PANTALLAZOS (CRÍTICAS DE BRAGATO Y PIERRE)

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jueves, 2 de mayo de 2013

"RIGOLETTO EN APUROS", "BOMBA", ENTRE LOS ESTRENOS DE CINE JUEVES 2 DE MAYO





JUEVES 2 DE MAYO DEL 2013.-

Hay cinco estrenos, que incluyen dos nacionales. No comentaremos “El gran simulador”, documental de Néstor Frenkel sobre el gran René Lavand, el mago e  ilusionista de enorme trayectoria nacional e internacional. Tampoco haremos crítica de “Bomba”, de Sergio Bizzio, con Jorge Marrale y Alan Daiez, presentada en el BAFICI con mucho éxito.

EN TRANCE

De Danny Boyle. Con James McAvoy, Vincent Cassel, y Rosario Dawson, entre otros. Música de Rick Smith. Duración: 101 minutos.

BUENA. THRILLER PSICOLÓGICO MÁS ORNAMENTAL QUE PROFUNDO

Danny Boyle, el realizador de este film, viene precedido de grandes éxitos: Transpoitting, Slumdog Millonaire, 127 horas, las más exitosas y ganadoras de premios. La realización de “En trance” es la menor de sus producciones cinematográficas por la linealidad de la trama que, pese a forzadas vueltas de tuerca, no logra profundizar en la tensión dramática propuesta, resultando un “puzzle” para el espectador que se irá con las manos y la mente vacía. Lo cual no es poco decir.

La ambientación es novedosa pero excesivamente minimalista para un film actual de suspenso. El “noir” o “ne-noir” como muchos críticos internacionales denominan a este género es escaso y, en todo caso, nos remite a films sangrientos con torturas incluidas que exceden al género mismo.

La idea del film es analizar la repercusión de la hipnosis en un trío conformado por una mujer y dos hombres. El ardid es el robo de un cuadro de Goya. James McAvoy compone a “Simon”, que es empleado de una casa de subastas en Londres y está en contacto con un delincuente, Vincent Cassel en el personaje de “Franck”, que tiene relación con la psicóloga “Elisabeth”, a cargo de la contundente Rosario Dawson, quien practica la hipnosis. Es que “Simon” no recuerda o no quiere recordar dónde está el cuadro que finalmente roba. Este “quid” es el que permite la narración de Boyle, intrincada, por momentos cruenta, que no llega a buen puerto ni asombra. A pesar de las vueltas, de ese ir y venir a los sueños y pesadillas de “Simon”, producto de las sesiones de hipnosis, de las relaciones sexuales que surgen entre él y la adoctrinada psicóloga y de la amistad de ésta con el veterano delincuente “Franck”, hay cierta previsibilidad y secuencias de diálogos que aletargan en demasía la narración.

El título le viene de perillas al film, “En trance” o directamente “Trance” en el original inglés, porque es una búsqueda de Boyle de las consecuencias en la mente humana a través de una técnica específica de un hecho que un individuo quiere ocultar. Ese “trance” transcurre a lo largo del film, trance hipnótico y el motivo de la búsqueda del elemento robado.

No resulta creíble que el ladrón se someta a las sesiones de hipnosis porque lo hayan torturado arrancándole las uñas. Lo verosímil habría sido caer en la huída y la posterior persecución. Más común, es cierto, pero más real. Si uno no lleva de las narices al ladrón que oculta el dato, a pesar de las torturas, resulta ridículo pensar que irá por miedo y no intentará escapar.

Si bien Danny Boyle no indica que haya tomado la idea de ningún film anterior, se sabe que hay un thriller homónimo emitido por la televisión inglesa en el 2001.

Le reconocemos a Danny Boyle un estilo muy moderno, minimalista, casi de cine independiente. Pero sus anteriores producciones, aún con características similares, resultaron contundentes y muy atractivas. El film le va a gustar a los amantes de los policiales pero advertimos que hay tanta búsqueda psicológica que saldrán bastante aburridos.

Elsa Bragato

RIGOLETTO EN APUROS

De Dustin Hoffman. Con Maggie Smith, Tom Courtenay, Billy Connoly, Pauline Collins y Michael Gambon, entre otros. Basada en la obra de teatro homónima de Ronald Yarwood. Reino Unido, 2012. Música de Darío Marianelli. Duración: 97 minutos.

MUY BUENA. VETERANOS CANTANTES EN BUSCA DE LA MÚSICA

El gran actor Dustin Hoffman lanzó su primer largometraje que fue muy bien recibido en San Sebastián, por ejemplo, y poco comprendido por quienes desconocen el mundo musical. Tomó la obra teatral homónima de Ronald Harwood (quien preparó también el guión para el film) para incursionar en la dirección cinematográfica, avalando el género musical con sólidos fundamentos ya que estudió música en el Conservatorio de Los Angeles. La obra de Harwood tiene al jorobado bufón del duque de Mantua, inmortal personaje de Rigoletto, ópera de Verdi. Y, para la banda musical, Hoffman convocó al talentoso compositor Darío Marianelli para componer la música incidental del film  además de darle la oportunidad de ejecutar la Tocata y fuga de Bach.

Es un film sobre los cantantes retirados y los instrumentistas aún en vena. La música, en este caso, se entrega en dosis moderadas, sin empalagar el oído de los espectadores. Al contrario, en una clase allí dictada para jóvenes, uno de ellos interpreta libremente un tema rapero. El quid del guión es La Casa Beecham, una residencia para músicos retirados, geriático de lujo, que lleva el nombre del gran director musical Sir Thomas Beecham. Allí se albergan los ex integrantes de un cuarteto vocal que supo interpretar con maestría la ópera Rigoletto, de Verdi, y, en especial, la pieza más famosa de esa obra, la Bella figlia dell’amore que esperan reeditar. Pero este sueño sufrirá un shock con el ingreso de una diva que encarna la siempre magistral actriz Maggie Smith, componiendo a “Jean Horton”, mujer de un ego superlativo que destruye su matrimonio con “Reginald Paget”, a cargo del actor Tom Courtenay. Las vicisitudes surgen por la enemistad del ex matrimonio y algún otro problema con el lugar, que permite un juego actoral de alto nivel.

Dustin Hoffman traspasa el ámbito teatral original al captar el entorno de la residencia con sus jardines elegantemente cuidados, y la sensibilidad y capacidad de la gente mayor de poder continuar con sus sueños. Hay un punto de unión con la magnífica película “El exótico hotel Marigold”, de John Madden, donde Maggie Smith compuso un delicioso personaje también.

Este ‘Rigoletto en apuros’ (primera ópera que tuvo un lugar privilegiado en el repertorio operístico),  de Hoffman es una refinada muestra de buen gusto y de emoción del celebérrimo actor, incluyendo un homenaje a los veteranos de la música en todas sus manifestaciones, que solo puede hacer quien ama ese arte. Se trata de una apuesta valiente a la tercera edad y sus capacidades vigentes ante una sociedad que no otorga lugar a los viejos. El cine viene dando muestras de apoyo a los viejos como la reciente “Y si vivimos todos juntos?” y que lo haga Dustin Hoffman tiene un plus que valoramos. Por supuesto, la recomendamos para adultos mayores y para amantes de la música.

Carlos Pierre

LA HUESPED

De Andrew Niccol. Con Saoirse Ronan, Jake Abel, Max Irons, Frances Fisher, Chandler Canterbury, Diane Kruger, William Hurt, entre otros. Estados Unidos, 2013. Basada en la novela homónima de Stephenie Meyer. Música, Antonio Pinto. Duración, 125 minutos.

REGULAR. CULEBRÓN DE CIENCIA FICCIÓN ANODINO

El realizador Andrew Niccol encaró con entusiasmo una nueva novela de la afamada Stephenie Meyer, exponiéndose a la inevitable comparación con la exitosa saga Crepúsculo de la que Meyer es la autora, y, por lo visto, en este film anodino no le fue nada bien.

Aquí se entrecruzan la ciencia ficción, el thriller –en los que el realizador Niccol se mueve muy bien- y el tema recurrente de Meyer: el amor adolescente, agotado en la saga “Crepúsculo”. La historia se sitúa en un futuro no muy lejano, un “alma invasora” se mete en un cuerpo humano tratando de convivir, tema frecuentado en el cine y en la televisión (recordemos la memorable serie “Los invasores” y la lograda comedia “Hay una chica en mi cuerpo”). La joven actriz irlandesa Saoirse Ronan, aquélla de “Expiación, deseo y pecado”, realiza el doble rol de Melanie, la humana, y Wanda, el alma alienígena.

Esta aventura romántica está signada por una aséptica invasión alienígena, que ha transformado el planeta en un mundo sano, seguro y pacífico. Pero que no es tal, porque los humanos han sido diezmados “ocupados sus cuerpos” por las almas invasoras Solamente unos ojos translúcidos los distinguen de los humanos. No podemos negar que hay un “dejá vú” importante.

Los pocos que resisten tal invasión viven en túneles cavados en las montañas del desierto, en este caso, en Nuevo México, abandonando las humedades exuberantes de Luisiana en busca de resguardo.

Meyer, entonces, ha sacado a relucir su caballito de batalla, el enamoramiento adolescente, persistiendo esta dualidad de manera poco eficaz (aquí no hay herencia de lobos o de vampiros, hay coptación de cuerpos). Melanie-Wanda se enamoran de dos bellos jóvenes, derrumbando el plan alienígena. De todos modos, resulta a todas luces un martirio ver a dos almas pugnando por sus deseos en un mismo cuerpo, lo cual significa inexorablemente una declarada esquizofrenia de estas dos mujeres unidas en un mismo “envase”.

Con muchos clishés de “Crepúsculo”, Meyer va por más y apunta a un público mayor en su libro y el guión para el film. Ha querido abrir una nueva brecha editorial, pero tomó rumbos muy transitados, con falta de fuerza, descolorido, poco audaz, seguido por la dirección de Niccol que no aporta nada para que el film tenga “nervio”. Seguramente, la fuerza narrativa de uno no se conjuga con la del otro. La guionista plantea algo que el realizador intenta plasmar y chocan, la resolución del tema no está lograda. Es, en realidad, un culebrón de ciencia ficción anodino, como dijimos al comienzo.

Carlos Pierre