PANTALLAZOS (CRÍTICAS DE BRAGATO Y PIERRE)

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jueves, 19 de mayo de 2011

PIRATAS DEL CARIBE 4 EN 3D, LE QUATTRO VOLTE, ESTRENOS JUEVES 19 DE MAYO, BUENOS AIRES

JUEVES 19 DE MAYO DEL 2011.

Solo dos estrenos en fílmico en virtud de la cantidad de salas que ocupa el lanzamiento de “Piratas del Caribe IV”.



PIRATAS DEL CARIBE IV, NAVEGANDO AGUAS MISTERIOSAS, 3D

De Rob Marshall. Con Johnny Depp, Penélope Cruz, Geoffrey Rush, Jorgelina Airaldi, entre otros. Música de Hans Zimmer. Duración: 136 minutos.

BUENA. ENTRETENIMIENTO DE PRINCIPIO A FIN

Se llega a la cuarta película de la saga “Piratas del Caribe” en otro film de puro entretenimiento, que protagoniza Johnny Depp. Recién ahora ingresa al circuito comercial y ha sido a propósito: se la quiso distanciar de las tres anteriores para lograr suspenso y buena taquilla.

En esta oportunidad, la dirigió Rob Marshall, afamado director de Chicago y Nine, por ejemplo. Y acompañan a Jack Sparrow, o sea Johnny Depp, Penélope Cruz como Angélica, una mujer de su pasado, Barbanegra a cargo de Ian McShane, dos figuras europeas, además del actor británico Sam Claflin en el rol del misionero Phillip, relacionado con Syrena, encarnado por Astrid Berges-Frisbey. Las sirenas son muchas y destacamos la presencia de la modelo argentina, nacida en Santa Fe, Jorgelina Airaldi.

El film nos remite a las conocidas aventuras de espadachines y mares embravecidos de las anteriores películas, pero siempre hay motivos para atraer al público. Esto no se puede dudar.

Vale destacar que el film se realizó en exteriores en el puerto de Greenwich, y los interiores se llevaron a cabo en los estudios ingleses de Pinewood, de gran dimensión y excelencia técnica.

Hay una lograda escena en el Salón de Banquetes del Palacio de Saint James con la presencia del rey Jorge II (Richard Griffiths), dentro de secuencias donde la acción no tiene fin y, en este sentido, el objetivo del producto está alcanzado.

Jack Sparrow debe encontrar la Fuente de la Juventud, ubicándose en 1750, cuando convergen el conquistador español Ponce de León, “nuestro” Jack Sparrow y el corsario Héctor Barbossa, al servicio del rey Jorge II. Los personajes se suman a elementos ya conocidos de la saga como la brújula y el monito de Jack.

El film es muy vistoso, atractivo, y es un gran entretenimiento, más allá de hilar fino y determinar, desde este modesto lugar, si hay o no errores de edición. Lo dejamos de lado porque la atracción es mucha. Por supuesto, al tratarse de la cuarta película de un mismo personaje, hay reiteraciones inevitables. Pero de eso se tratan las Sagas justamente, y es lo que les da identidad: la reiteración de elementos y actitudes a lo largo de los cuatro films en este caso.

Penélope Cruz ya estaba embarazada cuando filmó a mediados del año pasado y, según sus propias declaraciones, fue cuidada y no tuvo escenas de excesivo riesgo. Johnny Depp, como siempre, se siente a sus anchas en estos exóticos personajes, donde debe realmente componer a partir de determinadas líneas de la dirección actoral. Aquí hay esfuerzo, entrenamiento y composición puestos al servicio del entretenimiento puro donde algunas ausencias de guión y montajes a “todo o nada” no hacen mella en la acción de principio a fin.

Carlos Pierre

LE QUATTRO VOLETE

De Michelangelo Frammartino. Duración: 88 minutos

MUY BUENA. MEDITACIÓN CINEMATOGRÁFICA

SOBRE EL ARTE DE LA VIDA COTIDIANA. BELLA Y ATRAPANTE.

El cine-arte suele ser controvertido por lo críptico o bien por la decodificación intelectual y ardua que debe hacer el espectador. En el caso de Le Quattro Volte, basada en la hipótesis de Pitágoras de cuatro elementos de la vida (hombre, vegetales, animales, mineral), el espectador se mete de lleno en un mundo sencillo y vital, cotidiano, sin música, sin diálogos, disfrutando de secuencias muy bellas que van produciendo sosiego y alegría espiritual. Se podría pensar que la atención decae. Sin embargo, he aquí el arte del director Frammartino: haber transformado las imágenes en una ficción encantadora que solo necesita de la complicidad del auditorio para ser disfrutada. Hay una historia pero no está contada con palabras sino con imágenes.

El protagonista es un pastor anciano, no habla, solo cumple con su tarea de llevar a pastoreo a su numeroso rebaño de cabras. Vive solo y consume cenizas de la iglesia (únicos interiores) para curarse de una tos resistente.

Hay nacimientos que coinciden con su muerte y emociona la intuición de los animales que, de pronto, irrumpen en su casa y se transforman en un risueño y conmovedor cortejo fúnebre. Frammartino ubica la cámara, por momentos desde atrás del techo de la vieja casa del pastor desde donde se ve una callecita de este pueblo de Calabria. Será la testigo muda de cómo la vida continúa, se transforma, pero sigue siendo la misma, la vida cotidiana.

Una cabrita recién nacida se pierde y encuentra albergue en la base de un altísimo árbol. Con el tiempo, sin que se sepa cuánto, ese árbol será talado, participará de una fiesta popular del pueblo y finalmente será transformado en leña, en carbón, utilizándose un método ancestral que la cámara toma en detalle. Resulta aleccionador y atrapante.

Las cabras tendrán otro pastor, la callecita seguirá estando igual, sin cambios, solo una camioneta que la recorre dejando en las casas la bolsa de carbón de leña. Y la pauta de que la vida continúa, a pesar de la vida y de la muerte, está en una solitaria chimenea del pueblo que vuelve a emitir humo, gracias a la leña. Nadie habla. Todos viven la vida. La rutina de la vida.

No le hicieron falta diálogos ni complicadas premisas a Frammartino para meternos de lleno en la vida. El documental con algo de ficción, según cómo se lo mire, es para disfrutar, y atrapa de principio a fin. Sin embargo, debemos alertar a los espectadores: no es un film que pueda gustarle a todos porque es atípico. Como dijimos, no hay diálogo. Aquí todo lo hace el entramado de las secuencias que el director ha dispuesto. Se ve lo cotidiano, se ve la vida simple. Y se disfruta. Sin efectos especiales ni nada. Usted elige.

Elsa Bragato