JUEVES 18 DE
DICIEMBRE DEL 2014.-
Hay nueve estrenos de
cine. La curiosidad está dada por el film “Adiós al lenguaje”, rodado en
3D, de Jean Luc Godard, el gran maestro de cine francés, hoy de 84 años, que
acaba de recibir el Premio del Jurado en el último festival de Cannes.
Recordamos “Sin aliento”, “Vivir su vida” y, sin comparar, encontramos un
Godard diferente e igual al mismo tiempo, más brutal, escatológico, sesudo como
siempre. Es para los fans de la “nouvelle vague”, que disfrutarán del regreso
de un maestro en un film con altibajos, reflexivo “a la francesa”, y fragmentario
(el título lo amerita), así como estarán frente a personajes desnudos y un
perro que es todo un símbolo. “Amores locos”, de Beda Docampo Feijóo,
del 2009, llega sin difusión a las pantallas. Feijóo nació en Vigo pero recibió
educación en Buenos Aires, fue guionista de la aclamada “Camila” de M. L.
Bemberg y presentó éste, su primer film , en el país hace un año. La producción
fue rodada en España con actores hispanos. También llegan “Qué puede un
cuerpo?” de César Gonzàlez, llamado el “poeta villero”, un segundo
largometraje que muestra el mundo que conoce, el de los excluídos (González
nació en la Villa Carlos Gardel) y “En los ojos de la memoria”, documental
de Betiana Burgardt sobre Epecuén, el pueblo que quedó sumergido en 1985 por
una inundación. Con el tiempo, el salitre de las aguas lo han convertido en un
pueblo fantasma. Burgardt armó este film con testimonios de ex pobladores de la
ciudad y una fotografía muy interesante.
Debemos señalar que
hacia fin de año se producen borbotones de estrenos de films nacionales y de
otros extranjeros que por falta de salas en su momento no fueron exhibidos.
Ninguno tiene repercusión en la taquilla. Salen a competir sin resguardo alguno
porque no existieron privadas, porque no tienen difusión ni siquiera entre
todos los críticos. En el caso de los films nacionales, este desorden de
programación de estrenos conspira contra los nuevos productos. Muchos de éstos
no tienen la calidad que se exige, aunque reflejan una voluntad férrea de hacer
cine. Cuentan con los espacios INCAA y también con salas “off” circuito
comercial. Sin embargo, la competencia es muy dura y difícil en la cartelera
comercial y lamentablemente no tienen asegurada una buena performance al menos
en esta ciudad. Los distribuidores deberían resguardar a los nuevos autores del
cine nacional buscando la forma de que tengan difusión y salas adecuadas sin
incluirlos en los estrenos comerciales de cada jueves.
EL PERRO MOLINA
De José Celestino
Campusano. Daniel Quaranta, Florencia Bobadilla, Carlos Vuletich, Damién Avila,
entre otros. Música de Claudio Miño. Duración: 88 minutos.
REGULAR. ACTUACIONES
QUE DERROTAN AL FILM
José Celestino
Campusano es uno de los realizadores nacionales más interesantes del nuevo
cine. Tiene una vasta filmografía de la que rescatamos, para nuestro gusto,
“Vikingo”. Investigador de los submundos que rodean a Buenos Aires, conocedor
de códigos barriales y de personajes marginales de riquísima personalidad, nos
sorprende con este melodrama donde “El perro Molina” es un delincuente al que
ya no le va bien pero tiene su “corazoncito” y se ve mezclado en un drama
amoroso entre un comisario y su muy joven esposa.
El tema es
folletinesco: la joven esposa se va ante el maltrato del marido y consigue
trabajo en el prostíbulo de la zona. Pero no cuenta con que el “mandamás” del
lugar se enamorará de ella. Al mismo tiempo, Molina (Daniel Quaranta, el mejor
actor del elenco) intenta rearmar su “negocio”.
El film es fallido
por las actuaciones. Hay recitados más que interpretaciones, se nota en demasía
la ausencia de experiencia de algunos integrantes del elenco. La pintura, el
retrato, del suburbio y de este aspecto en especial del mismo
(delincuencia-prostitución-códigos de amistad) están esbozados pero las
interpretaciones tiran abajo cualquier buena intención del director.
Técnicamente, según se informa, es más compleja que las anteriores de Campusano
por el uso de una cámara “Red One” y hubo mayor producción.
Reconocemos en
Campusano una capacidad única para bucear en lo marginal, en lenguajes y
costumbres que permanecen ocultos en la gran ciudad aunque existan. Es un gran
mérito. Lamentamos que, en esta oportunidad, el hecho cinematográfico en sí no
nos haya convencido por las actuaciones, insistimos. Los personajes en sí
mismos y la temática, más que interesantes. Campusano nos sorprenderá
gratamente la próxima vez con un producto mejor actuado.
Elsa Bragato
BUONGIORNO PAPÁ
De Edoardo Leo. Con
Raoul Bova, Marco Giallini, Edoardo Leo, Rosabell Laurenti Sellers, entre
otros. Duración: 110 minutos.
REGULAR. TELEFILM
LLEVADO AL CINE
Edoardo Leo es uno de
los nuevos realizadores italianos que nos llega a través de un tema común hoy
en día: a un padre cuarentón, metrosexual, que trabaja en los medios,
mujeriego, le aparece una hija de 17 años que no viene sola sino con el abuelo
materno. Sin que exista explicación alguna, “Andrea” (Raoul Bova) convive con
un amigo de toda la vida, “Paolo” (el mismo Edoardo Leo), marginado por la
personalidad avasallante del primero. Es una historia absolutamente previsible
con algunas notas de humor que pone el suegro (la madre de la adolescente ha
fallecido) y los padres de Andrea, envueltos en una separación escandalosa.
Planteada la idea,
surgen las dificultades para que este film sea considerado como tal y no un
telefilm: las tomas en medios planos son propias de la televisión. La
linealidad también de los personajes es otro elemento que desmerece la
realización. Y la actuación de Raoul Bova dista mucho de ser la de un padre; en
realidad, parece un novio contrariado. No ocurre lo mismo con Layla (Rosabell
Laurenti Sellers),y el abuelo materno, Enzo (Marco Giallini), quienes aportan
muy buenas actuaciones.
La historia transcurre
en Roma pero no la turística, y algunas secuencias en la antigua Orvieto. Es
justo reconocer que la historia nos atrapa tanto como un culebrón pero que, a
la hora de analizarla como cine estrictamente, nos damos cuenta de que hemos
visto un folletín televisivo y no un film hecho y derecho. Algo que viene
ocurriendo con frecuencia con varios estrenos de los últimos meses.
Elsa Bragato
REGRESO DEL INFIERNO
(EL PACTO 2)
De Dallas Hallam y
Patrick Horvath. Con Caity Lotz, Camilla Luddington, Scott Michael Foster,
Patrick Fischler, entre otros. Música de Carl Sondrol. Duración: 96 minutos.
MALA. SUSTOS TIBIOS
ENTRE MUERTOS Y VIVOS
Los realizadores
Hallam y Horvath se unieron para continuar la historia planteada en “El pacto”,
que se estrenó el 12 de junio de este año y la dirigió entonces Nicholas
McCarthy. Pero no lograron llegar a buen puerto. La amistad que une a los dos
directores los impulsó a dirigir en forma mancomunada, único motivo que
justifica esta codirección. El guión también surgió “a cuatro manos” y se
recurrió a tantos lugares comunes que el terror policial propuesto quedó en la
idea y no en la narración.
Ambientada en una
zona tranquila y despoblada de Los Angeles, un asesino serial llamado Judas fue
muerto; esto ocurrió en el primer film. Sin embargo, un agente del FBI asignado
al caso descubre que hay otro asesino que lo imita. El agente del FBI (Patrick
Vishler) y el oficial de policía (Scott Michael Foster) están en la misma
situación que los espectadores, tratando de descubrir al asesino. Es que
habiendo “muerto” Judas en el primer film, hubo que dotar de un “killer” de
verdad a la secuela para dotarla de fuerza si bien el muerto hace apariciones,
es un fantasma que perturba a una joven, dedicada a la limpieza de “horrores”,
y pretendida por el oficial de policía. Sus pesadillas crecen en ferocidad
sangrienta. Presentados los personajes y lo que hay que lograr, la película
transita entre la tibieza del relato y la sucesión de clishés por lo que se torna
aburrida y esquemática. Sabemos de antemano todo lo que va a pasar. Lo
preocupante de “El pacto 2” es que deja abierta la puerta a una tercera
parte…
Carlos Pierre
LA ENTREGA (The drop)
De Michael Roskane.
Con James Gandolfini, Noomi Rapace, Tom Hardy, entre otros. Música de Marco
Beltrami. Duración: 108 minutos.
MUY BUENA. NOTABLES
ACTUACIONES EN INTENSO POLICIAL
El film está dedicado
a James Gandolfini porque fue su último trabajo. Como se recordará, el actor falleció
el 19 de junio del año pasado momentos antes de ingresar al festival de cine en
Roma. Gandolfini había vuelto, con este personaje de “el primo Mary”, al rol de
un mafioso. La historia se centra en Brooklyn y en el submundo de los bares que
son elegidos por la “mafia rusa” para que oculten momentáneamente el dinero mal
habido, por venta de droga, por ajustes de cuenta, por apuestas ilegales (“las
entregas”). Allí trabaja Bob, un fenomenal Tom Hardy que lleva sobre sí el peso
de la narración. Como segundo de “el primo Mary”. En “off” nos presenta su
barrio y lo que ocurre aún cuando uno no lo desea. Casi apático, se enternece
por un cachorro malherido y lo rescata. Y será este perro el que lo conduzca a
un horror que no desea repetir y a Nadia (Noomí Rapace, la sueca que conocimos
en la trilogía “Millenium”, de S. Larsson), quien lo ayuda a socorrer al
animal, iniciándose una amistad muy agradable. Sin embargo, ambos personajes
adolecen de normalidad en algún sentido. “Bob” va a misa, pero no se confiesa
por lo que algo oculta y Nadia acepta la incipiente relación porque es capaz de
creer en el costado bondadoso de un asesino.
El guión fue escrito
por Dennis Lehane, a partir de un cuento de su autoría titulado “Animal
Rescue”, y consignamos que es el mismo guionista de “Río místico” y “Gone,
baby, gone” por lo que está asegurada una narración intensa. La particular
performance de Tom Hardy transforma un policial en una pieza de envergadura: el
espectador tendrá los pelos de punta, sin vueltas, durante la larga hora y
media del film. Si matan o no al cachorro, si es Bob el asesino o es “el primo
Mary”, Nadia como víctima o victimaria, los mafiosos chechenos que no se andan
con vueltas y una fecha clave para una gran “entrega”: el Superbowl”. Además de
detalles escabrosos: un brazo arrojado en una bolsa de residuos en medio de
miles de dólares y la “ayuda” de los chechenos para limpiar el terreno,
mientras la policía acecha y “el primo Mary” engaña hasta a “Bob”. Pero ambos
esconden algo más. Un autorobo, un loco suelto que purgó años de cárcel y
loqueros, y el cachorro son los tres elementos en los que se fundamenta un
policial de pocos personajes y mucha calidad.
La trama es intensa y
posee un volumen creciente que impacta en los nervios del espectador, “La
entrega” es uno de esos policiales que se recomiendan enfáticamente porque no
decepciona en ningún aspecto. No es necesario romper coches o balaceras
interminables para crear climas tenebrosos y perturbadores. Roskane lo logra
con Tom Hardy, que nunca cambia su tono de voz ni se perturba, pero que es de
cuidado. Gandolfini aporta la nobleza de su actuación, de sus mínimos gestos
para hacernos creer todo lo que dice y hace. Y Noomí Rapace se ajusta a un rol
pequeño pero definitorio. No se la pierda.
Elsa Bragato
EL APRENDIZ (THE
NOVEMBER MAN)
De Roger Donaldson.
Con Pierce Brosnan, Luke Bracey, Olga Kurylenko, Bill Smitrovich, entre otros.
Basada en la novela de Bill Granger “There are no spies”. La productora es
Irish DreamTime, fundada por Pierce Brosnan y Beau St. Clair en 1996. Música de
Marco Beltrami. Duración: 108 minutos.
BUENA. INTRIGA
INTERNACIONAL
Pîerce Brosnan
regresa intacto a uno de sus mejores papeles, el de ex agente de la CIA, con
todo el bagaje que le ha dejado el personaje del Agente 007. Coproduciendo su
regreso al cine, nos regala un rol a su medida en una narración con muchísimo
ritmo, excelente fotografía, y tensión perturbadora. Compone a Peter Deveraux,
que debe proteger a una testigo muy valiosa, que encarna Olga Kurylenko como
“Alice Fournier”, de su antiguo amigo
David Mason, a cargo de Luke Brucey. La tierra es Serbia y aún perduran las
heridas de la lucha fraticida así como la división “oriente-occidente”. Se
establece una lucha encarnizada entre el gato y el ratón dentro del mundo del
espionaje internacional para asegurar el testimonio de “Alice” sobre los
crímenes de guerra. Los roles cambian, el espectador agradece el suspenso.
Todo tiene sentido, hasta
el título: “El hombre de noviembre” es la traducción literal del título en
inglés y es el sobrenombre del agente encarnado por Brosnan porque a su paso
todo lo destruye como el otoño boreal en ese mes del año. Destacamos la
continuidad en la acción que no deja resquicio para el tedio con un Brosnan que
apuesta a la solidez de su actuación por conocer al dedillo el arte de hacer
cine frente y detrás de cámaras y el personaje que le toca en suerte, cercano a
todos los espías que compuso y, en especial, a “007”.
Las locaciones
aportan sus respectivas bellezas turísticas: Serbia, Lausana (Suiza) y Moscú,
ricamente fotografiadas. Es decir, un policial intenso, con todo lo que tiene
que tener, bien realizado y con un galán al que no le hacen mella los años. Un
plato servido para disfrutar a partir de las novelas de Bill Granger sobre el
agente November Man.
Carlos Pierre