JUEVES 29 DE ENERO DEL
2015.-
Hay cinco estrenos
confirmados en las salas más importantes de esta ciudad de Buenos Aires. Entre
ellos, la comedia francesa “Dios mío, ¿qué hemos hecho”, de Philippe de
Chauveron, que viene con buenas críticas, y la nacional “El desafío”, de
Juan Manuel Rampoli, con Nico Riera, Rocío Igarzábal, Gastón Soffritti, Diego
Ramos, en los rubros protagónicos. Consignamos que Nico Riera y Rocío Igarzábal
es una pareja surgida en la televisión y que hace un año que no están en la
pantalla chica. El film está dirigido a la platea femenina adolescente. Se
anuncia también el estreno del documental “El vals de los inútiles”, sin
difusión para la mayoría de los críticos, del chileno Edison Cajas.
ST VINCENT
Guión y dirección de
Theodore Melfi. Con Bill Murray, Jaeden Lieberther, Melissa McCarthy, Naomí
Watts, entre otros. Música de Theodore Shapiro. Duración: 102 minutos.
MUY BUENA. MURRAY SE
ADUEÑA DE LA PANTALLA
“St Vincent” nos
muestra a Bill Murray en su mejor interpretación, a manera de unipersonal, en
el cine. Dueño de un estilo mesurado, de una gestualidad muy particular, Murray
se adueña de la pantalla en esta historia, una comedia dramática, cuyo nudo se
centra en la relación de este hombre mayor y un niño, agredido en una escuela
de un Brooklyn bello pero difícil y reo. Vincent es un veterano de Vietnam,
malhumorado, atormentado, con muchos vicios que van desde el cigarrillo hasta
el alcohol, pasando por las apuestas en carreras de caballos, sin un dólar a
mano, con su mujer en un geriátrico y una amante rusa (la bella Naomí Watts)
que está embarazada. Por esas cosas del destino, Vincent se ve involucrado con
una nueva vecina (Melissa McCarthy) y su pequeño de 12 años (Jarden Lieberther).
Bill Murray sabe cómo
adueñarse de su personaje y hacerlo vivir el entorno que le toca en suerte. Su
rol es ir a buscar al niño a la salida del colegio religioso, transformándose
en un singular “babysitter”, recibiendo un sueldo a cambio. Aquí se ve la mano
de Theodore Melfi en el tratamiento del guión y la dirección actoral, dejando
con sabiduría que Murray y el elenco se explayen en sus roles sin notar el
invisible hilo que los sostiene.
El film tiene varios
golpes bajos, hay un tosco sentimentalismo, y una serie de clishés y algunas
sobreactuaciones de Bill Murray que, sin embargo, atrapan, no declinan el
interés por este personaje, eje del film. Bill Murray se transforma no solo en
el “babysitter” que la ficción le exige sino también en el sostén de un muy
buen elenco. Y por esta actuación que es superlativa le damos un “muy bueno” al
film, sin olvidarnos que, detrás de Bill Murray, hay títulos inolvidables como
“Hechizo del tiempo”, “Perdidos en Tokio”, y los lejanos films de
entretenimientos sobre los “cazadores de fantasmas”. Murray hace suyo el film y
merece verse.
Carlos Pierre
BÚSQUEDA IMPLACABLE 3
(TAKEN 3)
De Olivier Megaton. Con
Liam Neeson, Famke Jansson, Maggie Grace, Forest Whitaker. Musica de Nathaniel
Méchaly. Duración: 109 minutos. Guión y producción de Luc Besson.
REGULAR. DESANGELADA
BÚSQUEDA
Los policiales son
atractivos, aún con sus menos… En este caso, esta tercera película final de la
saga “Taken” (se inició en el 2008 y continuó con Taken 2 en el 2012), luce sin
gracia, desangelada, atada a clishés de los que ha sabido crear Luc Besson y su
mano está más que clara, con algunas escenas que nos recuerdan y mucho a “Lucy”
(esos pasillos largos plagados de custodios muertos a tiros). Para Liam Nesson,
uno de los grandes actores de Hollywood, la franquicia de Besson lo catapultó a
la taquilla nuevamente (en su haber tiene la magnífica “La lista de Schindler”
o “Kinsey”, entre tantos otros títulos), valiéndose del mismo director de
“Taken 2”, Olivier Megaton, que pertenece a su estrecho círculo de
colaboradores. Film francés con actores ingleses e irlandeses. Recordemos la
otra franquicia de Besson, “El transportador”, que le dio fama mundial al
excelente actor inglés Jason Statham, conocido en su país por su labor teatral.
Es decir, Luc Besson le encontró la vuelta a su fábrica de sucesos de acción.
Hechas estas
consideraciones, vamos al film en cuestión. Aquí el ex agente Bryan Mills se
enfrenta al nuevo marido (¿acaso no había reiniciado su relación con Brian
Mills en Taken 2?) de su ex esposa (una sensual Famke Janssen) y al asesinato
de ésta, quedándole solo su hija (la bella Maggie Grace como “Kim Mills”) para
defender. Tan previsible es la historia que ni habría valido la pena la
película porque, de entrada, nos damos cuenta de quién es el asesino, a pesar
de que Besson hizo giros en la trama para alentar el suspenso. Inútiles. Está
“Franck Dotzler” (Forest Whitaker, de quien nunca olvidaremos su interpretación
en “El último rey de Escocia” y la más reciente “El mayordomo”) como el
inspector que sigue los pasos de “Mills” con escasa suerte. Un rol de taquito
para Whitaker.
Entre los hechos que
pueden desalentar al espectador es la no ubicación real del film, qué ciudad,
dónde estamos. Todo indica que es Los Angeles donde efectivamente se filmó gran
parte del film. Hay tomas interesantes aéreas y alguna secuencia lograda. En
general, Liam Neeson luce agotado del personaje si bien, aún con dobles de
riesgo, sale indemne de tanta acción. La cuestión pasa por su inexpresión, no
nos transmite nada porque, evidentemente, Neeson ya está para otros personajes.
Y Besson finiquitó su propia franquicia.
Elsa Bragato
INQUEBRANTABLE
De Angelina Jolie.
Guión de los hermanos Cohen. Con Jack O’Connell, Miyavi, Garrett Hedlund, Jai
Courtney, entre otros. Música de Alexandre Desplat. Duración: 134 minutos.
REGULAR. CÓMO
QUEBRANTAR AL ESPECTADOR
El 26 de enero pasado
Louis Zamperini habría cumplido 98 años, falleció el año pasado, luego de ser
honrado por esta película, la segunda que filma Angelina Jolie (la anterior fue
“En la tierra de sangre y miel”, una historia de amor en la Guerra de Bosnia,
2011). Pocos días después, se estrena el film basado en el libro de Laura
Hillebrand sobre su vida. Los hermanos Cohen, creativos de alta alcurnia, y la
misma Jolie se encargaron de este guión donde no se ahorró ningún sufrimiento
para el espectador quien, en más de una oportunidad, se retorcerá en su butaca
ante las escenas sin cortapisas que ve. El tema (honrando la vida de un atleta
olímpico que soñó con participar en los juegos de Tokio, siendo enviado a la
segunda guerra mundial desde 1941 a 1945) sobre la supervivencia en condiciones
infrahumanas en las temibles barracas japonesas, castigos brutales, naufragio
de 47 días en el Pacífico, ya lo hemos visto en “La vida de Pi”, “Kon-Tiki”, y
“Un pasado imborrable” con Colin Firth y Nicole Kidman, donde se muestran las
torturas japonesas, si bien las historias eran diferentes.
La actuación de Jack
O’Connell es excelente y se nota el esfuerzo físico para el rol: de tener un
peso normal a llegar a ser esquelético en los campos de concentración de Japón;
el resto del elenco cumple con su tarea denotando profesionalismo y buena
dirección de Angelina Jolie. La fotografía también es estupenda, especialmente
en las secuencias iniciales donde se muestra la lucha aérea de los Aliados y
los escasos recursos de este batallón. El naufragio es inmediato y los
sobrevivientes, entre ellos Louis Zamperini, se aferran a botes salvavidas
donde pasarán más de un mes. He aquí escenas que nos hacen saltar de la butaca
como la caza y despanzurramiento de una gaviota, de un pez-pescado comido casi
vivo a mordiscones desesperados y de un tiburón. Y luego la captura por los
japoneses donde Zamperini es violentado por el jefe de las barracas, el temible
Mutsuhiro Watanabe apodado “El pájaro“, quien estuvo 7 años escondido después
de la guerray, aún siendo catalogado como un asesino, logró escapar del juicio
por torturas, falleciendo en el 2003.
Las trompadas que
recibe “Louis Zamperini” por orden de “El pájaro” de cada uno de los
prisioneros de guerra, uno a uno, hasta quedar destruido, los latigazos en su
rostro que le propina “El pájaro”, los bastonazos en su frágil cuerpo, son
larguísimas secuencias que terminan por agotar al espectador ante tanto
sufrimiento (sin dudas, real). Zamperini, en su propia vida (regresó con la
llama olímpica a Tokio ya superando los 80 años), fue más fuerte espiritual y
físicamente que cualquier espectador que debe tolerar la seguidilla de torturas
bien completitas a las que fue sometido.
El film resulta una
narración audiovisual de manual. A su favor está la biografía de Louis
Zamperini por lo que el traslado al cine de la pieza literaria debió ser lo más
fiel posible. En su contra, la realización es convencional como indicamos,
aunque se destaca la actuación de Jack O’Connell. Poco convincente resulta el
japonés “Miyavi”, reiterativo en sus expresiones y parlamentos. Innecesariamente
extensa, añadimos que inquebrantable fue Zamperini. Quebrantable es la
tolerancia del espectador.
Elsa Bragato