PANTALLAZOS (CRÍTICAS DE BRAGATO Y PIERRE)

AQUÍ ESTÁN NUESTRAS CRÍTICAS E INFORMACIÓN GENERAL SOBRE CINE

jueves, 16 de febrero de 2012

THE ARTIST, CABALLO DE GUERRA, JACK Y JILL, ESTRENOS JUEVES 16 DE FEBRERO

JUEVES 16 DE FEBRERO DEL 2012.

Hay seis estrenos en fílmico. No comentamos Miniespias 4 en D, Star Wars en 3D ni el documental Yatasto, bien realizado, sobre los niños cartoneros de Córdoba.

THE ARTIST

De Michel Hazanavicius. Con Jean Dujardin, Berenice Bejo, John Goodman, entre otros. Música de Ludovic Bource. Duración: 100 minutos.

MUY BUENA. EMOCIÓN EN UN BLANCO Y NEGRO FASCINANTE

El trabajo narrativo de Michel Hazanavicius en blanco y negro, tributo a los comienzos del cine,

tiene todos los condimentos para que sea un gran film mudo con ciertas sorpresas muy bien logradas sobre el final. La vida de un artista famoso en la época del cine mudo y su caída luego del advenimiento del cine sonoro está envuelta en una atmósfera de romanticismo y perfección cinematográfica digna de todo elogio. No en vano viene cosechando los mayores premios del mundo, desde los Golden Globe hasta los BAFTA, además de otros tan importantes como los mencionados.

No solo es un homenaje al cine mudo sino que, tanto en su comienzo como en el final, hay un tributo al cine de todos los tiempos, especialmente a los musicales, desde Cantando bajo la lluvia hasta los films antológicos de Fred Astaire y Ginger Rogers, quien supo visitar la Argentina. Esta vuelta de tuerca que Hazanavicius encontró para su personaje principal es inteligente y nos deja una enseñanza: siempre es posible renovarse, siendo la clave del argumento así como su final, al que hay que estar muy atentos.

Hay que destacar a Berenice Bejo que no ha ganado ningún premio. Sin embargo, su actuación es de excelencia y debería formar rubro protagónico y no de coprotagonista con Jean Dujardin.

La presencia de Uggie, el terrier blanco que enamora al mundo, es un atractivo de difícil competencia. Ya actuó en Agua para Elefantes pero aquí tiene su consagración. Acaba de ganar el premio Collar de Oro a la mejor actuación canina, en la primera realización de estos galardones.

Por qué enamora este film? Porque no hay baches argumentales, porque la narración audiovisual es perfecta, con tiempos bien calculados entre secuencias y éstas están realizadas con precisión, sin ningún detalle que sobre o que falte. La recreación de la década del 20 (el film se ubica en 1927) es tan real que no sentimos la diferencia de década ni de siglos sino una inmediata empatía. La historia de amor también está tratada con notable precisión, la esposa harta del fracaso del galán del cine mudo, la jovencita que llega para devolverle la vida personal y la profesional, todo relatado de manera tal que no hay tiempos muertos. Es decir, el espectador es atrapado por la historia en forma inmediata y ya no le importará si el film es sonoro o no porque la banda sonora de Ludovic Bource está allí para acompañar las vivencias de los protagonistas.

Es una película memorable, diferente, aunque no la única que le realizó un homenaje al cine mudo. Hubo otras en la década del 50. A los que peinamos canas nos recuerda el caso de Greta Garbo, por ejemplo, cuya voz fue un fracaso para los productores del incipiente cine sonoro de los 30. Y la llevó a abandonar su carrera en 1945. Para los jóvenes, es un acercamiento directo, sin fisuras, al cine de aquellos primeros años y el ambiente que los rodeaba, el piano en la sala de proyección y los espectadores conmovidos por los films, con exagerada gestualidad de sus protagonistas pero efectivos por la expresividad. The Artist es un compendio de aquellos años con el agregado de una muy inteligente realización siglo XXI. Y un argumento que incluye desde un perrito (recordar algunos films de Charles Chaplin) hasta la tragedia personal, desde la gloria hasta la caída, desde el desamor hasta el renacimiento espiritual, desde el rechazo hasta el reencuentro con la vida y un nuevo camino. “George Valentin”, “Peppy Miller” y “Uggie” nos devuelven una magia que se creía olvidada en la era del 3D. No deje de verla.

Elsa Bragato

CABALLO DE GUERRA

De Steven Spielberg. Con Jeremy Irvine, Peter Mullan, Emily Watson, entre otros. Música de John Williams. Duración: 146 minutos.

MUY BUENA. HEROICIDAD Y PURA EMOCIÓN ENTRE UN JOVEN Y SU CABALLO

Steven Spielberg vuelve a sus fuentes, aquéllas que le conocimos en E.T. La amistad entre un joven y un alien entonces, hoy entre un joven y un caballo. Profunda y hermosa película, a pesar de algunos errores de montaje que no se entienden cómo se producen en una filmación de tamaña envergadura. La Inglaterra rural de la primera guerra mundial está recreada con rigor por Spielberg, así como el horror de la contienda, cualquiera que fuese. En el medio, un caballo de gran porte y mirada especial que es salvado por un jovencito.

El derrotero del caballo nos mantiene en vilo: primero las tareas rurales, que acepta con una sabiduría asombrosa. Luego el paso de mano en mano entre las tropas inglesas y las alemanas. Spielbeg nos involucra con pasión en esta travesía equina, digna de ser vista y vivida como una catarsis de bienestar espiritual en estos tiempos, tan desnaturalizados a veces.

Que Spielberg es un gran narrador cinematográfico no es novedad ni materia de discusión. La elección del libro consagrado de Michael Morpurgo es otra muestra de su enorme capacidad como realizador. Recordemos que War Horse ha sido un éxito teatral, ganador de varios premios Tony en Broadway, además de tener puestas notables en otras ciudades del mundo.

Estamos frente a un cuento de pe a pa, que nos mantiene en vilo, que nos va estrujando el corazón, que nos da alivio por momentos, y que tiene el final que uno espera. No por ello el film es menos grandioso.

La atmósfera creada por Spielberg es apabullante, atrae al espectador desde el comienzo. “Joey”, el caballo de guerra, ingresa a la galería de los personajes cinematográficos inolvidables, ésos que nos estremecen a pura emoción.

El sostén técnico es para destacar: el despliegue visual a través de planos muy bien determinados, el tratamiento del sonido en las secuencias bélicas, la música del maestro John Williams donde se destacan los solos instrumentales de trompeta y flauta, la dirección de arte impecable, la dirección actoral movilizando masas de 3000 extras, entre otros detalles.

Frente a un film de esta naturaleza, hay que dejarse ganar por el argumento y la emoción que conlleva. Los detalles de montaje que apuntamos bien se pueden dejar de lado para la calificación. Es una película de emoción pura, genuina, que nos demuestra una vez más la importancia de la relación entre humanos y animales, el amor que se establece, la lealtad, la fidelidad, la hermandad que se generan. “Joey” va a sobrevivir a cualquier crítica en nuestros corazones. Para ver en familia, para emocionarse, para lagrimear, y para reconciliarse con los mejores sentimientos de nuestro corazón.

Carlos Pierre

JACK Y JILL

De Dennis Dugan, Katie Holmes, Al Pacino, Rohan Chand, entre otros. Música de Rupert Gregson-Williams. Duración: 95 minutos.

BUENA. INESPERADO AL PACINO QUE ENGRANDECE UNA PEQUEÑA COMEDIA

Adam Sandler pensó, tal vez, en hacer una comedieta muy a su uso, donde la escatología siempre ocupa un lugar importante en vez de los parlamentos sutiles e inteligentes. Se le fue de las manos tamaño objetivo porque la presencia de Al Pacino transformó buena parte del film es una comedia estupenda. Es decir, la comedia pequeña y burda terminó teniendo secuencias de gran nivel actoral y de pura comedia, algo bastante lejano en el intrincado universo cinematográfico de Sandler, más apurado por recaudar que por brindar calidad la mayoría de las veces.

Jack es un publicista de gran nivel que vive en Hollywood. Jill es su hermana gemela que vive en el Bronx, y que encarna Adam Sandler no sin fisuras, desde una mala impostación de la voz hasta un muy convencional travestismo lejano del maravilloso Tootsie de Dustin Hoffman. Jill es invitada siempre para la reunión del Día de Acción de Gracias, más importante en los Estados Unidos que cualquier otra festividad de índole religioso. Y Jack está por concretar un contrato con Al Pacino, que hace de él mismo, como protagonista de un comercial para publicitar los “Dunachinos”, rimando con Pacino.

La impronta de Jill seduce a Al Pacino que está sentado junto a Johnny Depp en un cameo de los dos grandes actores. Hay otros muy conocidos por el público del Norte pero no aquí. De ahí en más, las locuras de Pacino desde detener una función de una obra de Shakespeare para atender el celular porque lo llama Jill hasta luego pedir al público que le indique por dónde iba o bien tener un helicóptero para acercarse a su amor en una estrafalaria aventura hacia un crucero, transforman la comedia burda en una clase de buena comedia, inteligente, con gags auténticos y no escatológicos.

Cuando el film termina, uno se queda con la duda: ¿un film de Adam Sandler o una buena excusa para que Al Pacino se diese el gusto de un “entremés cómico”? Inolvidable el comercial que finalmente graba Pacino para la empresa de Jack. Sin duda, coincidiendo con buena parte de la crítica norteamericana, estamos ante una de las mejores performances de Pacino. El resto queda ahí, para olvidar o no, depende de las ganas de cada uno.

Elsa Bragato