PANTALLAZOS (CRÍTICAS DE BRAGATO Y PIERRE)

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jueves, 8 de diciembre de 2016

"SNOWDEN" Y "ANIMALES NOCTURNOS", LO MEJOR DEL JUEVES 8 DE DICIEMBRE DEL 2016



JUEVES 8 DE DICIEMBRE DEL 2016.-

Esta semana llega con nueve estrenos de diversa índole. “Lo and Behold” del gran Werner Herzog, es un documental sobre la influencia de la tecnología en la vida del planeta y en cada uno de nosotros. También está la hollywoodense “Fiesta de Navidad”, comedia más que ligera, con Jennifer Aniston, acostumbrada a estos roles facilistas. En el plano nacional, encontramos “La tierra Roja”,  del director argentino, radicado en Bélgica, Diego Martínez Vignatti. Cuenta la historia de un cultivador de pinos que se enamora, en la selva misionera, de una maestra preocupada por los agroquímicos. El protagonista es el belga Geert VanRampelberg. También llegan “Historias breves 13”, del INCAA, que reúne a ocho directores con ocho cortos sobre temas libres, presentados en el última festival de cine de Mar del Plata, así como “2001, mientras Kubrick estaba en el espacio”, de Gabriel Nicoli, sobre el desastre económico del país en el 2001 y cómo tres amigos planean irse del país a través de un estrambótico proyecto. Cabe señalar que los cortos fueron ganadores del último concurso del INCAA en el género.

SNOWDEN

De Oliver Stone. Con Joseph Gordon-Levin, Shailene Woodley, Melissa Leo, Zachary Quinto, Tom Willkinson, entre otros. Música deCraig Armstrong                     Duración, l34 minutos   Alemania –Estados Unidos

MUY BUENA. STONE ACUSA

Oliver Stone no puede con su genio y su férrea convicción política: mantiene sus furibundas críticas al s”establishment”. En este film toma el caso de Edward Snowden, un joven profesional de la informática estadounidense que filtró información clasificada de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) a los principales medios de comunicación a partir de junio de 2013.

El mismo Oliver Stone, junto a Kieran Fitzgerald, escribió el guión basado en dos libros: The Snowden Files de Luke Harding y Time of the Octopus de Anatoly Kucherena, el abogado de Snowden, donde se narran los acontecimientos que siguieron a la publicación por el diario The Guardian de los documentos clasificados que aportó Edward Snowden .

El realizador de JFK, Platoon y Nacido el 4 de julio, regresa (luego del fracaso de su film sobre el atentado de las Torres Gemelas) con fuerza y con su estilo narrativo cargado de datos, de frenesí informativo al que hay que prestarle atención. Filmó en Alemania y, a lo largo de más de dos horas, expone con minuciosidad apabullante este aspecto de la vida del ex colaborador de los servicios de inteligencia norteamericanos. En este sentido, rescata la reacción del joven que se opone al despiadado espionaje que se hace en la primera potencia mundial. Stone, o bien Snowden, acusa, manifiesta, revela, pero no se cuestiona su pertenencia al “establishment”. Es decir, Stone le otorga redención al joven, hoy refugiado en Rusia, por su valentía.

Joseph Gordon-Levin encarna al inteligente Edward Snowden, impetuoso y firme en su rebelión, manejando la narración con un estilo rápido, frenético, informativo, con un soporte por momentos exagerado de la música incidental de Craig Armostrong. El estilo “Stone” es contundente, como lo fue en JFK, redime, cuestiona, informa. De principio a fin, la película mantiene en vilo, aporta datos sobre una actividad del espionaje de la que no se salva nadie. Un ojo gigante al estilo Gran Hermano bajo el rótulo de “seguridad interna”. Se podrá encontrar imperfección conceptual o fáctica pero vale la pena ver esta nueva entrega de Oliver Stone, defensor a ultranza de la libertad de expresión y de las democracias sin dobleces.

Carlos Pierre

EL NOVÍSIMO TESTAMENTO

Guión y dirección Jaco Van Dormael. Con Benoit Poelvoorde, Catherine Deneuve, Francois Damiens, Yolande Moreau, Pili Groyne, entre otros. Música de An Piere. Duración: 113 minutos. Bélgica, Francia, Luxemburgo.

EXCELENTE. EXPLOSIÓN CREATIVA EN UN FILM INTELIGENTE

Comedia religiosa, original, espontánea, y de estética deslumbrante del realizador belga  Jaco Van Dormael, quien tiene ya cinco films alternados en el tiempo, pródigos en su estilo diferente. Campea una alocada poesía, provocativa, religiosamente incorrecta, irresistible, que lleva a seguir la historia planteada con avidez sobre este dios grosero y odioso que atiende en Bruselas.

El afamado actor Benoit Poelvoorde compone a un “dios” que ha dispuesto todo lo que pasa en este mundo con malicia y mala voluntad. Sin misericordia para la humanidad, digita la vida y la muerte desde un monumental espacio cerrado dentro de su casa. Está casado y mantiene sometida a la servidumbre a su mujer, encerrada junto a la pequeña hija de 10 años, Éa (Pili Groyne). Ambas no conocen la luz del sol. La vida de todos está en manos de este “dios” belga.

Maneja y dispone el destino de todos los hombres desde su computadora, y nadie puede sospechar lo que él decidirá sobre su vida. Será su hija quien se atreva a escaparse y denunciar a su padre, desconectando la computadora. De una manera muy especial, en una metáfora cuasi astronómica (agujero de gusano, pregonado por Stephen Hawking) sale a las calles de Bruselas. Se propone encontrar a seis apóstoles. La pequeña Ea está en camino de un nuevo testamento, recordando la reproducción de “La última cena”, el fresco de Leonardo Da Vinci, que luce en su casa. Es su madre quien todavía permanece encerrada. La eterna y luminosa Catherine Deneuve (¿moderna Santa Magdalena?). es una de las elegidas por Éa. Abusando de su creatividad, Poelvoorde la hace enamorar de un enorme gorila.

Hay curiosidades muy intelectuales como definir a los nuevos apóstoles con obras clásicas: Purcell, Rameau, Schubert, La Mar de Charles Trenet. Sortilegio de refinamiento del director belga, quien sorprende con una narración muy diferente, creativa, original por donde se la mire, creando un clima envolvente que atrae al espectador. ¿Qué pasará con los nuevos apóstoles, serán incluidos en el Novísimio Testamento o en “La última cena”?

El final plantea un dilema moral, muy acorde con los tiempos: ¿es acaso la mujer una “hija del demonio” o una “salvadora” del mundo, oculta, o presa de antiquísimos conceptos? Elegida por Bélgica para competir en los Oscars 2017, la película “El novísimo testamento” es una ironía fina y divertida en muchos aspectos, envuelta en una explosión estética infrecuente. Esencialmente, es una película inteligente.

Carlos Pierre

PRESENCIA SINIESTRA (SHUT IN)

De Farren Blackburn. Con Naomi Watts, Oliver Platt, Charlie Heaton, Jacob Tremblay, entre otros. Música de Nathaniel Méchaly. Duración: 91 minutos

REGULAR. ROMPECABEZAS PSICOANALÍTICO

Resulta difícil encuadrar este film, si es un thriller, un velado gore, un intento de suspenso mal formateado. Por si fuera poco, surge una incógnita sobre el verdadero sentido del guión, basado en un puzzle de las relaciones de padres e hijos y el tema de la adopción. El complejo de Edipo potente atormenta a Stephen (Charlie Heaton), adoptado por la psicóloga Mary Portman (Naomi Watts), quien le brinda un tratamiento a un niño sordomudo, Tom (Jacob Tremblay). Pero el pequeño huye.

Como en todo thriller que se precie, “Stephen” es llevado a una escuela especial pero, camino a ella, sufre un grave accidente. Su papá fallece y el joven queda con parálisis total. El guión entra en una gran maraña de hechos y los personajes hacen lo que pueden. Naomí Watts echa mano a su talento pero, aunque cumpla a rajatabla con su personaje, la narración no se salva.

El entorno es un cautivante helado invierno mientras, en la casa, surgen hechos extraños: Stephen paralizado y Tom apareciendo a hurtadillas trastornan a Mary, quien pide ayuda al doctor Wilson (Oliver Platt). Las pesadillas dantescas aparecen, como otro elemento del thriller-gore.

Sin embargo, hay que destacar al pequeño Jacob Trembley, ese pequeño gran actor de “La habitación”, mientras el resto del elenco hace lo que puede, con solidez pero, por momentos, poco convincentes por culpa de un guión que no termina de hacer pie. La narración de Farren Blackburn ofrece secuencias técnicamente bien realizadas y hasta sobras, mientras mantiene a raya los sustos. No desbarranca en este sentido pero ya se está en medio de una telaraña de situaciones que, en definitiva, hace poco salvable a su propuesta.

Carlos Pierre







ANIMALES NOCTURNOS

De Tom Ford. Con Amy Adams, Jake Gyllenhaal, Michael Shannon, Armie Hammer, Aaron Taylor-Johnson, Isla Fisher, entre otros. Música de Abel Korzeniowski. Duración: 115 minutos.

BUENA, MPRECIOSISMO VISUAL MÁS QUE GUIÓN

Tom Ford viene del diseño de moda, trabajó para Gucci, para Ives Saint Laurent, hasta que decidió, hace 11 años, fundar una compañía de cine. Lanzó “Un hombre solo” con Colin Firth, mereció generosas críticas, y regresa con “Animales nocturnos” donde el preciosismo y voluptuosidad de un generador de estilo están presentes. El guión tiene una idea básica: la venganza, sentimiento que anida en el ser humano como motor de casi todas sus actividades, según el genial Shakespeare.

Amy Adams es la bella y elegante “Susan Monroe”, artista que ofrece muestras con seres humanos, como muchos del famoso MOMA de New York. Mujeres obesas, totalmente desnudas, de todas las edades, inician el film en un extraño muestreo de sus físicos, con slows forzados hasta quedar tendidas, artísticamente, en gigantescos rectángulos blancos a manera de estatuas vivientes. “Susan” es la artífice de la muestra, regresa a su hogar, suntuoso y elegante como el mundo que habita el mismo Tom Ford, donde su actual pareja (un insulto Armie Hammer) la espera para luego diluirse en la narración.

Un paquete llega a manos de “Susan” y es la novela inédita de su ex marido, “Animales nocturnos”, donde él es el protagonista de un thriller espantoso. Ford entonces une la vida de “Susan” a esta novela de tintes aterradores, y es su ex marido el protagonista de la historia. Jack Gyllenhall, gran actor, compone a ese ex y a este escritor que busca una venganza despiadada. La ficción dentro de la ficción encuentra paralelismos sádicos y eróticos: aquellas mujeres obsesas se reflejan en bellos cuerpos jóvenes. Un paralelismo visual que no deja de confundir: ¿dónde está la verdad de la historia?

Flashbacks ayudan a comprender qué busca “Tony” con su novela, los sobresaltos que provoca en “Susan” y un replanteo muy liviano sobre lo que hizo para que esto sucediera.

Hay varios aspectos que atentan contra el film: ganador de premios internacionales, es evidente que el gran golpe de Tom Ford pasa por la cuidadísima estética, el reflejo de un mundo sofisticado que conoce muy bien y estadio social de escasos sentimientos a flor de piel, más que por la coherencia de una narración compleja aunque comprensible. Quedan sueltos varios cabos, entre ellos, qué sucede con la nueva pareja de Susan o con la hija adolescente alejada del hogar, y por qué el paralelismo de cuerpos desnudos obesos y delgados como punto de unión cuando, en verdad, es solo un elemento visual inconexo. La belleza fotográfica trasciende la debilidad de una idea de guión que atrapa, no se puede negar, pero que tiene muy poca consistencia. Destacamos la actuación de Michael Shannon como el perseverante policía texano de la novela de “Tom”, y, por cierto, Amy Adams está sugestiva y elegante mientras que Jack Gyllenhaal es sólido y convincente.

Elsa Bragato