 82 min. – ATP C/L), de María Laura Vasquez
23 y el 30 de diciembre
Telma, el cine y el soldado (Documental – 78 min – ATP C/L), de Brenda Taubin
23 de diciembre y el 2 de enero
R. J .W. (Documental – 66 min – ATP C/L), de Fermín Rivera
27 de diciembre y el 3 de enero
Vikinga (Documental – 73 min – ATP), de Silvina Szperling
28 de diciembre y 4 de enero
Una mirada honesta (Documental – 82 min – ATP), de Roberto Persano
NO QUIERO SER POLVO
De Iván Lowenberg. Fotografía de Rodrigo Calderón García. Música de Nicolás Deluca. Edición de Damián Tetelbaum. Vestuario, make up y peinado: Mariana León y Petter Zahn. Con Bego Sainz en su debut cinematográfico, la participación especial de las actrices argentinas Romina Coccio, Anahí Allué, y Agustina Quince, y gran elenco. Duración: 85 minutos. Coproducción de México y Argentina.
XXX-ENTRE EL DRAMA COTIDIANO Y LA CIENCIA FICCIÓN
Interesante propuesta es “No quiero ser polvo” del mexicano Iván Lowenberg, quien parte de una situación cotidiana en la vida de una mujer de mediana edad para ingresar con sutileza y fuerza cinematográfica en el mundo de la ciencia ficción.
La trama gira en torno a Bego, ama de casa, cuyo marido anda en las suyas y su hijo adulto prácticamente la ignora. La soledad del día a día la lleva a tomar clases de meditación donde uno de los maestros indica que se producirá un cataclismo y la oscuridad durará tres días.
Es el conflicto que la propuesta de Lowenberg necesitó para que su protagonista tomase las riendas de su vida en la ficción y frente a cámaras. Se produce un quiebre, una crisis, en la parsimoniosa cotidianeidad en las que Bego intentará involucrar a su familia, cómo cuidarse, cómo salvarse, qué hacer. Con algunas elipsis permitidas, la comedia costumbrista deviene en ciencia ficción.
La idea de Lowenberg tiene varios puntos atractivos: la protagonista es una mujer cincuentona larga, sobre ella pesa el desarrollo del film, y Bego Saínz asume el riesgo saliendo más que airosa del compromiso, junto a un calificado elenco del que sobresalen tres actrices argentinas (Romina Coccio, Anahí Allué y Agustina Quince). El conflicto que genera el cataclismo climático-cósmico es no solo un factor necesario para la razón de ser de la historia sino que también encierra un concepto más que sugerente, y he aquí otro punto atractivo: la soledad puede llevar por caminos insólitos que, o con muchas mentiras o muchas verdades, quiebran el status quo del participante.
Son aspectos que definen lo formal y lo conceptual respectivamente en la idea cinematográfica (basada en una experiencia familiar) de Iván Lowenberg de esta película. Asimismo, la irrupción de un género diferente en la historia telenovelesca es de gran audacia, imprimiendo un camino imprevisible en el desenlace. Porque le da aire, se abre un camino paralelo impensado, rico en acontecimientos. Un claro manejo del hilo conductor narrativo permite que se llegue a buen puerto, con el agregado de un final abierto que se vislumbra en las últimas imágenes. Atractivo, singular, disruptivo film.
Elsa Bragato