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jueves, 21 de agosto de 2014

"RELATOS SALVAJES", EL ESTRENO DE LA SEMANA





JUEVES 21 DE AGOSTO DEL 2014.-
Solo tres estrenos este jueves en Buenos Aires, teniendo el cuenta la buena performance de los supertanques de Hollywood en cartelera. Se calcula que 9 de cada 10 argentinos ve un film extranjero y no uno nacional. Esperemos que esta semana se revierta este fenómeno con el estreno de “Relatos salvajes”.
Junto a este nuevo film de Damián Szifrón se estrenan los documentales “Aprox.”, de Víctor Kesselman, que es un experimento cinematográfico basado en los estudios del lenguaje del cuerpo de Desmond Morris (recordemos que es un zoólogo inglés, de 86 años, que analizó la gestualidad de los animales y la comparó con la humana según el sexo). El título del film alude a la proximidad de las personas y cómo nos influyen sus movimientos más mínimos, sus gestualidades. La idea de Kesselman es buena pero el tratamiento dado es muy elemental y es lisa y llanamente un experimento en el que se mixturan un relator presente con dibujos y con secuencias ficcionadas. En ellas encontramos actuaciones muy ficticias, poco elaboradas o muy amateurs.
En el caso de “Casas, la máquina de vivir”, de Marina Pessah, se analiza el tema de la vivienda, a partir de tres personajes y de una fotografía que se engolosina con tomas de casas en construcción o refacción.
RELATOS SALVAJES
De Damián Scifrón. Con Ricardo Darín, Rita Cortese, Leonardo Sbaraglia, Erica Rivas, Oscar Martínez, Osmar Núñez, Darío Grandinetti, María Onetto, Julieta Zilberberg, María Marull, entre otros. Música de Gustavo Santaolalla. Duración: 122 minutos.
BUENA. SEIS RELATOS CON GRAN ELENCO
Con “Relatos Salvajes”, Damián Szifrón regresa al cine luego de “Tiempo de Valientes”, de 2005, siendo ésta su tercera película. No lo hace solo sino en compañía de “El deseo”, la productora de los hermanos Almodóvar que tienen mucho que ver con el planteo narrativo del realizador y su postura sobre casos de violencia cotidiana. Recordemos “Un día de furia”, con Michael Douglas, que aquí se ve, de alguna manera y con otras historias, reflejada en seis relatos cortos. La furia frente a hechos que nos sacan de quicio, desde un auto mal estacionado hasta venganzas espontáneas pero que no dejan de sobresaltar por la “negrura” con que están contadas. El primer episodio es “Pasternak”, breve, obvio pero reidero, previo a los títulos. Luego se suceden “Las ratas”, “El más fuerte”, “Bombita”, “La propuesta” y “Hasta que la muerte nos separe”.
Hay maduración en el tratamiento narrativo de Szifrón a quien por ahí se le escapa alguna referencia visual de su exitoso “Los simuladores” y está bien.
El elenco es inmejorable. Darín, Cortese, Grandinetti, Nuñez, Martínez, Sbaraglia, Rivas, por dar solo algunos nombres siendo injustos en esto, son estupendos, creíbles, fantásticos actores. Y cada episodio, con sus más y sus menos, atrapa al espectador.
En algunos momentos, falta espontaneidad y esto se debe a la dirección actoral; en otros, se alargan innecesariamente los parlamentos; también se les da alguna vuelta de tuerca a alguna de las historias que le saca tensión, vértigo y efectismo.
Veamos: el primer episodio es reidero aunque obvio. El segundo, Las Ratas, tiene una terminación impura, se nota la necesidad de esperar que la cámara termine de filmar para “cerrar”. En el tercero, protagonizado por Sbaraglia, encontramos el mejor relato desde todo punto de vista. El montaje, la escenografía natural, la historia tal como se plantea, resultan perfectas. No ocurre lo mismo con el episodio que encabeza Ricardo Darín , “Bombita”, porque su efectismo se diluye en la extensión y en la obviedad del final. “La propuesta” resulta el mejor en la narración audiovisual y en los diálogos. En “Hasta que la muerte nos separe” falta vértigo, tomas diferentes, aunque las hay muy buenas, y se produce un regodeo en la capacidad de Erica Rivas para largos parlamentos que le quitan ritmo a la historia. Incluso, se la une fácilmente a su exitoso personaje televisivo en “Casados con hijos”.
La venganza es el motor por excelencia de las actitudes menos gratas de los seres humanos. Basta con leer a Shakespeare. Y en este film tiene seis matices en seis relatos, con sus altibajos tal como indicamos, que resultan atractivos y sintetizan la intolerancia ancestral humana. Si bien los relatos se refieren a personas en situaciones casi límites, no podemos hablar de hechos vinculantes con una “crispación social” actual. En todo caso, los hechos violentos que se van sucediendo tienen que ver con la impunidad con que el ser humano se maneja desde que está sobre la Tierra.
La banda sonora de Gustavo Santaolalla es muy buena y, por primera vez, notamos que el músico ha sabido captar la “esencia almodovariana” además de recuperar sus propios sonidos. Y esto es plausible. Pero Szifrón fue más allá de Santaolalla y recurrió a una melodía que se hizo famosa en el cine: la del film “Juegos prohibidos”, de René Clement, compuesta por el maestro Narciso Yepes .
Damián Szifrón regresa con un buen producto, más allá de cualquier comentario crítico. Insistimos en que al cine nacional le hace falta vértigo, cámaras, montajes ágiles, más ritmo. Y, si bien no todos los relatos requieren el mismo tratamiento, más tomas o un montaje mucho más ágil transformaría a este film en algo perfecto. Será un éxito de taquilla y merecido.
Elsa Bragato
Informe crítico: Carlos Pierre