JUEVES 19 DE MAYO DEL 2016.-
Varios estrenos con dos
títulos muy atractivos: “X-Men, apocalipsis”, la quinta realización de Bryan
Singer sobre los personajes de Marvel Cómics, y la nacional superesperada “El
hilo rojo”.
X-MEN APOCALIPSIS
De Bryan Singer. Con James
McAvoy, Michael Fassbender, Jennifer Lawrence, Oscar Isaac, entre otros, con un
cameo de Hugh Jackmann. Música de John Ottman. Duración: 131 minutos.
BUENA. MÁS ES MENOS
El blockbuster de la semana
puede decepcionar. “X.Men, Apocalipsis”, quinta entrega del director Bryan
Singer, compenetrado en los superhéroes de Marvel Cómics, nos enfrenta a un
superpoderoso del pasado, Apocalipsis (Oscar Isaac), quien regresa al siglo XX,
1983, se considera dios y quiere destruir la humanidad para reconstruir el
mundo sin la maldad que ve. Pero sus métodos no son apropiados, es
absolutamente destructor.
El film comienza con
secuencias impactantes y una banda sonora de John Ottman basada en el Carmina Burana
de Karl Off. Coros y orquesta acompañan la caída monumental de las pirámides de
Egipto ocurrida, según esta historia, 3600 años A.C. y la supuesta muerte de
Apocalipsis. En otra secuencia, un caleidoscopio espectacular y atronador entre
imágenes y música incidental, nos llevan a 1983, donde Apocalipsis vuelve a la
vida en El Cairo, figura espectral que comete decapitaciones como si tal cosa.
La narración nos lleva a
diferentes locaciones europeas como la ciudad de Berlín y un lugar de Polonia,
donde Magneto (Michael Fassbender) vive con su mujer y su hija alejado de los
superpoderes. Pero un hecho brutal lo devuelve a su esencia. Una secuencia
impactante es cuando es llevado frente a los campos de Auschwitz donde su
familia murió y con sus poderes hace polvo literalmente las tristes estructuras.
Quiere reconstruir el mundo y se rodea de Magneto, Psilo9cke (Olivia Munn),
Storm (Alexandra Shipp y Angel (Ben Hardy), entre otros personajes. Por su
parte, la escuela de los jóvenes con superpoderes que encabeza el profesor
Charles Xavier (James McEvory), el telépata más poderoso del mundo, advierte el
peligro y reúne a sus estupendos alumnos, entre los que están Mystique
(Jennifer Lawrence), Beast (Nicholas Hoult, y hasta un asustadizo Logan (Hugh
Jackmann), entre otros seres superespeciales.
Es curioso el impacto de este
film: pocos diálogos en muchas secuencias, mucha espectacularidad visual, un
paseo por diferentes ciudades europeas, hechos que terminan en elipsis sin ton
ni son, y largas charlas en un desierto donde se enfrentan los buenos y los
malos. Apocalipsis considera que es dios, y la referencia a los comienzos del
cristianismo están presentes. Y éste es el “quid” de la historia. Los
superhéroes de ficción se generan a partir de la realidad. No hay secreto en
esto.
El “mix” que genera Bryan
Singer es eso: una mezcla narrativa que obliga a estar atentos para no perderse
entre El Cairo y Polonia dejándose llevar por la estentórea banda sonora y las
imágenes. La historia en sí adolece de originalidad, aunque se trate del
superhéroe más convocante de Marvel. Hay tanto paseo por ciudades y tantas
experiencias de cada superhéroe que la historia se deshilvana y Apocalipsis
queda como una parodia del mal que da sermones. Es que con tantos efectos
maravillosos, tantas posibilidades tecnológicas, Bryan Singer dejó más en su
mente que en la pantalla la historia que quiso contar.
Elsa Bragato
EL HILO ROJO
Coguionista y dirección de
Daniela Coggi. Con María Eugenia Suárez, Benjamín Vicuña, Guillermina Valdés,
Hugo Silva, entre otros. Duración: 90 minutos.
BUENA. ROMANCE COMÚN Y
CORRIENTE
Precedida por chimentos y una
coincidencia que pasó de la ficción a la realidad, llega “El hilo rojo” que es,
esencialmente, una comedia romántica - salpicada con fuertes escenas de sexo-,
común y corriente. Benjamín Vicuña y la “China” Suárez pasaron de la trama a la
realidad, motorhome mediante, palta verde y manta amarilla hindú.
Una azafata, Laura (María
Eugenia Suárez), y un enólogo, Manuel (Benjamín Vicuña), se flechan en un
vuelo. Un “coup de foudre” que deciden elegirse y entregarse al amor, sus
corazones están atados por un “no sé qué”.
Filmada en Buenos Aires y la
bella Cartagena de Indias (Colombia), descubren allí el motivo de esta relación
apasionada. Pasean por una colorida fiesta artesanal y será una vendedora quien
les relate la leyenda china de “el hilo rojo” invisible que los conecta,
estaban destinados a encontrarse, un hilo que se puede estirar o contraer pero
jamás romper. Hay una impasse de 7 años pero el “hilo rojo” hace de las suyas y
vuelven a encontrarse, ya con parejas estables e hijos. Como a Benjamín Vicuña
le sucedió en la vida real.
Benjamín Vicuña está
seductor, actúa en forma muy natural, y la belleza de la “China” Suárez soporta
cualquier ángulo: juventud y un rostro armonioso confluyen para transformarla
en una de las actrices más lindas de nuestro país. Guillermina Valdés compone a
la esposa de Vicuña en la ficción (en la realidad, es la mujer de Marcelo
Tinelli), también muy bella y convincente en su rol.
Sin llegar a afectar el pudor
aunque inquietar un tanto al espectador, Laura y Manuel se aman intensamente.
Que de eso se trata el film: de mostrarnos un romance común en la pantalla, sin
muchos artilugios más que aquéllos que dicta una relación entre un hombre y una
mujer llevada a la pantalla.
Los paisajes tropicales de
Cartagena de Indias y la modernidad de los aeropuertos y de la propia ciudad de
Buenos Aires, aportan valor a este film romántico, con dos protagonistas que
hicieron realidad el “hilo rojo” que vivieron en la ficción. Atrevidos, bellos
e impetuosos. Sin pretensiones, un film para ver cómo algunas leyendas antiguas
se cumplen inexorablemente en la vida real.
Carlos Pierre
TIEMPO DE REVELACIONES
(LA BELLE SAISON)
Guión y dirección de
Catherine Corsini. Con Cécile de France, Izla Higelin, Noemie Ivovsky, Kévin
Aznis, entre otros. Música de Grégoire Hetzel. Duración: 105 minutos.
MUY BUENA. LA LIBERACIÓN
FEMENINA
El matrimonio igualitario
provocó revueltas en Francia. Catherine Corsini entonces pergeñó este film
sobre el amor entre dos mujeres, precedido por excelentes películas como
“Carol” con la incomparable Cate Blanchett, “No sin ella”, con una estupenda
Julianne Moore y “La vida de Adéle”, entre otras producciones emblemáticas de
los últimos años.
La historia transcurre en
pleno 1971, luego del Mayo Francés (1968), época de liberación de la mujer, de
lucha por los derechos, de renovación en todos los ámbitos sociales y
culturales. Este film se puede dividir en dos partes: la primera en pleno París,
donde las jóvenes francesas se lanzan a la universidad y a la lucha por los
derechos femeninos. El 1ro de mayo de 1970, un año antes de esta historia en
particular, una manifestación feminista había abierto el camino, fue la primera
marcha gay que quedó eternizada en la maravillosa foto de Carole Roussopoulus
(documentalista suiza que realizó trabajos cinematográficos sobre el movimiento
de liberación de la mujer), muy cerca de Delphine Seyrig, los nombres de las
protagonistas: Carole y Delphine, homenaje a aquellas luchadoras de vanguardia.
La segunda parte se
fundamenta en la relación lésbica de la joven campesina Delphine (Izia Higelin)
Carole (Cecile de France), profesora de castellano, en pareja con un compañero
de piso. Delphine se enamora de esta fuerte mujer, y la arrastra hacia la
relación amorosa en los campos franceses, que conoce muy bien. Las escenas de
amor con la alegría del descubrimiento mutuo están dignamente retratatas por la
directora Catherine Corsini. El entorno de las dos enamoradas mujeres será el
campo de batalla donde Delphine y Carole deberán decidir si desafían a la
familia y los cánones de la época o bien dan por terminada la fuerte relación
que las une.
La música de Gregoire Hetzel
es de una armonía admirable, con una instrumentación sólida e impecable a cargo
de una sinfónica, echando por tierra el mal gusto imperante de trabajar con
escuálidos conjuntos rítmicos. Hetzel obtuvo el premio a la mejor banda sonora
en el Festival Internacional de Cine de Locarno (Italia), así como Cecile de
France y Noemie Ivovsky (madre de Delphine en la ficción) lograron los premios
César por sus respectivas labores.
Para reflexionar, para
emocionarse, para compartir una realidad que hoy en día se acepta sin vueltas a
través del buen gusto de Catherine Corsini y su inquieta cámara.
Carlos Pierre
The lady in the van
De
Nicholas Hytner. Con Maggie Smith, Alex Jennings, Kim Broadbent, Frances de la
Tour, entre otros. Música de George Fenton. Duración. 104 minutos.
MUY
BUENA. LA GRAN DAMA FRENTE A CÁMARAS
Basada
en un hecho real, o al menos se cree que fue así, vivido por el escritor inglés
Alan Bannett y reflejado en su libro “The lady in the van” de 1989, llega la
tercera realización de Nicholas Hytner. Bannett es uno de los escritores más
relevantes de Inglaterra con numerosos guiones para televisión y cine, obras de
teatro y novelas en su haber. Al parecer, es cierto que una vagabunda habitó en
el jardín coqueto de su inglesa casa, con permiso del propio Bannett y para
enojo de los vecinos.
Aquí
la dama en cuestión es nada menos que la incomparable Maggie Smith, dueña de un
talento inmenso y de una innata habilidad para enfrentar las cámaras desde
todos los ángulos. La excelencia de Smith permitió componer a esta desvalida
mujer que fuera (o soñó ser) una pianista clásica (una secuencia en blanco y
negro recuerda ese pasado musical) y que esconde en su conciencia un tragedia
involuntaria. Alan Jennings compone a Alan Bannett, desdoblándose entre el
escritor y sus tareas y el hombre común, que atiende la casa y, además, a su
“invitada”.
La
historia es muy emotiva, tiene ese aire británico circunspecto pero galante a
la vez, que hace posible que una “homeless” pueda habitar en un barrio de clase
alta. Incluye momentos graciosos porque “Miss Shepherd” no tiene baño propio,
sigue viviendo en su vieja camioneta pintada de amarillo, aunque en el jardín
del afamado escritor, y provoca resquemor en el vecindario. Mujer gruñona, hecha
en la calle desde hace años, provoca empatía en el espectador. Maggie Smith (82
años), Nicholas Hytner (61 años) y Alan Bannett (82 años), logran un film
amable, tierno, con grandes actuaciones. Buen cine clásico inglés.
Carlos
Pierre
CÁNCER
DE MÁQUINA
Documental
de Alejandro Cohen Arazi y José Binetti. Música de José Binetti. Duración: 90
minutos.
MUY
BUENO. LA VIDA EN LAS SALINAS
La
motivación de este excelente documental surgió de José Binetti, quien nació en
La Pampa y pasó su infancia en Macachín, donde su padre trabajó en Salinas
Grandes. A partir de este profundo conocimiento personal, se planteó esta
narración que contó con la dirección de Alejandro Cohen Arazi, egresado del
Instituto Cinematográfico de Avellaneda.
La
fotografía es notable y conmovedora: toma secuencias del viaje a las salinas
ubicadas en la provincia de Buenos Aires, silencioso, con las pampas como
horizonte, hasta llegar a las montañas de sal, cristales de sal, tomados en
“close up” maravillosos: desde insectos, vida y muerte en un mundo atractivo
pero fatal hasta las tormentas de viento y la sal que enceguece.
Los
realizadores entrevistaron a Miguel Rinaldi, hombre que ha hecho de su tractor
una suerte de caballo: son inseparables, así lo afirma. A la noche, con
excelencia en la iluminación, Rinaldi se explaya: no tolera los “oquei” foráneos pero aceptaría el guaraní. Siente
nostalgia y tiene resignación.
Antes
había pueblo, hoy hay escasas casas, entre las que está la del propietario de
la salina, Roberto, junto a su mujer Amalia. La vida lejos de la ciudad,
contrastes entre el confort urbano y lo inhóspito de un lugar donde todo se
corroe, desde el metal hasta las paredes. Una única escuela con uno o dos
alumnos son la presencia del pasado. Antes, 40 alumnos. Ahora apenas 2. La
soledad, la precariedad, y la falta de presencia del Estado, surgen
inevitablemente aunque no sea el planteo del documental. Sin embargo, Arazi y
Binetti logran perturbar la calma del espectador: imposible no preguntarse por
qué los trabajadores deben estar sometidos, resignados, habituados, a una
calidad de vida que no es tal.
El
valor del documental, además de la fotografía, de la banda sonora que recreó
también José Binetti aunando los sonidos de las máquinas y camiones con los del
sintetizador, reside en traer a un primer plano la vida y el trabajo de los que
no se ven, de los que no participan de la vida urbana, de los que aceptan el
destino de sus mayores como propios. El planteo narrativo es perfecto: desde el
viaje inicial hasta el del final, con matices climáticos, días y noches en las
salinas y las escasas familias que aún viven cerca mientras el pueblo está
lejos, para las compras y alguna diversión vecinal.
Muy
valioso aporte cultural realizan Alejandro Cohen Arazi y José Binetti al
acercarnos a los obreros de las salinas (Miguel Rinaldi, la familia Fernández,
la familia Ramos, C.Castillo), ésas que quedan tan cerca de la gran ciudad y de
las que nadie, ni siquiera las autoridades, parecen tener en cuenta
(urbanización, trenes, agua potable, sala de emergencias, caminos). Mientras,
la vida sigue.
Elsa
Bragato
PONER AL ROCK DE MODA (BRING
BACK ROCK)
Documental
de la “Banda de Turistas” de Santiago Charierre. Participación especial de Luis
Luque. Duración: 78 minutos.
BUENO.
LA OTRA CARA DEL ROCK
Santiago
Charriere llega con su primer largometraje en este documental basado en las
idas y vueltas de la joven banda “Los turistas” o bien “Banda de turistas”, que
recorre diversos escenarios nacionales e internacionales con sus canciones, un
rock romántico sesentista que no está nada mal y que puede resultar fuera de
época. Sin embargo, pone la cuota de sensibilidad que a nuestro rock le está
faltando. El excelente actor Luis Luque, músico de rock e integrante de la
banda “La dama”, compone el rol del gerente de una discográfica que exige un “hit”.
Algo más que común para los artistas populares, de rock o pop o melódico, a
quienes las empresas los obligan a realizar temas nuevos en un CD anual.
Lo
interesante de este documental está en la trastienda de estos jóvenes músicos,
en la búsqueda de los sonidos del “hit” pedido, en las grabaciones, en los
viajes. La vida del músico que no pertenece a un “staff” de un teatro es dura y
difícil, transcurre entre sonidos y estudios y estadios. Hay que tomar aviones
y estar listos ni bien se baja para tocar con toda la “polenta”. Destacamos la
iluminación utilizada por Santiago Charriere así como el blanco y negro en algunas
secuencias y la cámara que busca esos pequeños instantes de vida de los músicos
en descanso, chequeando el material o bien grabando. Interesante documental que
no contiene mucha música, solo en el final. Obtuvo el premio del público en el
BAFICI como Mejor película. Destinada a los más jóvenes.
Elsa
Bragato