JUEVES 28 DE ABRIL DEL 2011.-
Hay cinco estrenos. No comentaremos “Felinos en África” porque ese tipo de documentales se ven en algunas señales de cable y las escenas de violencia animal no nos agradan.
THOR
De Kenneth Brannagh. Con Anthony Hopkins, Chris Hemsworth, Natalie Portman, entre otros. Música de Patrick Doyle. Duración: 113 minutos
MUY BUENA. CÓMIC CON PARLAMENTOS A LO SHAKESPEARE Y ESTRUCTURA DEL DANTE ALIGHIERI. DIFERENTE Y ATRACTIVO.
Kenneth Brannagh en un notable actor y realizador irlandés (lleva más de 10 films incluyendo cortos) y un gran estudioso del teatro Shakeapeare. No obstante, se ha dado el gusto de interpretar papeles diversos en diferentes géneros fílmicos. Le faltaba dirigir una película en 3 D y no dudó en aceptar el cómic de Marvel llamado “Thor”, ese guerrero vikingo desterrado por su padre enfrentando a su malvado hermano que intenta matar al progenitor.
Si se ingresa al género del cómic y además se utilizan efectos en 3D siempre se caerá en lugares comunes que son los que permiten el esplendor de esta técnica que se disfruta con anteojos bicolores. Brannagh no es la excepción. Nada más que, entre líneas, no escapará al espectador que lee y mucho la dirección actoral propia del teatro de Shakespeare en muchos parlamentos del gran Anthony Hopkins, sus modulaciones, y su postura escénica, como también reconocerá en la utilización de planos-secuencias que, tal como están plasmados en la narración audiovisual, solo pudo concretarlos quien, además de literatura inglesa, conoce la estructura de la Divina Comedia del Dante Alighieri. La cámara comienza en ese mundo virtual, dorado, espléndido y de computadora para pasar por un colchón de nubes y detenerse en las espaldas de Natalie Portman, la investigadora terrestre ubicada en Nueva México, Estados Unidos.
Solo quien conoce La Divina Comedia pudo realizar ese plano secuencia donde se unen dos reinos. El del pecado? El de la violencia? El puramente virtual junto al plenamente terráqueo? Brannagh tiene el secreto y creemos haber dado en el “clavo”.
Los diálogos también llaman la atención muchas veces, al margen de la parafernalia de los efectos en 3D: poner en boca de severos agentes del FBI frases con relación a otros superhéroes o muy actuales luego del atentado del 11 de setiembre son recursos que ha incluido Brannagh.
Enriqueció un cómic, que no deja de ser tal con sus más y sus menos, y le añadió el conocimiento de estructuras literarias jamás superadas. Hamlet y la Divina Comedia son toques que Brannagh maneja, conoce, disfruta y nos regala porque tuvo ganas.
Anthony Hopkins hace un gran papel como el rey Odín, creíble como pocas veces en performances tan elaboradas. Thor está encarnado por el joven actor australiano Chris Hemsworth, apolíneo y, si bien carilindo, con personalidad para actuar! Y, por supuesto, Natalie Portman, seguramente antes de El Cisne Negro.
Nos parece un muy buen cómic con, como ya dijimos, algunos clishés y sus más y menos, pero enriquecido por la estructura narrativa propuesta por Brannagh y por la dirección actoral donde a personajes de historieta les ha otorgado la majestuosidad de los personajes de Shakespeare. No es poco para un cómic.
Elsa Bragato
MIS TARDES CON MARGHERITTE
De Jean Becker. Con Gérard Depardieu, Giséle Casadesus, entre otros. Música de Laurent Voulzy. Duración: 82 minutos.
BUENA. CANTO A LA AMISTAD Y AL AMOR. FILM TIERNO, SENCILLO Y CONMOVEDOR
Estamos frente a un encuentro singular y emotivo entre una anciana de 95 años y un cincuentón rústico excedido de peso, casi analfabeto, en un pueblo francés. La anécdota es el encuentro en un banco de la provinciana plaza de los dos personajes indicados que se relacionan por un tácito amor entre una señora mamá y un hombre que no mantiene buena relación con la suya, surgiendo así diferentes motivos de interés cotidiano como la lectura, el amor a los animales, la charla amena sobre las cosas simples de la vida.
La actriz Giséle Casadesus, de vasta trayectoria en la Comédie Francaise, y el notable Gérard Depardieu, de innegable carisma y capacidad actoral, conforman un binomio deslumbrante, especialmente para las emociones.
El director Jean Becker, que viene de familia de realizadores (padre, hermano) transita con comodidad el difícil camino del cine. Incluso ha revelado, con infrecuente modestia, que no posee demasiada imaginación por lo que recurrió -en 11 de sus 12 películas- a la literatura como material para guionar. En este caso, se basa en la novela de Marie-Sabine Roger donde afloran textos de Albert Camus como La Peste y El Extranjero, y es un ejemplo más de la interminable lista de películas francesas que se cimentan en la literatura.
La historia está bien estructurada. No se escapan detalles del pasado del protagonista, “Germain”, que fundamentan la relación con la anciana y su devoción por cuidarla, y la que mantiene con su madre, que siempre lo criticó por ser grandote y gordote.
Un bar de pueblo, sus habitués, sus chanzas y sus historias particulares, 19 palomas (bien contadas por “Germain”)con sus nombres alrededor del banco de la plaza donde Margheritte y Germain se encuentran ocasionalmente, la novia de Germain, la madre terca, redondean una comedia muy amable y emotiva. Hay secuencias un poco extensas pero que hacen a la esencia del film, por ejemplo, la lectura de fragmentos de La Peste que Margheritte no duda en hacerle conocer a Germain, o bien la búsqueda en el diccionario de nombres y palabras frente a su gato que Germain realiza con charlas a ese “alter ego” que lo mira y acepta complaciente.
Hay climas bien logrados, a “giorno” en la plaza; con penumbra en algunos rincones del carromato donde vive Germain. La música, por otra parte, de Laurent Voulzy acompaña desde los títulos de apertura hasta los créditos finales con una orquestación bien “a la francesa” en la que no escasean los músicos, los atriles.
Pasado y presente montados ágilmente, ternura en los protagonistas, una historia sencilla que, en algunos momentos, nos toca en algo a cada uno. Para los adultos que buscan buenas películas, sin que sean las más virtuosas del firmamento cinematográfico.
Carlos Pierre
UN TREN A PAMPA BLANCA
De Fito Pochat. Documental hispanoargentino. Música de Sergio de la Puente. Duración: 79 minutos.
BUENO. UN HOSPITAL SOBRE RUEDAS PARA LOS MÁS NECESITADOS
Este documental de Fito Pochat tiene, a su favor, el mostrarnos algo que la mayoría de los argentinos desconocemos: la existencia del Tren Alma, un tren hospitalario formado por tres vagones que se adosan a una formación del Belgrano Cargas. Desde Buenos Aires, un grupo de voluntarios médicos viajan hasta esta zona del sur de Jujuy, lindante con Salta, llamada Pampa Blanca (es zona de salitres), con poco más de 3600 habitantes. La necesidad de los pueblos aborígenes o bien de los argentinos nacidos en esos parajes es absoluta. Los niños padecen todo tipo de enfermedades, los médicos tratan desde adultos a bebés, muchas veces deben derivar los casos más agudos de desnutrición, se enfrentan al Mal de Chagas, tuberculosis, desnutrición, entre tantas otras enfermedades.
El documental aspira a mostrarnos una verdad, tiene algunas secuencias muy bien fotografiadas mientras el tren se acerca al paraje, luego se torna sencillo en su narración pero no por eso deja de tener el valor de “documento”.
Mostrar qué pasa en el país en el aspecto social y médico es un deber para muchos documentalistas. A veces no se tiene el público deseado para recuperar la inversión pero aún así son documentales bienvenidos por las verdades que desnudan, con la amplitud que da el cine. Desde este punto de vista, felicitamos a Pochat por su iniciativa.
Elsa Bragato
SCREAM 4
De Wes Creaven y Kevin Williamson. Con Lucy Hale, Roger Jackson, Shenae Grimes, entre otros. Música de Marco Beltrami, Buck Sanders, John Kurlander. Duración: 111 minutos.
BUENA. TERROR CONOCIDO CON LA EFICACIA DEL 3D
Hace quince años (1996) Scream aterrorizaba con una llamada telefónica, una ya emblemática máscara y un cuchillo. El regreso, luego del último Scream en el 2000, del director Wes Creaven junto al mismo guionista, Kevin Williamson y a tres estrellas de entonces (Neve Campbey, Courteney Cox y David Arquette), con la ausencia de la protagonista Drew Barrymore, nos promete una larga hora de estremecimiento en el mismo pueblo.
La historia de este cuarto film Scream se centra en “Sidney Prescott”, convertida en una exitosa escritora que logró superar el terror vivido en su pueblo, Woodsboro. Sin embargo, el destino quiere que tenga que presentar su último libro allí, en Woodsboro, donde había vivido tanto horror. Todo está armado en el argumento de manera tal que el horror recomience como se debe en este tipo de films secuelas. Claro está, de una manera más sofisticada porque incluye el 3D.
Para quienes no vieron las anteriores “Scream”, encontrarán muchas referencias que no les dirán nada, salvo una íntima interrogación, tendrán la sensación de que algún eslabón se perdieron. Para el que ha seguido la saga, viendo la última película en el 2000, muchos elementos argumentales comenzarán a tener sentido. Hay que destacar que el tema en el género del terror es, básicamente, el mismo con gradaciones: el primer film aborda siempre el género por completo. Horror, terror, sangre y los elementos distintivos del comienzo de una saga. El segundo se centra en las secuelas del primero. El tercero se apoya en los cierres de las historias de los personajes y lugares y llega a la conclusión. No siempre se espera un cuarto film.
Los cuatro films están dirigidos a los espectadores que hacen un culto del estilo “Scream” porque fue la trilogía que renovó el género cuando prácticamente no interesaba más a mediados de los 90. Hoy se tiene la tecnología 3D para asustar más, la música efectista de Marco Beltrami, y se forma una narración audiovisual que contribuye a atemorizar a los que buscan un esparcimiento teñido de sangre.
Se considera que “Scream 4” es la película más seria y oscura de todas, aunque persistan los guiños referenciales: cuando revisan el baúl del auto de la protagonista y se encuentran las fotos que, obviamente, corresponden a los films anteriores. Hasta aparece un póster de Shakira y en una película que se transmite por televisión se observa el nombre de Robert Rodríguez en los créditos. Guiños, referencias, saludos crípticos, solo para fans del género.
Los asesinatos seriales regresan con el “esplendor” sangriento que da el 3D y la previsibilidad de la conclusión que, de ninguna manera, da por terminada la saga. Buen ojo comercial de Wes Craven y una realización que incluye a jóvenes actores como para que tengamos la certeza de que el terror continuará. Para fanáticos de Scream.
Carlos Pierre