PANTALLAZOS (CRÍTICAS DE BRAGATO Y PIERRE)

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jueves, 31 de enero de 2013

TRES PELÍCULAS NOMINADAS A LOS OSCAR ESTE JUEVES 31 DE ENERO


JUEVES 31 DE ENERO DEL 2013.-
DIANGO SIN CADENAS
De Quentin Tarantino. Con Jamie Foxx, Christoph Waltz, Leonardo Di Caprio, Samuel L. Jackson, Kerry Washington, entre otros. Música de Luis Bacalov, Ennio Morricone. Duración: 165 minutos.
EXCELENTE.  LA ESCLAVITUD Y LA PERVERSIÓN HUMANA A LO TARANTINO. NOTABLES ACTUACIONES
“Djando sin cadenas” es el sueño cumplido de Quentin Tarantino quien deseaba filmar un “western spaghetti” desde hace más de una década, siendo un estudioso del género. El personaje principal, Django, es un clásico de este tipo de westerns que, en los 60, tuvieron grandes cultores en Italia como Sergio Leone y un gran compositor como creador de las bandas sonoras: Ennio Morricone. Tarantino ha sido fiel al estilo de los “W. Spathetti” y al compositor, retomando el tema que, en 1966, hiciera el argentino Luis Bacalov, y agregando uno especial que Morricone compuso para el film: “Ancora qui”, cantado por Elisa Toffoli.
De todas maneras, Ennio Morricone forma parte de los equipos de Quentin Tarantino como la serie de “Kill Bill”, entre otras películas.
En los “western spaghetti” el eje narrativo tiene dos puntales: la venta de esclavos y los cazarecompensas. No hay cruces de géneros sino un western hecho y derecho, tal como lo explicó el propio Tarantino. La historia se ubica en 1858, cuando un grupo de esclavos son trasladados a través de Texas por los hermanos Speck. Se topan con un extraño personaje, el dentista King Schultz (C. Waltz), un alemán de manejo veloz de las armas, que busca a uno de los esclavos, Django (jamie Foxx, intenso en su personaje, excelente, con recursos muy medidos) proveniente de las plantaciones de los hermanos Brittle, buscados por la justicia. En medio de un tiroteo feroz y de explosiones sangrientas, el dentista libera a Django e inicia la “caza” de los Brittle. La mujer de Django también es esclava por lo que deben liberar a Broomhilda (Karry Washington).
Leonardo Di Caprio compone al feroz amo de Broomhilda, llamado Calvin Candie, para quien trabaja un notable Samuel L. Jackson en el papel de la mano derecha como “Stephen”, así como aparecen también el propio Tarantino y hasta Don Johnson( “Miami vice”, ex esposo de Melanie Griffith y de Barbra Streisand), Franco Nero (el Django de 1966 que dio origen, en alguna medida, a este film), Russ Tamblyn (el rubio de Amor sin barreras que lideraba la banda opuesta a los portorriqueños). Para los amantes del cine de todos los tiempos, en esta película hay rostros de inolvidables films y series de TV.
La narración transita por los carriles del western europeo, fuerte, brutal, y, en el caso de Tarantino, sangriento al por mayor (recordar “Pulp Fiction”). Hay un “in crescendo” con momentos hasta poéticos. Por ejemplo, la secuencia en los desiertos texanos donde Django le cuenta al dentista Schultz que su mujer se llama Broomhilda y que fue educada por amos alemanes, por lo que habla ese idioma. Este hecho emociona al cazarecompensas Schultz (gran Christoph Waltz) quien recuerda que Broomhilda es un personaje de la mitología germana. La densidad dramática está en el encuentro con el brutal blanco Calvin Candie (Di Caprio, inexplicablemente fuera de las nominaciones de los Oscars), su afición por la lucha a muerte de los “mandingos”, o negros esclavos obligados a sacarse los ojos como “diversión” de los blancos; entre los invitados a estas “fiestas privadas” está Franco Nero como “Amerigo Vessepi” y, entre los negros de la mansión de Candy aparece la bella Broomhilda, desvelo de Django y  del doctor Schultz.
Las secuencias sobresalientes son cinco: el relato de Django a Shultz sobre Broomhilda, la lucha de los mandingos, la cena con el sangriento Calvin Candy, el despedazamiento de un esclavo por perros hambrientos, y la larga secuencia del final donde la sangre chorrea por las paredes literalmente.
Hay que destacar la atracción que ejerce el relato de Quentin Tarantino en el espectador, con sobresaltos de tiroteos y muertes brutales.  Impresionante. Y la calidad de las actuaciones de los protagonistas en los que se incluye a Di Caprio en un papel muy diferente a los que ha realizado y a un irreconocible Samuel J. Lackson. La música está hábilmente editada para que se escuche tanto la tradicional de Luis Bacalov como la flamante de Ennio Morricone.
Otro detalle importante: en muy pocos westerns, en general, se trató el tema de la esclavitud de los negros y en muy pocos también se analizó la actitud de los propios negros libertos respecto de sus hermanos de raza (destacamos “El color púrpura”, de S. Spielberg). Tarantino nos muestra la brutalidad hacia los esclavos negros como problemática social y, con pinceladas, la actitud de negros y blancos ante ella.
No es un western más. Es un western con una crítica social sobre la discriminación muy importante, y,  si miramos entrelíneas a nuestras sociedades, subsiste. La realización es lisa y llanamente impecable.
Elsa Bragato
LA NOCHE MÁS OSCURA
De Kathryn Bigelow. Con Jessica Chastain, Jason Clarke, Reda Kateb, James Gandolfini, Ricky Sekhon (Osama Ben Laden), entre otros. Música de Alexandre Desplat. Duración:  157 minutos.
BUENA.RELATO CON DESNIVELES SOBRE LA CAZA DE OBL
Se esperaba mucha más acción y menos torturas y burocracia. El film de Kathryn Bigelow está deliberadamente dividido en dos partes: una primera, de búsqueda de la información, y la segunda, muy breve en relación a la anterior, del asalto al fuerte donde vivía el lídear de AlQaeda en Pakistán. Se basa en el libro “No fue un día fácil” (No easy day) escrito por un oficial retirado del grupo de tropas especiales, Matt Bissonnette, de 36 años, quien participó en el operativo.
Nosotros encontramos tres partes narrativas: la primera es la inicial, con dos minutos de negro absoluto en pantalla y el sonido de las voces de los pasajeros, tomadas de los contestadores, despidiéndose de sus familias durante los atentados del 11 de setiembre del 2001. La segunda parte, hilvanada con ésta, nos muestra las torturas a las que es sometido “Amman”(Reda Kateb), un hombre rico relacionado con Ben Laden, conocedor de los “couries” o mensajeros del líder. Y la tercera es el asalto, como indicamos antes, al fuerte con la sangrienta captura de Ben Laden.
De principio a fin está Maya, a cargo de la estupenda Jessica Chastain, en quien la realizadora sintetizó “el trabajo de varias mujeres de la CIA y una en especial, aún en actividad”. Es el primer trabajo y lleva 10 años analizando posibilidades de captura del líder terrorista. Su jefe está encarnado por James Gandolfini. Pero es ella quien lleva adelante la búsqueda, con la ayuda de otros agentes que hacen el “trabajo sucio” en enclaves de la CIA de paraderos desconocidos. Destacamos la labor de  Jason Clarke como el “segundo” de Maya. La división en capítulos ayuda a comprender mejor el texto que, aún estando centrada en el capturado Amman, tiene elipsis narrativas importantes porque el principal mensajero, aquél que lleva al terrorista, no está identificado debidamente para el espectador. Se salta abruptamente a la actividad de los satélites que capturan los movimientos del llamado “fuerte” terrorista, así como las conclusiones de los investigadores: “Solo hay un hombre que no sale del lugar y que pasea en sitios alejados de los muros por lo que no puede ser divisado desde afuera”.
Se pueden analizar varios subtemas: el uso de la tortura psicofísica en tiempos del presidente Obama, cuando quien la apoyó fue el ex presidente Bush jr y Obama señaló que no se torturaba más; el papel de la mujer como investigadora en situaciones límites, y la verdad histórica, si realmente la captura del líder de AlQaeda fue tal como se muestra en el film, dado que existen otras descripciones del hecho más espeluznantes. En todo caso, el film tiene un gran costado feminista: una mujer centra los esfuerzos del servicio secreto más importante del mundo, la CIA, con sus redes en todo el mundo. Esto… también es para pensar.
Señalamos algunos detalles técnicos: hubo 120 papeles con diálogos, fue rodado en 3 continentes, con 112 sets, incluida una réplica de la fortaleza del líder terrorista, construida en Jordania, cerca del Mar Muerto. Además se utilizaron locaciones en la India como “doble” de Pakistán, recibiendo el elenco hostigamiento de grupos ultraderechistas hindúes. También apuntamos que el asalto al fuerte ocurrió el 1 de mayo y se dio a conocer el 2 de mayo del 2011. El gran trabajo técnico está en el sonido: nada nos anuncia lo que viene, nada nos pone los pelos de punta con antelación, nada concluye con música incidental lo que se está viendo o por ver.
En síntesis, nos pareció un film al que le faltó fuerza, que se desdibujó, que terminó siendo un largo relato de la burocracia de la CIA dejando en último término el asalto y caza de OBL, con un esquema narrativo muy circunscripto a la “verdad oficial”, sin desarrollo de los personajes que intervinieron. Y con mensajes sobre la tortura y la venganza que son temas éticos a analizar por cada uno de nosotros.
Finalmente, el único personaje bien perfilado es el de Maya. El resto se pierde en el camino.
Elsa Bragato
GRABA
Guión y dirección: Sergio Mazza. Con Belén Blanco, Antoine Raux, entre otros. Música de Sergio Mazza e Ignacio Santoro. Duración: 88 minutos.
REGULAR. OPRESIVA REALIDAD DE UNA ARGENTINA EN PARÍS EN UN RELATO “A MEDIAS”
Un clima asfixiante, un París gris y atormentado, es el que recibe a una inmigrante argentina. Arrastra el peso de un embarazo interrumpido en Buenos Aires, acaso lleva “grabadas” en su alma la pérdida de un hijo y la ruptura con su novio. Ante la rígida negación de la ciudadanía francesa y del permiso de trabajo, la protagonista accede, sin dinero ni fuerzas, a los requerimientos sexuales del dueño de la pensión quien, a su vez, tiene problemas personales.
Es un film que nos desconcertó: ausencia casi total de diálogos, suplantados por las largas caminatas en medio de la bruma nocturna parisina, a orillas del Sena, con escenas explícitas de sexo. El peso del pasado y la realidad aplastante. Apenas balbuceos en español y francés con la actriz Belén Blanco y el periodista francés Antoine Raux devenido en actor. Nuestra modesta opinión es que, aún en narraciones audiovisuales con pocos diálogos o nulos, debe haber cierto correlato más explícito de secuencias y el título del film también debe comprenderse rápidamente. No es el caso.
Carlos Pierre
EL FRUTO
De Miguel Baratta y Patricio Pomares. Elenco del pueblo de Carlos Keen, camino Luján-Pergamino. Música de Ernesto Picerno y Patricio Pomares. Duración: 65 minutos.
MUY BUENA. BELLO RETRATO DE UN SINGULAR PUEBLO BONAERENSE
Es realmente singular esta película que tiene a Juan como eje, un sesentón que busca a una curandera para una afección y tiene solo una forma de pago: un pequeño árbol.  La fotografía encarada por los realizadores y Cecilia Bruck es simplemente estupenda. Sólida, con encuadres perfectos, nos muestra la vida en un pueblo de campo. Allí hay sencillez pura y genuina.
Nos pareció una gran película como cine-arte. Incluso se ha cumplido con el rubro música a través de la banda sonora original de Ernesto Picerno y Patricio Pomares. El trabajo con gente lugareña no pudo ser mejor, captados por una cámara infrecuente en el cine nacional, que buscó gestos, detalles, para meternos en un mundo vigente, opuesto al de la gran ciudad, pero más real que este último.
Una pequeña joya de la fotografía como base de un relato audiovisual
Elsa Bragato

EL LADO LUMINOSO DE LA VIDA
De David O. Russell. Con Bradley Cooper, Jennifer Lawrence, Robert De Niro, Jacki Weaver, entre otros.  Sobre un libro de Matthew Quick. Música de Danny Elfman. Duración: 122 minutos.
MUY BUENA. COMEDIA LUMINOSA SOBRE LAS ALEGRÍAS Y TRISTEZAS DE LA VIDA
Merecidamente, El lado luminoso de la vida está entre las posibles ganadoras del premio Oscar al mejor film, así como varios de sus intérpretes están también nominados. Es difícil que una comedia gane un Oscar, una excepción fue “Buenos días, Vietnam”, pero no imposible.
David O. Russell nos cuenta la historia de una familia común, con su hijo, Pat (Cooper), que lo ha perdido todo por la infidelidad de su mujer, hecho a su vez que le provocó seria depresión y obligó a su internación. Encuentra a una vecina con su mismo problema personal y emocional, Tiffany (Lawrence), y se produce un encuentro luminoso de dos que se acaban de enamorar, que estallan en discusiones cotidianas, uniéndose al fervor deportivo del papá (un De Niro excepcional) y a la bondadosa mirada de Dolores, la madre de Pat (Jackie Weaver).
Pudo caerse en el drama excesivo por la “bipolaridad” de “Pat”, enfermedad emocional que aqueja también a la bella vecina “Tiffany”. Sin embargo, Russell nos mete en una comedia ágil, con grandes momentos actorales (De Niro-Cooper), con algún quiebre narrativo cuando surgen las apuestas de dinero del padre, secuencia un tanto extensa. Situaciones límites que convocan a la familia, a los amigos, y que nos invaden con la luminosidad del título (silver lining significa “ resquicio de horizonte”), que tiene empatía con nuestras vidas  porque resulta un retrato de muchos situaciones comunes a todos. Hoy se habla de bipolaridad pero bien podría decirse que la tristeza, las ganas de tirarlo todo por la ventana, de romper un jarrón, son accesos de ira –no convenientes- que cualquier persona tiene cuando el dolor o la frustración lo abaten.
El amor aquí está, una vez más, como redención de los dos jóvenes. La secuencia del baile es linda, alegre, y tiene un guiño hacia el pasado, tantas películas románticas donde los protagonistas bailaban (memorable la secuencia de William Holden con Kim Novak en “Picnic”, por ejemplo) confirmando su amor!, que resulta más que acertada la elección de Russell. No cae en excesos, no se extralimita. Hay ritmo, agilidad y brillantes actuaciones. Un regalo para el espíritu.
Carlos Pierre