JUEVES 11 DE DICIEMBRE
DEL 2014.-
Este jueves hay 11
estrenos para todos los gustos. “Grandes héroes” es la animación de la
semana sobre un robot inflable y gordo que recuerda a las figuras notables del
gran Fernando Botero. Reafirma la unión de Disney con Pixar y Marvel. Simpática
e ingeniosa. “Un pasado imborrable” reúne en pocas semanas a la pareja
protagónica formada por Colin Firth y Nicole Kidmann (el film anterior fue
“Antes de despertar), en este caso sobre la vida de Eric Lomax, capturado en la
segunda guerra por los japoneses. Es un buen film con flasbacks, nos habla de
las cicatrices de la guerra. “Una buena mentira” nos trae a Reese
Witherspoon intentando recuperar a los llamados “niños de Sudán”, ya
grandecitos, y una supuesta reinserción en la sociedad norteamericana. Tiene
más características de telefilm que de film. “Rambleras” es uno de los
dos films uruguayos que se estrenan esta semana (el otro es “Zanahoria”) de
Daniela Speranza, una ficción sencilla y agradable sobre tres mujeres de
diferentes edades y estados civiles. Trabajan Adriana Aizenberg y Nicolás
Pauls. Es una buena comedia.
Los estrenos de esta
semana tienen novedades poco comunes y que suelen darse hacia fin de año
solamente: inclusión de films latinoamericanos como los uruguayos que
mencionamos así como el brasileño “El blanco afuera, el negro adentro”, que
acaba de ganar la Competencia Latinoamericana del Festival Internacional de
Cine de Mar del Plata, un docu-ficción sobre las condiciones de dos jóvenes,
uno en silla de ruedas y el otro con una pierna ortopédica, la vida fuera de la
“ciudad de los blancos” con la radio clandestina y cierta ciencia-ficción que
aporta interés. Buena. Así como el film cubano “Juan de los muertos”, que
comentaremos en detalle.
Se incluyen los
documentales “UNASUR en Haití, Reflejos de la Argentina solidaria”, una
visión nacional sobre las condiciones de Haití, país olvidado por el mundo
donde, luego del brutal terremoto de enero del 2010, la indigencia es el rasgo
más común en su población, y “Reconstruyendo a Cyrano”, de Eduardo de la
Serna, que nos muestra el backstage de la puesta en escena de la obra “Cyrano”
y los esfuerzos que se hacen en el teatro independiente nacional para llevar a
cabo una puesta en escena. Ambos documentales son muy interesantes, aún con la
diversidad de sus contenidos.
CALVARIO
De John Michael
McDonagh. Con Brendan Gleeson, Kelly Reilly, Elaine Cassidy, David McSavage, M.
Emmet Walsh, entre otros. Música de Patrick Cassidy. Duración: 102 minutos.
Destacamos la participación de la productora argentina, Flora Fernández
Marengo, a través de Reprisal Films.
MUY BUENA. DURO
CUESTIONAMIENTO A LA PEDOFILIA EN LA IGLESIA
La dosis de ficción que
el irlandés John Michael McDonagh logra en su guión ayuda a sobrellevar el duro
enfoque de la pedofilia en la iglesia católica irlandesa, encarnada por un
“cura bueno” que protagoniza un monumental Brendan Gleeson. El tema es muy
actual en Irlanda donde no tuvo objeción de los eclesiásticos y además se
ajusta a la política actual del Papa Francisco de denunciar y acorralar, si
cabe la expresión a los pedófilos que ensucian el sacerdocio.
El padre “James
Lavelle” es el eje de este film que recurre a un montaje muy ágil y a un
limitado elenco para contarnos la historia de un crimen relacionada con los
“curas malos”, los pedófilos. Desde el inicio, la narración nos muestra al
padre Lavelle en un confesionario, un largo primer plano donde el diálogo con
un feligrés anuncia lo por venir, duro, directo, lenguaje sin vueltas. El
thriller acompaña entonces la vida de este sacerdote que se preocupa por una
sociedad, aún siendo pequeña, aquejada por vicios y enfrentamientos para los
que no tiene muchas respuestas. Es sencillamente un ser humano que lleva
consuelo y que asume su incapacidad por no tener la solución de los problemas
sino tan solo ser la guía para que cada uno encuentre su camino por sí mismo.
Hay cuatro momentos muy
especiales en la vida del padre Lavelle: su “condena a muerte” en el comienzo
porque “matar a un cura bueno un domingo” es sublimar el pecado de los
pedófilos, el reencuentro con su hija (Lavelle enviudó y tomó los hábitos, una
similitud no buscada con la vida del escritor Lope de Vega), el incendio de la
iglesia y el asesinato de su perro. Lavelle es un pecador también, fue
alcohólico, y no oculta sus debilidades humanas sino que las transmuta en
piedad hacia el prójimo enfrentando el destino que en una semana tendrá: su
muerte a manos de un oculto feligrés. Se destaca la amistad con un escritor de
la zona, interpretado magistralmente por M. Emmet Walsh, uno de los personajes
positivos que dan “aire” al thriller.
Brendan Gleeson, que ha
sido aclamado por este trabajo, nos regala todos los matices posibles en una
actuación memorable: sus conflictos como padre, su imposibilidad de solucionar
la enfermedad espiritual de la comunidad, su dolor, su furia, y su entereza. Es
la segunda performance en largometraje que
realiza para McDonagh (la anterior fue en “The Guard”). Hay una frase que
rescatamos: “Se habla mucho de los pecados y muy poco de las virtudes”, que
incluyen el perdón, una de las bases del pensamiento cristiano.
Es decir, desde la
óptica de un sacerdote, McDonagh aborda una temática existencialista por
excelencia. Es el hombre frente a sí mismo, su finitud, sus tormentos, su
capacidad de lucha, sus pecados, sus logros, su piedad hacia sí mismo y hacia
el prójimo.
John Michael McDonagh
es un potente realizador independiente de origen irlandés y tiene un actor
fetiche, Brendan Gleeson. Este film, polémico, es un pasaporte directo al gran
público por temática y por realización. No es necesario tener un
supermillonario presupuesto y un elenco multitudinario para llegar al corazón y
al pensamiento de la audiencia haciendo lo que se llama lisa y llanamente
“cine”.
Elsa Bragato
CHARLA CON LA
PRODUCTORA FLORA FERNÁNDEZ MARENGO
Flora Fernández Marengo
vive en Londres y viaja asiduamente a Buenos Aires. Es productora de cine
independiente y publicista, habiendo ganado numerosos premios por su actividad.
Fundó en el país la productora “Labhouse” y “Reprisal Films” en Gran Bretaña,
productora de cine independiente junto al director John Michael McDonagh y el
productor Chris Clark. La película “The Guard” es fruto de esta unión
profesional, y logró en la Berlinale 2011 una mención especial en la categoría
Panorama. En una charla luego de la exhibición del film para los cronistas, nos
contó que el tema de la pedofilia y el repudio de la comunidad católica son muy
fuertes en Irlanda, al punto que muchos feligreses han dejado de serlo. “La
iglesia de Irlanda no tuvo ninguna objeción sobre el film”, indicó, y ya fue presentado
en el Sundance Festival, entre otros, con buena aceptación. El lanzamiento es
paulatino, todavía faltan España e Italia, países con fuerte raigambre
católica. Subrayó que John McDonagh concibió el guión en pocos días, si bien
era un tema que tenía “in mente” hacía más de una década y que siempre se pensó
en Brendan Gleeson como protagonista. Ya en el rodaje, se necesitaron seis
semanas para realizarlo, para luego pasar a la postproducción. En cuanto a la
recuperación de la inversión, se ha logrado en buena parte gracias a la
repercusión internacional. La crítica irlandesa apoyó abiertamente el nuevo
film de John Michael McDonagh.
HASTA QUE LA MUERTE LOS
JUNTÓ
De Shawn Levy. Con Jane
Fonda, Jason Bateman, Tina Fey, Adam Driver, Rose Byrne, Kathryn Han, entre otros.
Música de Michael Giacchino. Duración: 103 minutos.
BUENA. UNA FAMILIA EN
APUROS
La muerte del patriarca
familiar obliga a la reunión de los cuatro hijos con la madre, a cargo de Jane
Fonda. Toma de sorpresa que “Hillary” insista en que los hijos (cuatro con
mayoría de varones) cumplan con una celebración judía dado que el fallecido era
un católico ateo mientras que la ella era judía no practicante y jamás habían
tenido en cuenta ninguna de las dos religiones. Jane Fonda compone a una madre
escritora preocupada por su apariencia, por lo que se hace alusión
continuamente a su nueva cirugía mamaria y a qué amante “le podrían
corresponder ahora”. En esta celebración familiar empiezan a ocurrir
situaciones no esperadas, desde el encuentro de cuñados y cuñadas que deciden
hacerse el amor salvajemente hasta el reencuentro de “Judd” (Jason Bateman),
eje del guión, con una novia de otros años. Separados, casados por conveniencia,
los hijos de “Hillary” muestran toda la gama posible de logros y fracasos
personales que, por cierto, estallarán en algún momento. Esa reunión familiar
no solo servirá para cumplir, en parte, el deseo del padre fallecido sino para
la solución de viejos problemas conyugales de los cuatro hermanos. La que da la
nota es “Hillary” quien tiene nuevos “hábitos amatorios”, sorprendiendo a sus
ya grandecitos hijos.
La comedia tiene ritmo,
es ágil, tiene una veta un tanto diferente por el motivo de la reunión familiar
que excede el hecho del último adiós al progenitor, y muestra la integración
judeocristiana en los últimos 50 años así como un apego a las celebraciones
religiosas más a la fuerza que por propias convicciones. La apertura sexual del
Tercer Milenio irrumpe con fuerza en una familia que intenta ser tradicional
pero que se ve avasallada por la realidad. La hipocresía ya no vale. Para pasar
un grato momento y hacerse algunos replanteos.
Elsa Bragato
ZANAHORIA
De Enrique Buchichio.
Con César Troncoso, Martín Rodríguez, Abel Tripaldi, entre otros. Música de
Mario Buchichio. Duración: 100 minutos.
MUY BUENA.
CONSECUENCIAS DE LAS DICTADURAS RIOPLANTESES
Enrique Buchichio es un
joven realizador uruguayo, crítico de cine además, que logró con “Zanahoria” el
premio Colón de Oro del 40 Festival de Cine Iberoamericano de Huelva, el premio
Manuel Barba por la Asociación de la Prensa de Huelva al mejor guión y el
premio Radio Excelcior de España. Encara, basándose en hechos reales y en
crónicas periodísticas del 2004, habiendo cambiado algunos nombres por obvias
razones. Se filmó en Montevideo y en locaciones de Canelones en el 2013, nueve
años después de conocidos los hechos reales.
Es un thriller político
que aborda la llamada “Operación Zanahoria”, que supuestamente el ejército
uruguayo había ideado para exhumar los cuerpos de los detenidos ilegalmente y
hacer desaparecer todo tipo de evidencias sobre torturas y “NN”. La historia se
centra en dos periodistas de un diario de izquierda, “Alfredo”(Abel Tripaldi)
es el experimentado incluso en política mientras que su asistente es el joven
“Jorge”(Martín Rodríguez). Deciden investigar este operativo a raíz de un
artículo periodístico y conocen a un misterioso sujeto, “Walter” (César
Troncoso), ex integrante de fuerzas de represión, quien les promete documentos
para que realicen la gran nota. Esto obliga a los personajes a una serie de
encuentros nocturnos, persecuciones y búsqueda de material de alto riesgo para
sus vidas y las de sus familiares. Es interesante que se haga referencia a la
realidad, en ese momento, las elecciones democráticas con el Frente Amplio como
ganador. Esto le da una gran verosimilitud al relato.
El film cuenta con una
narración atractiva, sencilla, con muy buenas tomas, y genera interés en el espectador.
Lejos estamos en esta parte del mundo de suculentas inversiones para hacer una
película por lo que la realización de Buchichio es una demostración de cine sin
artificios, basándose en una buena dirección actoral, en un guión atrapante y
diferente, en diálogos interesantes y en el clima de suspenso logrado. Por otra
parte, el tema forma parte de la idiosincrasia de nuestros pueblos y una
película “Zanahoria”, con elenco desconocido para nosotros, tiene un beneficio
adicional que no podemos desconocer: mantener viva la memoria sobre lo que no
puede suceder nunca más.
Elsa Bragato
JUAN DE LOS MUERTOS
De Alejandro Brugués.
Con Alexis Díaz de Villegas, Jorge Molina, Andrós Perugorría, Andrea Duro, Jazz
Vilá, entre otros. Música de Julio de la Rosa. Duración: 91 minutos. Ganadora
del Goya a la mejor película extranjera en la última edición. Coproducción con
España.
MUY BUENA. ZOMBIES PARA
UNA SÁTIRA POLÍTICA
Pocos films cubanos
llegan al país, poca información al respecto también. “Juan de los muertos”, de
Alejandro Brugués, ganadora del Goya al mejor film extranjero en la última
edición de estos galardones, es una sabia sátira política sobre la situación en
la isla caribeña. Juan y su gran amigo tienen, cada uno, un hijo. Juan es padre
de Camila (Andrea Duro) que vive con su madre en España, y su compañero, Lázaro
(Jorge Molina), de Vladi California (Andros Perugorría). De pronto, la colonial
La Habana tiene una paz que llama la atención mientras por televisión se
anuncia que el “imperio” está provocando “incidentes” llamando a toda la
población a reunirse en la gran plaza. Será la oportunidad para que los que ya
son zombies, y nadie se ha dado cuenta de ello, se hagan un festín. Juan decide
salir de la pobreza, habiendo comprobado que hay formas de matarlos, y organiza
con sus amigos una empresa llamada “Juan de los Muertos, matamos a sus seres
queridos”, por lo que recibe numerosos pedidos de ayuda y se lanza a las calles
provocando matanzas al mejor estilo Quentin Tarantino. En esta cruzada está
acompañado por
La alusión a la
situación política está presente, especialmente entendible para quienes vivimos
en esta parte del mundo: luchar en la isla, salvarla de los “zombies”(los
políticos? =y hasta flamear una bandera norteamericana para alejar a estos
seres poseídos. Se suceden muchas situaciones entre graciosas y mordaces,
sangrientas a la vez, como la vecina octogenaria y su marido zombie, o los
policías sobrevivientes y sus antiguos métodos (obligan al grupo que comanda
Juan a desnudarse en la vía pública). El caso es que la salvación está a mano, un
buen automóvil equipado con flotadores, y Miami cerca. También es “especial”
una de las secuencias del final, cuando los zombies cantan “A mi manera”, o
cuando se encuentran con un “gringo” que habla en inglés.
El film es un muy buen
producto y, por sobre todo, es una sátira que tiene un doble sentido
fantástico. Se podrá estar o no de acuerdo con la postura de Brugués que nunca
mancha el nombre ni de Cuba ni de su gobierno. Y aquí está el secreto del film:
nadie sale herido (bueno, los zombies sí, quedan masacrados). Y se muestra el
obstinado amor de los cubanos por su tierra. Realmente, una joyita que va a
entusiasmar a los amantes del género y también a aquéllos que deseen ver una
película diferente con un muy buen contenido que trasciende lo que se ve para
dejar el mejor mensaje: la libertad pero también el respeto por terruño y sus
habitantes.
Elsa Bragato